Docente y titiritera argentina, Magister en Familia, Licenciada en Educación Inicial, discípula de Mané Bernardo y Sarah Bianchi, voluntaria titiritera y payasos en hospitales, hogares, penales, centros de atención, hospitales pediátricos y comunidades.
Ella inicia su camino de profesora en 1976. Como relata en el video de Fiorino Sebastián, que compartimos por motivos de formación permanente, (y que está en YouTube, junto a otros muy interesantes), nos permite conocer que su inspiración fue su abuela, con quien recolectaba muñecos que estaban tirados en la calle para arreglarlos y transformarlos en títeres. Elena desde a los 13 años, se sintió feliz de confeccionar títeres y uno de sus deseos más grandes en ese entonces era llevarlos a chicos de hospital, pero por su corta edad no le permitían. Entonces comenzó a hacer títeres en las calles, en la Plaza Constitución -una las estaciones ferroviarias donde transitaba mucha gente-, siendo su labor allí conectar a personas que se entusiasmaran y le pudieran ayudar a mejorar los que hacía (cf Plataforma Rducativa ELE).
Ese panorama fue la oportunidad que le dio la vida para entusiasmarse, y como dice el profesor Tonucci descubrir ese algo que le gustaba más, “que es para lo que nació, su talento, su vocación”, como también ya lo dijo el escritor colombiano Gabriel Márquez: “su juguete preferido”, y que una vez encontrado se dedica a él con todas sus fuerzas, ilusiones y que nadie puede quitarle. Francesco Tonucci: Cada uno tiene algo que le gusta más, que es para lo que nació, su talento, su vocación
Esta entrevista de Fiorino Sebastián, que compartimos por motivos únicamente educativos, puede ser útil para conocer a Elena Santa Cruz, y cómo se le presenta una oportunidad en la vida que la entusiasma -y a pesar de las grandes (o pequeñas) dudas- y conoce el camino de su vocación y cuánto bien hace el compartirnos generosamente su experiencia por si es útil para quienes estamos en las aulas, y es o que nos gusta, a pesar de las dificultades y limitaciones. Vea usted cuánta premisa para llegar a ser lo que hora es:
VIDEO
Para la profesora Santa Cruz, “la educación es un hecho transformador que permite a los seres humanos ponerse de pie y activar sus pilares resilientes. Y justamente frente a un agente perturbador o un estado o situaciones adversas, que experimentamos lo seres vivos, todos estamos capacitados para encontrar recursos o mecanismos -no inhibitorios ni negacionistas- para recuperar nuestro estado inicial de dominio personal y equilibrio emocional, cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.
Como docentes, es bueno saber, como nos dice la profesora Santa Cruz, que tenemos que encontrar caminos para salir de las dificultades, pues “la resiliencia es la capacidad de sobreponerse a la adversidad y salir fortalecidos. Nadie puede evitar el sufrimiento de nuestros hijos y alumnos, el dolor es parte de la vida, pero lo que sí podemos es ayudarlos es a posicionarse frente a la adversidad. La resiliencia es la posibilidad de ver la mitad de vaso lleno, de continuar luchando y soñando seguir construyendo.”
Publicaciones relacionadas:
El buen humor, el juego, el realizar acciones con actitud positiva y realizar proyectos en grupo, eleva la AUTOESTIMA y la COOPERACIÓN. El propiciar la mirada alegre y poner algo de HUMOR, muestra la capacidad de desdramatizar los problemas. “Cuando un maestro apoya la AUTONOMÍA apuesta a lo que cada niño y joven puede hacer acorde a su edad y circunstancia. Un maestro comprometido sostiene amorosamente el camino a la independencia, camino largo, paso a paso, que aquí comienza en la certeza de saber que todo ser humano tiene derecho a nueva oportunidad. Los docentes apostamos tozudamente a la CREATIVIDAD como un modo de ofrecer una manera de ver el mundo. Creemos en la diversidad, en la riqueza de las opiniones, en los debates que tan frecuentemente se dan en los salones, pensando muchas veces que ojalá los adultos pudiéramos dialogar e intercambiar miradas con el mismo respeto, convicción y pasión con que lo hacen los niños. Estos pilares de la resiliencia, […] Un docente sabe que siempre hay una nueva posibilidad y que la felicidad, la educación, el juego, son derechos de todos y por eso allí estamos, en NUESTRO LUGAR, JUNTO A LOS NIÑOS Y SUS FAMILIAS.”
Para la profesora Elena, titiritera por vocación, nos anima a usar los títeres que es “viven” en un rico mundo imaginario que cuenta con características que permite creaciones individuales y colectivas llenas de expresividad personal, de imaginación, de encuentro de nuevos caminos de aprendizaje, que animan al trabajo grupal, comunitario, de construcción colectiva, que motiva y respeta los saberes previos y contempla respetuosamente las diversidades. La educación permite usar ésta y otras herramientas que posibilitan que cada niño y joven merece tener todas las oportunidades necesarias para aprender y habilitar sus sueños. (cf Tejiendo sueños).
“Ser docente es un arte que se construye y alimenta día a día en cada aula, entre miradas que sostienen, juegos, proyectos y sueños. Nuestra tarea nos invita permanentemente a reflexionar y así experimentar que las cosas esenciales de la vida están allí… en la simpleza y profundidad de cada encuentro, cerca del suelo, de la tierra, de la siembra. Cada docente llegó a esta increíble profesión con un deseo… y casi todos coincidimos en que anhelábamos mejorar el mundo.
Un buen maestro percibe los estados de ánimo de sus niños, palpita al compás de sus días y sabe distinguir los climas de las aulas, como quien es capaz de apreciar una melodía que otros no llegan a escuchar. Los docentes somos y seremos sin duda seres sensibles, deseosos de poseer: Ojos que ven más allá de la superficie; palabras que calman y acunan; oídos que escuchan un lenguaje de narrativas y silencios; manos que levantan en las caídas, que sostienen en la tristeza, que alientan en los logros.
Nuestros brazos han anidado a cientos de niños, y a muchos padres que al contar sus historias de vida han llorado y compartido sus más profundos sentimientos. Y así vamos por el camino… como grandes peregrinos, viajando de aquí para allá. Con bolsos cargados de materiales somos artesanos, capaces de jugar, narrar y hacer títeres, organizar actos, reuniones y talleres siempre bajo un mismo sueño, apostando a la misma utopía. Poniendo nuestra pasión… Investigando, analizando, planificando, pero, ante todo, siempre disfrutando de los pequeños grandes logros de la cotidianeidad de las aulas, ese mágico espacio de encuentro y riqueza donde cada uno muestra su luz.
Pequeños lugares para otros, gigantes oportunidades de logros para quienes sabemos, el valor infinito de estos relatos de infancia. Recuerdos que quedarán para siempre y que, a lo largo de los años, nuestros antiguos “pequeños alumnos” que ya han crecido, vienen generosamente a recordarnos con sus ojos cargados de ternura y nostalgia. Y allí el alma se expande… Allí sabemos que la siembra fue fecunda. Allí… reafirmamos que somos y seremos DOCENTES, porque nada es comparable a lo que sentimos con la fortuna incalculable que guardamos en cada bolsillo del delantal, en ese dibujito y el recuerdo de acompañar a las familias.
Somos maestros porque nos esforzamos día a día por una vida plena de nuestros alumnos, deseosos de ver que ellos cumplan sus proyectos de vida sosteniendo una mirada resiliente, […]” que es el andamiaje para abordar las dificultades como oportunidad de crecimiento y que de tan forma tan singular transmitimos los profesores, y los padres de familia con el ejemplo. Cf SER DOCENTE, EL ARTE DE TEJER ENCUENTROS
Y finalizamos con el deseo de la profesora Elena Santa Cruz: “Que la docencia sea un estar en este mundo, presentes, comprometidos, disponibles.”
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF