Desde la experiencia del cierre de las escuelas a causa de la pandemia del Covid 19, la CEPAL ha elaborado estudios y orientaciones sobre la oportunidad en materia de adaptación e innovación de los sistemas de enseñanza, “lo que puede significar enormes avances, pero que también puede implicar una acentuación de las brechas educativas preexistentes en la región entre estudiantes de situación más vulnerable y aquellos más aventajados en cuanto a resultados de aprendizaje y otros indicadores educativos, como la progresión y la permanencia en la escuela.
[…] Las brechas de resultados de aprendizaje entre los países de la región y al interior de estos, particularmente marcadas por estrato socioeconómico, zona de residencia, sexo, condición étnico-racial y situación de discapacidad (entre otros ejes estructurantes de la matriz de la desigualdad de la región), eran una deuda que la región ya arrastraba previo a la pandemia. Si bien todos los sectores han sido golpeados con mayor o mediana fuerza, la pobreza extrema aumentó en comparación con otros indicadores: en 2020 aumentó a 33 por ciento, 204 millones de personas, y 13.1% en pobreza extrema, es decir 81 millones de personas».
LA PANDEMIA OBLIGÓ A REPENSAR LA EDUCACIÓN DEL MUNDO (02´ 42”)
La experiencia de la educación a distancia, sin previa preparación -en algunos casos- de los profesores y padres de familia, convirtió los hogares en aulas o espacio de educación académica, lo que ha llevado a aprender a “combinar la educación sincrónica con la asincrónica y utilizar métodos híbridos de enseñanza: son saltos que hacen más difícil volver atrás y que obligan a reestructurar los sistemas educativos de manera que sean más resilientes e inclusivos”. […] En algunos establecimientos escolares se implementaron, “de forma inesperada y como respuesta urgente ante la crisis, diversas modalidades de educación a distancia”. Así México, con una larga tradición en educación a distancia a través de la Telesecundaria como una modalidad alternativa para la instrucción de comunidades rurales y ubicadas en zonas geográficas de difícil acceso en todo el país, la aplicó durante el cierre de las escuelas. En el Perú se llevó adelante el programa “Aprendo en Casa”, diseñado por el Ministerio de Educación Nacional y organizado a partir de cuatro modalidades de transmisión: televisión, Internet, radio y material impreso. […] Uruguay, que ya venía aplicando el plan “Ceibal en Casa” realizó una transformación en los aspectos técnicos y pedagógicos, incluyendo: la creación de un aula virtual con modalidades sincrónicas y asincrónicas de aprendizaje, formación a docentes para la utilización de las nuevas funcionalidades, una biblioteca virtual de más de 7.000 libros y plataformas virtuales para el aprendizaje de matemáticas. […]. Alrededor de 10 países del Caribe implementaron de una amplia gama de estrategias de aprendizaje a distancia, en particular estrategias digitales. “La estrategia más utilizada fue la de las clases sincrónicas en línea y la entrega en línea de material didáctico y tareas para los estudiantes, que fue reportada por nueve de diez ministerios de educación […] seguida por la entrega directa de materiales de aprendizaje a los estudiantes, utilizada en ocho de diez países. Las plataformas en línea también se utilizaron para impartir clases pregrabadas de vídeo o audio (en siete países). […] Los centros educativos con una menor proporción de estudiantes con acceso digital eligieron la entrega física de materiales de aprendizaje como su estrategia principal, que normalmente se complementaba con métodos de educación a distancia asincrónicos, como el uso de WhatsApp y las llamadas telefónicas. […].
Ahora somos testigos excepcionales sobre el “impacto de la revolución digital y la cuarta revolución industrial, que exhiben una velocidad y una magnitud sin precedentes y se traducen en grandes cambios en cuanto a las competencias y habilidades que se requieren formar desde los sistemas educativos”. Pero también hemos constado “la falta de preparación de los docentes y padres de familia para enseñar a aprender y apoyar el aprendizaje con las nuevas TIC”. […] “Las vivencias generadas por la crisis de la pandemia demostraron los límites de la escolarización, especialmente en aquellos sectores donde las condiciones materiales son más precarias. Sin embargo, al mismo tiempo, reveló la importancia de las figuras de apoyo (docentes, familia y cuidadores) y su necesaria readecuación frente a escenarios de cambio, y debida actualización para acortar -o hacer desaparecer- las brechas educativas estructurales que ya existían en la región previo a la pandemia, y que han aumentando los riesgos de abandono escolar y las brechas de aprendizaje y formación de habilidades, especialmente para los sectores más desfavorecidos.
La pandemia nos ha mostrado el importante y fundamental rol de las escuelas y sus miembros, en la protección y monitoreo social de cuidar la salud integral, y que va (por lo tanto) mucho más allá de los propósitos académicos: sociabilidad, bienestar físico y la salud mental, integración de las familias, prevención de la violencia, el preparar para el mercado del trabajo, especialmente para las mujeres, la atención de los estudiantes con habilidades diferentes, … que hace necesario un plan real y justo para la recuperación con estrategias que incorporen lo aprendido y prioricen el bienestar socioemocional no sólo de los estudiantes sino también de los docentes que han estado muy sobrecargados. La experiencia educativa de los últimos dos años significó una ruptura de ciertos paradigmas, como la carga adicional de trabajo docente a causa de la pandemia, y -en algunos países- la incorporación de nuevo personal docente, … […] Todos estos cambios no afectan a toda la población de manera homogénea, en tanto la matriz de la desigualdad social en la región sitúa a ciertos grupos de la población en una especial situación de vulnerabilidad frente a la actual crisis”. Cf EDUCACIÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Durante la pandemia aumentaron las limitaciones en los recursos pedagógicos, tecnológicos y humanos para apoyar las clases a distancia, … y -en no pocos casos- se confirmó la falta de electricidad, acceso a internet y el no contar con las herramientas mínimas necesarias. En algunos países sus políticos y autoridades educativas se aprovecharon para “llevar beneficios a sus bolsillos”, quedando todo en ofrecimientos y causando serios problemas emocionales en los estudiantes, que se agudizaron con “el impacto de la ausencia de alguno o ambos cuidadores, ya sea por muerte o enfermedad, y los estudios con habilidades especiales quedaron “borrados del espectro educativo”, […] también aumentaron los “riesgos de violencia doméstica que afectaría a niñas, niños y adolescentes a causa de las medidas de confinamiento” y fueron contados los que actuaron en consecuencia para su detección y ayuda; “se agudizó el problema de la necesaria y suficiente alimentación (que antes se daba a través de la escuela) en particular los grupos expuestos a mayor vulnerabilidad”.
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Para la CEPAL, después de la pandemia en América Latina, “estamos ante un riesgo muy fuerte de una generación perdida”, por los impactos anteriormente mencionados y que nos deben comprometer a revidar nuestras planificaciones si están orientadas a la educación integral, equitativa, inclusiva e integral. “Y la solución parece depender de la recuperación en la economía de la región, que parece llegará cuando se logre el control de la crisis sanitaria”, lo que permitirá garantizar a los niños y adolescentes el retorno seguro a sus clases escolares presenciales. Por eso los gobiernos deben hacer el mayor esfuerzo para unir acciones que permitan mejorar la recaudación fiscal que garantice el flujo de recursos para que los estados puedan sostener la recuperación integral, incluida la educación. Cf COVID AVIVÓ POBREZA EXTREMA EN AL: CEPAL; INFORME ANUAL
Los primeros informes, apenas se cerraron las escuelas, permitieron detectar desafíos prioritarios a la hora de implementar medidas para proyectar la continuidad, la equidad y la inclusión educativas durante la suspensión de clases presenciales y en los procesos de reapertura de los centros educativos. Y los retos prioritarios siguen siendo: el atender los grupos de población más vulnerables y marginados —incluidos los pueblos indígenas, la población afrodescendiente, las personas refugiadas, desplazadas y migrantes, las poblaciones socioeconómicamente más desfavorecidas, las personas con discapacidad, saldar la deuda en inclusión digital y que señalan la desigualdad en el acceso a oportunidades educativas por la vía digital aumenta las brechas preexistentes en materia de acceso a la información y el conocimiento.
