Maestros al servicio de la educación

[Rosy Cisneros] El neuroeducador hace del aprendizaje una fiesta

Imagina que tus maestros hubieran tenido esta consciencia, cuántos recuerdos y aprendizajes tendrías hoy y lo más importante, ¿cómo los guardarías?
Estoy segura que serían momentos de gratos recuerdos, llenos de color y emoción.
Sin embargo tal vez te hayan tocado maestros duros y despectivos, con poco interés en ti, tan solo su objetivo era que aprendieras, que lograras los que él tenía que hacer para justificar lo que le pagaban, incluso además de su poca empatía, estaba absorto en su propio mundo, sin importar que tú también lo necesitabas en el tuyo.

Y muchas personas defienden esta postura, era un buen maestro, pues lo que aprendí con sus métodos no se me va a olvidar jamás, ese borrador en mi cabeza va a ayudarme a que recuerde que  8×5 son 40,  no que ahora, los maestros quieren jugar y que los niños se diviertan…”!qué pérdida de tiempo!

¿Has escuchado alguna vez esto?

O tal vez tú mismo lo has pensado…?no es así?

Pues permíteme compartir puntos de vista que no se habían tomado en cuenta, ya que gracias a la tecnología de la resonancia funcional  y las neuroimágenes con las que podemos analizar lo que sucede  en el cerebro justo cuando se está viviendo una acción, se puede constatar, cómo se activan zonas del cerebro que desencadenan grandes cantidades de hormonas y que dependiendo de la emoción o circunstancia que se viva, serán las que entren al torrente sanguíneo.

Si son de miedo o  de defensa ante un maestro que sigue pensando que la letra con sangre entra, las hormonas que fluyan serán adrenalina y cortisol, que en grandes cantidades y de manera constante  crean formas específicas de pensamiento que quedarán como carreteras de información permanente con las cuales, esa persona reaccionará en su vida y claro que no será su mejor opción.

Así que ahora podemos entender el porqué  de tantas personas con miedo a hablar en público, o miedo al juicio ajeno que se traduce en miedo al qué dirán, a todos aquellos inseguros de lo que son y de lo que pueden hacer….ah! pero eso sí, con las tablas de multiplicar bien aprendidas!

Si todos los maestros de hoy pudieran analizar todos los efectos negativos que tuvieron sobre la personalidad de los alumnos que lejos de disfrutar el aprender lo sufrieron, ahora estarían totalmente de acuerdo  con esta frase que ha brotado desde el centro de mi ser: “el maestro hace del aprendizaje una fiesta”.

Imagina una fiesta y las emociones que ésta nos ofrece: alegría, placer,  deleite, sentirse bien, satisfacción con el presente.

Así es que tú puedes hacer que tus alumnos vean y vivan la  experiencia de aprender de esta forma y dejar que mientras lo hacen, la cascada sea de  serotonina, dopamina y endorfina, hormonas de la alegría y  del placer  para que su personalidad se forme con todo lo que se requiere para ser una persona feliz, armoniosa y próspera.

Con estos cambios en la forma de enseñar,  la humanidad estará conformada por personas que disfruten la experiencia de la vida y habrá más entendimiento entre unos y otros y tal vez, por qué no, se acaben las guerras, ya que en sus canales de pensamientos ya no querrán competir sino compartir, ya no querrán demostrar ser  los mejores sino reconocer que todos somos mejores, tal vez y por qué no este mundo sea el mundo que yo imaginé desde que era una niña.

Así es que hoy te invito a cambiar tus paradigmas educativos y convertirte en un  nuevo maestro con una consciencia más luminosa  para aportar tu granito de arena, haciendo  de la educación una fiesta y de este mundo un mundo mejor.


Autor:
Profa. Dra. H.C. Rosalina Cisneros Blancas. México. D.F.
Neuroeducadora ECC, Educando con Cerebro y corazón
Correo electrónico:
[email protected]
Cuenta de facebook: rosycisnerosneuroeducadora
Web: rosycisneros.net

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