Maestros al servicio de la educación

¿Cuánto saben los profesores sobre los recursos educativos creados para despertar estímulos rápidos, incesantes y crear potencial adictivo? (Parte I)

El uso de nuevos recursos tecnológicos en la educación, también llamados App educativos, son programas multimedia ideados para ser usados a través de dispositivos electrónicos y como herramientas de mobile learning. Estas aplicaciones nos están obligando a buscar un poco, de nuestro ya escaso tiempo, para revisar sus propuestas de apoyo al proceso enseñanza-aprendizaje y usar la tecnología de manera conveniente y eficaz en nuestra tarea educativa, como ya nos ha indicado la psicóloga, escritora y terapeuta infantil Tanya Byron: «la tecnología por sí misma no es transformativa.

Es la escuela, la pedagogía, la que es transformativa», necesita de la intervención profesional de los profesores. El uso de programas interactivos y la búsqueda de información científica en Internet se presenta como “un apoyo muy atractivo al proceso educativo, favoreciendo el intercambio de ideas, la motivación y el interés de los alumnos por el aprendizaje”, y es el profesor quien es el nexo insustituible en el proceso enseñanza – aprendizaje sin embargo la falta de actualización y capacitación -incluso ignorancia- hace que se tenga rechazo o indiferencia la tecnología digital aplicada a la educación.

CÓMO NOS MANIPULAN EN LAS REDES SOCIALES (17´ 51”)

El educador norteamericano David Warlick, y uno de los primeros en USA en adoptar y promover la tecnología en el aula, nos dice que «necesitamos la tecnología en cada aula y en las manos de cada estudiante y de cada profesor, porque es el bolígrafo y el papel de nuestro tiempo y es la lente a través de la cual experimentamos gran parte de nuestro mundo», con la experiencia de la educación a distancia, hemos podido tener una mayor cercanía a “las bondades” del uso ordinario de las nuevas herramientas electrónicas digitales en el proceso enseñanza – aprendizaje. Nuestro conocimiento de las nuevas TIC hoy es muchísimo más accesible y asequible a todos, y su necesidad ya no es opcional, sino que depende de la curiosidad como componente esencial para su aprendizaje efectivo. “Tradicionalmente el conocimiento ha fluido desde los profesores a los estudiantes, de lo alto de la montaña a lo bajo, de forma unidireccional. También los profesores eran los depositarios únicos, junto con el libro de texto, del conocimiento. Esto ha comenzado a cambiar y la utilización de las nuevas tecnologías da lugar a un modelo más plano en el que el conocimiento puede pasar fácilmente desde el profesor o cualquier estudiante al resto de los estudiantes, al mismo profesor o más allá de las fronteras de la clase. […] El aprendizaje surge así de la participación de todos los integrantes de la comunidad que ahora no conoce fronteras, gracias a las herramientas de comunicación de Internet. Es el comienzo de una clase “plana”. De David Warlick a Juandon… ¿es tu clase plana?

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Tantos seminarios, webinars, talleres, …, de actualización docente, que no pocos profesores hemos tenido que participar por diversos motivos, nos han permitido conocer y reflexionar más sobre el uso de las distintas tecnologías del área de informática, redes y comunicaciones para comunicar los saberes, al mismo tiempo que hemos aprendido a manejar nuevos recursos tecnológicos digitales. Al comenzar el siglo, las empresas buscaron una nueva ruta de capacitación para sus empleados, y los sistemas educativos se orientaron hacia la enseñanza de las nuevas asignaturas, y ahora con recursos tecnológicos, que no todos lo vieron con “buenos ojos”. Pero no podemos cerrarnos a la realidad: en poco tiempo, nuestra realidad educativa ha cambiado -y mucho, para algunos y no para tantos para otros- desde que terminamos nuestra formación inicial docente, y ya no hay marcha atrás. Donna J. Abernathy afirmó: “El aprendizaje en línea no será la siguiente gran cosa, ya es la gran cosa ahora.

educativos

Luego da la experiencia del cierre de as escuelas a causa de la pandemia del Covid 19, tenemos la urgente necesidad de recuperar el aprendizaje, animar a  los estudiantes a volver a las clases presenciales, analizar los niveles de aprendizaje que traen respecto a las nuevas tecnologías, incrementar la eficiencia pedagógica para desarrollar la salud y el bienestar psicosocial, así como redoblar esfuerzos para mitigar cuanto antes los efectos de la pandemia sobre el aprendizaje de los niños y su bienestar general. Sin embargo, dada la magnitud de este desafío, para que la recuperación del aprendizaje sea efectiva, equitativa y sostenible, también debe ser transformadora. La OCDE, la UNESCO, UNICEF y el BID, nos dicen que “para lograr mejoras sostenibles y de largo plazo es necesario transformar la financiación de la educación dando prioridad a las asignaciones, modernizando la recaudación y la inversión de los recursos financieros y promoviendo las innovaciones para una mayor eficiencia del gasto.” De la recuperación del aprendizaje a la transformación de la educación

Pero nuestros conocimientos sobre este tema, no nos debe dejar solo en la información y aplicación, sino que tenemos también la responsabilidad educativa de conocer y orientar en el aspecto ético, tanto para el acceso, como como el manejo humano de la información que está en el ciberespacio. Es muy entusiasmante el descubrir una nueva ruta para realizar tareas que hasta hace poco nos demandaba más tiempo y esfuerzo, pero también es de gran importancia el descubrir los “artificios” o “trampas” de la ruta comercial, que para algunos de nosotros todavía son ignorados.

Los recursos didácticos y pedagógicos que la tecnología educativa digital nos ofrece en los últimos años, antes, durante y después de cada año académico, se presentan como nuevas herramientas que nos facilitan el proceso enseñanza – aprendizaje, proporcionando información inmediata, el servir de guías para organizar la información, como apoyo para ejercitar y desarrollar las habilidades personales de conseguir nuevos conocimientos, y ofreciendo facilitar la evaluación y autoevaluación de los conocimientos en cada momento del proceso. Pero lo que no aseguran es el orientar los nuevos aprendizajes a la reflexión y madurez del pensamiento crítico y perfeccionar la capacidad de comunicación.

ATTENTION (03´ 53)

Las ofertas de nuevas herramientas tecnológicas digitales para la educación, también son especialistas en “secuestrar la atención” de los usuarios -profesores, padres de familia y estudiantes-, según sus intereses comerciales y aprovechando la ignorancia o escasa formación ética en su uso.  Esto nos están reclamando, tanto a los profesores como a los padres de familia, una actualización permanente y sostenida, nos solo en su conocimiento, sino también en especializarse en enseñar a usarlas poniendo cuidado con los distractores.  Últimamente, con la aparición de la IA, según algunos especialistas, estamos frente a una gran ayuda para innovar la educación, el trabajo en equipo y la investigación. El divulgador científico norteamericano Carl Edward Sagan opina que “vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología y en la que nadie sabe nada de estos temas. Ello constituye una fórmula segura para el desastre”. El psicólogo, antropólogo, periodista y escritor estadounidense Daniel Goleman, autor del libro Inteligencia Emocional, es de la corriente de pensadores que opina que el uso de las nuevas tecnologías educativas nos puede ayudar a transformar el sistema con innovaciones, pero también nos advierte que no nos descuidemos que -muchas de ellas- tienen la finalidad de adueñarse de nuestra atención. La gente entiende esto y cada vez hay más colegios que quieren aplicar la tecnología digital a sus planes y programas, pero carecen de profesores actualizados y dispuestos a investigar.  Les sugerimos leer esta publicación: Daniel Goleman: las redes sociales no han ayudado mucho. Se ve ahí mucha desinformación, pero también emociones desbordadas textos irreflexivos, que solo aumentan el temor y la ansiedad

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Consideramos que quienes hemos egresado de los institutos pedagógicos y las facultades de educación, nos damos cuenta, cuando vamos al aula, que nuestra tarea educativa necesita una actualización permanente, debido a que las nuevas tecnologías aplicadas a la educación están en continuo cambio. Y esto necesita profesores con una educación para el uso intencionado y especializado de las herramientas digitales como parte del modelo pedagógico del Siglo XXI. Sin profesores con una buena disposición a “curiosear” en las redes y dialogar con sus estudiantes, nunca se enterarán que las tecnologías logran incidir en los aprendizajes ordinariamente conducidas por la curiosidad, la creatividad y el cambio. Steve Jobs afirmó que “la tecnología no es nada. Lo importante es que tengas fe en la gente, que sean básicamente buenas e inteligentes, y si les das herramientas, harán cosas maravillosas con ellas”.

El profesor Howard Gardner nos recuerda que “la irrupción de las nuevas tecnologías nos obliga a educar a los niños de forma distinta”. Y uno de los obstáculos a superar -no en todos los países- es la conectividad, pero cerrar la brecha digital en nuestros estudiantes, por si sola “difícilmente generará lo logros educativos que esperamos”, si no tenemos educadores capacitados para acompañar el proceso educativo en su aspecto cognitivo, emocional y ético. Esta realidad no es desconocida para los creadores de las apps educativas, y por eso necesitamos urgentemente el educar profesores capacitados en el manejo de la atención y cómo mantener el libre albedrío, como señal de auténtica libertad de los estudiantes en el mundo digital. Aunque no podemos negar que la exposición al internet y las redes sociales, tanto elegidas, como encontradas “casualmente”, muestra realidades educativas muy fragmentadas, que varían de una escuela a otra y son distintas aún dentro de una misma sociedad. Cf ¿Desinformación, no información o sobreinformación?

Rosalía Lloret profesora en The Valley, opina que “hay una avalancha de información con millones de fuentes posibles que agrupan a las que había antes como los medios de comunicación, […] Ahora lo que es escaso no es la información, sino la atención. [… Esto tiene su parte positiva], porque nos ofrecen lo que queremos en cada momento y el esfuerzo por encontrar lo que necesitamos disminuye. Pero al mismo tiempo también tiene su lado negativo: surgen fenómenos como la cámara de eco o el filtro burbuja, porque solo nos dan aquello que queremos ver o que está en sintonía con nuestras opiniones y gustos, lo que hace que nos perdamos otros contenidos y otras ideas”. Mientras “las empresas luchan por ofrecer información relevante y de valor para tener consumidores satisfechos que presten atención a sus contenidos”, surge la economía de la atención que, como educadores, nos interesa estar al tanto para saber qué es, cómo funciona, qué relación tiene con nosotros y nuestros estudiantes y qué impacto tiene en la educación. cf ¿Qué es la Economía de la Atención?

No son pocas las compañías tecnológicas que están en el mundo de la educación, y han mostrado su gran interés de estudiar esa economía de la atención, estructurada sobre la cantidad de información, los datos, el tiempo de atención consciente o inconsciente a las redes y las aplicaciones de todos los que usamos como recursos didácticos y pedagógicos sus aplicaciones. Si interés se orienta a la fabricación de aplicaciones que logren “secuestrar y controlar nuestra atención y mantenernos conectados lo más posible a través de algunos estímulos mentales que incitan a la mente humana al odio, miedo, cólera, exacerbación de fanatismos. Actúan como las drogas que nos hacen sentir que no podemos perdernos la última información sobre un tema, creando una dependencia a la aprobación social y a la reciprocidad de mensajes que nos mantienen conectados, nos empujan a ser inmediatistas y a no tolerar la frustración de esperar para decidir cómo comprar o votar”. Hackean la mente humana por León Trahtemberg (opinión)

La verdadera causa que hace los celulares, móviles o smartphones sean tan irresistibles, es -en última instancia- la aplicación de la Economía de la Atención, y esta realidad nos exige estudiar y reflexionar sobre las formas sutiles de capturar o “manipular” la atención de nuestros estudiantes. Nuestra tarea educativa no es ajena al manejo comercial sobre la gestión de la información y “captura o secuestro” de la atención, por medio de estímulos que despiertan la curiosidad y atraen la atención hacia alguna novedad. Las empresas han estudiado, y continúan estudiando con mucho interés, ese deseo de nuestros estudiantes -como usuarios de las redes-, sobre su deseo de tener una amplia libertad del uso del internet, el sentirse independientes y desplazar cualquier supervisión constante. Y es aquí donde se encienden las señales de alerta para nosotros los educadores, pero “el problema es que no nos han preparado para esto. La retórica y la oratoria han desaparecido del sistema educativo. – afirma el profesor Jordi Nomen- Si el profesor no es una persona que se formula preguntas en público, si no hace avanzar a los alumnos en las deducciones de lo que van viendo y viviendo, es muy difícil enseñar nada”. Jordi Nomen: Los profesores debemos ser un modelo de pensamiento riguroso, tenemos que demostrar que nosotros también nos interrogamos

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Casi todos los profesores sabemos que “el aprendizaje acompañado de una buena predisposición y adecuada emocionalidad son la combinación perfecta para la instauración de nuevos conocimientos”, y eso es justamente lo que las grandes empresas creadoras de las App de uso didáctico – pedagógicas están muy interesadas en conocer y manejar. Las técnicas de recolección, extracción, captación, análisis y procesamiento de enormes cantidades de información, que nos ofrecen como rutas para el aprendizaje, también han abierto la puerta a la economía de la atención, enfocada a cómo gestionar la información para llamar la atención humana que en la práctica se concentra en su oferta y demanda: “cuanta más atención atraiga una plataforma, más efectiva es como espacio publicitario, lo que permite cobrar más a los que se quieren anunciar en la propia plataforma” (Morgans, 2017).

Según se ha ido extendiendo el uso de las pizarras interactivas, pc, ordenadores, computadoras, laptops, celulares, smartphones, tabletas, …, y su uso en las aulas y las tareas escolares, las empresas creadoras de recursos educativos digitales, aplicaciones (App), …  se han interesado en la educación como objeto de un estudio sistemático, pero movidos principalmente con fines económicos. Hoy, para quienes estamos en el mundo de la Educación sabemos que no se puede y no se debe desconocer hasta qué punto la educación y la industria de la tecnología digital se relacionan e influyen mutuamente. Y cómo los empresarios digitales están interesados vender sus aplicaciones con la promesa de darnos mayor información, al mismo tiempo que estudian cómo captar la atención de los estudiantes. Y es aquí que aparece como muy importante saber, como profesores, sobre qué es la economía de la atención, y cómo éste es un objetivo mercantil valioso.

