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Jennifer Groff: El profesor debe evaluar las experiencias, más que dirigir un plan de clase

En una entrevista realizada por BBC (Brasil) a la Ingeniera educativa, diseñadora e investigadora del Media Lab del Instituto de Tecnología de Massachusetts (USA), graduada en Harvard (USA), diseñadora e investigadora Jennifer Groff, ella sostiene que “las disciplinas de poca aplicación práctica y la enseñanza de contenidos alejados de la vida real son perjudiciales para los alumnos, ya que les enseñan a pensar de un modo lineal y no los prepara para desempeñarse en el mundo”.

La publicación está firmada por la periodista brasileña Paula Adamo Idoeta en BBC Mundo, y con fines únicamente educativos – pastorales, compartimos cuatro preguntas y respuestas, que consideramos pueden ayudarnos a conocer una la propuesta pedagógica de Groff, y aprovechar de ella alguna idea para nuestro medio particular.

Jennifer Groff opina que es necesario el rediseño de espacios de aprendizaje, sistemas y experiencias mediante el uso tecnologías de aprendizaje centradas en el estudiante, que construye su propio conocimiento socialmente. “En muchos currículos, tenemos la clase de 45 minutos de matemáticas, por ejemplo, y (los estudiantes) ni siquiera saben por qué están aprendiendo matemáticas. Los estudiantes no reciben (el contenido) en contexto”. Y para tener un mejor resultado es necesario el juego [Game-Based Learning (GBL)] incorporado al proceso enseñanza – aprendizaje, porque un buen juego logra (a través de algoritmos) recoger datos de los estudiantes y se puede saber qué ha entendido, qué ha aprendido y sugerirle contenido para complementar sus deficiencias. Es una buena herramienta para apoyar el aprendizaje, que “encaja con la definición de aprendizaje significativo del psicólogo y pedagogo americano David Ausubel, que postula que el aprendizaje debe ser un proceso activo en el que el estudiante se involucre razonando, pensando, construyendo relaciones conceptuales y esforzándose por integrar o discriminar conocimientos previos” (cf Wikipedia).

¿Qué cercanía puede tener esta propuesta? Groff es una educadora de K-12, (denominado “k doce”, “k al doce”, o “k hasta doce”) formada por “K” de Kindergarten, inicial en inglés para jardín de infantes o (entre los cuatro a los seis años de edad) y el número que indica el último grado (12; entre los diecisiete y los diecinueve años); sistema educativo gratuito que se emplea en los Estados Unidos, Canadá, Turquía, Filipinas, Australia y Ecuador.

Aquí cuatro interrogantes y sus respuestas:

Una de las áreas que usted estudia es la del aprendizaje por juegos. ¿Qué ha funcionado o no en términos de juegos en el aula, de acuerdo a su experiencia?

JENNIFER GROFF: En nuestro laboratorio, buscamos juegos que involucren (al alumno) en experiencias y le permitan la inmersión en un concepto, en vez de un juego que simplemente lo instruya para desarrollar una tarea.

Por ejemplo, para enseñar las tablas, los juegos con bloques le permiten a los niños entender que “dos bloques más dos forman cuatro”.

No nos gustan los juegos en los que el alumno completa cuatro preguntas matemáticas para ganar el derecho a disparar a alienígenas y luego, le dicen “bien, el juego terminó, es hora de resolver más problemas de matemáticas”.

Intentamos ayudar a los profesores a ver el valor de un aprendizaje más orientado hacia juego, explorando un tópico en lugar de “llenarle” la cabeza a los alumnos con ideas.

Los videojuegos comerciales también se pueden utilizar de manera eficiente. Civilization y Diplomacy ya fueron utilizados por buenos profesores como herramienta para involucrar a los alumnos en temas como la negociación, por ejemplo. (…).

Y (es importante) dejar a los niños liderar (el proceso), dejar que ellos sean profesores también.

Se ha dicho mucho sobre el aprendizaje no centrado en el profesor, sino en los alumnos. ¿A eso es a lo que usted se refiere?

JENNIFER GROFF: Exactamente.

Muchos de los juegos que desarrollamos en nuestro laboratorio son creados para ser jugados socialmente, en grupos, somos seres sociales y no construimos conocimiento en el aislamiento.

Hacemos que la experiencia individual y colectiva sea el centro (del aprendizaje), y el profesor (tiene que) crear un ambiente de esas experiencias para los niños y, quizá después, evaluar esas experiencias, más que dirigir un plan de clase.

¿Qué ha resultado más eficiente en las transformaciones de los ambientes de aprendizaje en las escuelas?

JENNIFER GROFF: Sabemos por investigaciones y escuelas (exitosas) que el buen aprendizaje se centra en el estudiante que construye su propio conocimiento socialmente.

En muchos currículos, tenemos la clase de 45 minutos de matemáticas, por ejemplo, y (los estudiantes) ni siquiera saben por qué están aprendiendo matemáticas. Los estudiantes no reciben (el contenido) en contexto.

Y el contexto es algo poderoso: proyectos, problemas, conceptos del mundo real. Las escuelas en las que veo un aprendizaje más robusto son las que trabajan en esos parámetros (…) basados ​​en competencias.

La cuestión es que (históricamente) no sabíamos cómo medir el desempeño de los alumnos a gran escala, entonces los dividimos en clases por edades, todos aprendiendo lo mismo al mismo tiempo.

Hoy vemos que eso no ayuda mucho. Hemos entendido que el aprendizaje es orgánico, individualizado, diversificado y sin embargo la forma en que manejamos nuestras escuelas no refleja eso.

Por eso está ganando mucha atención el modelo de aprendizaje basado en competencias, como por ejemplo el pensamiento crítico y otras habilidades, en lugar de dividir (las clases) artificialmente en materias.

Vivimos en una época en que ideas pueden ser reforzadas por noticias falsas y por algoritmos que logran exponer a los usuarios de redes sociales a contenidos seleccionados. ¿Cómo enseñar pensamiento crítico en ese ambiente?

JENNIFER GROFF: Es un gran ejemplo de cómo, si colocamos a los niños en ambientes de aprendizaje en los que no se los desafía a controlar sus propias decisiones, nunca van a reflexionar sobre estas cuestiones.

¿Queremos que los niños vayan a la escuela para simplemente obedecer y hacer fila, o queremos un ambiente fértil en el que florezcan como agentes proactivos en el mundo?

No podemos esperar que, en un ambiente en que los niños tienen que obedecer, aprendan a ser ciudadanos comprometidos y conscientes.

Les sugerimos leer nuestra fuente, para tener la información completa, en la publicación MENOS TRIGONOMETRÍA, MÁS PENSAMIENTO CRÍTICO: LAS ESTRATEGIAS DE UNA ESPECIALISTA DEL MIT PARA COMBATIR LA PASIVIDAD EN LAS AULAS

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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