“Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho” (Paulo Freire). A no ser que se encuentre Usted en el sistema educativo de Singapur, Canadá, Estonia, Finlandia, Hong Kong (China), Japón, Macao (China), o Vietnam, y examine con parámetros propios los resultados el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés); es muy probable que ya haya leído o escuchado diversidad de opiniones, de los políticos y ministros a los padres de familia; de profesores y de “opinólogos”[1]; y no pocos, de éstos, encuentran un bálsamo anestésico, con un “pero hemos mejorado más que aquellos“, “esos tienen otra realidad social”, o “al cabo, ni queríamos”,…
El Informe no es tanto para compararse con los vecinos, y querer convencer que la situación (no tan óptima) es más llevadera cuando afecta también o peor a otros; sino más bien, es para conocer cómo lograron los otros un puesto mejor, qué medios o recursos pedagógicos usan, estudiar sus rutas de aprendizaje, qué clase de sociedad están construyendo, cómo aprovechar sus experiencias y cómo podemos mejorar nosotros.
El británico Aldous Huxley decía: “La persona inteligente busca la experiencia que desea realizar”, y Ken Robinson dice: “Sé que las aptitudes académicas son muy importantes, pero los sistemas escolares valoran mucho ciertos tipos de análisis y razonamientos críticos, en especial las palabras y los números. Por muy importantes que sean estas aptitudes, la inteligencia humana es mucho más que eso”[2].
Este Informe nos puede ayudar a conocer las características de los sistemas educativos de mayor rendimiento, las políticas efectivas sus gobiernos, y nosotros, los educadores, inspirarnos para mejorar, en el menor tiempo posible, la formación integral y de calidad de nuestros estudiantes. Ellos y nosotros deseamos erradicar “los elevados niveles de desempleo juvenil, la creciente desigualdad, las significativas diferencias por género y una necesidad imperiosa de fomentar un crecimiento inclusivo (…) [porque] no hay tiempo que perder para proporcionar la mejor educación posible a todos los alumnos”, afirma Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE.
Les invitamos a entrar en el enlace del Informe de la OECD[3], ubicar su país y navegar en un interesante mapa virtual, pero también reflexionar las conclusiones sobre: Diferencias de género, Equidad en la educación, Rendimiento de los estudiantes en comprensión lectora y matemáticas y Rendimiento de los centros educativos.
Esos indicadores iluminarán cómo va nuestro proceso educativo, con los valores y la riqueza cultural que conservamos en cada uno de nuestros países. Y recordar que en educación “El secreto está en llevar a todos a triunfar, no en asumir que sólo unos pocos lo lograrán” (Sean Coughlan, en BBC MUNDO).
La educación es un crear y recrear nuevos caminos, no es un acto de consumir ideas, (decía Paulo Freire); actualicemos el aprender a aprender, aprender a desaprender y romper tantos paradigmas que ya cumplieron su ciclo. Necesitamos ilustrarnos de los que más saben, de sus experiencias y de su sabiduría. No se trata de copiar, sino de estudiar qué recursos pedagógicos, qué tecnologías, qué motivaciones, qué valores, que objetivos, qué medios,… usaron para llegar a esa experiencia exitosa; y tener la intuición de ver si son aplicables a nuestra realidad.
¿Tendremos la valentía de corregir los errores, en lugar de buscar culpables? ¿Seremos capaces de formar profesores motivados y convencidos de su altísima tarea? ¿Ayuda este informe a valorar debidamente la tarea del profesor? ¿Seguirán, los gobernantes de turno, queriendo cosechar excelencia y calidad educativas con miserables inversiones? ¿Seremos capaces de entusiasmar a nuestros niños y jóvenes por conocer, investigar y gozar con los conocimientos, y saberlos iluminar con los valores? ¿Lograremos que los padres de familia “regresen de su autoexilio” y trabajen unidos con los educadores de sus hijos?.
[1] Neologismo para denominar a aquellas personas que opinaban sin mayores tapujos ni ambiciones culturales (vgr Wikipedia).
[2] Robinson, K. y Aronica, L. (2009), «El Elemento».pag,33. Barcelona: Debolsillo ISBN:978-84-9908-390-2
[3] http://www.oecd.org/
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF