Maestros al servicio de la educación

[Reynaldo Robles] La función de los sujetos de la educación emancipadora

¿Cuál es el papel de cada uno de los sujetos e instituciones en el proceso de la formación de la personalidad del estudiante?

1. Familia. Las familias en el Perú enfrentan una realidad adversa en todos los campos, una de ellas es “la alienación es el dominio sobre nosotros de una realidad inhumana y enemiga, que nos despoja precisamente de cuanto poseemos de humano y de valioso” (1).

Todos los seres humanos necesitan nichos familiares y afectivos durante mucho tiempo, que les permitan llevar una vida individual y colectiva plena y satisfactoria. Es al interior de la familia y de su expresión afectiva que pueden construir su identidad, su auto valía y proyectarse en el ámbito social.

Las relaciones de afecto, de cuidado y de formación en las que el niño es incluido- aún antes de nacer -, son las que le permiten este desarrollo personal en todas sus dimensiones. La familia lo incluye, a pesar de las diferencias, como “legítimo otro” en la convivencia.

Los padres los facilitadores legítimos del tránsito del espacio íntimo de las relaciones familiares a las relaciones más amplias con la sociedad y la cultura a la que ellos pertenecen; son los primeros en identificar cuándo su hijo tiene caminos y procesos de desarrollo que no son comunes a los de otros niños de la misma cultura y de edades y contextos similares.

Los padres, entonces, son la principal fuente de información sobre los hijos, ya que son ellos los que mejor los conocen y pueden describir las diferentes etapas de su desarrollo: desarrollo evolutivo, ritmo de crecimiento, primeros aprendizajes, edad en que comenzó a hablar, actividades preferidas, situaciones en las que se encuentra más cómodo y entretenido, la relación con los miembros de la familia, entre otros.

Los padres pueden construir “andamiajes” y entornos que facilitan el desarrollo de habilidades y pueden detectar las dificultades del niño para incluirse en las actividades de la vida cotidiana, a partir de los referentes de desempeño que tienen de otros niños de la misma cultura, aunque por la desintegración familiar y por las condiciones socioeconómicas que obliga a los dos padres a salir a trabajar, hay otros que están también dando este “andamiaje”.

También son los primeros en reconocer que su “capacidad promedio para la crianza y para promover el desarrollo y garantizar la formación” es insuficiente para atender las necesidades especiales que su hijo le demanda desde la vida cotidiana.

En la etapa de formación escolar, la familia debe ser un pilar fundamental para fortalecer el desarrollo psicosocial de los estudiantes. La institución educativa debe ofrecer las estrategias intencionadas desde su PEI que deberán coordinarse permanentemente con toda la comunidad educativa (2).

Así, la familia juega un papel fundamental, que es difícilmente sustituible, hasta que el niño logra determinados niveles de autonomía, que le permiten escolarizarse y participar en otras dinámicas culturales y sociales más amplias.

2. Docentes. Hay una diferenciación de una serie de denominación que se le da al yachachiq, desde el preceptor antiguo hasta facilitador tecnocrático desprofesionalizado. Clásico profesor “profe”, maestro, docente, educador, amauta, mediador entre otros. Claro cada uno tiene su acepción, a nuestro criterio los más elevados grados serían, alcanzado por pocas y pocos sería: maestro, educador y amauta.

José Antonio Encinas como José María Arguedas trasciende más allá del espacio escolar, trascienden más allá del tiempo en que les tocó desempeñar la noble causa. Según Encinas “el maestro es el camarada de mayor experiencia que aconseja, guía y sugiere, pero no impone ni manda” (3). Una concepción plenamente válida para nuestra época.

El imperativo de este currículum es crear condiciones para el ejercicio del poder y la autoconstitución del estudiante como un sujeto activo política y moralmente. Estamos usando el término `ejercicio del poder´ para referirnos al proceso en el que los estu­diantes adquieren los medios para apropiarse críticamente del co­nocimiento existente fuera de su experiencia inmediata, para am­pliar la comprensión de sí mismos, del mundo, y las posibilida­des de transformar las presuposiciones, vistas como dadas para siempre, acerca de la forma en que vivimos (4).

El profesorado juega un papel imprescindible y central en la promoción de un nuevo modelo educativo más humanizador y transformador. Su trabajo cotidiano en clase constituye en sí mismo una acción política, ya que transforma las creencias, valores y acciones del alumnado. Ello requiere un fuerte compromiso ético, que transciende el ejercicio de la profesión en sí misma y lleva a reflexionar sobre la finalidad y el sentido de la educación, en un debate que abarca la perspectiva social, curricular, organizativa y profesional.

El equipo de docentes se convierte en un grupo de profesionales investigadores e investigadoras que comparten intereses, preocupaciones político-educativas, y que buscan soluciones a los problemas que implica la práctica docente. Lo que mueve y conmueve a este equipo es una intención emancipadora comprometida no sólo en la comprensión del mundo sino también en la puesta en práctica de ideales y valores para transformar las relaciones injustas.

Esto no se puede lograr sin un ejercicio de formación y autoformación constante –un deber y un derecho para el profesorado-, y sin aprovechar los hallazgos que desde las investigaciones actuales arrojan elementos para mejorar la práctica educativa. Una formación que se aleja del proceso de mercantilización de la formación pedagógica, basada en la investigación-acción y el intercambio de experiencias, en la línea de los movimientos de renovación pedagógica y coherente con el modelo educativo que proponemos.

Reclamamos de los poderes públicos los apoyos, recursos, formación, atención y colaboración necesarios para esta tarea, y de toda la sociedad, el reconocimiento hacia su profesión. Es también su responsabilidad crear un marco que posibilite la estabilidad de las plantillas imprescindible para garantizar la continuidad de los proyectos, sin detrimento del derecho a la movilidad de los y las profesionales (5). Construir comunidad de aprendizaje no es solo el reto exclusivo de los docentes, sino, de toda la comunidad, región o país.

3. Directivo. Ser directivo tiene hoy el ejercicio del liderazgo pedagógico. En ese sentido, el directivo comprenderá que la investigación educativa garantiza el continuo mejoramiento del proceso de enseñanza aprendizaje, dando coherencia a los saberes que sustentan las fuentes filosóficas, los contenidos, los procesos cognitivos, los recursos didácticos y los valores, plasmados en los planes y programas de estudio. Su rol en esta cuestión pone énfasis en un modelo abierto, flexible, creativo y participativo, definiéndose como:

  • Promotor de la calidad en los aprendizajes, capaz de responder a los cambios internos y externos de la escuela.
  • Liderar una la gestión académica eficaz, diseñar estrategias para alcanzar un objetivo en común.
  • Trabajar en equipo con alumnos, profesores y padres de familia, generar sinergias donde todos tienen participación.
  • Pensar de manera crítica y creadora, además de ser respetuoso de las opiniones ajenas.
  • Conocer los contextos social, económico y cultural, para detectar las necesidades particulares de los aprendizajes que requieren los estudiantes en el centro escolar y así responder a las exigencias globales.
  • Coordinar y administrar la estrategia educativa, incluir en el plan institucional las medidas pedagógicas y organizativas de la gestión escolar.
  • Romper con viejos paradigmas, transformar actitudes e incorporar nuevas prácticas en el proceso de enseñanza aprendizaje.

La innovación educativa requiere de la participación e investigación continua de docentes y directivos, son ellos quienes deben cuestionar los procesos desarrollados rutinariamente en la institución, con el propósito de elaborar un modelo de trabajo que responda a los retos y necesidades actuales en los aprendizajes de los estudiantes.

Si existen escuelas, directores y profesores innovadores también sus estudiantes lo serán, porque aprenderán los procedimientos y actitudes para renovarse permanentemente (6).

Son funciones pedagógicamente ricas aquellas que se encaminan directamente a la consecución de un buen clima, de una reflexión sistemática, de una investigación sobre la práctica y de un compromiso con la mejora:

  • La animación de un proyecto educativo.
  • La investigación educativa.
  • La creación de un clima favorable.
  • La coordinación pedagógica.
  • La estimulación de iniciativas didácticas.
  • La evaluación interna del proceso.
  • El perfeccionamiento del profesorado (7).

4. Discentes. Quienes quieren `enseñar´ a sus alumnos una concepción crítica de la sociedad sin cuestionar el modelo educativo bancario, se hallan en un error; quienes reducen todo a una cuestión de métodos a usar caen en otro. En la tarea educativa, y seguramente en cualquier situación social, los medios no son neutrales, y menos cuando lo que se pretende implica el desarrollo de cualidades humanas y de pensamiento que, por definición, sólo pueden crecer mediante la práctica relevante. Una pedagogía emancipatoria no se reduce a una metodología, y aún menos a identificarse con un método cerrado, pero negaría su compromiso con la realidad si no contase con medios y métodos coherentes con sus fines.

La capacidad de atender a los intereses y motivaciones que los y las estudiantes traen de fuera y vincularlas con los contenidos curriculares genera aprendizajes significativos y críticos a partir de su propia experiencia. Es un primer paso para comenzar a tejer puentes de diálogo con el entorno y plantear (o simplemente dejar que emerjan) preguntas críticas en relación a las causas, consecuencias y posibles soluciones de las problemáticas que les envuelven. Ello requiere que los claustros cuenten con la autonomía necesaria para decidir sobre cuestiones organizativas, de contenidos, etc. (8)

En conclusión, especialmente para los niños del mundo subdesarrollado, para quienes no están al alcance las tecnologías del mundo desarrollado, una teoría neurocientífica del sujeto de la educación, debe facilitar el método educativo acorde con su condición de personalidad en formación, distinto de los procedimientos orientados al aprendizaje de destrezas, como los que se emplean en el entrenamiento o la domesticación de un animal.

Como todo el mundo sabe, excepto quienes orientan la política educativa, para el desarrollo de una sociedad, no se trata de premiar el éxito de uno entre millones, ni de castigar con el abandono a los miles que apenas sobreviven: se trata de fomentar el desarrollo de las capacidades personales hasta el logro del nivel esperado, cuyos criterios se definen como parte del modelo de la sociedad esperada.

Por tanto, si de algo ha de servir el idealismo, que sea para trabajar hacia un desarrollo sostenido de la sociedad y las personas, sobre la base del modelo de la sociedad utópica: la sociedad solidaria, libre y justa, a sabiendas de que el hombre ha progresado desde el momento en que fue capaz de crear modelos utópicos acerca de lo que debe ser. De no ser así, la ética no pasaría de una reflexión teórica acerca de la realidad pasada y tal vez presente. Una ética basada en aspiraciones máximas tiene que pasar necesariamente por el filtro de las ciencias sociales, y la neurociencia tiene que demostrar que tal progreso en torno de un ideal no sólo puede explicarse, sino que es posible realizarla.

5. Medios de comunicación. La influencia de la televisión y los otros medios de comunicación en la sociedad actual urge, cada vez más, el desarrollo de estrategias de actuación en los medios, en la familia y en la escuela, que favorezca la formación de ciudadanos más críticos y creativos, más activos en sus relaciones con los medios, de forma que se apropien conscientemente de sus mensajes y empleen estos nuevos lenguajes para su propia expresión personal.

Hacer llegar a los ciudadanos y ciudadanas de hoy esta nueva alfabetización que el entorno comunicativo de este final de siglo nos exige, porque la democracia y libertad de nuestros países depende en grado sumo de nuestra tarea.

A la escuela le compete, junto con la familia y los medios de comunicación, ser el lugar donde se puede reflexionar la cultura y el puente para alcanzar los ideales de armonía, felicidad y libertad.

Hay muchos factores que confluyen en la formación del niño y del joven de hoy. Pensarlo desde una visión purista según la cual no debe contagiarse del universo del consumo masivo y debe estar dedicado a la formación de su espíritu, a la creación, a los cuentos de hadas, es una irrealidad. Concebirlo por otra parte como un ser robotizado, conectado a través de las nuevas tecnologías a los juegos electrónicos, repetidor pasivo de todo lo que ve a través de la televisión, es también un error. El asunto es bastante más complejo porque las experiencias de los niños de hoy son muy diversas (9).

Los desafíos de las TIC para el cambio educativo La incorporación de las TIC en la educación ha abierto grandes posibilidades para mejorar los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Sin embargo, no es suficiente con dotar a las escuelas de computadores. Hace falta abordar, al mismo tiempo, un cambio en la organización de las escuelas y en las competencias digitales de los profesores. También es necesario avanzar en la incorporación de las nuevas tecnologías en los entornos familiares para reducir la brecha digital. Tiene importancia las distintas reflexiones y puntos de vista sobre el papel que desempeñan las nuevas tecnologías, y profundiza en el debate sobre el sentido educativo de las TIC.

La tarea principal, por tanto, es lograr que los alumnos mejoren sus aprendizajes con la utilización de las tecnologías de la información. Pero ello supone configurar un nuevo escenario en las relaciones entre los profesores, los alumnos y los contenidos de la enseñanza, y hacerlo también en la evaluación de todo el proceso de enseñanza y de aprendizaje. Si difícil es cambiar la forma de enseñar, aún lo es más modificar el sistema habitual utilizado para la evaluación. Por ello, la formación de los profesores para que dispongan de las competencias necesarias que les permitan incorporar de forma natural las TIC en su práctica pedagógica constituye la variable fundamental para garantizar el éxito del esfuerzo emprendido (10).

En efecto, ninguna otra tecnología originó tan grandes mutaciones en la sociedad, en la cultura y en la economía. La humanidad viene alterando significativamente los modos de comunicar, de entretener, de trabajar, de negociar, de gobernar y de socializar, sobre la base de la difusión y uso de las TIC a escala global. Es universalmente reconocido también que las TIC son responsables de aumentos en productividad, anteriormente inimaginables, en los más variados sectores de la actividad empresarial, y de manera destacada en las economías del conocimiento y de la innovación. Respecto a los comportamientos personales, las nuevas tecnologías vienen revolucionando además las percepciones del tiempo y del espacio; a su vez, Internet se revela intensamente social, desencadenando ondas de choque en el modo como las personas interactúan entre sí a una escala planetaria (11).

¿Cuál es entonces la relación que esperamos que exista entre la escuela y los medios de comunicación? ¿Qué actitud nos interesa que promueva la escuela en relación con los medios?

Quienes niegan los medios o los condenan por diabólicos deben comprender que estos existen y que son una realidad en la vida cotidiana de los niños y los adultos. Quienes los colocan en un pedestal sin cuestionarlos deben descubrir que la aceptación ciega es igualmente inefectiva.

De estas dos posiciones surge la relación más adecuada entre la escuela y los medios: «la aceptación crítica». Una actitud intermedia entre el optimismo ingenuo y el catastrofismo estéril. Un equilibrio que asume la ambivalencia del medio de comunicación, sus posibilidades y limitaciones y sus contradicciones internas (12).

No se trata de condenar ni de idealizar. Comprender que los medios de comunicación no son ni buenos ni malos, que encierran contradicciones y que lo único que no podemos hacer desde la escuela respecto de ellos es ignorarlos, constituye el eje de lo que llamamos «una educación en medios».

Aceptarlos críticamente es, por tanto, el principio de este acercamiento que propone analizar, explorar, conocer y comprender la manera en que los medios de comunicación hablan del mundo y representan la realidad cotidiana.

Una educación en medios implica todas las formas de estudiar, aprender y enseñar, en cualquier nivel y circunstancia, la historia, la creación, la utilización y la evaluación de los medios de comunicación. Implica también analizar el lugar que ocupan los medios de comunicación en la sociedad, el acceso a ellos, su repercusión social, las consecuencias de la comunicación mediatizada, la participación y la modificación que producen en el modo de percibir el mundo (13).

6. Gobiernos locales. El papel de los municipios en la inversión pública social en infancia y adolescencia. En nuestro país se ejercen los gobiernos locales aislados del sistema educativo, esto es casi generalizado. En realidad, los gobiernos locales tienen mucho que hacer con la educación desde la promoción de políticas públicas sobre la cultural local, la recreación y la creación de la vida cultural de la comunidad que se relaciona con diferentes aspectos de la sociedad.

El abordaje de las políticas sociales supone un desafío de política pública que involucra a los tres niveles de gobierno (nacional, provincial y distrital). El desarrollo de políticas que beneficien con especial énfasis a la infancia y adolescencia, principalmente en la atención de la nutrición, la salud, la recreación y la seguridad, bases fundamentales para el logro de educación de calidad y progreso de la localidad.

Para el cumplimiento de lo planteado arriba la responsabilidad es de la ciudadanía en su conjunto, elegir autoridades que respondan a un programa político de gobierno local seriamente trabajada, porque como sabemos con alcaldes que ganan “comprando votos” simplemente se convierten en agentes servidores de intereses ajenos a la comunidad, es decir son parte de la corrupción, continuadores de los antecesores que convirtieron la política en negocio lucrativo para unos cuantos pillos.

7. Comunidad. El papel que la comunidad puede desempeñar en la práctica diaria en las escuelas es particularmente importante en zonas desfavorecidas. El rendimiento de los estudiantes y el aprendizaje están influenciados por las interacciones que los estudiantes tienen con todos los actores sociales (profesores, familias, miembros de la comunidad, colegas y otros) que participan en su educación, por lo tanto, el rendimiento estudiantil aumentará, aumentando la participación en la educación de todos los actores sociales (14). Requerimos construir una sociedad educadora, un entorno sociocultural desde las aulas de la mano con la comunidad local. Hace falta la conciencia crítica de la realidad sociocultural que vivimos para asumir compromisos de movilización conjunta constante por una educación emancipadora hacia la sociedad justa, libre y armónica.

Referencia de fuentes:
  1. García Galló. La concepción marxista sobre la escuela y la educación, p, 78 colombiaaprende.edu.co
  2. Encinas, José Antonio. Ensayo de la escuela nueva en el Perú.
    otrasvoceseneducacion.org
  3. ciudadaniaglobal.org
  4. adiactiva.com.mx/social
  5. ciudadaniaglobal.org
  6. revistacomunicar.com
  7. oei.es
  8. oei.es
  9. sites.google.com
  10. rieoei.org
  11. tendenciaspedagogicas.com

NOTA DE REDACCIÓN: La Web del Maestro CMF publica los textos originales de su autor, no necesariamente coincide con lo expuesto en el tema, no se hace responsable de las opiniones expresadas, y no promociona ningún producto, servicio, marca o empresa. Sugerimos a nuestros lectores conocer la identidad de la fuente o de su autor o autores, para tener mayores elementos de juicio y la pertinencia a su realidad educativa.


Autor:
Reynaldo Robles Aroste, nacido en Apurímac Perú.
Licenciado en Filosofía-Historia.
Experiencia laboral: 37 años Educación secundaria
Curso de postgrado: Historia y Educación de la Creatividad
Premio Nacional Horacio
Correo electrónico: [email protected]

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