Los profesores, desde su particular formación docente, han realizado una tarea “titánica” para superar los desafíos de la educación a distancia, tratando de impulsar y mantener la participación de sus estudiantes usando creativos itinerarios y aprendiendo a manejar nuevas herramientas digitales y electrónicas que no descuidaran la socialización y la inclusión de todos sus estudiantes. En cuanto a la calidad y pertinencia, vigilaron con gran responsabilidad la transmisión de los contenidos de los programas de estudios (relacionados con la salud y el bienestar, en particular) y en el apoyo -hasta donde era posible- de los padres de familia, mediante el uso de plataformas para reuniones que permitieran el intercambio virtual de opiniones y la interacción. Además, y digno de la creatividad de la vocación docente, nunca descuidaron su formación permanente, siendo -tantas veces- un autodidacta en el manejo de la educación a distancia y el apoyo socioemocional para trabajar con las y los estudiantes y sus familias. “Ante la crisis del cierre de las escuelas, los profesores han respondido con resiliencia y una gran capacidad de adaptación tanto de los desafíos de la interdisciplinariedad e intersectorialidad, como de los servicios sociales concomitantes a las disposiciones de las autoridades en cada país”.
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Las estrategias de retorno y recuperación de los procesos educativos pos pandemia, requieren coordinar y articular la planificación y la ejecución del sector educativo con la de otros sectores, particularmente en lo que respecta a la salud, la nutrición y la protección social. Y por eso se necesita el concurso activo y responsable, según su rol, de los tres agentes principales del proceso enseñanza – aprendizaje, aprovechando que esta crisis ha favorecido “la resignificación de los vínculos sociales y la reconstrucción de identidades y del sentido de ciudadanía, incluso en una dimensión global”. Los profesores, junto a los padres de familia, tenemos un nuevo horizonte, una nueva oportunidad de trabajar juntos ante la incertidumbre de un futuro que dependerá -en mucho-del presente.
La CEPAL nos recuerda que luego de la pandemia, que nos ha llevado a la ruptura de algunos paradigmas educativos, hemos inventado nuevos y caminos y actualizado experiencias anteriores, para poder regresar a las clases presenciales. La superación de la crisis sanitaria, causada por el Covid 19, ha llevado a toda la humanidad a dar respuestas propias e inéditas a los desafíos para respetar el derecho a la educación, y uno de aspectos más importantes, ha sido el poder contar con los recursos necesarios en la asignación y distribución presupuestal, “a pesar del colapso de los negocios, el cierre de los puestos de trabajo y la posible crisis económica mundial, agravada por los conflictos bélicos que se están presentando hoy”. Mientras que no se asigne más presupuesto a la educación que a las armas, la educación de calidad, inclusiva, equitativa e integral, en América Latina -y en el mundo- será un espejismo y un medio de manipulación ideológica. Salvo mejor opinión.
En este escenario, según la CEPAL, es necesario “repensar la educación, sus propósitos y formatos. […] Es preciso replantear los contenidos y la organización del aprendizaje de cara a las lecciones que hasta ahora nos deja la pandemia: contenidos que preparen a las y los estudiantes para comprender la realidad y actuar de manera solidaria y responsable, y formatos que respondan a la diversidad y a la incertidumbre, más allá de los tiempos de crisis”.
Los profesores, debemos ser los primeros que motivemos a nuestros estudiantes y padres de familia para encontrar el cómo mejorar la manera de abordar las incertidumbres y reabrir nuestras instituciones de enseñanza en mejores condiciones de implementación y seguridad, donde todos nos sintamos necesarios y corresponsables. Esta crisis sanitaria, social y educativa, nos “ofrece una oportunidad sin precedentes para aumentar la capacidad de recuperación de los sistemas educativos nacionales y transformarlos en sistemas equitativos e inclusivos que contribuyan al cumplimiento del compromiso colectivo asumido en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”. Cf LA CEPAL Y LA UNESCO PUBLICAN DOCUMENTO QUE ANALIZA LOS DESAFÍOS PARA LA EDUCACIÓN QUE HA TRAÍDO LA PANDEMIA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Si bien “existen iniciativas innovadoras y prácticas prometedoras, así como importantes avances en tiempo récord para intentar garantizar la continuidad del aprendizaje”, […] no pocos países y sistemas educativos aún están tratando de enfrentar sus propios problemas y desafíos sistémicos”, aún están evaluando sus propias respuestas, y conociendo y estudiando las experiencias educativas de los otros. Es preciso que “la inversión en estrategias para identificar los costos de la interrupción de la educación presencial, tanto en aprendizajes como en bienestar socioemocional, y el diseño e implementación de estrategias de recuperación que tengan como objetivo no dejar a nadie atrás”.
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Hoy, después de casi un año de retornar a las escuelas, todavía se presenta la “crisis silenciosa de la educación como otra de las grandes consecuencias de la pandemia”. Veamos nuestra actualidad, como “una oportunidad de transformación”, no solo el aspecto de optimizar las infraestructuras y los recursos de los aprendizajes, el mejor uso de la tecnología, el mejoramiento de la formación inicial docente y la revalorización de su tarea, sino también en el bienestar socioemocional, de los tres agentes principales del proceso enseñanza-aprendizaje y “consolidar sistemas de protección social universales, integrales, sostenibles y resilientes”. Cf PANORAMA SOCIAL DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 2022: LA TRANSFORMACIÓN DE LA EDUCACIÓN COMO BASE PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE
Estas orientaciones y los datos estadísticos de los documentos citados, ojalá que nos sean útiles como educadores, para sentir que tenemos un compromiso compartido y responsable, para encaminar nuestra tarea a una transformación educativa con un pacto de cohesión social, que la misma CEPAL, desde inicios del segundo decenio del Siglo XXI lo planteó en la búsqueda comunitaria de “políticas activas sobre el mercado de trabajo que incluyan componentes de solidaridad para el financiamiento de los servicios de protección social”, y lograr avances a largo plazo en competitividad, con medidas destinadas a mejorar los servicios de educación y su financiamiento, así como el fortalecimiento de la capacidad de absorber tecnología, incorporando al menos cuatro componentes:
- la consistencia de las políticas fiscales y de precios e ingresos
- el explícito reconocimiento de la necesidad de políticas activas de empleo y de apoyo al sector informal
- un generoso, pero financieramente viable programa de protección social
- un marcado énfasis en la educación y capacitación. Cf CEPAL PROPONE UN NUEVO PACTO DE COHESIÓN SOCIAL PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Los próximos años serán decisivos para el cumplimiento de las metas establecidas. Buscar salidas a las encrucijadas de la educación requerirá acciones urgentes y voluntad política, las metas asumidas no podrán ser alcanzadas si no se logra modificar el rumbo de las políticas y la asignación de recursos para la educación”. (La encrucijada de la educación en América Latina y el Caribe, 2022).
NOTA DE REDACCIÓN: Las ideas y opiniones expresadas en esta publicación, no son necesariamente las de la Web del Maestro CMF, y no comprometen en modo alguno sus políticas de formación permanente y revalorización de la tarea docente. Sugerimos a nuestros lectores conocer la identidad de las fuentes, para tener mayores elementos de juicio y la pertinencia que ayude a su reflexión desde su realidad educativa.
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