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Si es usted docente sabe ¿qué autoridad tiene la RAE en el uso del idioma español y el lenguaje inclusivo?

Aunque las opiniones sobre si llamar español o castellano a nuestro idioma está superado, es bueno fundamentar que la RAE, sus especialistas y publicaciones son nuestra fuente para el uso correcto de idioma. Respecto a si llamar español o castellano, encontramos que el Diccionario panhispánico de dudas dice que “para designar la lengua común de España y de muchas naciones de América, y que también se habla como propia en otras partes del mundo, son válidos los términos castellano y español.

El término español resulta más recomendable por carecer de ambigüedad y ser la denominación que se utiliza internacionalmente (Spanish, espagnol, Spanisch, spagnolo, etc.). Aun siendo también sinónimo de español, resulta preferible reservar el término castellano para referirse al dialecto románico nacido en el reino de Castilla durante la Edad Media, o al dialecto del español que se habla actualmente en esta región. En España, se usa asimismo el nombre castellano cuando se alude a la lengua común del Estado en relación con las otras lenguas cooficiales en sus respectivos territorios autónomos, como el catalán, el gallego o el vasco.

En cuanto al hablar y escribir, -salvo casos de segunda lengua-, la mayoría de miembros de comunidad educativa digital de la Web del Maestro CMF, usamos el idioma español; y quisiéramos compartir con ustedes un hecho que cada día se va haciendo como “menos raro” o acaso “ya nos estamos familiarizando” con un nuevo modo de hablar. En algunos de nuestros países, ciertos directores, coordinadores, visitadores, políticos, autoridades y sus colaboradores – para dirigirse a su auditorio e incluso en documentos oficiales-, usan expresiones como “señoras y señores”, “todos y todas”, “niñas y niños”, … y que se va amplificando lo que llaman: “lenguaje inclusivo” y el “desdoblamiento lingüístico”. Comencemos por saber que La RAE afirma que, el uso constante del masculino y el femenino origina dificultades sintácticas y de concordancia. Además, la redacción y la lectura se vuelve demasiado artificiosa. […] El empleo del lenguaje inclusivo, por tanto, no consiste solo en duplicar palabras en femenino, sino en ser sensible al hecho de que el lenguaje puede invisibilizar colectivos. Sin embargo, con frecuencia el lenguaje se suele acomodar mediante el desdoblamiento genérico.” Cf ¿Qué opinan los futuros docentes sobre el lenguaje inclusivo?

Ponemos como premisa, que esta publicación no le indicará cuál es la receta, solución o lo más conveniente, sino que compartiremos diversas opiniones y experiencias (con sus respectivos enlaces), y usted con su reflexión y pensamiento crítico, encontrará cómo responder y superar cualquier contradicción, desde la perspectiva que la educación es un proceso de concienciación mediante el análisis crítico y reflexivo.

El desdoblamiento de género en el castellano (04´ 52”)

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El concepto de “desdoblamiento”, que está desarrollado y explicado en los enlaces precedentes, según la RAE “son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. […] La mención explícita del femenino solo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto: El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos. […] Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Cf «Los ciudadanos y las ciudadanas», «los niños y las niñas»

Una opinión a tener en cuenta es la del l director de la Real Academia Española (RAE) Santiago Muñoz Machado, quien considera que «son los ciudadanos, al usar el idioma, los que establecen las reglas» y señala que el tema del lenguaje inclusivo es «tanto un debate lingüístico como un debate político». Además “lo que comúnmente se ha dado en llamar lenguaje inclusivo es un conjunto de estrategias que tienen por objeto evitar el uso genérico del masculino gramatical, mecanismo firmemente asentado en la lengua y que no supone discriminación sexista alguna. […] «la RAE no es la única que puede normar esto, desde luego. Son los ciudadanos, al usar el idioma, los que establecen las reglas. La RAE siempre va un poco por detrás de la ciudadanía. La RAE lo que puede decir es que una fórmula como ‘les niñes’ no está en los usos generales, no forma parte de la gramática ni es ortodoxa esa manera de hablar y probablemente en muchos lugares no la entenderán. Es más bien una manifestación política, una expresión que no tiene realidad práctica». Y deja firme su opinión que «el lenguaje no tiene la culpa de la desigualdad de la mujer».

El mismo Santiago Muñoz, según FORBES (México), afirmó -posteriormente- que, en su opinión, el masculino genérico «es un aliado de la evolución del español muy importante que tiene origen en el sánscrito de las lenguas preclásicas. […] el uso del masculino para designar ambos géneros”, constituyendo una alternativa “muy económica”, pero no lleva un contenido discriminatorio”. El español, es una alternativa de economía, a los efectos de explicar las cosas y no es discriminatoria ni mucho menos. “El masculino genérico, decimos en la academia, es inclusivo, es lenguaje inclusivo, (es) el más inclusivo de todos los lenguajes.” Cf El masculino genérico es lenguaje inclusivo: Director de la RAE

La Facultad de Humanidades de la Universidad de Piura (Perú), en su Blog Castellano Actual, “mantenido y administrado por docentes del departamento de Lengua y Literatura, que tienen el objetivo de “mostrar, en un lenguaje sencillo y claro, la riqueza del idioma español, atendiendo a cuestiones gramaticales, léxicas y ortográficas, así como a las particularidades del uso del español, sobre todo, en el habla peruana, responde a la pregunta “Escucho a políticos decir a todas y a todos, ¿[…] ‚es lo correcto?”:

  • “No por cuestiones lingüísticas, sino por cuestiones políticas e ideológicas salta como noticia el tema de que el lenguaje discrimina a las mujeres, y por ese motivo se está extendiendo la costumbre de hacer explícita la alusión a ambos sexos.
  • Al parecer esto sucede porque no se tiene claro que género y sexo son dos cosas distintas: el género responde a una cuestión gramatical; en cambio, el sexo responde a un aspecto biológico.

Y agrega que, en nuestra lengua, el género totalizador es el género masculino. […]   El género masculino tiene un significado más extenso que el femenino, de modo que, si hay dos o más términos en una enumeración, estos concordarán en masculino: El deseo y la aventura caminaban juntos. Cf Duda resuelta: todos y todas

Para acercarnos a tener otras opiniones, que nos sirva de insumo para nuestro conocimiento y reflexión sobre la “economía del leguaje”, Azahara Valverde Alonso escribe en ethic, que el lingüista francés, representante de la corriente conocida como funcionalismo, André Martinet (1908 – 1999), la define “como un proceso evolutivo enfocado a la minimización del esfuerzo invertido a la hora de hablar, escribir o expresarse en general. Es lo que se traduce como el acortamiento de palabras, uso de emoticonos, expresiones coloquiales y, en resumen, simplificar la información o resumir el contenido de lo que se quiere decir. De esta manera conseguimos ahorrar tiempo y esfuerzo. Esta tendencia suele provocar que las jergas populares (con neologismos o extranjerismos) se extiendan de manera distintiva al resto del habla habitual, encabezando el uso lingüístico. O en otras palabras, que se simplifique tanto el lenguaje y se ponga tan de moda la nueva «lengua», que si no lo entendemos o compartimos nos quedemos totalmente fuera de lugar y desfasado.”

Martinet, según Valverde, “no fundamentó este argumento como una visión positiva del desarrollo de la lengua, sino como una explicación catastrófica al fenómeno de la expresión humana: los seres humanos, en tanto que podemos comunicarnos, somos vagos y pretendemos seguir siéndolo, acortando cada día más lo que queremos decir hasta llegar al punto en que expresiones o formas del habla desaparezcan por mera inutilidad o desuso. [..] Hay quien detesta este fenómeno al confundirlo con la vulgaridad, como si acortar las fórmulas lingüísticas supusiera, en última instancia, acortar el mismo intelecto del hombre. Nada tiene que ver la cultura con la idea desfasada de que todo idioma tiene que permanecer estático e inamovible. Cultura es, de hecho, la evolución de la lengua en favor de las necesidades humanas”.  Y Valverde finaliza planteando “¿Y por qué podríamos necesitar modificar la extensión del habla?”, y responde: “porque somos una sociedad volátil en su conjunto y porque la vida es muy corta. Nos han educado para ser eficientes, lo llevamos por dentro: hay que hacer demasiadas cosas en muy poco tiempo. Tenemos que decir tantas cosas que nos quedamos sin espacio. Y esto es una verdadera necesidad más allá́ de la moda: no podemos parar de querer vivirlo todo”. Cf Qué es la economía lingüística (o por qué menos, es más)

Para incrementar la idea del párrafo precedente, la filóloga española Belén López Marín (1975) maestra educación primaria por la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), (s.e.u.o.) afirma que André Martinet se había dado cuenta de que las lenguas naturales son tremendamente eficientes. Las lenguas que erigen su estructura sobre lo que él llamó doble articulación logran un máximo de poder expresivo con un mínimo de recursos. Con tan solo veinticuatro sonidos, nuestro a, b c… De la a la z, la lengua española, por ejemplo, es capaz de generar, mediante un sencillo sistema combinatorio, infinitos mensajes. El único límite es el que pone nuestra imaginación. Pues bien, a esta eficiencia Martinet la llamó economía y la hizo extensiva a todos los niveles de la lengua. “Diferenciemos ahora economía de brevedad. Hablemos de la síntesis y del análisis. Ambos son procedimientos cognitivos valiosísimos, a pesar de ser contrarios”. (Belén López).

Para seguir ampliando el necesario conocimiento que debemos tener los profesores sobre este tema, recordemos que la RAE, fuente orientadora de nuestro correcto hablar y enseñar en español, -aunque a veces llegue tarde como opina su director Muñoz-, critica el uso de “todos y todas” y explica que este tipo de alteraciones contravienen por completo todas las normas, así como los manuales de estilo sobre el buen uso del castellano. “Aunque lo cierto, es que los términos “todos y todas” tienen una gran adherencia en muchos escenarios públicos, y son muchos los que no van a desistir en su uso más allá de lo que diga la Real Academia Española (RAE).”  Cf Breve revisión del principio de economía del lenguaje

Artículo que desarrolla (con mayor amplitud) el párrafo precedente: Qué nos dice la rae respecto al uso indiscriminado del género masculino y femenino

Otra de las experiencias que tal vez hemos tenido en nuestras comunidades educativas (ordinariamente en visitas protocolares con cámaras y fotógrafos), o en cursos de actualización, es el escuchar el uso del lenguaje español con variación morfológica y sintáctica, y quizá hemos pensado que lo hacen por moda, por el deseo de dar forma al lenguaje inclusivo o que la RAE ya ha indicado su uso en las escuelas.  Y es aquí donde nos encontramos con la necesidad de buscar el tiempo, del ya bastante escaso que tenemos muchos docentes, para seguir investigando qué dicen la RAE y los especialistas sobre qué es el desdoblamiento lingüístico,  la economía del lenguaje y el lenguaje inclusivo, y porqué -algunos- justifican esa “forma de comunicarse en español” con el fin de “ayudar” a erradicar de nuestra lengua “construcciones sociales sexistas”, y otros que “abogan por mantener inalterada la estructura gramatical de los nombres”.

Desde esta página, solo deseamos que sean ustedes los que, desde su propia reflexión, el sistema educativo y sus normativas propias, que los que tomen una posición personal teórica y práctica respecto a la economía, el desdoblamiento y la inclusión en el uso del lenguaje. Sabemos que no el camino no es fácil y cada uno encontrará obstáculos y diferencias, pero (salvo mejor opinión) podríamos coincidir en que el lenguaje es una gran herramienta más para construir un mundo más humano, inclusivo, equitativo, justo e integrador.  La RAE advierte que en algunos países, este es un tema, “viene poniéndose sobre la mesa desde hace años. El lenguaje puede, en ocasiones, reforzar los estereotipos de género. Así, estudios como los realizados en el departamento de psicología de la Universidad de Stanford profundiza en esto mismo y en cómo a veces determinadas frases y expresiones discriminan en lugar de favorecer la igualdad”. Cf La RAE critica el uso de «todos y todas»

Según las fuentes, a los cuales hemos tenido acceso, “ni la lengua española ni la RAE se oponen a la creación de femeninos de profesión si están bien formados según el sistema de la lengua”, y algunos han sido -sin mayor dificultad- incorporados al Diccionario. Tanto es así que, en un informe del 2020, la Academia deja muy en claro que. entres sus tareas “relativas al buen uso del español está la de recomendar y desestimar opciones existentes en virtud de su prestigio o su desprestigio entre los hablantes escolarizados. No está, en cambio, la de impulsar, dirigir o frenar cambios lingüísticos de cualquier naturaleza”. Y recuerda que “los cambios gramaticales o léxicos que han triunfado en la historia de nuestra lengua no han sido dirigidos desde instancias superiores, sino que han surgido espontáneamente entre los hablantes. Son estos últimos los que promueven y adoptan innovaciones lingüísticas que solo algunas veces alcanzan el éxito y se generalizan. En estos procesos de innovación y cambio la Academia se limita a ser testigo del empleo colectivo mayoritariamente refrendado por los hablantes, así como a describir estos usos en sus publicaciones”.

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Como profesores, no perdamos de vista, olvidemos o descuidemos que ejercemos una gran influencia en nuestros estudiantes, en su proceso de aprendizaje y en su futuro, del cual depende -en tantos casos- el futuro de nuestra particular sociedad. Somos responsables de nuestra preparación inicial y permanente, que nos permita tener “una cierta criticidad cuando se hacen elecciones tan importantes”, como el uso de los términos de comunicación, y olvidar que no podemos ser profesores sin previa preparación, actualización permanente y de conscientes que:

  • no debemos exigir forzosamente el uso de lenguaje a una parte de la población que puede excluir otra, si no se piensa en la inclusión en términos más amplios,
  • la inclusión de género no es algo que se puede imponer desde el alto o menos informar o hacer creer que su objetivo es erradicar el género masculino de la lengua.
  • el querer imponer un lenguaje -sin previa reflexión- no es nunca el método correcto para abordar y proyectar una experiencia inclusiva,
  • tenemos que entender (verbalmente) a las personas a los que servimos y su contexto social, y
  • entender cómo se identifican (como hablan de sí mismos y si mismas, cómo manifiestan sus emociones) y, respetarla también cuando no estamos de acuerdo. Entre otras responsabilidades, según nuestro sistema educativo y nuestra cultura. Cf Lenguaje inclusivo de género

“Un tratamiento equilibrado del problema pasa por reconocer al masculino genérico el gran servicio que aporta a la organización semántica de los contenidos. Anularlo en el uso implicaría borrar una casilla de enorme utilidad en el sistema de la lengua. Hacerlo desaparecer sería una empresa difícil y casi imposible, pues el género es un arquetipo conceptual, lógico, necesario todas las estructuras mentales. La causa de tal condena, su relación directa con el androcentrismo cultural, no es cierta. […Y] Uno de los grandes principios que rigen el funcionamiento de la lengua, tanto en su evolución como en su presencia en el discurso, desde la fonología hasta la pragmática, es el principio de economía. Los desdoblamientos de género son gramaticales, e incluso corteses; pero, aplicados sin control, generan monstruos discursivos. […] La irrupción de los desdoblamientos de género y otras sustituciones propuestas para evitar el masculino genérico no constituyen la piedra filosofal que pueda resolver el sexismo arraigado en nuestra la sociedad.”

Como profesores, debemos tener muy en cuenta que, respecto a nuestra lengua española, “las respuestas -de la RAE- se atienen a criterios exclusivamente lingüísticos, fundados en el funcionamiento efectivo de la morfología de género en español y en el uso real de los hablantes. Se defiende y promueve el uso de las formas específicas de femenino, cuando existen, e incluso se aceptan como posibles otras aún no instaladas o generalizadas en el uso, siempre que respondan a la lógica interna del sistema o del uso”. Y siempre buscará apartar cualquier clase de “direccionamiento” político, ideológico o de conveniencia proselitista.

Queda mucho por leer, discutir, consensuar, hacer y construir itinerarios pedagógicos, académicos, emocionales, éticos y formativos integrales más claros. Quedan temáticas pendientes: la atención a las personas con capacidades diferentes, con trastornos de aprendizaje, con limitaciones físicas, con problemas de salud mental, con situaciones familiares deficientes, con problemas nutricionales, las personas transgénero, las quienes no se identifican con el sexo asignado al nacer, o personas con identidades no binarias que no quieren identificarse ni como hombre ni como mujer; … y el lenguaje y la guía profesional del maestros es clave para su integración, autoidentificación y su inclusión social. “El lenguaje es poderoso, dinámico, y define la forma en la que vemos el mundo”. Y como dijo Ludwig Wittgenstein: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente.” Cf   Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas

Una encuesta sobre el uso de del lenguaje inclusivo, en el la Universidad Autónoma de Madrid (España) “casi la mitad de los encuestados afirmó usarlo para conseguir mejores notas o dar una mejor impresión a sus profesores. En su argumentario, algunos alumnos reconocieron emplearlo por exigencia u obligación de sus profesores, pudiendo ser penalizados si no lo hacían. A pesar de este hecho, la tendencia general entre el alumno sigue siendo la convicción propia y su deseo de no ofender a ningún colectivo al expresarse. […] No se puede asumir, por tanto, que el uso del lenguaje inclusivo esté ya normalizado en las aulas de la universidad. Tampoco está del todo claro que los que lo usan tengan por finalidad acabar con las desigualdades de género.

Al llegar esta parte, coincidiremos sobre la importancia de no llegar a conclusiones erróneas, y que “se debe debatir (más) sobre el lenguaje inclusivo en las clases. No se trata de cambiar la lengua, sino de hacerla más sensible al contexto plural que vivimos. Así, se podrán sentar las bases para una educación inclusiva y de calidad. […] Diversos estudios confirman que el lenguaje y nuestras creencias guardan una estrecha relación. Así, se dice que el lenguaje puede contribuir a modificar los estereotipos que tenemos. El lenguaje es, por tanto, un medio que refleja y construye las desigualdades sociales. Hay datos científicos que demuestran que la forma en la que una persona utiliza los géneros gramaticales puede marcar una diferencia clara en las actitudes que esta tiene sobre la inclusión social”. Las opiniones compartidas sobre el lenguaje inclusivo, el desdoblamiento lingüístico y la Economía del lenguaje, pueden ayudarnos para conversar y ponernos de acuerdo sobre un debate que no trata de imponer, “cuadricular” o “uniformizar”, sino de complementar, sumar y “remar en la misma dirección”.

La formación inicial docente en la lectura, la escritura y la oralidad, es fundamental. Y lo afirmamos con conocimiento de causa. Nuestra experiencia al leer tantas opiniones de profesores (con algunas excepciones), nos damos cuenta que solo han leído (y a veces mal) los títulos, ya opinan. Tenemos que insistir sobre la importancia de saber cómo leer un artículo y dialogar, hacer una reflexión y opinar. Desterremos de las aulas aquellos que estudiaron la docencia y que se graduaron sin desarrollar óptimamente la competencia comunicativa, sin saber leer, escribir y opinar sin entender, que según la profesora argentina Silvia Montoya, es una nueva forma de analfabetismo. Tratemos de desterrar la pobreza y miseria intelectual de las aulas, que distorsiona el mensaje y el objetivo de la Educación.  

RAE

El pensamiento crítico del profesor requiere la capacidad de indagar el contexto para hallar una situación problemática, integrar la información válida y los acontecimientos, y finalmente proponer hipótesis afianzadas en aprensión de la realidad y la pertinencia de la propuesta o solución. El pensamiento crítico de un profesor exige una visión más aguda del entorno potenciando la efectividad en la exploración de hechos y datos, la optimización de recursos, así como también la integridad del contenido y las condiciones para la trasmisión de información (Petress, 2004). Cf Paulo Freire y el pensamiento crítico: Palabra y acción en la pedagogía universitaria

Esperamos que puedan tomarse un tiempo para leer los enlaces, y comprender la idea con mayor amplitud y corrección. No nos basta un título, debemos actualizar su vigencia con el estudio personal, para mejorar los programas educativos en el marco de la educación superior reglada y sentir que somos profesores responsables de nuestra satisfacción personal, aunque a veces socialmente suframos la incomprensión.

«Nacemos humanos, pero eso no basta. Además, tenemos que llegar a serlo». (Fernando Savater)

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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comentarios 1
  1. Desgraciadamente, el mundo feminista vino a intervinir sin base a un idioma como el Español, que ya tiene desde sus orígenes la inclusión. Ahora todo se dificulta en el habla escrita u oral, sin motivo y sólo por caprichos de un pequeño segmento de la población que sin base vino a poner un debate que no tiene mérito.

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