Tratemos de recordar la última reunión que hemos tenido con los padres de familia o como comunidad educativa. ¿ha hecho Usted el ejercicio de contar cuántas conversaciones simultáneas se producen? ¡A veces parece que haya más conversaciones que personas! A esto no ayudan los teléfonos inteligentes o móviles. En ciertos rangos de edad y en determinadas circunstancias, la gente prefiere mandar mensajes, antes que hablar, por comodidad, porque es más fácil escribirlo (nos evitamos pasar el apuro de tener que decirlo en persona), o por pura costumbre, … pero el resultado es que hablamos con más gente, pero tenemos muchas menos conversaciones cara a cara (en directo o por teléfono). […]
Los móviles nos acercan a los que están lejos, pero alejan a los que están cerca. […esto] es algo que debería aprender a usarse con respeto y por necesidad, tanto en la casa como en la escuela. Saber comunicarse es tan importante o más que cualquier conocimiento que podamos adquirir. ¡Es la base de las relaciones humanas!
Para tener una buena conversación tenemos que asumir que siempre podemos aprender algo del otro; que nadie es experto en todos los temas; que nunca vamos a vivir las cosas de la misma manera que la otra persona; que siempre es mejor preguntar si el otro entendió nuestro punto de vista, no repetirle el argumento; que normalmente a la gente no le importan demasiado los detalles, y, por último, callar para escuchar y ser breve. Cf 10 CONSEJOS PARA TENER UNA BUENA CONVERSACIÓN.
Pero ¿qué pasa cuando decimos una frase y todos callan o se enciende una polémica? ¿cuál es nuestra reacción cuando hacemos un comentario fuera de lugar, o fueron tomadas nuestras palabras como bromas impertinentes o frases políticamente incorrectas? El autor de ‘Inteligencia emocional 2.0’ y presidente de TalentSmart, Travis Bradberry, luego de hacer pruebas de inteligencia emocional a un gran número de empleados; nos dice que “No importa lo talentoso que seas, o lo que hayas logrado, hay ciertas frases que instantáneamente cambian la forma en que te ve la gente”, porque argumenta, y su carga negativa puede socavar una carrera profesional de un plumazo”.
El modo cómo se digan las palabras juega un papel muy importante en la comunicación, pero su contenido también puede tener una consecuencia devastadora; y con mayor impacto si lo dice un padre de familia o un profesor a un estudiante. Y esto nos debe hacer prender las circulinas o las cámaras de seguridad.
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Creemos que no pocos estaremos de acuerdo que, si el lenguaje falla en su mensaje, no vamos a poder entendernos. Y mucho más si frecuentemente nos encontramos con personas que antes de terminar de escuchar, ya opinan o sacan conclusiones. Y como profesores y padres de familia, no está de más recordar que algunas veces hemos deseado no haber dicho tal o cual frase o desear “volver atrás la piedra lanzada”.
Veamos cuáles son (entre otras muchísimas más) las frases que son recomendables sacar de nuestro lenguaje ordinario como educadores, Con esto no se hace referencia a que al hablar un educador sea especialmente elocuente y con un nivel discursivo fuera de lo común, “sino simplemente saber dominar cada situación y conocer qué debe y qué no debe decirse, según el momento en el que se esté”.
- “¡NO ES JUSTO!”: da la impresión de que supone que la vida debería ser justa. Eso hace ver al profesor o padre de familia como inmaduro e ingenuo. Es mejor centrarse en los hechos, mantener una actitud constructiva y dejar las propias interpretaciones fuera del ambiente educativo.
- “ESTA ES LA MANERA EN QUE SIEMPRE SE HA HECHO”: Es una frase que nos puede hacer ver como inactivos y resistentes al cambio. En Educación, la tecnología, nos ha hecho cambiar a su velocidad. El educador que considere que “antes fue así y es lo mejor”, puede que tenga razón, pero se queda fuera del mundo educativo actual.
- “CREO QUE… QUIZÁS ESTA ES UNA IDEA TONTA… VOY A HACER UNA PREGUNTA ESTÚPIDA”: Estas expresiones deterioran la credibilidad de un educador. Incluso aunque continúe la frase con una gran idea, muestra una falta de confianza en sí mismo, y eso hace que los niños y jóvenes pierdan la confianza en su padre, madre o profesor.
- “ESTO SOLO TOMARÁ CINCO MINUTOS”: esta frase debilita las habilidades del otro y da la impresión de que el padre, madre o profesor hacen las cosas más a prisa. Los especialistas aconsejan decir: “no tomará mucho tiempo”.
- “ÉL ES UN FLOJO, UN INCOMPETENTE, UN IDIOTA”: Nunca hay necesidad de hablar mal de los otros. Y menos sin muchos elementos de juicio suficientes. “Siempre habrá gente incompetente o irrespetuosa en cualquier trabajo y es probable que sean conocidos por esas características”, pero nada se gana con decir estas afirmaciones en público.
- “ESO NO ESTÁ EN LA DESCRIPCIÓN DE MI TRABAJO”: muestra una imagen de ser una persona que quiere hacer lo mínimo posible y cobrar su sueldo. Da la impresión de ser un “asalariado”, y que no está comprometido con su tarea educativa. Si sucediera que le piden algo que va más allá de su responsabilidad, es mejor que lo haga con entusiasmo y que más tarde pida una reunión con su jefe inmediato para analizar cuál su tu rol, y hasta dónde llegan tus funciones.
- “NO ES MI CULPA”: Si algo salió mal, y Usted tiene algo que ver en ese resultado, asuma su responsabilidad, y hágase cargo de su error. Si esa no es la situación, entregue por escrito una explicación objetiva y racional sobre lo que ocurrió, y deje que tu jefe inmediato saque las conclusiones.
- “ODIO ESTE TRABAJO”: Es muy triste escuchar que un profesor diga esta frase. Le hace ver como una persona negativa y tira hacia abajo la moral de la comunidad educativa. Recordemos que los directivos saben que siempre hay posibles reemplazantes (“aquí todos son necesario, pero nadie es imprescindible). El padre de familia o educador, con este sentimiento, será un “cáncer” o un “francotirador”. (cf 11 COSAS QUE LAS “PERSONAS INTELIGENTES” NUNCA DICEN EN EL TRABAJO).
- “NO PUEDES HACERLO”: El buen educador no descarta el error como un eficaz camino de aprendizaje, Es mejor que apoye a los niños y jóvenes que se atreven, que emprenden, que se arriesgan por conseguir lo que quieren. No debe alimentar sus miedos, sino motivar sus sueños.
- “TE LO DIJE”: se entiende que es un juicio negativo o una sentencia: “¿has visto como lo has hecho mal? Tú te lo has buscado”. Esto no aporta algo positivo a la otra persona, y más al estudiante. No importa qué y cómo pasó, lo único importante en ese momento es poder ayudar, y ellos lo necesitan.
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- “ESTÁS EQUIVOCADO”: se entiende como: “no sabes hacerlo, “eres tonto”, “eres inútil”, Y hay una profunda diferencia con frases como: “Creo que podrías hacerlo mejor, … según mi modo de ver, …, mi opinión es distinta, …, yo te recomendaría …”. 6 FRASES QUE NO SE DEBEN DECIR NUNCA.
- “AHORA ESTOY OCUPADO, LUEGO HABLAMOS”: el incremento laboral que aparece de improviso, forma parte de la vida diaria de los profesores, y de no pocos padres de familia. En ocasiones están en trabajos tan urgentes que olvidan cuidar el resto de sus tareas. “Es cierto que es muy complicado realizar una acción y a la vez prestar atención a otra persona, pero no pasa nada por dejarla a un lado cinco segundos, escuchar lo que nos quiere decir y responder calmadamente que luego se habla”.
- “OYE, MEJOR DÉJAME HACERLO A MÍ SOLO”: Es cierto que en determinadas ocasiones “esa mano de ayuda” no va a servir de mucho, pero una respuesta así puede dañar al niño o al joven, hacerle sentir mal y que en la próxima ocasión piense dos veces si prestar ayuda u ofrecerse para una tarea en la casa o en la escuela.
- “PARA UNA VEZ QUE HACE ALGO EN TU VIDA”: Usualmente se entiende como una expresión de envidia por el logro de otro. Un querer disminuir el éxito alcanzado por otro, nunca es una la mejor contestación para aumentar su prestigio. Esta frase puede tener una repercusión muy negativa en la convivencia y las relaciones en formación entre los niños y jóvenes.
- “TE MOLESTAS POR TODO, ES UNA TONTERA”: Si un niño o joven se ha enfadado, será por algo. “Cada persona es un mundo y tiene una escala de valores, lo que para ti es una bobada y no le prestas ninguna importancia, no tiene por qué ser así para otra persona… Y viceversa. Una respuesta así no hará más que empeorar la situación”. LAS OCHO FRASES QUE NO DEBES DECIR NUNCA (FASTIDIAN MUCHÍSIMO).
Sabemos que estas frases y otras semejantes, parecen ser de uso ordinario y que no tienen mucha importancia, pero toman valor cuando nos hacen sentir mal después de decirlas. Además, recordemos que para quienes las escuchan no les deja una mejor opinión sobre ese profesor. Solo por eso, es recomendable jamás decirlas. Recordemos que, sin autocontrol de las palabras que decimos, es difícil llegar lejos en la vida, y mucho más siendo educadores.
“La primera virtud es frenar la lengua, y es casi un dios quien teniendo razón sabe callarse” (Marco Porcio Catón).
“La experiencia nos ha demostrado que a la persona no le resulta nada más difícil de dominar que su lengua” (Baruch Spinoza).
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF