Como expusimos en la Parte I, del equilibrio emocional y la salud mental del profesor, depende mucho su efectividad y afectividad docente en este tiempo del cierre de las escuelas y la educación a distancia. La importancia de la salud emocional del docente, está respaldada por las neurociencias y la pedagogía “tanto por su trascendencia en el desarrollo del pensamiento como por su valor en el proceso de aprendizaje”. […] Es primordial recalcar que salud emocional y salud corporal son dos caras de una misma moneda, como lo son mente y el cuerpo, tal como lo marcan los trabajos centrales de las neurociencias”. Xavi Corbellá Torné y Martín Merlo, afirman que la gestión emocional desborda el ámbito educativo para requerir la prevención primaria en el cuidado y consideración de la salud de los profesores, para mejorar la calidad de vida y del desempeño docente. cf LA SALUD EMOCIONAL DEL DOCENTE, CLAVE DE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL
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Los especialistas afirman que todo aquel que pretenda ser profesor, debe prepararse desde su formación inicial docente, no únicamente para desarrollar excelentes competencias cognitivas y adquirir la capacidad y el hábito de una actualización permanente, sino también en la gestión de sus emociones, pues su tarea está asociada a acciones relacionales personales, y que influyen directamente como estímulo para lograr el más positivo clima de estudio y aprendizaje de los estudiantes. Cuando las sensaciones de malestar se presentan en cortos períodos de tiempo y con moderada intensidad, éstas podrían ser perjudiciales para el óptimo desempeño docente, pero cuando se prolonga (o está en el tiempo indefinido) podría poner en riesgo su salud emocional y mental.
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Tanto los futuros maestros, como quienes actualmente ejercen la docencia, tienen que ser conscientes de la importancia de entender y gestionar positivamente sus propias emociones, para que sean capaces de dirigir el aprendizaje de niños y jóvenes en una nueva modalidad relacional estudiante –profesor; además de un ambiente familiar y social muy cargado de experiencias que nunca se vivimos antes. El acompañamiento a nuestros estudiantes con atención, empatía, liderazgo, cercanía, paciencia, …, demanda una excelente preparación académica y profesional, pero también un sano equilibrio emocional, para favorecer, apoyar y asegurar la motivación, la suma de los aportes, el equilibrio valorativo de las experiencias y el trabajo en equipo.
EN CUARENTENA ¡CUIDA TU SALUD MENTAL! (02´51¨)
Sabemos que la formación docente es una tarea permanente, como muchas otras profesiones, pero el servicio docente conoce y sabe de la importancia del equilibrio emocional, de la revisión de la salud mental y el perfeccionamiento de competencias que le permitan desarrollar la resiliencia, que es una de las competencias más difíciles de aprender y también de enseñar. “Del mismo modo que nuestro cuerpo oscila cuando aprendemos a caminar, del mismo modo que sufre para sujetarnos en momentos complicados para superar un obstáculo físico, nuestra mente también oscila violentamente y tiene problemas, a veces demasiados, para mantener las emociones bajo control y no venirse abajo”. Necesitamos buscar el equilibrio. “Para ello es necesario comenzar por reconocer dónde se produce ese desequilibrio […] evitando movimientos de balanceo al otro extremo”, y adquirir la capacidad de ser resilientes. EQUILIBRIO, CLAVE PARA UNA BUENA SALUD MENTAL
El contacto de los profesores, ahora por medios virtuales, a los estudiantes, y a los padres de familia, está circunscrito y dependiente de la tecnología y el internet, que no es para todos en igualdad de condiciones. Por esto, necesita un mayor esfuerzo de escucha y diálogo, revisar y reflexionar sobre el manejo de su relación y comunicación, de gestionar positivamente algunas emociones.
Para algunos profesores la experiencia de la educación a distancia, que están viviendo actualmente, puede ser considerada “desagradable o difícil”, como el estrés, la ansiedad y la depresión. La “desregularización emocional”, que están viviendo los profesores, hace indispensable que se protejan de esos peligros amenazadores, luchando por superarlos o alejándose de ellos. Esta indagación, interna y personal, lejos de la escuela, con la educación a distancia demanda una estimación seria y detenida del equilibrio emocional y la salud mental, para lograr tener la capacidad de desarrollar la tarea docente (en estas circunstancias de emergencia) ubicándose en el momento adecuado y de la manera más adecuada.
La psicóloga Ana Asencio opina que “la señales que nos indican que algo no va bien y que es el momento de cambiar se encuentran atendiendo a las sensaciones, las emociones y los pensamientos para comprender el mensaje que nos está dando nuestra mente y nuestro cuerpo. Si nos invaden los pensamientos negativos o empezamos a somatizar y a tener sensación de agobio, dolores musculares, molestias en la espalda, malestar de estómago, problemas para dormir, irritabilidad, quejas continuas, críticas o pensamiento negativos, […] … o incluso si sentimos periodos o crisis de ansiedad… Es claro que hay que cambiar para que una circunstancia real como la que vivimos no nos afecta nivel a psicológico más allá de lo normal”. ANA ASENSIO: «LA MAYOR PARTE DE LAS ALTERACIONES PSICOLÓGICAS PROVIENEN DE LA AUTOEXIGENCIA»
Este consejo profesional nos lleva a pensar que, como educadores, tenemos que hacer todo lo posible para prevenir algún deterioro en el equilibrio emocional y la salud mental de los profesores, pues la tarea de los profesores, a pesar de las dificultades y contrariedades, ante la incomprensión, la oposición, la desconsideración, la indiferencia o el rechazo de sus educandos, de sus familias y hasta de las mismas autoridades encargadas de la administración educativa,… es única y de trascendental importancia en la sociedad.
