El trabajo humano, que en algunos lugares del mundo es celebrado el 01 de mayo como el Día Internacional del Trabajador, nos recuerda que es una tarea esencialmente creadora y que en sí misma confirma la dignidad del hombre, que no debe ser tan pisoteada, ni negada como lo ha sido (por desgracia) en tantos momentos de la historia. “Aún hoy hay tantos esclavos, tantos hombres y mujeres que no son libres de trabajar: se ven obligados a trabajar, para sobrevivir, nada más. Son esclavos: trabajo forzado… son trabajos forzados, injustos, mal pagados y que llevan al hombre a vivir con la dignidad pisoteada. Hay muchos, muchos en el mundo. Muchos. […] La esclavitud de hoy es nuestra indignidad, porque quita la dignidad al hombre, a la mujer, a todos nosotros. Toda injusticia que se comete contra una persona que trabaja es un atropello a la dignidad humana, …” cf EL TRABAJO ES LA VOCACIÓN DEL HOMBRE.
Hoy, desde la comunidad virtual de la Web del Maestro CMF, nos unimos a muchos hombres y mujeres que destacan en el trabajo, como la actividad por la que todo ser humano se realiza y debe recibir una retribución económica justa y satisfactoria, que le asegure a él y a su familia el acceso a los elementales bienes de la vida, una existencia conforme a la dignidad humana y que además debe ser apoyada por todos los medios de protección social individual y colectiva.
Y de manera especial a quienes desde la tarea docente brindan el mejor servicio que se puede prestar a una sociedad, la de ayudar a formar ciudadanos capaces de construir una nueva civilización de paz, donde prime el diálogo y se destierre el odio, la guerra, el descarte, la indiferencia y la corrupción. El trabajo de los profesores es, sin duda, la base de toda transformación y desarrollo humano, tanto personal como comunitario, local y mundial.
10 CAMPANADAS PARA SER UN BUEN MAESTRO (01´ 55”)
El trabajo de los profesores forma intelectual, emocional y axiológicamente a todos los demás profesionales. Es quien acompaña mucho tiempo a los niños y jóvenes, con un trabajo que podemos calificar como sacrificado, pero que pasa desapercibido en no pocas ocasiones, pues su fruto no se ve inmediatamente.
Sin embargo, muchos coincidimos que con el tiempo valoramos y agradecemos a quienes nos enseñaron -dando michos tiempos de su vida, sacrificando sus relaciones familiares, pasando por alto las injusticias laborales- a “aprender a aprender” de manera autónoma los conocimientos, con estrategias de aprendizaje que, utilizando múltiples herramientas y recursos materiales adaptados a los contenidos, a nuestras habilidades y capacidades personales, que nos han permitido desarrollar nuestro pensamiento crítico, consolidar una escala de valores, saber cómo gestionar nuestras emociones y madurar en nuestras relaciones de convivencia; a saber que la educación es un proceso que requiere paciencia y perseverancia, que no debemos confundir el éxito con la eficacia, pues en la vida no siempre lo eficaz es exitoso y viceversa; y tantos sabios consejos que encontramos en nuestro interior, sembrados en el alma, y que vamos utilizando durante toda la vida.
La riqueza e importancia del trabajo de un docente comienza a gestarse con la selección de los postulantes para ser los futuros profesores, y se va “fraguando” en la convivencia con personas que sienten el mismo llamado profundo y existencial a desarrollar la trascendental tarea de ayudar a los padres de familia en el deber de formar de sus hijos (GE); con una formación académica de calidad, que motiva el gusto por el enseñar a aprender, por la dedicación al estudio, la lectura, la investigación, la creatividad, la autonomía, el empoderamiento, la responsabilidad y el cultivo de un pensamiento crítico personal; habituándose a la reflexión personal, la toma de decisiones responsables que le permitan responder con prontitud las nuevas necesidades de enseñanza – aprendizaje que demanda su trabajo de profesor, y a tener la costumbre de evaluar y rendir cuentas.
Como recomienda el profesor Francisco Imbernon, la formación inicial docente “debería huir de la estructura rígida, piramidal y gerencial del profesorado para crear estructuras más flexibles”, con una mayor interacción con todo el personal que interactúa en el aprendizaje de los niños. “Tiene que haber un cambio de organización, de estructura, de currículo y del profesorado y de su formación”.
Si los centros de educación inicial docente siguen enseñando a los futuros profesores como enseñábamos antes del cierre de las escuelas, por la pandemia, estamos impidiendo el desarrollo de la Educación que necesita el mundo de mañana. Con una nueva y más actualizada formación inicial docente, podríamos vislumbrar -donde no exista- una auténtica revalorización del trabajo de los profesores.
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Si en las escuelas educamos a los niños y jóvenes conscientes del extraordinario y singular valor que tiene el trabajo de sus profesores, cuando lleguen a ser quienes dirijan los destinos de sus pueblos, podremos estar seguros que no tendremos que preocuparnos de que promulgarán leyes que evidencien la justa y digna remuneración al trabajo de los profesores, cuya tarea se ha vuelto “cada vez más compleja, ardua y desafiante”, razón por la cual, tanto a su formación inicial pedagógica así como su permanente capacitación y actualización es una necesidad desde la perspectiva global, emergente y cambiante del mundo de hoy, y sobre todo eliminando toda desigualdad e injusticia.
Gracias profesores por su trabajo docente, y gracias también a los trabajadores que apoyan su tarea en los diversos escenarios educativos, sobretodo la cercanía de los padres de familia, y que juntos forman a los futuros ciudadanos de sus países. ¡Salud y larga vida trabajadores de la educación!
REDACCIÓN WEB DE MAESTRO CMF
Deja sin palabras,es verdad es una vocación que no solo enseña a los niños también a los papás de los niños, tenemos que seguir enseñando a nuestros niños a respetar al maestro es algo que no le damos importancia,mi hija es maestra en educación especial y es ahí donde ví y aprendí la grande labor de los docentes