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Cuánto pueden afectar las emociones negativas en el proceso enseñanza -aprendizaje

Como educadores, recordemos que el filósofo Aristóteles se refería a las emociones, como aquellas pasiones que afectaban el alma y cuyas reacciones condicionan el aprendizaje en los niños y jóvenes, y que necesitan el apoyo de los adultos -a cargo de su formación integral-, para que sepan cuidarse, manejar, adaptarse y sobrevivir a esas reacciones psicofisiológicas que se han presentado -con mayor fuerza- en este tiempo de la pandemia por el nuevo virus SARS-CoV-2, sabiendo  que son universales y comunes a todas las culturas. La maestra, pedagoga, psicopedagoga y presidenta de la Asociación Pedagógica Francesco Tonucci (APFRATO), Mar Romera, nos dice que “ya empiezan a salir estadísticas de cuáles serán las consecuencias de la pandemia a nivel psicológico y emocional y es obvio que los resultados muestran que no estábamos preparados para esto”. MAR ROMERA: “ES DE LOCOS PREOCUPARSE, EN PLENA PANDEMIA, SOBRE SI LOS NIÑOS SE HAN SALTADO PARTES DEL CURRÍCULO ACADÉMICO”

Durante el cierre de las escuelas, a causa de la pandemia del Covid 19, en algunos de los actores del proceso enseñanza – aprendizaje se han producido emociones no tan agradables (como el miedo, la cólera y la tristeza) y otras positivas, de manera más o menos frecuente, intermitente o duraderas- como sostiene la psicóloga Rachel Watson-, y que hay que enfrentar de manera que sepamos “porqué están ahí” y cómo las podemos enseñar a manejarlas de manera adecuada y cómo tener más opciones para resolver otros problemas.

Artículo recomendado:

La educación pos pandemia por medio de la nueva normalidad educativa (Parte II)

Sabemos que las emociones “son diferentes a otros procesos psicológicos como la cognición, el aprendizaje, el pensamiento o la motivación”. Su identificación y buen manejo nos puede ayudar a encontrar alternativas pedagógicas que permitan su adecuada exploración, identificación y el correcto apoyo para saber cómo manejarlas, en situaciones educativas nuevas e inesperadas, como el que estamos experimentando con el cierre de las escuelas, la educación a distancia, el confinamiento, las limitaciones del acceso al internet, la comunicación virtual u online, los problemas intra familiares, …. entre otros factores que se van evidenciando con la aplicación de las medidas sanitarias, económicas, sociales, educativas, de seguridad ciudadana, … a causa de la pandemia causada por nuevo virus SARS-CoV-2.

LA FUNCIÓN DE LAS EMOCIONES EN NUESTRA VIDA COTIDIANA (03´ 17”)

Para el profesor Daniel Goleman el uso del aprendizaje social y emocional, en la educación, es la “nueva imagen de la inteligencia emocional”, que nos permite cubrir todo el espectro educativo, y que bien implementada nos permitirá tomar rutas de aprendizaje nuevas y adaptadas a la realidad de nuestros estudiantes, para que aprendan bien, prestando  la mejor atención a cómo funciona su cerebro, la razón de existir de la emoción, y ayudarlos a que las gestionen bien  y las asocien a su proceso enseñanza-aprendizaje. EL APRENDIZAJE SOCIAL Y EMOCIONAL, ES LA NUEVA IMAGEN DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

El aprendizaje social y emocional, es la nueva imagen de la inteligencia emocional

Recomendamos, para profundizar en las ideas precedentes, leer la publicación relacionada:

Carmen Fernández Morante: La importancia de la formación inicial docente

Para los profesores y padres de familia el conocimiento, estudio y enseñar el manejo de las emociones en los estudiantes, es fundamental, ya que permite acompañar sus procesos evolutivos de desarrollo, conocer sus expresiones y manifestaciones y aprender a comunicarlos a tiempo, para recibir la orientación adecuada a su educación emocional, de tal manera que conserve su salud mental y el bienestar personal y social. La UNESCO (Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) ya en el 2020, nos advirtió la importancia de enseñar habilidades socioemocionales en los programas de formación docentes, que permita tener profesores que, con conocimiento y profesionalismo, sean capaces de ayudar a los estudiantes y padres de familia a abordarlos. Esto nos lleva a reiterar que es en la formación inicial docente en la que debemos prestar una profunda atención en la formación y evaluación sobre el manejo correcto de las emociones del futuro docente, y que nos aseguren que haya adquirido un amplio conocimiento de la influencia de las emociones en los procesos de aprendizaje y desarrollo de los niños y jóvenes en todas las áreas, para “reconocer las condiciones y particularidades de los contextos culturales, sociales y familiares en los que viven, y crear condiciones y ambientes que favorezcan el desarrollo integral y las interacciones sociales”, y derivar a tiempo los casos que necesitan el tratamiento especializado.

Lectura recomendada:

En las escuelas podemos enseñar a los niños autocontrol, optimismo, alegría, serenidad, …

De manera particular, en este tiempo del cierre de las escuelas, la educación online, y los ensayos de volver a las clases presenciales, se hace de vital importancia que los profesores conozcamos el papel que juegan las emociones -que se han visibilizado a acentuado- como la ansiedad, la preocupación, la intranquilidad, el miedo, la incertidumbre, el enojo, la ira y la tristeza en  este tiempo de pandemia, y cuánto influyen en el proceso de enseñanza – aprendizaje, y ser capaces de identificarlos, reconocerlos en su individualidad, canalizarlos y manejarlos positivamente con el apoyo de los padres de familia. La pandemia nos está dejando (en no pocos lugares) enormes retos, mostrando a los padres de familia y profesores la necesidad de contar con protocolos adecuados de asistencia a nuestros estudiantes para no dejar a nadie atrás y atender a todos de forma inclusiva y participativa.

Le sugerimos la lectura del estudio de la profesora colombiana Ingri Paola Díaz Muñoz en este enlace: LAS EMOCIONES DE IRA, ALEGRÍA, MIEDO Y TRISTEZA EN NIÑOS DE 4 A 5 AÑOS I.E.D. SAN CAYETANO DE BOGOTÁ.

La psicóloga clínica y educacional, Rachel Watson Delucchi, nos orienta con cuatro acciones para enfrentarnos a las emociones displacenteras que se presentan frente a situaciones adversas como la que estamos pasando, saber canalizarlas y buscar el equilibrio emocional que nos permita seguir adelante y hacerles frente con cuatro sugerencias, incorporando otras que creamos convenientes, ya sea por la propia experiencia o el diálogo con otros educadores. Y estas son:

  1. Encontrar el camino de la autocalma: “No podemos hacer nada, ni siquiera pensar, si primero no nos calmamos. Podemos recurrir a técnicas de respiración (la abdominal, por ejemplo), a técnicas de relajación, de conciencia plena [mindfullness], yoga, pilates, ejercicios, música suave que baje la intensidad emocional, un baño relajante, golpear una almohada, entre otras acciones. Cada uno tiene que encontrar aquello que lo ayuda a autocalmarse. Requisito indispensable para un autocalmado saludable: no hacer daño a nadie ni a uno mismo. ¿Por qué es importante calmarse primero? Porque cuando estamos experimentando una emoción intensa, la parte racional de nuestro cerebro está capturada por la emoción y no podemos pensar, y por tanto podemos decir o hacer cosas de las que luego podemos arrepentirnos.
  2. Conectarse con actividades placenteras: como el leer, dibujar, pintar, tejer, cocinar, tocar algún instrumento, entre tantas otras, […] Cuando descubrimos lo que nos gusta, lo que nos apasiona, disfrutamos del presente y olvidamos por un momento las preocupaciones y/o molestias que pudiéramos estar sintiendo. [Buscando sentirse mejor con actividades que nos distraigan y podamos desconectarnos] por algunos momentos de la emoción negativa […].
  3. Analizar lo que nos está sucediendo: [Hacernos preguntas como:] ¿qué está generando esta emoción?¿qué puedo hacer al respecto? ¿qué grado de participación o responsabilidad tengo en sentirme así?, ¿cómo puedo afrontar esta situación? [u otras preguntas que estimemos pertinentes, todas son válidas, tomándonos el tiempo que sea necesario para reflexionar. Tratando de registrar las respuestas, que nos permitan conocernos mejor] y sacar conclusiones acerca de lo que te está afectando y poder pensar en alternativas de solución.
  4. Buscar ayuda especializada: si no logramos autocalmarnos, no encontramos actividades placenteras y si nos atrapados por nuestras emociones, … es momento de buscar ayuda, [ya sea conversando] con alguien de confianza acerca de lo que te está pasando. Puede ser un familiar, o un amigo (a). Si no es suficiente, busca ayuda en un profesional de la salud mental que pueda orientarte […]. Si hay emociones desagradables como el miedo, la ansiedad, la cólera o la tristeza (o cualquier otra), si se presentan con demasiada frecuencia y con alta intensidad y te es difícil salir de ellas, es señal de alarma de que debemos buscar ayuda.

Estas sugerencias, como educadores, nos plantea -como educadores- revisar y reajustar nuestros conocimientos, y salir de nuestra posible “zona de confort”, tomar decisiones y dar respuestas adaptativas ante los cambios que vamos descubriendo en esta pandemia del virus SARS-CoV-2. Y por esto, consideramos que si bien nuestra planificación educativa, antes del cierre de las escuelas, este panorama no estaba ni pensado, y sabiendo que no hay receta universal, quizá nos sea también útil reflexionar con nuestra comunidad educativa las sugerencias de The Conversation para una adaptación saludable al desafío que estamos enfrentando, y darle una respuesta propia a nuestra realidad:

  1. Aceptar lo desconocido como una oportunidad. Un reto para mejorar.
  2. Enfrentar los cambios de frente, sin miedo. Manejar el timón con ambas manos.
  3. Saber reconocer las emociones y cómo nos pueden ayudar.
  4. Pensar de forma abierta. Dejar hueco libre a nuevas alternativas.
  5. Mantener el estado de alerta. Tener claro qué es lo que podemos controlar y lo que no. Aquello que no controlamos, no debería preocuparnos.

Nuestro rol en la nueva normalidad educativa no es cuestión de lanzar una moneda al aire para tomar un nuevo itinerario pedagógico. Necesitamos descubrir todas las opciones posibles, ver nuestras virtudes y fortalezas, pero también las debilidades, que nos permitan afrontar el cambio con un optimismo realista. Cf ES BUENO QUE LA PANDEMIA NOS HAGA SENTIR INSEGUROS

También nos puede ser útil conocer el estudio realizado por el Instituto de Inteligencia emocional y neurociencia aplicada (Idiena) de España, sobre los problemas en las competencias emocionales de los estudiantes y profesores, en este tiempo de pandemia, como la autoestima, el autocontrol, la comunicación, el optimismo; el trabajo en equipo, la flexibilidad y la resiliencia. Datos que pueden ser muy significativos y ayudarnos en la toma de futuras decisiones, sobre la importancia de incluir la educación emocional en el sistema educativo, como una necesidad que se ha acentuado con la pandemia. Y aparte de ser fundamental en la formación inicial docente, hoy necesita ser implementada en todos los programas educativos, sobre todo en aquellos lugares donde se carece de un modelo de referencia que sea estable. EDUCACIÓN EMOCIONAL EN COLEGIOS, ¿UNA NECESIDAD URGENTE POR LA PANDEMIA?

“El ser humano es emoción en sí mismo de la misma manera en que es cognición. Si partimos de las investigaciones neurocientíficas, hoy sabemos que la emoción siempre precede a la razón. Es decir, la emoción determina cómo actuamos y nuestras conductas, mientras que después llega la razón y las explica. Por lo tanto, no es que la educación emocional sea importante, es que es imprescindible” (Mar Romera, 02/11/2020).

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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