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El Rector de la Universidad Abierta Interamericana (Argentina), Doctor Eduardo De Viccenci nos dice que “educar implica comprender que los límites, las dificultades, los desafíos que se van presentando a lo largo del proceso, son oportunidades para la superación a través de la crisis, de la creatividad y la resiliencia”. Y esto es bueno conocerlo, reflexionarlo y asimilarlo desde el inicio de la elección vocacional docente.
Desarrollar esta capacidad no es tan fácil. Es un proceso de aprendizaje y perfeccionamiento personal, que por no ser innato se puede y se debe aprender, si se es profesor El Dalai lama opina que esta habilidad transversal, que afecta a muchas áreas de la personalidad y que nos permite sobreponernos a los contratiempos, ayuda a adquirir ese dominio propio, y desterrar las emociones perturbadoras como el odio, apego, miedo y suspicacia. Y, por lo tanto, es bueno limpiar o purificar la vida interior, el alma, la mente y el corazón de esos sentimientos “perturbadores”. Debe de ser una decisión.
Para los que estamos desempeñando la tarea docente, sabemos que bien poco se preocupan las autoridades y (casi) ni consideran en sus planificaciones educativas la salud emocional y mental de los profesores. Los estudios “han comprobado que los profesores con un nivel alto de Cansancio Emocional y Despersonalización tienden a obtener bajo Desempeño, Satisfacción y Realización personal y los profesores que tienen bajo Cansancio Emocional y Despersonalización tienden a lograr alto Desempeño, Satisfacción y Realización Personal. Respecto al objetivo básico del trabajo, se concluye que las experiencias positivas del desempeño docente producen satisfacción y realización personal y profesional, que efectivamente influyen en la calidad de la enseñanza y los aprendizajes de los alumnos. Las experiencias negativas llevan a la insatisfacción personal y profesional que ocasionan el desgaste e incluso el rechazo de la profesión y llegan a afectar al bienestar del docente y al compromiso con la docencia”, opina la Doctora en Psicología y Magíster en Educación Lucía Subaldo Suizo de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (Perú). LAS REPERCUSIONES DEL DESEMPEÑO DOCENTE EN LA SATISFACCIÓN Y EL DESGASTE DEL PROFESORADO
La psicóloga María Virginia López, sugiere estos consejos que buscan ayudar a proteger la salud emocional y mental de los educadores:
- Evitar la frustración y los sentimientos de inseguridad, invitando a ser flexibles, consigo mismo, con su familia, con los estudiantes y los padres de familia, probando diferentes maneras para alcanzar las metas u objetivos curriculares (a veces, exigidos por quienes “no están en sus zapatos”).
- Es recomendable realizar pausas activas durante el día, que ayuden a relajarse y volver a conectar con lo que se está haciendo. No hay que quedarse detenidos en las dificultades, o insistir en soluciones inmediatas.
- Establecer la tarea docente en el “aquí y ahora”, y no en lo que podría venir, ya que eso desestabiliza (ordinariamente) su equilibrio psíquico, físico y emocional. Cf CONSEJOS PARA CUIDAR LA SALUD MENTAL DE LOS DOCENTES EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Mucha de nuestra satisfacción laboral, como profesores, nace de revisar, ordenar y tener en orden la vida interior. Se hace primordial, para la tarea docente a distancia, mantener en óptimas condiciones la salud emocional y mental. Y esta tarea de revisión permanente, bien podría comenzar, -entre otras sugerencias, ya que poco lo consideran las autoridades educativas- por recordar el consejo escrito en la entrada del templo de Apolo en Delfos: “Conócete a ti mismo”, porque “es tiempo perdido y utopía pura, pretender dar a tus semejantes lo que tú no tienes. Debes empezar por ti mismo. Motivarás a realizarse a tus allegados en la medida que tú estés realizado(a)” (No limits). Conociéndose a sí mismo, el profesor comprobará que su servicio docente es más fácil, pero no menos arduo, para lograr el contacto personal con el estudiante, entender por dónde lo puede motivar (enganchar) para que quiera hacerse de todo ese conocimiento que le presenta en las clases virtuales.
Para lograr esa buena estabilidad emocional y mental y que se haga visible el rol docente, los especialistas sugieren” desconectarse” para sentir el efecto liberador de dejarse llevar por la propia identidad y el autocuidado, que como profesor debe trabajar con responsabilidad. Tanto el equilibrio emocional como la salud mental permitirán a los educadores sentir la emoción adecuada en el momento adecuado y en ser capaces de gestionarlas positivamente.
Quizá sea necesario que los padres de familia y profesores, antes de volver a la escuela, hagamos no solo una revisión de los conocimientos y los avances curriculares, sino que, después de esta experiencia de confinamiento (término que un connotado periodista internacional prefiere llamar “permanecer voluntariamente en casa”), revisemos seriamente nuestra salud emocional, y mental como medida de asegurar una educación libre de los “virus” que podrían habernos afectado.
CONTINUARÁ
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF