Qué nos dice la rae respecto al uso indiscriminado del género masculino y femenino

La tarea docente utiliza el recurso de la comunicación oral, como uno de sus principales aliados para lograr que el mensaje sea conocido, entendido y reflexionado por los estudiantes, con la mayor claridad posible. Por ello, considerando la importancia del buen uso lingüístico del idioma español, nos puede ser de mucha utilidad saber o repasar cuáles son las orientaciones y la normatividad de la Academia de la Lengua Española. Los estudiantes, que están en las escuelas, tienen el derecho de ser formados por profesores con excelente manejo del idioma, ya que su formación lingüística va a tener consecuencias en su vida práctica, social y cultural.

Entendemos que los profesores debemos usar el lenguaje libre de prejuicios e ideologías sociales en las cuales, (algunas veces), subyace conceptos discriminatorios, de intolerancia, de exclusión, de sexismo, de violencia, …; además de faltas lingüísticas como la ambigüedad, pobreza léxica, el uso de palabras muy largas, errores de entonación, errores de sintaxis, impropiedades del lenguaje, extranjerismos inapropiados, errores verbales, redundancias,… como sostiene el profesor Florentino Paredes García, y que aparecen en los medios de comunicación y las escuelas, instituciones que deberían servir como referencia. (cf DIEZ CONSEJOS PARA HABLAR Y ESCRIBIR BIEN EN ESPAÑOL: LOS ERRORES MÁS COMUNES).

En este artículo queremos compartir (y dejar para su reflexión) lo que nos dice la RAE puntualmente respecto al “uso indiscriminado al género masculino y femenino. Un uso que va más allá de la norma lingüística. Así, muchos ven como normal y correcto el utilizar los dos géneros cuando se quieren referir al colectivo. […] No es raro oír eso de “niños y niñas”, “todos y todas” o “muchos y muchas” por poner un simple ejemplo. La RAE ha comunicado que el uso de estas expresiones va en contra de la norma lingüística y deberá de llegar a su fin si su uso es meramente lingüístico”. LA RAE ADVIERTE Y QUIERE PONER FIN AL USO DE ‘CIUDADANOS Y CIUDADANAS’.

Esta orientación está en “LOS CIUDADANOS Y LAS CIUDADANAS, LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS”:

La Real Academia Española (RAE), ha decidido llamar la atención “a las guías de lenguaje no sexista publicadas” por universidades, comunidades autónomas, sindicatos, ayuntamientos y otras instituciones (cuyo listado está en el artículo Fuente, indicado al final de esta publicación). Aunque casi todos afirman “que existe una “discriminación contra la mujer en la sociedad” y la presencia de “usos verbales sexistas”; el lenguaje inclusivo “difunde usos ajenos a las prácticas de los hablantes” e imposibilita “la comunicación efectiva” según Osmín Monge,en su artículo: ¿LA LENGUA TIENE GÉNERO? ¿Y SEXO?

El Diccionario Panhispánico de Dudas, nos dice que: “Este tipo de desdoblamientos [respecto al género] son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto.

La mención explícita del femenino solo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto: El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.

El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones”. GÉNERO.

Sobre este tema la RAE (2012), ha publicado una exposición escrita por el Doctor Ignacio Bosque, (considerado por el lingüista mexicano José G. Moreno de Alba, como «el mejor gramático de la lengua española»), en el que intenta no ser más “que una llamada a la sensatez” y “ha sido suscrito por todos los académicos numerarios y correspondientes que asistieron al pleno de la Real Academia Española celebrado en Madrid el jueves, 1 de marzo de 2012”. Bosque sostiene que, si bien existen en algunas guías (cuyo listado lo podrá Usted encontrar en el enlace Fuente), opiniones sobre los usos verbales sexistas y las recomendaciones de dichas guías, que “rompen normas gramaticales, anulan distinciones necesarias y obvian la realidad de que no hay discriminación en la falta de correspondencia entre género y sexo” (El País, España).

Bosque sostiene que “Los profesores en general, y en especial los de la enseñanza de Lengua y Literatura, responsables en las escuelas de la educación de nuestros jóvenes, también tienen, entre sus múltiples tareas, “la de conseguir que [los estudiantes] adquieran cierta soltura en el uso del idioma, distingan matices léxicos y gramaticales, y sean capaces de hablar y escribir con corrección. El profesor de Lengua deberá decidir, como es lógico, qué normas explica en sus clases. Habrá de pensar si recomienda a sus alumnos que escriban l@s niñ@s (como se sugiere en AND-37), l@s actores/as normalmente involucrad@s (como se propone en UGT-33) y alumn@s o funcionari@s (como se recomienda en UPM-17), o deberá, por el contrario, pedir a sus alumnos que eviten estas expresiones, tal como recomienda la RAE, junto con todas las gramáticas normativas y los manuales de estilo de los medios de comunicación.

[…] ¿Será o no sexista el uso de la expresión el otro en la secuencia Juan y María se ayudan el uno al otro en lo que pueden? Como esta expresión tampoco visibiliza el femenino en la concordancia, cabe pensar que esta frase también es sexista. Si a un hombre o una mujer se le escapa la frase Ayer estuvimos comiendo en casa de mis padres, ¿estará siendo sexista? Seguramente sí, se dirá, puesto que el sustantivo padres designa aquí al padre y a la madre conjuntamente. Como se sabe, el español no posee un término particular para estos usos, a diferencia del inglés, el francés o el alemán, entre otras lenguas. Así pues, el sustantivo padres tampoco visibiliza a la mujer, a pesar de que la abarca en su designación. Pero, si hay que evitar estas expresiones, por sexistas, tampoco podremos usar los reyes, mis tíos o sus suegros para designar parejas (ni tus primos para referirse a grupos), ya que la anulación de la visibilidad de la mujer se extiende a todas ellas. ¿Debería entonces pedirse a la RAE que expulsara estas voces de su diccionario (padre: 9. pl. El padre y la madre, DRAE) y de su gramática (Nueva gramática, § 2.2l)?

[…] Consideremos, a título de ejemplo, el caso de los animales. ¿Debemos entender tal vez que es correcto discriminar a las hembras en expresiones tan comunes como los perros, los gatos, los lobos o los jabalíes, o hemos de interpretar, por el contrario, que no es preciso que el género tenga aquí correspondencia con el sexo? Los que elijan esta última opción ¿habrían de argumentar tal vez que los animales no tienen dignidad, y que este es el factor que determina la visibilidad morfológica? De nuevo, ¿cuál es el límite?

A los que respondan que no conviene llevar las normas o las reglas gramaticales a sus extremos, habría que recordarles que las normas gramaticales no tienen extremos. Se formulan de cierta manera y se aplican en función de ciertos criterios léxicos, morfológicos o sintácticos que deben expresarse con claridad.

[…] Mucho me temo, sin embargo, que las propuestas no estén hechas para ser adaptadas al lenguaje común. Unas veces se dice expresamente en las guías, pero otras queda tan solo sobrentendido: se supone que los cambios que se solicitan han de afectar únicamente al lenguaje oficial. Se aplicarían, pues, a los textos legales o administrativos (lengua escrita) y a los discursos públicos, las declaraciones, las ruedas de prensa y otras manifestaciones de la lengua oral. Dicho de una manera más clara: se ve como algo enteramente natural que la autoridad, el responsable o el gestor que desdobla usuarios y usuarias o ciudadanos y ciudadanas se olvide de su desdoblamiento cuando ya no esté delante de un micrófono o de una cámara. Una vez abandone la tribuna o el estudio de grabación, dirá que “va a cenar con unos amigos”, sin intención de excluir a las mujeres, o que “tiene que ir al colegio a recoger a sus hijos”, sin que hayamos de suponer que no tiene hijas. Hablará, en una palabra, como todo el mundo.

[…] Intuyo que somos muchos —y muchas— los que pensamos que la verdadera lucha por la igualdad consiste en tratar de que esta se extienda por completo en las prácticas sociales y en la mentalidad de los ciudadanos. No creemos que tenga sentido forzar las estructuras lingüísticas para que constituyan un espejo de la realidad, impulsar políticas normativas que separen el lenguaje oficial del real, ahondar en las etimologías para descartar el uso actual de expresiones ya fosilizadas o pensar que las convenciones gramaticales nos impiden expresar en libertad nuestros pensamientos o interpretar los de los demás”. SEXISMO LINGÜÍSTICO Y VISIBILIDAD DE LA MUJER.

Osmín Monge, considera que “Si bien es cierto que Bosque deja claro que no hay discusión alguna sobre la necesidad e importancia de reconocer a la mujer su lugar en igualdad de condiciones que el hombre, explica, desde su especialidad de la gramática, los desencuentros y desaciertos entre esa intención y el resultado lingüístico, que en ocasiones caen en lo absurdo o ridículo. Recuerda que parte de ello se puede deber a la confusión entre género y sexo y reclama una mayor atención en la enseñanza de escuelas y colegios, a la vez que aboga por soluciones dentro de la sensatez del uso de la lengua” (citado).

El escritor y periodista español Álex Grijelmo García, juzga que “el género es un accidente gramatical. La lengua española no se muestra muy coherente respecto al género. Las palabras terminadas en o suelen ser masculinas, pero tenemos “la contralto”, “la canguro”, “la modelo”, “la sobrecargo”, “la mano” … Las palabras terminadas en a suelen ser femeninas, pero decimos “el día”, “el pirata”, “el pediatra”, “el fisioterapeuta”. La e también se reparte, como en “la esfinge” y “el jefe”. Algunas palabras tienen un solo género que vale para los dos sexos (los nombres epicenos), como “la persona”, “la criatura”, “la víctima”, “la jirafa”, “la ballena” y otros muchos nombres de animales. Y usamos los femeninos “su santidad”, “su majestad” o “su excelencia” para referirnos a varones. Y, por supuesto, algunas palabras en femenino engloban a hombres y mujeres (“la judicatura”, “las más altas personalidades” …), lo mismo que al revés (“el profesorado”, “los altos cargos del partido”). Y además hemos fosilizado expresiones con una extraña concordancia masculino-femenino, como “a ojos ciegas” o “a pies juntillas”. Realmente, no se puede decir que el genio del idioma se haya dedicado mucho a que el género se corresponda estrictamente con el sexo”. NO ES SEXISTA LA LENGUA, SINO SU USO.

Finalizamos con dos opiniones, que nos pueden ayudar a profundizar sobre el tema: el portal de UNIVERSIA (España) nos dice que “es evidente el avance que en materia de igualdad se ha realizado con el lenguaje. El léxico se va adaptando a los nuevos tiempos. […] Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la discriminación en el lenguaje continúa existiendo” (28/02/2005). Y el escritor Alejandro Millán Valencia sostiene que “el proceso de cambio de la RAE en contra del machismo abierto, o incluso el sexismo involuntario, parece ser un paso más en ese camino de volver al español más tolerante, al menos desde las páginas del diccionario”. LA REAL ACADEMIA ELIMINA DEFINICIONES MACHISTAS. LEA CUÁLES.

“Hay también que cuidar la belleza de una lengua cuando se plantean cambios para la mejoría, la igualdad y la dignidad de todas las personas que practican esa lengua” (Ouka Leele, El País, 05/03/2012).

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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