Decía Rabindranath Tagore que “No es tarea fácil dirigir a hombres; empujarlos, en cambio, es muy sencillo”. Y la misión de los educadores es justamente el tutelar y ayudar a todas las personas a aprender a ser lo que son capaces de ser (cf Hesíodo). A reflexionar, pedir consejo y tomar la mejor decisión con responsabilidad. Por eso, en este Día Internacional del Docente, queremos agradecer a quienes “ayudando a los padres en el cumplimiento de su deber y en nombre de la comunidad humana, desempeñan la función de educar en las escuelas. Esta vocación requiere dotes especiales de alma y de corazón, una preparación cuidadosísima y una facilidad constante para renovarse y adaptarse” (GE, 05).
El Día Mundial de los Docentes, se celebra cada 5 de octubre desde 1994, conmemorando el aniversario de la suscripción de la Recomendación UNESCO/OIT. La UNESCO reconoce que “los docentes representan una de las fuerzas más sólidas e influyentes con miras a garantizar la equidad, el acceso y la calidad de la educación. Ellos son la clave del desarrollo mundial sostenible. No obstante, su formación, contratación, permanencia, estatus y condiciones de trabajo son temas que siguen siendo preocupantes”. Roguemos que algún día eduquemos ex alumnos que sean capaces de revalorizar la tarea docente y promulguen leyes que den el lugar y el reconocimiento que se merece la tarea docente.
Los educadores realizamos con mucho cariño y no poco sacrificio, la trascendente tarea de orientar los corazones, las inteligencias, las emociones, los sueños de los niños y jóvenes, a puertos de realización personal, libre y responsable. Y sobre todo enseñando que, si queremos triunfar en la vida, debemos hacer de la perseverancia nuestra amiga del alma, de la experiencia muestra sabia consejera, de la advertencia de las personas mayores y de la esperanza nuestros genios guardianes (cf Joseph Addison). Los profesores estamos convencidos, por la formación inicial docente y la experiencia, que es mucho más sensato enseñar a nuestros estudiantes a superar las frustraciones inevitables que hacerles creer en la posibilidad de un mundo sin frustraciones (cf Gregorio Luri).
La grata e inmensa tarea vocacional del docente, maestro o profesor; (términos lingüísticos que en esencia puntualizan uno de los servicios formativos más nobles en toda sociedad), ha sido y es el principal apoyo para los padres de familia de toda sociedad. Hoy rendimos gratitud a los que nos enseñaron y enseñan a aprender a ser felices con las simples y sencillas cosas de la vida; a no desperdiciar nunca las oportunidades de entusiasmarnos y entusiasmar a otros en la búsqueda y descubrimiento de la Verdad; y a enseñar con el ejemplo el valor de la perseverancia para alcanzar las metas y los sueños. “En la profundidad del invierno, aprendí que en mi interior hay un verano invencible (Albert Camus).
Gracias profesores de todo el mundo, y en especial a la comunidad educativa de la Web del Maestro CMF. Es muy motivador y entusiasmante, el saber que somos educadores que nos apoyamos y animamos unos con otros, en este ciberespacio donde solo nos percibimos por el sentido de la magia digital. Continuemos manejando expertamente del arte de encontrar ese necesario espacio para nuestra formación permanente, en el esquivo tiempo de nuestras tareas diarias; disfrutemos de esa alegría de conocer otras experiencias educativas y reflexionemos si son útiles para nuestra realidad y perfeccionémoslas, porque somos de aquellos que también aprendemos de la experiencia de los demás (cf Voltaire).
¡GRACIAS MAESTRO!
¡FELICIDADES Y RECONOCIMIENTO POR SIEMPRE!
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF
