Las prácticas lectoras con que iniciamos el siglo XXI, se han visto -en muchas partes- modificadas a causa de la educación a distancia e híbrida, que nos obligó a usar una mayor diversidad de textos, formatos, términos lingüísticos, recursos tecnológicos y contextos de interrelación humana, entre otros; y que a consideración de connotados especialistas (que van apareciendo en esta publicación) se nos presentó la necesidad de desarrollar la literacidad crítica como parte de una competencia comunicativa más integral. En no pocos escenarios educativos, quedó evidenciado que algunos estudiantes -incluso padres de familia y profesores- poseen una competencia gramatical y semántica desarrollada, pues decodifican el sistema escrito y construyen significados, pero manifiestan una competencia pragmática y la crítica deficiente. “No asumen el rol de usuario comunicativo del texto ni de crítico o analista del mismo. Es así que, aunque no desarrollan una literacidad crítica de manera integral, sí logran un avance en la recuperación de información de textos en internet, donde el apoyo del docente es esencial para guiar y dirigir dicha búsqueda.
Esta realidad, que podría darse en su escenario educativo, nos lleva a compartir la presente publicación, que ojalá apoye (en algo) su formación permanente, como una de las razones de la Web del Maestro CMF. DESARROLLO DE LA LITERACIDAD CRÍTICA EN INTERNET EN ESTUDIANTES MEXICANOS DE BACHILLERATO
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Una educación que refuerce la capacidad crítica ante los medios y enseñe a explotar las TIC
Una investigación de campo centrada en los procesos lectores que tienen que ver con el uso de dispositivos electrónicos móviles, modalizada por las TIC, concluye que “la literacidad implica explorar más allá de los aspectos visuales y técnicos, en los procesos cognitivos, estratégicos, contextuales y sociales del lector, así como revisar métodos y prácticas lectoras más allá de los espacios formales para la alfabetización. Implica profundizar en escenarios diversos, encontrar relaciones, analizar qué aportan los medios tecnológicos; en suma, observar directamente el modo en que se acercan las personas a la práctica lectora en el siglo XXI. […] El dispositivo electrónico impulsa la diversificación de referentes y aporta a la contextualización; se fortalece con la hipertextualidad, pues facilita la búsqueda de información referencial intra- y extratextual, así como la interrelación social”. LEER MÁS ALLÁ DE LAS LÍNEAS. ANÁLISIS DE LOS PROCESOS DE LECTURA DIGITAL DESDE LA PERSPECTIVA DE LA LITERACIDAD
¿QUE ES LA ALFABETIZACIÓN MEDIÁTICA? (02´ 16)
Los profesores que estamos hoy en las aulas o participamos en el sistema educativo actual, por lo menos debemos (aunque a algunos este verbo les suena a imposición) saber que “la formación en la literacidad, sea dentro del sistema educativo o fuera de él, ha de tender hacia una lectura activa, significativa, crítica y creativa; una lectura más allá de las líneas, capaz de atisbar la llegada a nuevos significados, la solución de problemas, así como la transferencia e interacción con otros contenidos, otros lectores y otras interfaces incluso. […] Es preciso advertir que es evidente que las literacidades cambian al ritmo de la tecnología, la cual no se detendrá y, por tanto, lo fundamental en la formación lectora no será “enseñar solo un conjunto de nuevas competencias, sino más bien enseñar a aprender continuamente nuevas literacidades que aparecerán en su vida”. Ibidem.
Decir hoy que la educación es “la mera transmisión de conocimientos, de información, ya no basta.
El internet y las redes sociales ha introducido en la educación un entorno digital “cuya dimensión desafía los límites del entendimiento. Internet constituye una puerta de acceso instantánea a una cantidad ilimitada de información, al tiempo que las redes sociales han empequeñecido el mundo y restado sentido a las fronteras. En este contexto, la forma en que tratamos de desarrollar la capacidad crítica en nuestro alumnado debe cambiar; más aún si tenemos en cuenta el creciente uso de internet como espacio de radicalización política”. Nuestra tarea docente nos exige estar capacitados desde la experiencia real con las nuevas tecnologías, para saber enseñar el uso correcto y ético desde la propia experiencia educativa “en la que tratamos de utilizar las nuevas tecnologías como puerta al desarrollo de una capacidad crítica capaz de otorgar
independencia y herramientas de auto-defensa intelectual a de un estado democrático”. Cf LA NECESIDAD DE EDUCAR EN LITERACIDAD MEDIÁTICA
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Experimentados profesores confirman que “los y las docentes estamos acostumbrados/as a tener que competir con lo que nuestro alumnado aprende en otras esferas. […] ¿Podemos, como educadores y educadoras, permitirnos ignorarla?, ¿acaso no se ha convertido la literacidad crítica y mediática en una habilidad indispensable para una ciudadanía autosuficiente?, ¿qué podemos hacer para contrarrestar el creciente uso de Internet y las nuevas tecnologías como espacios de radicalización?” Primero, no pensar solo en qué hay que hacer, “sino cumplimentar una técnica eficiente para hacer bien lo que se le dice que tiene que hacer”, y no tratar a los estudiantes “como objetos para completar un puzzle comercial”. Cf Ibidem.
Nuestros estudiantes, en no pocos países, combinan la lectura en papel “con una variedad de prácticas de lectura en dispositivos móviles (tabletas, teléfonos celulares, computadores portátiles, etc.); pero también en pantallas fijas en diferentes escenarios públicos (la pantalla de un cajero automático, las pantallas que muestran itinerarios del transporte público en las grandes ciudades, las pantallas de los vuelos en los aeropuertos, etc.) y privados (videojuegos, chats, videoconferencias, compartir textos y fotos en las redes sociales, la lectura online de una gran variedad de géneros discursivos multimodales, compras de diversos tipos de artículos en Internet, reservas de cine, así como espectáculos culturales y deportivos, etc.). (Vargas Franco, 2015, p.140)”. El no entender, ignorar o minusvalorar esta realidad, hacen imposible que los estudiantes presten atención a sus profesores, pues hablan con un lenguaje totalmente distinto, y no pocos de ellos intuyen o perciben que los contenidos académicos que se les imparte en las aulas, los están preparando para un mundo que intuyen o perciben como inexistente. Cf Ibidem.
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“Ello implica hacer hincapié en la sutil pero vital diferencia entre educar con medios y educar sobre medios. Dicho de otro modo, esta nueva esfera tecnológica constituye una herramienta necesaria, pero el objetivo han de ser siempre la adquisición de las competencias, de las literacidades necesarias para la formación de ciudadanos críticos y libres. Así pues, la metodología que planteamos para esta intervención consistiría en “hablar al alumnado” en su propio idioma, el de la imagen, la cultura audiovisual. […] utilizar nuevos recursos digitales, nuevos formatos para abordar los contenidos, […] que les ayuden a defenderse en el mundo en el que entraran a formar parte dentro de poco. […] bastaría para recuperar el interés del alumnado y, fundamentalmente, hacer que este interviniese en su propio proceso de aprendizaje, en lugar de seguir siendo un “recipiente” pasivo”. Cf Ibidem.
La profesora británica Sonia Livingstone (1960), graduada en Psicología por la University College London y doctora en Psicología por la Universidad de Oxford, ha ejercido la docencia visitante en las Universidades de Bergen, Copenhague, Harvard, Illinois, Milán, París II, y Estocolmo, encargada del departamento de Media and Communications de London School of Economics and Political Science (LSE), Livingstone, plantea que en estos tiempos de fake news, se hace urgente la necesidad para discriminar qué cosa que consumimos a través de los medios y qué nos es útil y qué no. Ojalá sintamos el compromiso de incorporar sí o sí la literacidad mediática a la malla curricular. “Por supuesto no es una bala plateada (es decir, una solución a todos los males), pero sí algo muy importante y urgente para la formación de competencias de pensamiento crítico y de ciudadanía. Según la Revista Latinoamericana de Estudios Educativos (12), “desde el concepto de literacidad se abren posibilidades a la evolución de las formas de leer y escribir, buscando la reconfiguración de las acciones pedagógicas a través de la multimodalidad y criticidad en el desarrollo de la dimensión comunicativa”. Cf SONIA LIVINGSTONE: ¿CÓMO PIENSAN LOS CHICOS SU PROPIA ERA DIGITAL?
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“Ferreiro (1994a) plantea que “en español no hay un término equivalente al inglés literacy, que es particularmente cómodo para hablar de algo que involucra más que aprender a producir marca” (p.2). Con la aparición del vocablo inglés se amplía el enfoque de la lectura y escritura al proceso de construcción acorde con los usos sociales, pues la escritura no se reduce a la interpretación y producción de marcas gráficas, sino que la cultura de lo escrito está presente en la vida diaria del ser humano. […] la literacidad se relaciona con la competencia de criticidad, la cual se requiere en la formación de ciudadanía. […] Las prácticas de lectura y escritura desde el escenario escolar han sido concebidas a partir de las políticas gubernamentales como prácticas democráticas, buscando la homogeneización por medio de la instrucción de una técnica, cuya tradición se remite a las escuelas de los escribas. […] Desde los nuevos estudios de la alfabetización, se propone el término literacidad para comprender el uso de los textos en determinada comunidad, es decir, que la lectura y la escritura se entienden como prácticas socioculturales, reflejando los valores y actitudes del orden social (Cassany, 2006). Lo anterior plantea el reto a la escuela del siglo XXI, de reconfigurar el sentido de los textos en el proceso de interpretación, desde la competencia de criticidad, revisando el aspecto ideológico de estos. […] posibilitando el desarrollo de la creatividad a través de la competencia de criticidad como parte de la dimensión comunicativa de los estudiantes”. LITERACIDAD: NUEVAS POSIBILIDADES SOCIOCULTURALES Y PEDAGÓGICAS PARA LA ESCUELA
La profesora Livingstone ha orientando su investigación sobre la infancia, los medios de comunicación e Internet, para mejorar el conocimiento de las oportunidades, riesgos y seguridad en línea de los niños europeos, y que de alguna manera nos puede servir de referencia a los que estamos en otras latitudes y realidades educativas. Ella utiliza múltiples métodos para mapear la experiencia de Internet de la infancia y sus familias, en diálogo con agentes políticos nacionales y europeos, suele mencionar su formación como psicóloga social para opinar sobre la “tensión productiva entre lo social y lo individual que aborda el estudio de los medios de comunicación y su interrelación con las personas y las sociedades modernas”.
Livingstone considera “seriamente los aspectos regulatorios de los medios y las tecnologías y ha trabajado para proveer evidencia que sirva en el diseño de estas políticas”. En su artículo “Seis cosas que los responsables de hacer políticas tienen que saber sobre los chicos e Internet” (2015), pone sobre la mesa la necesidad del acceso Internet como un derecho, “para resolver la brecha en la participación online -es decir, la diferencia entre usar Internet de modo pasivo, viendo contenidos hechos por otros, o de un modo activo y creativo-; la necesidad de reforzar el aprendizaje de herramientas digitales en los padres y maestros, ya que está demostrado que cuando la brecha generacional se reduce, ese diálogo entre adultos y chicos es más rico y lleva a un uso de Internet más provechoso-; y la necesidad de entender que los riesgos de la era digital van junto a las oportunidades que también provee para los chicos”. Cf SONIA LIVINGSTONE, Ibidem.
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Nos hará mucho bien, como educadores, que estamos preparando los ciudadanos para la mitad del Siglo XXI, conocer y reflexionar -como nos recomendaba Ferreiro- sobre las propuestas pedagógicas para la enseñanza de la literacidad crítica en las escuelas, y facilitarles (casi sin temor a equivocarnos) que tengan mayores elementos de juicio para manejar diestramente las modernas herramientas digitales que están por llegar y hacerle frente a su nueva realidad social. Ser ciudadanos emergentes por estar alfabetizados en un mundo digital. Nuestra malla curricular debe incluir -aunque suene fuerte- tener las habilidades y competencias para manejar “los procesos de decodificación, de creación de significado, de utilización funcional de diversos tipos de textos, de análisis crítico y de participación en la transformación de textos”; y mucho más si no cerramos los ojos a una cultura digital en que dichos procesos ocurren a través de múltiples tipos de textos y diversos modos de representar significado, y que deben ser enseñados en las aulas de las escuelas. “Esto significa que se complementen los procesos enseñanza-aprendizaje de escritura y lectura con una perspectiva que mire al entorno multimodal y digital actual. Desde esta perspectiva las prácticas de literacidad se entienden en relación con los contextos en los cuales éstas ocurren (Lankshear y Knobel, 2008). Cf EL NEXO ENTRE LITERACIDAD Y CULTURA DIGITAL: UNA MIRADA DOCENTE EN CHILE
Una buena alfabetización digital en nuestras escuelas de la pospandemia; el con una literacidad mediática actualizada, entendida como la capacidad de apropiarse de la cultura oral y escrita en toda su riqueza de formas y recursos para interactuar, comunicar, aprender y socializar, con una conceptualización multidimensional, desde una visión ecológica de la enseñanza y aprendizaje de lenguas, con la inclusión y el plurilingüismo entre sus referentes (cf Eva M.ª Iñesta Mena), nos permitirá a nosotros y a nuestros estudiantes, el estar preparados con una educación para el cambio social que exige el Siglo XXI y la Educación 4.0. Nuestra actualización docente nos reta a conocer y aprender a enseñar a aprender la literacididad mediática como una importante actitud y conducta comunicativa de sus estudiantes dentro del contexto de los medios de comunicación multimodales.
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El implementar a la alfabetización digital o literacidad mediática de los profesores, nos permitirá poner una mayor atención para detectar y manejar los variados e inesperados fenómenos disruptivos en los medios y redes digitales; identificar los discursos agresivos y encontrar, junto con los padres de familia y estudiantes, estrategias para afrontarlos. La preparación desde la formación inicial docente en la literalicidad mediática, nos puede garantizar tener profesores en las aulas del Siglo XXI que, manejando una pedagogía transformadora, enseñen a manejar los aspectos claves para lograr una formación integral de calidad, “el cultivo de la reflexividad y de la creatividad, la participación activa y solidaria de quienes son los actores protagónicos de los aprendizajes, la amorosidad en el acto educativo, el compromiso social por la construcción de lo que denominaríamos actualmente sistemas diferenciados y diversificados de aprendizaje, teniendo en cuenta las características de los sujetos educativos y de sus entornos”; que estudiados y analizados, nos permita pasar “de una conciencia mágica a una conciencia crítica, buscando la transformación del contexto vivido”. La literacidad mediática hará más viable “el ejercicio de interconexión de lo concreto a lo abstracto y de lo abstracto a lo concreto, para nuevamente problematizar y descubrir los límites y posibilidades existenciales, como parte de la dialectización del proceso educativo. cf EDUCACIÓN TRANSFORMADORA. LEGADO DE PAULO FREIRE.
Esta realidad, en no pocos espacios educativos de América y España, nos está exigiendo profesores capacitados en la literacidad mediática pues “estamos entrando con pasos temerosos a otra era de la humanidad. ¿Buena o mala? No lo sabemos. [Como] Tampoco lo sabían al inicio de la era industrial y mucho menos cuando apareció el internet”. Ahora parece que es más importante, el preguntarnos ¿Cual es la cualidad mas importante de nuestros estudiantes que están en una relación tan estrecha con las redes sociales y la nuevas TIC; y cómo su capacidad de adaptación influye en su comportamiento y sus costumbres a los cambios? “Nuestro mundo educativo se está moviendo para aprovechar las nuevas formas de gestionar conocimiento y los mismos jóvenes terminan ajustando sus intereses y utilizando todas las redes disponibles para cumplir con sus expectativas, las cuales no son las mismas que tenemos los de otras generaciones”. (cf Comentario Anónimo de INFOBAE, 15/09/2016).
Si usted ha llegado hasta aquí, le felicitamos y permítanos animarle a seguir con perseverancia y entusiasmo su formación permanente. Lamentablemente -y con no poca preocupación- nos preguntamos si estamos enseñando a los estudiantes a buscar correcta y responsablemente la información en el internet y las redes sociales, con profesores que poseen los conocimientos, preparación especializada, práctica en los laboratorios escolares, competencias y habilidades para realizar la alfabetización mediática a los niños y jóvenes que mañana tendrán que ser los gestores de la nueva civilización. Y es que, en no pocas ocasiones, constatamos que algunos solo llegan a visualizar una imagen o leer el título y opinan con escasos elementos de juicio, dejando muestras de una deficiente formación inicial docente, su despreocupación y seriedad por la debida actualización profesional o lo que sería más preocupante: evidenciar su “analfabetismo tecnológico o digital”, que los limita o reduce en sus posibilidades para acceder, comprender, reflexionar y enseñar, con la ayuda de los entornos virtuales de aprendizaje, el uso responsablemente de la información que está en el ciberespacio.
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Si usted no cree en la necesidad de la formación permanente, no sirve para ser docente (II parte)
Nuestra experiencia en este espacio virtual, nos lleva a seguir motivando a los profesores y padres de familia para que busquen trabajar juntos en el conocimiento de las TIC, las nuevas herramientas y recursos digitales, el uso de las plataformas digitales, el acceso a las paginas web y hablar el lenguaje digital que se adquiere con la educación mediática. Ésta en una exigencia, como lo hemos señalado al inicio, pues es una necesidad del mundo de hoy y porque, en no pocas oportunidades, llegamos después que nuestros niños y jóvenes, quienes nos necesitan como sus guías más cercanos y confiables para desarrollar sus conocimientos, su escritura, su lectura, su pensamiento crítico, su corresponsabilidad social, su formación ciudadana y el uso ético de las redes sociales
“Debemos proporcionar a los estudiantes las herramientas que necesitan para ser consumidores de información en línea. Buscar información precisa en Internet es un proceso complejo que requiere instrucción explícita, con orientación y modelado por parte del maestro”. (Jodi Pilgrim y Elda E. Martinez, 20/10/2020).
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF