En estos días, caminando por las mismas montañas y lugares por las que caminó un niño,cuyos padres lo educaron conforme a las costumbres de su tiempo y de su sociedad; y que a los treinta años, bajó a otro pueblo para empezar una inédita forma de vida, ante los maestros de su pueblo, he reflexionado sobre nuestra misión educativa en las redes:
¿Cómo revalorar la dignidad del maestro? ¿Cómo curar las «heridas» sufridas por la indiferencia social? ¿Cómo entusiasmarnos de nuevo… En nombre de aquel hombre, al que entonces y hoy muchos llaman El Maestro, deseo agradecer a los 30,000 padres de familia, profesores y amig@s que comparten la Web del Maestro CMF.
En Jerusalén, frente al llamado Muro Oeste del antiguo Templo del Arca de la Alianza, los niños (desde los trece años) siguen, como el «hijo del carpintero» (en Nazareth), recibiendo las enseñanzas por un rabino para leer sus libros sagrados y cómo llevar los símbolos de su fe. Allí coloqué, en un pequeño papel, una petición a Dios, por todos Ustedes los 30,000 seguidores de la Web del Maestro CMF (sea cual sea su fe). Shalom.
Jerusalén, 08 de noviembre del 2016
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF