¿Cuánto saben los profesores sobre los recursos educativos creados para despertar estímulos rápidos, incesantes y crear potencial adictivo? (Parte II)

Como esta publicación la estamos dividiendo en tres partes, es oportuno recordar, en esta segunda parte, que nuestro objetivo es subrayar la importancia de la presencia orientadora de profesores capacitados en las nuevas tecnologías digitales, quienes, con sus conocimientos y experiencia, ayudarán a los estudiantes para sientan más atractivo el estudio, la investigación y la adquisición de nuevos conocimientos, y evitar que pierdan el manejo adecuado de las herramientas digitales para su formación integral.

No dejemos al azar el que nuestros estudiantes descubran cómo se generan e industrializan las aplicaciones digitales que estamos usando como recursos educativos, y la importancia de tener un código o lineamiento ético para orientar su conducta en las redes sociales, la privacidad de sus datos personales y saber que estamos tratándonos entre seres humanos.

La tarea educativa está, precisamente, frente al reto de orientar su uso formativo, libre y responsable. Mucho más sabiendo, que en no pocos lugares -donde se ha podido cerrar un poco la brecha digital- los estudiantes de todos los niveles, usan amigablemente el mobile learning (m-learning) como el formato preferido de aprendizaje y acceso al conocimiento, lo que hace imprescindible contar con las aplicaciones digitales necesarias para usar sus celulares, teléfonos inteligentes, las tablets, laptops y computadoras.

Si desea, puede usted leer la primera parte en este enlace: ¿Cuánto saben los profesores sobre los recursos educativos creados para despertar estímulos rápidos, incesantes y crear potencial adictivo? (Parte I)

La curiosidad, que tantas veces nace de la inconformidad con las respuestas, es el gran recurso para despertar la emoción de aprender…

Estos desafíos nos están obligando a tener mayor cuidado en la actualización docente, que se extiende a toda la práctica educativa. En esta parte vamos a saber algunas opiniones y experiencias -que a lo mejor ya conocemos- sobre la influencia positiva de las tecnologías digitales en la Educación, sin olvidar cómo éstas estudian la curiosidad de nuestros niños y jóvenes, y cómo logran llamar su atención de manera sutil e (tantas veces) inconsciente. Quisiéramos que esta parte nos anime a desarrollar las competencias digitales docentes, de acuerdo a cada realidad educativa, entendidas como el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y destrezas relacionadas con el uso de la tecnología, aplicada a los contextos y procesos educativos, con el fin de alcanzar los objetivos planificados. La cercanía de los padres de familia y los profesores, remando en la misma dirección, ayudará a prevenir y proteger a nuestros niños y jóvenes del atractivo desmedido de los dispositivos electrónicos y lograr su uso óptimo para educarse. Los profesores suelen manejar las aplicaciones comunes y conocidas, como por ejemplo procesadores de texto y programas de presentación, aplicaciones de correo electrónico y redes sociales, pero también deben conocer y saber operar las aplicaciones que dejan que la comunidad de aprendizaje determine cuáles son las más adecuadas para las tareas a realizar, reforzar su manejo y mejorar el aprendizaje. cf Marco de competencias de los docentes en materia de TIC UNESCO

ECONOMÍA DE LA ATENCIÓN (01´ 29”)

También es recomendable verificar el manejo de los mismos conceptos, significados y nociones verbales. Hablar el mismo idioma en un diálogo, es esencial, pues contribuyen a la claridad, comprensión y eficacia de la comunicación. Esto reducirá la posibilidad de malentendidos y estableceremos una base común de entendimiento; comprenderemos de qué estamos hablando y desterraremos la ambigüedad. Esta premisa nos permitirá una comunicación más efectiva, fluida y coherente. Podremos construir argumentos y dar opiniones con un lenguaje común, que facilitará la fluidez de la conversación, e intercambio de opiniones.

Por ejemplo, la RAE acepta el uso de términos tales como influencer, influidor, influenciador o influyente, y se recomienda el uso del primero porque es el más extendido. También considera aceptable you­tuber, e incluso youtubero, así como wasap o guasap. En fin, toda una parafernalia de anglicismos españolizados a los que debemos acostumbrarnos para no estar fuera de onda”. (Enrique Stuyck, La Vanguardia, 17/08/19). Ojalá recordemos que los sabios griegos recomendaban: “definamos conceptos y luego discutamos”. “Si quieres que una persona comprenda lo que tú le estás contando, si realmente quieres que te entienda, has de explicárselo de diferentes maneras, utilizando diferentes «idiomas» hasta dar con el suyo, o con el del grupo. Por eso, es muy importante conocer previamente al público al que le vas a transmitir conocimientos”. Formador y alumno: la importancia de hablar el mismo idioma

Otra de las tareas previas es el de ayudar a distinguir entre “la libertad como una facultad del hombre y libertad, como la realización existencial de él mismo” (Juan María Parent). El conocimiento, actualización, supervisión y orientación de los recursos digitales, por parte de los padres de familia y profesores, respaldarán en los beneficios formativos y evitarán los daños potenciales que ya están presentes o pueden desarrollar el uso “desordenado y sin ética”. Ojalá tengamos el tiempo, aunque pueda parecer difícil, el abrir espacios para dialogar sobre temas como la atención, la información, la economía de la atención, la educación online, la manipulación de la dopamina, el algoritmo, la cámara de eco o el filtro burbuja, el  microaprendizaje, el scroll (desplazamiento, generalmente de arriba hacia abajo, de los contenidos que forman una página web, una app, etc,), maquinaria neuronal de la atención, la importancia de la reflexión, el buscar ayuda profesional y confiable, el tener pensamiento crítico, qué es la sociedad de consumo, la proliferación del consumo digital, IA, Bot, ChatGPT, y nueva economía digital, entre otros.

Hoy, con la ayuda de la neuroeducación, tenemos muchísimas más certezas que la curiosidad y el asombro juegan un papel importantísimo en todo el proceso enseñanza – aprendizaje, pues involucra múltiples campos de conocimiento que abarcan casi todos los campos del sistema de aprendizaje y proporciona nuevas luces y perspectivas para resolver los problemas y mejorar el disfrutar de aprender, y que está están muy unidas a la libre elección. “La investigación educativa suele comenzar con la identificación de un problema o una cuestión académica. A partir de ahí, implica la búsqueda de todos los datos, la información debe ser analizada para interpretarla. Las afirmaciones sin pruebas de investigación no son más que opiniones, la recopilación y distribución de información”. Y eso no es orientar a adquirir conocimientos con pensamiento crítico, y educar para elegir responsablemente. Cf Fases y etapas del proceso de investigación educativa

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La curiosidad, que tantas veces nace de la inconformidad con las respuestas, es el gran recurso para despertar la emoción de aprender, despierta esa inclinación por el saber algo desconocido, ese sentimiento explorador, ese deseo legítimo por averiguar, de descifrar “aquello que a simple vista no resulta evidente”, que demos aprovechar los educadores, y es la que manejan los creadores de App educativas. El mercado de recursos digitales para la educación sigue estudiando esa curiosidad, que enciende la maquinaria neuronal de la atención: “el foco de luz que nos permite ser conscientes de lo que vemos o aprendemos. No hay aprendizaje explícito, no hay conocimiento sin el foco previo de la atención”. Y eso lo saben ya las empresas que están explotando las tecnologías digitales y que nos ofrecen nuevas herramientas para la educación. Como nos dice el profesor Mora: «Qué hace que, en una clase llena de alumnos atentos, en la que el profesor está explicando un tema determinado, los alumnos, sin excepción, cambien su foco de atención desde el profesor y lo que explica, hacia una jirafa que entrara en la clase por una puerta, y tras pasearse por detrás de él, saliese por otra? ¿Qué despierta la jirafa que no tenga el profesor? Despierta simplemente curiosidad, uno de los ingredientes básicos de la emoción. La curiosidad, lo que es diferente y sobresale en el entorno, encien­de la emoción. Y con ella, con la emoción, se abren las ventanas de la atención, foco necesario para la creación de conocimiento», asegura Francisco Mora. Francisco Mora: El cerebro sólo aprende si hay emoción

profesores

La pedagogía nos enseña que el acto de atender tiene el componente específico de la curiosidad, entendida como lo que es diferente y sobresale en el entorno y enciende la emoción, y que permite se abran “las ventanas de la atención, foco necesario para la creación de conocimiento. Y es la emoción y el entusiasmo elementos constitutivos fundamentales del proceso de conocer, tanto para el que aprende como para el que enseña, pues también despierta alegría. “«Las emociones que debemos potenciar en el aula, en la familia… son la alegría, la confianza (porque aprendemos de quienes confiamos y porque la confianza se contagia) y la curiosidad. Estas emociones potencian la capacidad de crecimiento y autocrecimiento», y desterrar el miedo que es “una sensación incómoda, por lo que luego no querremos utilizar lo aprendido. «Es mejor aprender menos cosas, pero con un estado emocional satisfactorio», opina David Bueno, biólogo genetista y director de la Cátedra de Neuroeducación de la Universitat de Barcelona (España).

