20 maneras de dar retroalimentación a nuestros alumnos

La retroalimentación en el salón de clases es un proceso fundamental para mejorar el aprendizaje de los estudiantes. Consiste en proporcionar información y comentarios constructivos sobre el desempeño de los alumnos con el fin de ayudarles a comprender sus fortalezas y áreas de mejora. La retroalimentación puede ser verbal o escrita, y se puede ofrecer tanto por parte del profesor como de los propios compañeros.

La aplicación de la retroalimentación requiere de estrategias efectivas. En primer lugar, es esencial que la retroalimentación sea específica y centrada en los objetivos de aprendizaje. Debe enfocarse en aspectos concretos de la tarea o actividad realizada, resaltando lo que se ha logrado correctamente y ofreciendo sugerencias para mejorar.

Existen diferentes tipos de retroalimentación con distintas aplicaciones. La retroalimentación positiva se utiliza para reconocer y reforzar los logros de los estudiantes, fomentando su motivación y confianza en sí mismos. Por otro lado, la retroalimentación correctiva se emplea para señalar y corregir errores, brindando alternativas o estrategias para abordarlos de manera más efectiva.

La retroalimentación formativa es aquella que se proporciona durante el proceso de aprendizaje, con el objetivo de orientar y guiar a los estudiantes hacia la mejora continua. Es especialmente útil para identificar brechas en el conocimiento y ofrecer oportunidades de aprendizaje adicionales.

La retroalimentación sumativa, por otro lado, se brinda al final de una unidad o evaluación para resumir y evaluar el desempeño global del estudiante. Proporciona una visión general de los logros y áreas de mejora, y puede utilizarse para establecer metas y objetivos futuros.

La mejor manera de implementar la retroalimentación es a través de un enfoque equilibrado y continuo. Es importante brindar retroalimentación regularmente, utilizando diferentes formatos y técnicas según las necesidades de los estudiantes. Además, la retroalimentación debe ser oportuna, entregada en un momento en el que los alumnos puedan utilizarla de manera efectiva para mejorar su trabajo.

Es recomendable utilizar un lenguaje claro y comprensible, evitando críticas negativas o desalentadoras. La retroalimentación debe ser constructiva, destacando los aspectos positivos y proporcionando sugerencias específicas para el crecimiento y desarrollo del estudiante.

La retroalimentación puede ser ofrecida tanto de manera individual como grupal. En situaciones individuales, se puede tener en cuenta el nivel de competencia y el estilo de aprendizaje de cada estudiante para personalizar la retroalimentación y abordar sus necesidades específicas. Por otro lado, la retroalimentación grupal fomenta la participación activa y el aprendizaje colaborativo entre los estudiantes.

Además, es importante involucrar a los estudiantes en el proceso de retroalimentación. Esto puede lograrse mediante la autoevaluación y la evaluación entre compañeros, donde los estudiantes aprenden a analizar y reflexionar sobre su propio trabajo y el de sus pares.

La escalera de la retroalimentación de Daniel Wilson

Existen diferentes herramientas de retroalimentación que pueden utilizarse con los estudiantes.  Una herramienta muy sencilla y efectiva, que ha sido utilizada en el Proyecto Cero en su trabajo con maestros, es la Escalera de la Retroalimentación. Cuando los maestros, estudiantes, y personas en general están ofreciendo y recibiendo retroalimentación, se recomienda que la conversación tenga en cuenta los siguientes pasos: clarificar, valorar, expresar inquietudes y hacer sugerencias.

Clarificar: En este nivel el docente formula preguntas para aclarar ideas o algún aspecto que consideremos que el estudiante no comprendió en su totalidad o lo entendió de una forma distinta, aquí podemos iniciar con preguntas orientadoras cómo: ¿explícame cómo lo hiciste?, ¿Qué dificultades tuviste?, ¿Que aprendiste de este ejercicio?

Valorar: Una vez aclarado el resultado y el proceso para llegar a ese resultado se debe valorar de manera constructiva, apreciar lo que se realizó correctamente  y hacer énfasis en los puntos positivos creando primordialmente un clima de confianza y colaboración.

Expresar inquietudes: En este momento debemos permitir al estudiante que reflexione sobre su propio proceso y orientarlo sobre otras posibles formas de realizarlo, en este punto podemos realizar preguntas orientadoras ¿de qué otra forma crees que podríamos llegar a ese resultado? ¿Cómo podrías explicar o enseñar a alguien más cómo hacerlo? ¿Crees que exista más de una solución o más de un camino para llegar a este resultado?

Hacer sugerencias: En esta etapa podemos hacer recomendaciones al estudiante, procurando realizarlas de manera descriptiva , específica y concreta sobre cómo mejorar, brindando al estudiante consejos y  ejemplos para que los utilice,  sugiriendo por ejemplo agregar más ejemplos o más información, alentarlo para indagar más sobre el tema y buscar otras opiniones o plantear una nueva tarea específica desde otro punto de vista y de acuerdo con lo conversado.




¿Qué debemos considerar en esta retroalimentación?

Una vez consideradas las etapas del proceso de retroalimentación debemos establecer lo que estamos ofreciendo al estudiante, para ello Rebeca Anijovich nos describe la retroalimentación como un proceso formativo y dialógico en el cual la intención es ayudar a que el estudiante desarrolle la capacidad de aprender a aprender y sugiere 5 modos de retroalimentar:

1. Ofrecer preguntas:  para desarrollar habilidades metacognitivas y despertar la conciencia del estudiante sobre cómo aprende.

2. Detallar el trabajo del estudiante: Adoptar una forma descriptiva y devolver al estudiante en “espejo” lo que realizó

3. Vincularse con el estudiante: Impactar de manera positiva en las emociones del estudiante a través de una buena comunicación.

4. Ofrecer sugerencias: Buscando reducir la brecha entre el estado inicial y los objetivos del aprendizaje.

5. Ofrecer andamiaje: Se refiere a la ayuda y acompañamiento que se le ofrece al estudiante para transitar hacia el logro de los aprendizajes esperados.




20 maneras de dar retroalimentación a nuestros alumnos

Un maestro tiene la clara responsabilidad de nutrir el aprendizaje de un estudiante y proveer retroalimentación de tal manera que el estudiante no salga de la clase sintiéndose derrotado. Aquí les comparto 20 ideas o técnicas sobre cómo dar una retroalimentación eficaz que dejará a tus alumnos con la sensación de que pueden conquistar el mundo.  

1. La retroalimentación del estudiante debe ser de naturaleza educativa.

Entregue retroalimentación educativa: proporcione a los estudiantes una explicación de lo que están haciendo correctamente y de forma incorrecta. El feedback debe basarse principalmente en lo que los estudiantes están haciendo bien. Lo más productivo para el aprendizaje de un estudiante es si le proporciona una explicación y un ejemplo de lo que es exacto e inexacto en su trabajo. Para guiar esta retroalimentación, utilice el concepto de un «sándwich de retroalimentación»:

Alabanza
Corrección
Alabanza o ejemplo

Utilizar la  técnica sándwich de feedback pueder una buena manera de hacerloesta técnica consiste en introducir el comentario crítico que se quiere transmitir entre dos comentarios positivos.

Es decir;

    • Comunicar a la persona lo que está haciendo bien. (Positivo)(Alabanza)
    • Decirle lo que debería mejorar. (A mejorar)(Corrección)
    • Resaltar  los aspectos positivos de su desempeño en general. (Positivo / Dar un ejemplo)

Interesante este artículo de cómo cambiar una conducta utilizando la técnica sándwich.

2. La retroalimentación del estudiante debe ser dada en forma oportuna.

La retroalimentación debe darse en el momento oportuno: cuando la retroalimentación se da inmediatamente después de mostrar un aprendizaje, el estudiante responde de manera positiva y recuerda la experiencia de lo que se está aprendiendo de una manera segura. Si esperamos demasiado tiempo, el momento se ha perdido y el estudiante podría no conectar la retroalimentación con la acción.

Intenta dar ejemplos de lo que quieres decir para que no hay duda ni malos entendidos. No des demasiada información que hay que no se centren en lo importante que quieres decir.




3. Sé sensible a las necesidades individuales del estudiante.

Es vital que tomemos en consideración las características individuales de cada alumno cuando damos retroalimentación. Nuestras aulas están llenas de alumnos diversos. Algunos estudiantes necesitan ser empujados para lograr un nivel más alto y otros  necesitan que se les digan las cosas con mucho cuidado para no desalentar el aprendizaje y dañar la autoestima. Un equilibrio entre no querer herir los sentimientos de un estudiante y proporcionar el estímulo apropiado es esencial.

4. Haz las 4 preguntas.

Los estudios sobre la enseñanza y el aprendizaje eficaces (Dinham, 2002, 2007a, 2007b) han demostrado que los alumnos quieren saber dónde se encuentran en relación con su trabajo. Proporcionar respuestas a las cuatro preguntas siguientes regularmente le ayudará a proporcionar comentarios de calidad para los estudiantes. Estas cuatro preguntas también son útiles cuando se proporciona retroalimentación a los padres:

    • ¿Qué puede hacer el estudiante?
    • ¿Qué es lo que no puede hacer el estudiante?
    • ¿Cómo se compara el trabajo del estudiante con el de los demás?
    • ¿Cómo puede el estudiante hacerlo mejor?

Esto es también útile al proporcionar retroalimentación a los padres.

5. La retroalimentación del estudiante debe referirse a una habilidad o conocimiento específico.

Aquí es cuando las rúbricas se convierten en una herramienta útil. Una rúbrica es un instrumento para comunicar las expectativas para una misión. Las rúbricas proporcionan a los estudiantes con información muy específica acerca de su desempeño, comparado con un rango establecido de normas. Para los alumnos más pequeños, puede ser eficaz el uso de gráficos de pegatinas, o cualquier otro sistema en que se evidencie lo que está cumpliendo. Interesante este estudio, La Retroalimentación Formativa en el Proceso de Enseñanza-Aprendizaje de Estudiantes en Edad Preescolar.

6. Dar retroalimentación para mantener a los estudiantes «en linea» con su logro.

Una lista de cotejo con lo que esperas de ellos expuesto en el aula les permite a los alumnos saber a cómo y por dónde seguir. 

Utiliza las «4 preguntas» para guiar sus pasos. 

¿Voy en la dirección correcta?

¿Qué mejoras puedo hacer?

¿Qué estoy haciendo bien?

¿Cuál es mi desempeño general?




7. Organiza reuniones individuales de uno-a-uno.

Mantener una reunión individual con cada uno de los estudiante (o en pequeño grupo) es uno de los medios más eficaces de proporcionar retroalimentación. Trata de reunirte con un alumno mientras los otros están trabajando independientemente. Tiempo las reuniones para que duren entre 5 o 10 minutos.

Crea un ambiente en la que los alumnos puedan hacer preguntas, se sientan cómodos expresándose. Si los alumnos  cuentan con la atención y la oportunidad de hacer preguntas y la conversación es optimista, los alumnos tendrán ganas de un nuevo feedback.

8. La retroalimentación del estudiante se puede dar verbalmente, no-verbalmente o en forma escrita.

La retroalimentación puede ser verbal, no verbal o por escrito: es imprescindible que examinemos las señales no verbales que le entregamos a nuestros estudiantes. Asegúrate de no fruncir el ceño mientras estas hablando entregues un trabajo o te acerques a ellos. Las expresiones faciales y los gestos también son medios eficaces de entrega de retroalimentación.

9. Concéntrate en una habilidad.

Es importante hacer retroalimentación sobre el tema que estás trabajando. . Por ejemplo, si estás en clase de lengua y estás trabajando la escritura, informa a los alumnos qué es lo que quieres que tus alumnos presten espcial cuidado. Si es la separación de las palabras, la sangría, la descripción…. recuerda que la retroalimentación será sobre ese tema, no otro ya habrá días para observar otro aspecto. Por ejemplo si el trabajo es un artículo de opinión, no centrar el feedback en los errores gramaticales u ortográficos.

10. Dar fecha concreta para dar realimentación

Da fechas de entrega para su retroalimentación: esta estrategia le otorga el tiempo necesario para proporcionar retroalimentación de calidad por escrito. Como los estudiantes también saben la fecha, cuando llegue su turno pueden traer sus propias dudas o preguntas.




11. Educar a los estudiantes sobre cómo dar retroalimentación entre sí.

Formar a los estudiantes a darse unos a otros comentarios constructivos de una manera que sean positivos y útiles. Anima a los estudiantes a usar notas para registrar la retroalimentación dada.

12. Pídale a otro adulto que brinde comentarios a los estudiantes.

El director, jefe de estudios o otro profesor del cole puede colaborar para hacer esta función. Pídele que haga retroalimentación de determinadas pruebas o tareas que hacen los estudientas.  Esta es una manera muy eficiente de lograr que el alumno se esfuerce mucho más.

13. Haz que el estudiante tome notas.

Haz que los estudiantes te den feedback por escrito: pídele a los estudiantes que te entreguen feedback en una de sus clases expositivas. El alumno puede usar un cuaderno para tomar notas y luego usarlas para proporcionar la retroalimentación verbal.

14. Utiliza un cuaderno para seguir el progreso del estudiante.

Utiliza un cuaderno para realizar un seguimiento del progreso del estudiante: mantén una parte de una libreta o cuaderno para cada estudiante. Escribe diaria o semanalmente observaciones con fecha. Registra las buenas preguntas que el estudiante ha hecho, tareas interesantes, problemas de comportamiento, áreas de mejoría, resultados de exámenes, etc. Así cuando llegue la hora de reunirse con los alumnos o sus padres,  tendrás a la mano múltiples evidencias para su retroalimentación.




15. Pruebas de retorno, papeles o tarjetas de comentario al comienzo de la clase.

Devuelve pruebas, documentos o trabajos al principio de la clase: devolver documentos y pruebas al inicio de la clase permite que los estudiantes hagan preguntas necesarias y tengan una discusión relevante.

16. Usae notas Post-It.

Usar comentarios por escrito: a veces leer un comentario por escrito es más eficaz que solo escucharlo en voz alta. Durante el tiempo de trabajo independiente de los estudiantes, trate de escribir comentarios. Coloque las notas sobre el escritorio de los estudiantes, especialmente de aquéllos que les cuesta mantenerse concentrados, pero a la vez tienden a sentirse humillados si siempre estamos llamándoles la atención en voz alta.

17. Dar el elogio genuino.

Los estudiantes distinguen rápidamente a los profesores que los elogian sin sentido para obtener su aprobación. Si constantemente dices lo mismo a los alumnos como  «buen trabajo» con el tiempo estas palabras pierden sentido. Si usted estás realmente contento  con los últimos comportamientos o resultados de un estudiante, puede ir más allá de la alabanza.

Puedes incluso enviar una comunicación positiva a la casa o permitir que el estudiante sea reconocido por la dirección del colegio o visite un curso mayor, puede reforzar que el estudiante siga avanzando en la dirección esperada.

Dar un diploma a un alumno firmado por la dirección del Centro, en el que especifique la tarea bien hecha hace que esa tarea se vuelva a repetir, el niño se sentirá orgulloso y su familia feliz por ver el buen hacer de su hijo.

Algunos elogios que podemos usar de forma más general:

      • – ¡Bien hecho!
      • – Sabía que lo lograrías
      • – ¿Has visto? Todo tu esfuerzo ha merecido la pena.

… Hay tantos que merece un post, así que haré un análisis de todo lo que podríamos decir para elogiar para alentar el trabajo y lo que deberíamos de dejar de decir.




18. «Me di cuenta …».

«Me di cuenta…»: haz un esfuerzo para observar un comportamiento de un estudiante o el esfuerzo que ha puesto en una tarea. Por ejemplo, ‘me di cuenta de que llegaste a tiempo a clase toda esta semana’ o ‘me di cuenta que corregiste tu tarea’ tiene efectos a largo plazo en el logro académico de los estudiantes.

19. Proporciona un modelo o un ejemplo.

Comuníca a tus alumnos los propósitos de una evaluación y / o retroalimentación. Demuestra a los estudiantes lo que está buscando, dándoles un ejemplo de años anteriores de cómo se ve un trabajo sobresaliente, muy bueno, bueno e insuficiente. Esto es especialmente importante en los niveles de aprendizaje superiores.

20. Invita a los estudiantes a hacerte comentarios.

Invita a tus alumnos a dar retroalimentación: ¿Por qué no dejar que los estudiantes le den retroalimentación sobre cómo está siendo como profesor? Deje que puedan hacerlo de manera anónima y pregúnteles:
• ¿Qué es lo que les gusta de mi clase?
• ¿Qué es lo que no les gusta?
• Si ellos estuviesen enseñando su clase, ¿qué harían de manera diferente?
• ¿Qué fue lo que más aprendieron de usted como maestro? Os aconseo no dejar nunca de mejorar y perfeccionar nuestras habilidades como maestros.




Si estamos abiertos a ella, vamos a aprender muchas cosas acerca de nosotros mismos como educadores. Recuerde que la retroalimentación va en ambos sentidos, y como maestros es aconsejable no dejar nunca de mejorar y perfeccionar nuestras habilidades.

Al igual que nosotros como profesioanles de la educación debemos formarnos en este tema, debemos saber que estamos trabajando con niños y ellos tienen una familia donde pasan muchas horas. La forma en que reciben retroalimentación en casa es importante también y es nuestra tarea guiar a los padres para que estos den retroalimentación adecuada, especialmente cuando se trata de tareas escolares. Muchos profesores estan de acuerdo con el tema de las tareas escolares pero no se preguntan si estas pueden ir en contra de los alumnos por la forma en la que se llevan a cabo. Por tanto, si tú, eres de los que consideran que los las tareas escolares en casa son importantes, no olvides formar bien a esas familias para que lleguen a ser un éxito.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Aulapt en la siguiente dirección: aulapt.org

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