Leer es un hábito que es difícil adquirir en la edad adulta, por eso es importante que, como educadores, orientemos nuestras prácticas a despertar la afición, el interés y cariño por la lectura. “A veces escuchamos a los padres lamentarse: a mi hijo no le gusta leer.
Y lo dicen con cierta inquietud… Leer es una actividad contemplativa que necesita concentración, silencio, aislamiento, inmovilidad, exclusividad. Pero, a pesar de las excepciones, la afición a la lectura depende también de cómo se haya abordado la cuestión cuando los niños ya leen” (Isabel García O.).
Compartimos el artículo de Carolina Pinedo publicado en EL PAÍS, con siete consejos para incentivar la afición a la lectura, con fines únicamente educativos – pastorales, y esperamos les sean de utilidad para aplicarlos en su comunidad educativa.
Siete claves para que tu hijo ame la lectura
La afición a leer en los niños llega por la motivación y no por la obligación. Conseguir que un niño lea sin que nadie le obligue no tiene por qué resultar una misión imposible.
Las nuevas tecnologías pueden ser las grandes aliadas de los padres para que los jóvenes se aficionen a la lectura. Otras sencillas pautas, como evitar obligarle a que lea o motivarle a través de los temas que le interesan, también pueden lograr que un niño que tiene alergia a los libros, despierte su motivación por leer.
Los niños españoles son buenos lectores entre los ocho y los 13 años. Los jóvenes leen de manera habitual hasta los 14. Pero a partir de esa edad cambian los hábitos y desciende el interés por los libros. Así lo refleja el estudio sobre hábitos de lectura de la Federación de Gremios de Editores de España. Así es que, no se resigne, entrar a la habitación de su hijo/a y encontrarle leyendo, no es una utopía. Tome nota de estos consejos para despertar el lector que los niños llevan dentro, aunque, a veces, esté muy escondido:
- No obligar al niño a leer. El amor por los libros debe surgir de manera espontánea para que se mantenga en el tiempo y no se convierta en una lucha sin fin. Así lo recomienda Luis González, director general de la Fundación Germán Sánchez, dedicada a la investigación y fomento de los hábitos de lectura en niños y jóvenes. “De nada sirve agobiarse porque el niño no lea. De hecho, es contraproducente transmitir que la lectura es una obligación. Cada niño lleva su ritmo con los hábitos de lectura y conviene respetarlos”.
- Enganchar al joven lector con los temas que le interesan. “Piratas, fútbol, cine. animales, videojuegos, cualquier tema que despierte la pasión y curiosidad del niño es un enganche para acercarle a los libros que tratan sobre esos temas. Se convierte en la puerta de entrada para que el joven descubra la lectura con motivación”, explica González.
- Padres que saben contar cuentos con ritmo. Sentar las bases para amar los libros desde que los niños tienen los dos o tres años es el punto de partida para que crezcan con interés por acercarse a los libros. Y una forma de conseguirlo es que los padres sepan contar los cuentos con ritmo. Es decir, convertirse en cuentacuentos, que aporten una entonación y ritmo adecuados a la narración, que atrape al futuro lector.
- Predicar con el libro en la mano. El ejemplo de unos padres que leen es fundamental para que el niño se acerque a los libros. “De poco sirve decir tienes que leer si el niño o el joven no ven nunca a sus padres haciéndolo”, comenta González.
- Tener libros en casa. Los libros pueden ser uno más de la familia. Tenerlos cerca facilita el acceso a la lectura. Un niño o joven cuyo entorno está rodeado de libros tiene más probabilidades de despertar el interés por ellos, Por ello, conviene tenerlos a mano cuando esa motivación aparezca.
- Bibliotecas como forma de ocio para los niños. Visitar la casa de los libros es una buena forma de avivar en el niño su interés por la lectura. Las bibliotecas están organizadas en la actualidad con espacios atractivos e interactivos para los niños, donde se realizan actividades como contar cuentos a través de la música y el movimiento. “Es una forma de fomentar la lectura a través de las artes escénicas y la teatralidad, como en el caso de narrar cuentos clásicos, como Blancanieves, de una manera no sexista”, explica Noelia Bautista, directora del proyecto Planeta Imaginario, para el fomento de la lectura en los más jóvenes.
- La tecnología como aliado para fomentar la lectura infantil y juvenil. Los dispositivos, como los libros electrónicos, son una herramienta útil para que el niño se acerque a la lectura de una manera más interactiva. Acciones como: poner el dedo encima de una palabra y ver su significado, reescribir o compartir textos abren una nueva dimensión sobre la forma de leer. Aunque, conviene que los niños también se acerquen al libro tradicional y aprendan a usarlo y disfrutarlo.
Este contenido ha sido publicado originalmente por El País (España) en la siguiente dirección: elpais.com