Los profesores –y aquí entramos a un punto neurálgico- debemos estar preparados para acortar, lo más posible, la distancia creciente entre lo que ofrecemos cada día en las aulas con la enseñanza y lo que llama al interés de nuestros estudiantes en el internet…

El profesor Francisco Mora sostiene que todos los cambios importantes que sucedan en nuestras sociedades occidentales pasarán «por reconocer y aceptar que el ser humano es lo que la educación hace de él». Y uno de los factores fundamentales es la educación de la atención, a cargo de los maestros y padres de familia, quienes tenemos el desafío de responder al reto de encontrarnos con estudiantes que vienen manejando con mucha destreza los recursos tecnológicos, “y ahora necesitamos ayudarlos a saber cómo usarlos en su proceso de aprendizaje, sin ser secuestrados por el internet. No se trata de “creer que las TIC vayan a cambiar la educación, sino que es la educación la que debe cambiar para hacer frente a las habilidades que se requieren para el acceso y gestión de información por medio de estas tecnologías”. (Para Pablo Delgado, Ladislao Salmerón y Cristina Vargas). Cf Francisco Mora: El Internet está generando un problema atencional

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Si bien en cada contexto educativo (pues aquí coincidimos educadores de América, España y de habla hispana en todo el mundo), también es bueno saber qué entendemos por economía de la atención, recursos digitales educativos y potencial adictivo. Y luego, como propone el profesor Mariano Fernández, nos hagamos y respondamos personalmente estas tres preguntas:

Primera: si no fuera por la ley, por complacer a sus padres y puede que incluso a mí, y porque aquí están sus compañeros, ¿cuántos de estos alumnos habrían venido?

Segunda: si hubiese tenido que organizar desde cero el espacio, el tiempo y el programa de actividades ¿es esto que tengo delante y por delante lo que habría hecho?

Tercera: ¿hasta dónde puedo llegar solo y hasta dónde podríamos hacerlo como centro?

Si la respuesta a las dos primeras fuera afirmativa, se puede ahorrar la tercera. Pues lo más importante, en nuestras clases, es aburrir menos, desterrar el desinterés y el desenganche que llevan al fracaso, la deserción y el abandono. Cf MARIANO FERNÁNDEZ: “NECESITAMOS UN CAMBIO EDUCATIVO RÁPIDO Y PROFUNDO”

Los profesores –y aquí entramos a una punto neurálgico- debemos estar preparados para acortar, lo más posible, la distancia creciente entre lo que ofrecemos cada día en las aulas con la enseñanza y lo que llama al interés de nuestros estudiantes en el internet, es decir, saber y enseñar a manejar la economía de la atención, ante una competencia feroz por la cantidad de información y las App, en la que la escuela tiene -con frecuencia- todas las de perder frente a los medios, la red y el reciente recurso de la IA. salvo que enseñemos el debido manejo de estos recursos, y sentir que estamos donde queremos estar, haciendo lo que queremos hacer y de la mejor forma posible. Y como nos decía en profesor Jordi Nomen, en la primera parte: “si el profesor no es una persona que se formula preguntas en público, si no hace avanzar a los alumnos en las deducciones de lo que van viendo y viviendo, es muy difícil enseñar nada”. Los profesores debemos ser un modelo de pensamiento riguroso, tenemos que demostrar que nosotros también nos interrogamos.

Si cada día sabemos más cómo las empresas han manejado -y manejan- la atención de los usuarios, nosotros y nuestros estudiantes estamos todavía siendo estudiados con mucha precisión sobre la efectividad del secuestro de nuestra atención, con algoritmos que seducen e hipnotizan nuestra curiosidad, encienden la emoción y nos entusiasman, y que “no es para nada igual al lenguaje de los investigadores académicos”. Algunos especialistas como Bruno Patiño, nos dicen que la verdadera causa que hace que los smartphones, celulares o móviles sean tan irresistibles es la economía de la atención, es por el uso de los algoritmos en sus aplicaciones, para confiscar nuestra atención por medio de la curiosidad y la novedad con fines económicos.  Este panorama debe motivarnos a profundizar nuestros conocimientos y habilidades docentes para valorar cómo la curiosidad enciende la emoción por conocer de nuestros estudiantes. Y como profesores debemos garantizar que también estamos provistos de recursos didáctico pedagógicos para el mundo cambiante de hoy, y preparar a nuestros estudiantes ante el posible secuestro de su atención y la manipulación de su educación.

Las empresas de recursos digitales, y en especial las del rubro de la Educación, saben que en “la actual sociedad de la información es difícil atraer la atención de las audiencias y la atención es un prerrequisito de cualquier transacción económica”. Este fenómeno que ya ha incursionado como elemento constitutivo en la creación de los recursos educativos, nos reta a analizarlas una a una y orientarlas en términos educativos, partiendo de la experiencia que estudiar, reflexionar y tener un pensamiento crítico; y que sin duda requiere realizar el esfuerzo de usar con responsabilidad y la ética la tecnología digital educativa. “Desde hace buen tiempo, en muchos centros educativos, se incluyen asignaturas de informática para los estudiantes, pero a veces no es suficiente, por lo que los profesores y padres debemos hacer también un esfuerzo de aprender a enseñar el uso prudencial  e inteligente de estos recursos tecnológicos, para que los estudiantes tenga buenos referentes y orientadores preparados para desarrollar un criterio mínimo de prevención frente al riesgo de  encontrar contenidos erróneos, falsos e, incluso, fraudulentos”. Cómo usar en la Educación, los dispositivos digitales personales de manera disciplinada, ética, responsable, saludable y eficaz

Mientras que las empresas compitan entre ellas para secuestrar la atención de sus clientes durante el máximo tiempo posible, utilizando para ello técnicas persuasivas que tienen como finalidad mantenerlos aferrados a sus dispositivos durante el máximo tiempo posible y atados a su plataforma, nuestros estudiantes están más propensos a no logar los objetivos educativos que nos proponemos en nuestras planificaciones escolares. Inicialmente, podríamos pensar que no es negativo a priori, ya que se están exponiendo aquello que a ellos les gusta o les interesa y sin necesidad de tener que buscarlo. “Sin embargo, si lo pensamos bien, existe una trampa en este planteamiento, nuestra atención es finita y nuestro tiempo es limitado”. El ser “dirigidos” a prestar la atención a objetivos que no sean propiamente los del proceso enseñanza – aprendizaje, nuestros estudiantes pierden la oportunidad de valorar otras alternativas de aprender, reducen su campo de visión, incluso corren el riesgo de atrofiar su sentido crítico, reducir su tiempo de descanso, de ocio, de relaciones humanas…, “aspectos absolutamente necesarios para construir una vida armónica y en equilibrio. […] y la única herramienta para salir de ella es buscar espacios para la reflexión individual y grupal”, con la ayuda de sus padres y maestros. El secuestro de nuestra atención

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¿Tiene o ha tenido usted esta experiencia de no saber como atraer la atención de sus estudiantes? ¿Se ha dado cuenta sobre el modo sutil e imperceptible con que nos atraen hacia una la información las redes sociales? ¿Sabe usted qué es el secuestro de la atención? ¿Qué podemos hacer para que nuestros estudiantes (ni sus padres, a veces) sean secuestrados por las redes?  ¿Será cierto que algunas las apps manipulan la atención y nuestra natural curiosidad? La práctica de adaptar los contenidos a la audiencia no es exclusiva de Facebook, o las redes sociales. Los periódicos llevan haciéndolo desde que surgieron. El sesgo informativo que tienen muchos periódicos no se debe tanto a estar bajo el control de poderes políticos y económicos como a que su audiencia no puede soportar determinados mensajes. El periódico que no es prisionero de sus propietarios o anunciantes es prisionero de los prejuicios de su propia audiencia. Y lo mismo ocurre incluso en un blog. Algunos posts hacen aumentar su audiencia, otros le hacen perderla. El secuestro de la atención

El psicólogo estadounidense Herbert A. Simon, opinó que el «cuello de botella del pensamiento humano» se forma por la gran cantidad de información que origina en la acción de atender. Esta realidad -que podemos experimentar en el proceso enseñanza – aprendizaje- nos pone ante una realidad muy actual: “cada vez se reduce más y más esa capacidad de atender, [Y] lo vemos en las generaciones más jóvenes. Un ejemplo es la red social Tik Tok, que arrasa, con videos de no más de 15 segundos, que nos presentan microapendizajes y productos digitales más cortos y atractivos para que como usuarios pasemos más tiempo conectados. Como educadores podemos darnos cuenta que “la atención es selectiva y no reacciona igual a la gran cantidad de estímulos que recibimos en el mundo digital”, y aunque nos ayuda a sobrevivir la tecnología aplicada a la educación, tiene su espacio, que los especialistas han denominado: Economía de la Atención. Cf La economía de la atención

El Diccionario empresarial del portal SAGE, nos dice que la “economía de la atención” hace referencia a la limitada capacidad de las personas para captar información, de ahí que haya que llevar un filtrado para recibirla y procesarla. Nuestra atención, por tanto, no es infinita. “Cada vez tenemos más acceso a más información y, sin embargo, nuestra capacidad de atención no aumenta”. De ahí que las empresas que ponen en el mercado las aplicaciones para la educación, “estén librando una batalla por conseguir la curiosidad de los navegantes. En la era de los scrolls [«desplazarse»], de los contenidos breves, de los titulares y del leer entre líneas, la atención se ha convertido en un bien muy preciado por lo escaso”. Y en el mundo educativo tenemos que estar atentos en conocer y enseñar a gestionar correctamente la aplicación y el uso de las TIC, de tal manera que no enganchen a nuestros estudiantes según sus intereses comerciales, sino que elijan el objetivo del conocimiento. Cf Economía de la Atención

La Economía de la Atención, no solo estudia nuestra relación con el internet y las redes sociales, sino también nuestros límites con referencia a la abundancia de la información que cada día se incrementa a las redes de manera exponencial, y que no es tarea fácil controlarla. Éstos son aspectos que las empresas tienen muy en cuenta en la fabricación y comercialización de las aplicaciones educativas y recursos didácticos – pedagógicos digitales, y que los educadores no debemos ignorar. Las TIC que adquirieron ese nombre porque se suponía que eran tan solo una forma de transportar y difundir la información, hoy sabemos que ya no es así, tiene una intencionalidad en su fabricación, y que no es tan fácil detectar. Que el modelo sobre cómo generar y distribuir la información en medios digitales de manera que productores y distribuidores puedan ganar dinero con ello, es un fenómeno no tan visible a primera vista. Y esto nos debe animar a actualizarnos y caminar cercana y “vigilantemente” a nuestros niños y jóvenes.

Estamos, tanto los padres de familia, profesores y toda la comunidad, frente a la responsabilidad de no abandonar a su suerte a nuestros niños y jóvenes en medio de la dimensión virtual en la que están sumergidos cada día más…

Como profesores de nativos digitales, que llegan a nuestras escuelas con tantas habilidades antes de saber leer y escribir -en su mayoría, bastante desarrolladas- en el manejo de los recursos electrónicos digitales, somos conscientes de la importancia de la educación ética sobre el acceso y manejo responsable de la información, y el poner cuidado de la utilización del ciberespacio con fines delictivos, por otro, representan nuevos retos para las actuales generaciones de estudiantes. Hoy en día, la seguridad cibernética es un tema que alcanza no únicamente a quienes usan la Red con propósitos comerciales, sino también a quienes abren cuentas en plataformas virtuales y utilizan programas y herramientas educativos en estos espacios para desarrollar investigaciones y deberes escolares. Sin embargo, casi ninguna, ofrece las garantías éticas para los niños y jóvenes, sin el acompañamiento de los responsables (padres de familia y profesores), ante las nuevas demandas en la educación con un nuevo escenario.

Estamos, tanto los padres de familia, profesores y toda la comunidad, frente a la responsabilidad de no abandonar a su suerte a nuestros niños y jóvenes en medio de la dimensión virtual en la que están sumergidos cada día más -incluidos algunos de nosotros- durante gran parte del día -y la noche-, y educarlos para que evolucionen como usuarios responsables del Internet. En concreto, apoyarlos en que se desarrollen como personas con una mayor capacidad crítica, el no tener miedo a aconsejarse y lograr una libertad responsable. Así impediríamos que los mensajes persuasivos permeen en su mente, y que las aplicaciones tecnológicas secuestren su atención, su identidad, su voluntad y diluyan u opaquen los valores éticos, con la facilidad que -en algunos ambientes escolares y no escolares- lo logran tan fácilmente hoy. Cf Qué es la Economía de la Atención y cómo puede llegar a influir en nuestros pensamientos

«Hoy día, todo consiste en hacer que la gente quiera cosas y en lidiar con el hecho de que tenemos una capacidad de atención limitada. Quien se adentre en la mente de la gente gana… y los demás pierden».  (Tim Wu)

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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