Maestros al servicio de la educación

Francisco Mora: El Internet está generando un problema atencional

La experiencia de conocer y adquirir cada día una mayor cantidad de información por medio del internet, nos está conduciendo a manejar el aprendizaje automático y la inteligencia artificial, porque nos está ofreciendo mejoras, entre ellas el reto de desarrollar el proceso de enseñanza y aprendizaje de la lectura en un contexto en el que las nuevas tecnologías representan en sí un desafío, pues están obligando a una nueva forma de asimilar la información.
El uso del internet nos plantea interrogantes, entre otros, como éstos: ¿Multiplicará la adquisición de conocimientos? ¿Cuanto más se utiliza, peor es el aprendizaje? ¿Aleja de la actitud pausada y reflexiva que siempre ha demandado la lectura? ¿Tiene alguna repercusión física en el cerebro? ¿Qué variables moderan el efecto de la lectura de los libros impresos? ¿Dificulta el ejercicio de las habilidades cognitivas necesarias para comprender textos en profundidad? ¿Es menos fructífero que hacerlo mediante letra impresa? ¿Están preparados los profesores para orientar la lectura digital? ¿Cuentan todos los estudiantes con los adecuados medios digitales de lectura?

Los profesores tenemos el desafío de responder al reto de encontrarnos con estudiantes que vienen manejando con mucha destreza los recursos tecnológicos, y ahora necesitamos ayudarlos a saber usarlos en su proceso de aprendizaje. La exigencia de contar con educadores con nuevas capacidades digitales aplicadas a la pedagogía, como lo expresa Andrea Núñez–Torrón en este enlace:

Aquí algunas opiniones de connotados investigadores y la reflexión del profesor Francisco Mora Teruel, catedrático de Fisiología en la Universidad Complutense de Madrid y profesor adscrito de Fisiología Molecular y Biofísica en la Universidad de Iowa (USA), autor de numerosos artículos y libros profesionales y de libros sobre el cerebro y la memoria.

Para Marielos Murillo, investigadora de la Universidad de Costa Rica (UCR), afirma que la lectura en pantalla es superficial y responde al nivel más básico. Eso se da porque la persona no relaciona lo que está leyendo con sus conocimientos previos y tampoco dialoga con el texto, porque lo que hacen los aparatos es dejar claro que uno está disponible. En esa inmediatez no hay tiempo para profundizar, confrontar con las experiencias propias e, incluso, devolverse a leer para ahondar en lo que el texto nos está diciendo”.

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El escritor norteamericano Nicholas Carr (1959) afirma que en el pasado fuimos como un buzo en un mar de palabras; ahora nos deslizamos por la superficie [-por el uso de los libros digitales-] como sobre una moto acuática y se pregunta ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?, respondiendo que “(…) Cuando estaba alejado de mi computadora, sentía ansias de mirar mi correo, hacer clic en vínculos, googlear. Quería estar conectado. Al igual que Microsoft Word me había convertido en un procesador de textos de carne y hueso, Internet, me daba cuenta, estaba convirtiéndome en algo parecido a una máquina de procesamiento de datos de alta velocidad… Echaba de menos mi viejo cerebro”.

Para escritor argentino Jorge Luis Borges, quien afirmó que «el verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soportan “el modo imperativo”», y sin referirse al poder de Internet y las nuevas tecnologías, también dijo que “de los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación. LA LECTURA EN LOS TIEMPOS DE INTERNET

La profesora Marianne Wolf, defensora de los niños y la alfabetización en todo el mundo, y directora del Centro para Dislexia, Estudiantes Diversos y Justicia Social en la Escuela de Graduados de Educación y Estudios de la Información de UCLA (USA), afirma que el medio digital está transformando el modo en que leemos, pues nuestro encéfalo no ha evolucionado para leer, actividad que comenzó a popularizarse hace escasamente seis siglos. El cerebro lee gracias a su asombrosa flexibilidad y capacidad de adaptación a las demandas externas. Cada cerebro aprende a leer a través de estructuras y circuitos neuronales que han evolucionado para llevar a cabo otro tipo de actividades. Así, pues, la lectura es una actividad «novedosa» y compleja y, como tal, muy sensible a la forma en que se aprende y se practica”. LA LECTURA DIGITAL, EN DESVENTAJA

ESTUDIAR EN PANTALLA DIGITAL VS PAPEL ¿QUÉ DICE LA CIENCIA? (12´ 28”)

Para Pablo Delgado, Ladislao Salmerón y Cristina Vargas de la Universidad de Valencia (España), “la idea principal no debe ser que las TIC vayan a cambiar la educación, sino que es la educación la que debe cambiar para hacer frente a las habilidades que se requieren para el acceso y gestión de información por medio de estas tecnologías. En el caso de la lectura en formato electrónico, la pantalla es la puerta de entrada al mundo digital, por lo que podría ser en sí misma una clave contextual que fomente la activación de un estilo cognitivo propio. De ser así, debe lograrse que los estudiantes desarrollen habilidades para transferir al contexto digital las capacidades cognitivas que les permitan comprender en profundidad la información escrita”. LA LECTURA DIGITAL, EN DESVENTAJA

El regreso a las clases presenciales o híbridas, no solo veamos los protocolos sanitarios, sino que también nuestra responsabilidad de buscar un tiempo para entender la difícil experiencia que han pasado cada uno de nuestros estudiantes,  y como educadores preparemos “a los jóvenes para los desafíos de su futuro, no de nuestro pasado”, nos recomienda Richard Gerver, experto británico en innovación educativa, liderazgo y cambio organizativo; por lo que debemos planificar el cómo preparar a nuestros niños y jóvenes “para la incertidumbre del futuro, a través del desarrollo de competencias digitales; el dominio de habilidades blandas necesarias para enfrentar los desafíos de un mundo pospandemia; el uso de la creatividad para la resolución de problemas; y la adaptabilidad al cambio y la transformación digital. (CADE 2021).

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Después de dos años de sufrir las consecuencias de la pandemia del COVID 19, no somos pocos los que estamos experimentando la intervención de las redes hacia una computación cognitiva, que “buscará la unión de lo humano, lo físico y lo digital para intentar imitar el comportamiento del cerebro humano”, como opina Iñigo Sarria Martínez De Mendivil, en National Geographic (España): “la tecnología avanza y la velocidad de las redes de transmisión de datos aumenta. Vivimos un momento de transformación digital en todos los aspectos claves de la vida que, y “volamos hacia una inmersión absoluta de lo digital y lo físico. Cada vez será más difícil discernir entre realidad o ficción. La internet de los sentidos supondrá avances en nuestra alimentación o en la medicina, que podrá ser preventiva más que curativa. Como aspectos negativos, debemos controlar la seguridad de los datos, evitar la filtración de información a personas no deseadas. Con acciones formativas y difusión de los riesgos, controlaremos los peligros y avanzaremos hacia la siguiente revolución industrial”. DEL INTERNET DE LAS COSAS AL INTERNET DE LOS SENTIDOS

Para el Doctor Francisco Mora, especialista en neuroeducación, quien tanto en sus conferencias como en sus artículos y libros se ha especializado en indicarnos sobre el funcionamiento del cerebro, la lectura y el internet; afirma que “se podría decir que nacemos con un disco cerebral en el que poder grabar, pero que estará vacío si no se graba nada en él”; y agrega que podemos afirmar que ahora, respecto a la relación entre la lectura y la influencia del internet en el proceso de aprendizaje, la lectura no solo se hace más de prisa sino también de modo diferente; porque tiene “un foco de atención muy corto y siempre cambiante, […] y sus efectos y posibles consecuencias tienen aspectos cognitivos, con sus problemas “reales” de adaptación al ritmo del resto de compañeros de estudio; incluso mostrando efectos en el cerebro de niños y adolescentes, […] que van desde la disminución de la empatía hasta el decaimiento de la capacidad de tomar decisiones”.

Lectura recomendada:

La periodista Ana País (Montevideo, Uruguay 1985), escribió un artículo para BBC en base a su conversación con el Doctor Francisco Mora sobre su libro más reciente: Neuroeducación y lectura (2020), en el que trata sobre la importancia del lenguaje y la lectura; el papel fundamental que juegan las emociones en los procesos de aprendizaje, atención y memoria; nuestra relación con el lenguaje, la lectura y la educación y la composición química del cerebro, y un proceso tan humano como la curiosidad. HAY FESTIVAL, AREQUIPA

En este coloquio el profesor Mora habló sobre el cerebro, la educación, el internet y la lectura, publicación de la cual tomamos tres puntos, y nos hemos permitido acortar, remarcar con letras en negritas y cursivas, y que son de la Redacción Web del Maestro CMF. Les sugerimos leer la publicación completa en el enlace que indicamos al final.

LA LECTURA A EDAD TEMPRANA NO HACE ESTUDIANTES MÁS INTELIGENTES

Los niños son “verdaderas máquinas de aprender” ya desde el útero, escribe Francisco Mora, pues “el ser humano necesita aprenderlo casi todo”.

La lectura es uno de esos grandes hitos en el desarrollo infantil, uno que llena a los padres de orgullo… o de preocupación, incluso algunos padres de familia cuando se dan cuenta que su niño de 5 años todavía le cuesta mucho aprender a leer y que el vecinito de enfrente con 4 años ya lee de corrido, se pueden preguntar: ¿es que mi niño es más torpe?” A lo que la neurociencia ha demostrado que, para aprender a leer, hay ciertas partes del cerebro que tienen que haber madurado previamente, algo que puede llegar a suceder a los 3 años, pero que por lo general culmina cuando tienen 6 o 7 años. Por lo que “lo aconsejable es que la lectura se empiece a enseñar formalmente a los 7 años, “edad en la que, casi seguro, las áreas cerebrales base de la lectura están en todos los niños lo suficientemente desarrolladas y maduras para captar en todo su sentido y emoción la tarea de comenzar a leer. Precisamente esa es la edad en la que se empieza a aprender a leer en ese país tan avanzado en la enseñanza que es Finlandia. […] forzar a un niño a aprender a leer prematuramente puede provocarle un sufrimiento y frustración innecesarios, que lo logre a los 3 o 4 años no tiene trascendencia alguna a futuro. […] no le da una ventaja académica ni lo hace más inteligente, pues la maduración cerebral tiene un componente genético, pero también uno cultural, vinculado, sobre todo, al hogar: crecer con padres que leen o te leen, “tiene una dimensión emocional que facilita enormemente el aprendizaje de la lectura”.

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LEER CAMBIA EL CEREBRO

“Si bien el cerebro no está genéticamente diseñado para leer, este órgano posee una propiedad clave para lograrlo: la plasticidad. La palabra proviene del griego “plastikós”, que significa “cambio” o “modelado”. Quizás el máximo ejemplo sea que aprender a leer modifica la función de un área del cerebro principalmente programada para identificar formas y detectar caras, la cual también pasa a procesar y construir palabras. Pero las transformaciones no son solo a nivel fisiológico.

Lo que enseña (el maestro) tiene la capacidad de cambiar los cerebros de los niños en su física y su química, su anatomía y su fisiología, haciendo crecer unas sinapsis o eliminando otras y conformando circuitos neuronales cuya función se expresa en la conducta”, escribe en “Neuroeducación”: “cada persona cambia no solo en función de lo vivido, sino también de lo leído”. Leer no es un acto pasivo de absorción de lo que hay escrito en un determinado documento o libro, sino un proceso activo, o recreativo (‘volver a crear’) si se quiere, de lo que allí se describe”, implica “activar un amplio arco cognitivo que involucra la curiosidad, la atención, el aprendizaje y la memoria, la emoción, la consciencia y el conocimiento”.

EL INTERNET Y LA ATENCIÓN

“Nadie duda que internet ha supuesto una revolución cultural, creando una “era digital” en la que la lectura no solo se hace más deprisa sino también de modo diferente, […] Sin embargo, diversos estudios sobre los efectos de internet en el cerebro de niños y adolescentes también empiezan a mostrar aspectos negativos, que van desde la disminución de la empatía hasta el decaimiento de la capacidad de tomar decisiones. […] navegar en internet necesita de un foco de atención muy corto y siempre cambiante, mientras que la lectura en papel exige ser “sostenida” y “reposada”. Incluso hay quienes hablan de una nueva forma de atención, a la que llaman digital.

La ayuda de Google para facilitar datos y fechas, “no quiere decir que la memoria haya dejado de importar en el aula. Necesitas memorizar y mucho, porque tus memorias son lo que eres […] Esa es una dimensión importante de tu individualidad, de lo que te hace diferente” […]”

La información completa de los párrafos precedentes le recomendamos leer íntegro en este enlace: POR QUÉ ESTA NOTA VA A CAMBIAR TU CEREBRO (Y OTROS 3 DATOS SOBRE LA NEUROCIENCIA DE LA LECTURA)

Los profesores preparémonos para priorizar el cómo invertir tiempo en planificar y buscar nuevos caminos para reconectar con nuestros estudiantes, ayudarlos a reparar las relaciones humanas que se han alterado o se les ha negado con el confinamiento; y no cometamos el error empezar de lleno a cumplir con el currículo o los requisitos del sílabo, que tanto les gusta ordenar y supervisar a quienes planifican la educación desde sus escritorios. Tratemos de empoderar a nuestros estudiantes para que sepan que, no importa de dónde vengan, que tienen un rol protagónico y activo en su educación, que se atrevan (sin temor a equivocarse) a probar cosas nuevas, a aportar para diseñar un nuevo sistema educativo basado en el empoderamiento y no en el control. cf LAS RELACIONES HUMANAS EN LA VUELTA AL COLEGIO», RICHARD GERVER EN CADE EDUCACIÓN 2021

“No importa lo ocupado que piensas que estás, debes encontrar tiempo para leer, o entregarte a una ignorancia auto elegida”. (Confucio)

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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