Sean Parker (USA 1979), empresario de la industria del software y la computación, y parte de la etapa inicial de Facebook, declaró que la manera en que se construyeron algunas aplicaciones se basó en fundamentos psicológicos, pensando en cómo consumir el mayor tiempo de las personas, y cómo captar su atención. Este dato, como educadores, nos está poniendo sobre aviso sobre el consumo digital, y que “no solo pasa en los metaversos o universos virtuales de los videojuegos”, sino que cuánto más sepan los creadores de las apps educativas sobre nosotros, nuestros estudiantes y nuestro mundo educativo, se va a hacer más urgente el educar la atención. Sin olvidar que “tener la atención controlada requiere un esfuerzo por parte del sujeto para conseguirlo. Y mantener el libre albedrío de nuestra atención va a ser una señal de auténtica libertad en el mundo digital”, y por lo tanto una educación auténtica.  Cf La atención, la base de la nueva economía digital

Algunos especialistas opinan que “no es que nos volvamos adictos a la tecnología, sino que somos adictos a la descarga de dopamina que ciertas tecnologías han infiltrado en sus plataformas. Esto no es un accidente, es deliberado. Y como educadores tenemos la tarea de conocer y saber enseñar a no dejarnos convencer por un “like” y mucho menos renunciar al derecho fundamental de manejar libremente nuestra voluntad.  Ahora sabemos sobre la dopamina, que regula nuestra conducta motora, emociones y afectos; y la “facilidad” de ser presas fáciles de conductas adictivas provocadas por los recursos digitales que nos enganchan con mecanismos de control sofisticado operado por algoritmos y que actúan bajo la inconsciencia, también estamos conociendo que “no obstante, la liberación de este neurotransmisor también puede ocurrir luego de haberse presentado un estímulo novedoso, que puede incrementar la rapidez del aprendizaje. “Este tipo de hallazgos abre la discusión sobre las estrategias que los docentes deben diseñar y aplicar para lograr un aprendizaje más efectivo.” Los estímulos novedosos (que usan algunas de las aplicaciones que estamos usando, incrementan la liberación de dopamina y, aumentan la velocidad de adquisición del conocimiento. ¿Cuánto sabemos de esto? Cf La novedad y la dopamina: dos aliados del aprendizaje

La tecnología con IA «va a estar en todas partes en la sociedad humana y ahí la palabra clave es humana.

estro CMF, no pretende ser un estudio profundo y exhaustivo sobre la enseñanza del manejo ético y adecuado de la tecnología digital (y ahora la IA y el Chatgpt) aplicada a la educación, la importancia de conocer y estudiar qué es la “economía de la atención”, así como enriquecernos con las opiniones, propuestas, experiencias, y soportes tecnológicos digitales para nuestra tarea docente, sino coincidir  con la profesora Boden cuando afirma que “en un futuro no muy lejano, la tecnología con IA «va a estar en todas partes en la sociedad humana y ahí la palabra clave es humana. Tenemos un futuro muy emocionante por delante, pero lo que sucederá es totalmente impredecible y eso debería preocuparnos», pero no tanto en cuanto a robots “sino a sistemas con los que interactuamos por voz o a través de pantallas”. Tenemos, como educadores, que insistir en la educación ética de la tecnología digital y regular el uso de la IA, porque «No existen los robots éticos, porque no tienen la culpa de lo que hacen» y «porque no quieren, no tienen objetivos propios ni ambición, carecen de sentimientos y de motivación para el poder»”. Margaret Boden: La emoción puede resultar lo más ajeno a la inteligencia emocional

¿Cuánto sabemos sobre la ayuda o apoyo mutuo que se va consolidando día a día entre la ciencia y la tecnología con la IA? ¿Nos interesa manejar con seguridad y ética las nuevas herramientas didácticas – pedagógicas digitales en el aula? ¿Nos aventajan nuestros estudiantes en el manejo de las TIC? ¿Cuánto depende de nosotros el conocer sobre la tecnología digital educativa? ¿Cuánto dependemos de las políticas educativas que nos remiten las autoridades educativas de nuestro país?

Les invitamos a ingresar en la segunda parte.

“Si continuamos desarrollando nuestra tecnología sin sabiduría o prudencia, nuestro servidor se convertirá en nuestro verdugo”. (Omar Bradley)

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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