Maestros al servicio de la educación

Diana Al Azem: Los padres también dramatizamos y nos ponemos en plan víctimas

La profesora española Diana Al Azem (1977), es licenciada en Filología Inglesa, y gracias a su relación con los estudiantes de secundaria se interesó por ayudar “a suavizar el trance de abandonar la infancia con un diccionario de dudas y situaciones concretas (Adolescente Z de la A a la Z) que orienta a desentrañar la adolescencia, a comprenderla y a desempantallarla.

Incluso a disfrutarla, es fundadora de la plataforma Adolescencia Positiva, donde acompaña a las familias a conectar con sus hijos adolescentes. Opina que “el adolescente que no tiene comportamientos típicos de adolescente es preocupante. Puede significar que es dependiente o que es un niño que será un adulto sumiso, que va a decir a todo que sí y no va a ser asertivo. Lo suyo es que un adolescente sea rebelde, contestón, que quiera poner sus propias normas…”

Gracias a la publicación Aprendemos Juntos 2030 del BBVA y El País (España), compartimos con fines únicamente educativos y de formación permanente, partes del diálogo entre la profesora Al Azem y Ana Paradela García, redactora digital y copywriter especializada en educación, maternidad y crianza. Ellas conversan, con casi una hora, sobre temas, que nos podrían ser útiles para nuestra reflexión personal y comunitaria, como el desarrollo del cerebro, las crisis y normales cuestionamientos adolescentes, la amistad, la convivencia, el uso de las pantallas, los celulares, la tecnología, la conducta y los límites, la crianza de los hijos, la Ley del Espejo, el Síndrome del burnout, el Burnout, las Inteligencias Múltiples,  Parental, y temas conexos para ser conversados por con los estudiantes y los padres de familia, así como el compromiso de la comunidad en el desarrollo de los adolescentes.

En esta publicación compartimos el enlace del video completo y de una parte destacada, así como partes del diálogo, que recomendamos leer íntegramente en el enlace que indicamos al final del artículo. Es nuestro propósito que esta publicación sea una invitación a seguir entusiasmados en nuestra formación permanente, conociendo los aportes y la experiencia de especialistas cercanos al mundo educativo. Hacemos presente que las letras en negritas y cursivas son nuestras, y los corchetes indican partes de la fuente no compartidas.

Herramientas para una adolescencia positiva  (Versión completa 56´ 39”)

Ana Paradela: … ¿por qué crees que hay tantos padres y madres a quienes les da pánico que los hijos entren en la adolescencia?

Diana Al Azem: “[…] la adolescencia se ve como ese patito feo en el desarrollo y el crecimiento de nuestros hijos. Esta visión negativa de la adolescencia se enraíza con una serie de mitos que realmente no tienen ningún fundamento científico. En primer lugar, te podría decir que el mito principal es que los adolescentes son un saco de hormonas sin control. […] se ha descubierto en los últimos años que los cambios de conducta no vienen de esa revolución hormonal, sino de los cambios cerebrales que están sufriendo. De hecho, el cerebro del adolescente está programado para rechazar a los padres. Está programado para salir del nido, del paraguas protector de los padres, y empezar a construir su propio nido.

Por lo tanto, el cerebro del adolescente está preparado para correr y asumir riesgos que quizá un adulto no asumiría. […] su cerebro es capaz de asumir muchos riesgos. […] al no tener la corteza prefrontal desarrollada todavía, no son capaces de reflexionar en la toma de decisiones. Por lo tanto, si juntamos la toma de riesgos con la poca capacidad de reflexionar en las decisiones que van a tomar, los cambios de conducta, obviamente, nos preocupan a los padres. Luego, tenemos el segundo de los grandes mitos, que es el hecho de que los adolescentes son unos vagos, unos egoístas y unos irresponsables. […] si tenemos en cuenta que el ritmo circadiano de los adolescentes sufre una serie de cambios, les entra el sueño una media de dos horas más tarde que a los adultos y que, además, necesitan dormir más horas […] tienen otras prioridades que no son los grandes resultados académicos que los padres muchas veces esperamos de ellos.

El tercero de los grandes mitos sobre la adolescencia es que los hijos ya no necesitan a los padres […] necesitan buscar a su propia tribu, a su propia comunidad, a sus iguales, que les entienden y los escuchan, que viven las mismas experiencias que ellos… […] a partir de ahora no vamos a saber todo lo que pasa por la mente de nuestros hijos. […] esto no quiere decir que no nos necesiten, porque sí que nos necesitan. […] Los padres debemos apoyar las decisiones de nuestros hijos, siempre y cuando no pongan en peligro su estabilidad física o emocional. […] es cuestión de que, si confían en nosotros, pueden venir y contarnos qué es lo que les sucede si podemos ayudar de alguna forma. Pero también es cierto que tenemos que tener en cuenta que los adolescentes prefieren equivocarse solos a acertar con los padres. Es la independencia del adolescente. Y el último de los de los mitos es que la adolescencia es una etapa que hay que pasarla y que, cuanto menos intervención pongamos en ella, mejor. A algunos padres les apetece meter la cabeza bajo tierra, como los avestruces, y dejar que pase la adolescencia. Pero debemos recordar que es una etapa crucial en el ser humano, en el desarrollo del ser humano, porque es la etapa en la que se reconfiguran ciertos circuitos cerebrales y, además, se asientan hábitos de esfuerzo, de creatividad, de constancia, de perseverancia… Por lo tanto, en muchas ocasiones, a los padres nos toca es amarrar bien las velas y aguantar la tormenta con la mayor energía posible.”

Ana Paradela: … ¿Podrías decirnos cuáles son, a tu parecer, los retos específicos a los que se enfrentan los padres y las madres de adolescentes en el siglo XXI?

Diana Al Azem: “Yo creo que el mayor de los retos al que nos estamos enfrentando los padres en esta época que nos ha tocado vivir es, sobre todo, el uso abusivo de pantallas. […] crea una adicción brutal. […] falta de atención, de falta de memoria en el cerebro de los adolescentes, de mucha irritabilidad, aparte de, por supuesto, los peligros que conlleva el no controlar lo que nuestros hijos están haciendo con los móviles. […] es fundamental que los padres tengamos una buena educación en el uso de las tecnologías para que podamos trasladarla, por supuesto, también, a nuestros hijos.

Yo siempre aconsejo tardar lo máximo posible en darles un móvil a nuestros hijos y […] pongamos unas reglas. […] Antes de dar este tipo de aparatos, debemos enseñar a manejarlos y que hay unas normas, unas páginas que no debe visitar, un contenido que no debe compartir; no utilizarlo para esconderse, para abusar de otros niños o para ver contenido que sea no recomendado para su edad. […] este uso abusivo de pantallas se está viendo también reflejado en las escuelas. […] los profesores en las aulas estamos notando que hay una bajada en lo que son los hábitos de estudio, pero también en la concentración y en la memoria. […] pienso que va a llegar un momento en el que los profesores vamos a tener que hacer de las clases un circo para poder captar la atención de nuestros adolescentes. Y todo esto viene un poco dado por ese uso abusivo de pantallas. Para mí, es el mayor de los retos al que nos estamos enfrentando los padres del siglo XXI.”        

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Ana Paradela: … ¿Te gustaría contarnos cuáles son las claves para que los padres y las madres y también los profesores podamos transitar esta etapa de la adolescencia de manera positiva?

Diana Al Azem: “Yo creo que hay dos principios fundamentales en la educación de nuestros hijos, y resulta que son el equilibrio entre lo que es la firmeza y la libertad con nuestros hijos. A partir de aquí, sí que me gustaría comentar contigo cómo conseguir este equilibrio: a través de «las tres ces», que serían la confianza, la conexión y el control. Por un lado, cuando hablamos de confianza, hablamos de confiar en que nuestros hijos van a ser capaces de marcarse sus propias metas, de cumplir con sus objetivos y de que les hemos otorgado herramientas y recursos suficientes durante la infancia para que puedan atravesar esta etapa. En segundo lugar, cuando hablamos de la conexión, yo creo que es importantísimo que los padres tengamos en cuenta que, a pesar de las normas y los límites que debemos ponerles, porque es necesario poner normas y límites, ya que sostienen a nuestros adolescentes, el vínculo con ellos tiene que estar siempre por encima de nuestro rol educativo con los hijos. Y, por último, el control. Me gustaría matizar esta palabra, porque cuando hablo de control no hablo de dominar, sino más bien de supervisar lo que están haciendo nuestros hijos, que sepan que estamos ahí, pero sin invadir su espacio. “

La ley del espejo en la adolescencia. (Parte destacada 07´03”)

Ana Paradela: … de la teoría de los estilos de crianza. ¿Podrías explicarnos un poco que consiste?

Diana Al Azem: “[…] Por un lado, tenemos el estilo autoritario, que es ese estilo de educación en el que los padres imponen un alto control sobre los hijos. Además, hay muy pocos gestos de comunicación, de atención, de diálogo. Luego, estaría el estilo democrático, que es donde hay control por parte de los padres, pero también hay muestras de afecto, de cariño, de comunicación y de diálogo. Luego, tendríamos el estilo permisivo, que es ese estilo en el que no hay ningún control por parte de los padres. Sí que hay muchas muestras de afecto y de comunicación, pero no lo hay de control.

Y, por último, tendríamos el estilo negligente, que es aquel en el que ni hay control y ni siquiera tampoco hay muestras de afecto o de comunicación. […] Hay estudios, de hecho, que demuestran que el estilo democrático produce una serie de beneficios en el adolescente. Por un lado, hay un mayor bienestar emocional, ya que los adolescentes aprenden a gestionar sus emociones, a entender cuáles son sus necesidades y hay mayor autonomía, […] Incluso se ha comprobado que los resultados escolares suelen ser mejores cuando el estilo educativo es democrático, cuando los adolescentes entienden que hay una implicación de sus padres en la escuela.

También hay menos probabilidades de sufrir ansiedad o de sufrir un trastorno de conducta alimentaria. Aprenden a manejar los conflictos de una manera más flexible, puesto que lo han visto en casa. Se ha negociado en casa cuando ha habido normas y límites o a veces se ha podido ser flexible y otras, no. Por lo tanto, ellos aprenden también a mantener una relación con la sociedad mucho más adecuada. Además, contribuimos también a que la autoestima de nuestros hijos sea más sana, ya que les invitamos a conocerse mejor y, por supuesto, a quererse más.”        

Ana Paradela: … ¿cómo podemos ayudarles a gestionar todas estas emociones que viven?

Diana Al Azem: “[…] con las emociones de nuestros hijos […] Tenemos que aguardar y esperar a […] que la emoción disminuya, ese colapso emocional, […] validamos sus emociones, invitamos a la reflexión a nuestros hijos y les acompañamos. […] a veces, y quizás por los patrones que hemos aprendido de nuestros familiares, tratamos de negar las emociones a nuestros hijos. […] De hecho, hay adolescentes que tienen respuestas muy explosivas con los padres y, por lo tanto, la emoción sale hacia fuera y acaba atacando a la persona que tienen delante, […] pueden tener respuestas implosivas, es decir, se lo tragan todo, lo reprimen y, en muchas ocasiones, esa represión lleva también a que luego tengan conductas de trastorno alimentario o que puedan llegar a autolesionarse.

Por lo tanto, debemos estar aquí muy pendientes. Aparte de negar las emociones, a veces, los padres también dramatizamos y nos ponemos en plan víctimas: […] creamos una sensación de culpa en nuestros hijos y, al final, es una mochila muy pesada con la que ellos tienen que cargar. Esto va a llevar a que nuestros hijos, en muchas ocasiones, tengan que mentirnos, llegar a utilizar la mentira, […] la alternativa aquí sería entender la emoción que yo estoy sintiendo como madre o como padre en ese momento […] necesito reflexionar para buscar una respuesta adecuada […] hay veces que los propios padres no soportamos ver una emoción desagradable en nuestros hijos y tratamos de buscarles un entretenimiento para que no sientan. […] Pero no se trata de entretener la emoción. […] Es una emoción humana y, por lo tanto, ni hay que negarla ni entretenerla ni dramatizarla. […] Los padres podemos validar las emociones de nuestros hijos con tres frases muy sencillas, […] Podemos, incluso, poner ejemplos nuestros de cuando éramos adolescentes, momentos parecidos que también hayamos vivido y cómo los hemos solucionado para que nuestros hijos se sientan comprendidos. Por lo tanto, si queremos validar las emociones de nuestros hijos, te veo, te escucho y te comprendo a través de estas tres frases: «Veo que», «Parece que» y «Entiendo que».”

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Ana Paradela: … ¿Qué hacemos cuando nuestros hijos nos dicen que nos odian?

Diana Al Azem: “[…] «No te preocupes, porque cuando te dicen que te odian no es algo personal contra ti. Es simplemente que se sienten enfadados y lo pagan contigo, que eres su persona de referencia, eres su lugar seguro en el que poder expresar sus emociones». […] si nos ponemos en si tienen algunos motivos para «odiarnos», entre comillas, a los padres, te puedo decir que sí que los hay.

El primero de los motivos sería que muchas veces no dejamos hablar a nuestros hijos. […] no les permitimos compartir con nosotros sus intereses o sus experiencias, […] nuestros adolescentes necesitan que, de vez en cuando, les demos una palmadita en la espalda, les digamos que ha hecho algo bien o que es bueno en algo, […] que es una etapa que se pasa y todo volverá a ser normal de nuevo.[…] uno de los motivos por los que nuestros hijos pueden llegar a odiarnos es porque solo nos enfocamos en lo negativo. Porque se lo criticamos todo: […] Siempre se lo digo a los padres: «Por favor, prestad más atención a aquello que sí hacen bien y no tanto aquello que no hacen como nosotros esperamos». […]”

Ana Paradela: … Si mi hijo o mi hija adolescente tuviera unos amigos que a mí, como madre, no me terminan de convencer, ¿qué me dirías? ¿Cómo podría afrontar esa situación?

Diana Al Azem: “[…] la adolescencia es una etapa crucial para afianzar ciertos vínculos sociales y, por lo tanto, las amistades, sus iguales, son fundamentales en la vida de un adolescente. […] tenemos que fijarnos en si la relación que ha mantenido con nosotros es la correcta, […] el mayor ejemplo que podemos dar siempre en casa, si no queremos que nuestros hijos acaben con amistades que fuman, que beben alcohol los fines de semana, que llegan tarde, que son desobedientes, que es lo que más nos preocupa de las amistades de nuestros hijos, nosotros somos los primeros que tenemos que dar ejemplo.[…] es importante que conozcamos bien a los amigos de nuestros hijos. […] Yo siempre digo a los padres que inviten a los amigos a casa. […] No nos olvidemos de que la prohibición invita al deseo. […] Pero sí que debe haber una línea roja. […] la adolescencia es una etapa de prueba, de ensayo y error; […], si es necesario, acudir a una especialista. Por supuesto, yo siempre invito a que a que los padres acudan a un profesional si es necesario.”     

Ana Paradela: […] del síndrome del burnout parental: […] ¿Nos podrías explicar un poco qué es este síndrome y qué podemos hacer para combatirlo?

Diana Al Azem: “Básicamente, el síndrome del burnout parental es la respuesta del organismo ante un estrés continuado, […], se diferencia del burnout laboral, que también existe, en que los padres no tenemos fines de semana para descansar, no tenemos vacaciones, no podemos dimitir de nuestro rol de padres… […] El perfil de una persona con burnout parental suelen ser padres que son muy perfeccionistas, […] Existen dos psicólogas, que son Roskam y Mikolajczak, que propusieron una serie de síntomas para poder detectar si, realmente, estamos sufriendo ese burnout parental.[…]  ¿Cómo podemos prevenir que se instale el burnout parental? Lo primero es identificar cuáles son los factores de estrés que despiertan esa sensación en nosotros. […] En segundo lugar, es muy importante que entendamos la adolescencia, que sepamos por qué tienen estas conductas, estos comportamientos, […] Y, por último, tener en cuenta que debemos educar en comunidad de alguna forma. […] es interesante que nosotros también empecemos a educar junto con otras familias, que tengamos esos tiempos de consultar, de aconsejar, de acompañar a otras familias para que, entre todos, podamos llevar la educación de nuestros hijos adelante.

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Ana Paradela: … ¿qué mensaje lanzarías también a todos esos adolescentes que ahora mismo se están buscando y que lo están pasando mal?

Diana Al Azem: “[…] es una etapa de construcción, de desarrollo, de evolución, cosa que luego, cuando ya somos adultos, no vamos a esa velocidad de desarrollo. Por lo tanto, yo aquí te diría que prestemos más atención a esta etapa, […] Y entendamos que los adolescentes se sienten muy perdidos en esta etapa, pero que nosotros estamos ahí para acompañarlos y para sostenerlos, reforzarlos y explicarles que es una etapa maravillosa, que no hay que tener miedo a equivocarse, que cada error que cometen es una oportunidad de aprendizaje.  […] es importante que los chavales entiendan es qué es lo que está pasando por su cerebro en este momento, porque, a veces, se desesperan cuando no entienden por qué se comportan de la forma en que lo hacen, por qué tienen tantas emociones revueltas dentro de ellos.

A veces, el no entenderse hace que su autoestima merme. Por lo tanto, cuando se entienden, comprenden que sus emociones son normales, que sus cambios de humor son muy comunes y que los padres sentimos ese amor incondicional por quiénes son ellos […] es importante que los padres también nos formemos sobre la adolescencia. Igual que cuando supimos por primera vez que íbamos a ser padres y enseguida fuimos a buscar esa revista o ese libro sobre la maternidad, la lactancia, el embarazo y los primeros pasos, también es muy importante que los padres estemos formados sobre la adolescencia, sobre los cambios que se nos vienen encima, para que podamos acompañar a nuestros hijos y hacerles sentir lo mejor posible.”

La transcripción completa de este diálogo y los videos, que sugerimos leer y visualizar, lo encontrará en este enlace: La ley del espejo en la adolescencia

Esta publicación corresponde a SERIE DE VIDEOS: APRENDAMOS JUNTOS, PARA SUMAR POR LA EDUCACIÓN “Muchos padres de hoy dicen cosas como: «Mi padre fue muy estricto y mira, gracias a eso, yo soy quien soy y he llegado hasta aquí».» (Voz de Galicia, 14/07/2023)

NOTA DE REDACCIÓN: Las ideas y opiniones expresadas en este diálogo, no son necesariamente las de la Web del Maestro CMF, y no comprometen en modo alguno sus políticas de formación permanente y revalorización de la tarea docente. El título corresponde a un pensamiento de la entrevistada. Sugerimos a nuestros lectores conocer la identidad de las dialogantes, para tener mayores elementos de juicio, de manera tal que ayude a su reflexión desde su realidad educativa.



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