Maestros al servicio de la educación

Consejos de María Montessori a los padres de familia

Maria Tecla Artemisia Montessori (Chiaravalle, provincia de Ancona, Italia, 31 de agosto de 1870-Noordwijk, Países Bajos, 6 de mayo de 1952), más conocida como María Montessori, fue una educadora, pedagoga, científica, médica, psiquiatra, filósofa, antropóloga, bióloga, psicóloga, feminista y humanista italiana. Fue la primera mujer italiana que se graduó como doctora en Medicina.

La autora defendía que el juego es la principal actividad a través de la cual el niño lleva su vida durante los primeros años de edad, afirmación que menciona también Jean Piaget. Por medio de este, el infante observa e investiga todo lo relacionado con su entorno de una manera libre y espontánea.

Los pequeños van relacionando sus conocimientos y experiencias previas con otras nuevas, realizando procesos de aprendizaje individuales, fundamentales para su crecimiento, independientemente del medio ambiente en el que se desarrolle.

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Mientras desarrollaba su labor pedagógica, Montessori descubrió los trabajos de dos médicos franceses, Jean Itard (1774-1838) y Eduardo Séguin (1812-1880). El primero de estos es considerado el «padre» de la nueva pedagogía, que establece la importancia de la observación en los niños y entiende que a los niños no se les puede imponer nada y el segundo creó ejercicios y materiales para ayudar al niño a desarrollar sus facultades, además de estudiar el caso del denominado niño salvaje de Aveyron).

Más tarde, conoció los trabajos del pedagogo suizo Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827). Pestalozzi hacía énfasis en la preparación del maestro, que primero debe lograr un cambio en su persona y debe tener amor a su trabajo. También debe haber amor entre el niño y el maestro.

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Según la educadora María Montessori el apoyo, la cercanía, el consejo y la corrección de los padres es fundamental para educar niños felices, adultos independientes y buenos ciudadanos. En la escuela debemos consolidar los valores que se asimilan en el hogar, fortalecer la autoestima, enseñarles a aprender de los errores y no compararlos con sus compañeros.

Quince consejos que nos recomienda tenerlos en cuenta:

  1. Los niños aprenden de lo que les rodea.
  2. Si criticas mucho a un niño, él aprenderá a juzgar.
  3. Si elogias con regularidad al niño, él aprenderá a valorar.
  4. Si se le muestra hostilidad al niño, él aprenderá a pelear.
  5. Si se es justo con el niño, él aprenderá a ser justo.
  6. Si se ridiculiza a un niño con frecuencia, él será una persona tímida.
  7. Si el niño crece sintiéndose seguro, aprenderá a confiar en los demás.
  8. Si se denigra con frecuencia al niño, se desarrollará en él un malsano sentimiento de culpa.
  9. Si las ideas del niño son aceptadas con regularidad, él aprenderá a sentirse bien consigo mismo. Si se alienta al niño en lo que hace, ganará seguridad en sí mismo.
  10. Si el niño vive en unaatmósfera amigable y se siente necesario, aprenderá a encontrar amor en el mundo.
  11. No hables mal de tu hijo, ni cuando esté cerca ni cuando no esté.
  12. Escucha siempre a tu hijo y respóndele cuando se acerque a ti con una pregunta o un comentario.
  13. Debes estar dispuesto a ayudar a tu hijo si busca algo, pero también a pasar desapercibido si él mismo encontró lo que buscaba.
  14. Respeta a tu hijo aunque haya cometido un error. Lo corregirá ahora o quizás lo haga más tarde.
  15. Cuando te dirijas a tu hijo, hazlo siempre de la mejor manera.Dale lo mejor que hay en ti.

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Cuáles son los Principios básicos del método Montessori

La mente absorbente de los niños: la mente del niño posee una capacidad maravillosa y única, tiene la capacidad de absorber conocimientos. Lo aprenden todo inconscientemente, pasando poco a poco del inconsciente a la consciencia. Se les compara con una esponja, con la diferencia que la esponja tiene una capacidad de absorción limitada, mientras que la mente del niño es infinita.

Los períodos sensibles: se refiere a los períodos en los cuales los niños pueden adquirir una habilidad con mucha facilidad. Se trata de sensibilidades que permiten a los niños ponerse en relación con el mundo externo de un modo excepcional. Estos momentos son pasajeros y se limitan a la adquisición de un determinado conocimiento. Maria Montessori los describe así:

    • el período sensible del lenguaje, que sitúa aproximadamente entre los 2 meses y los 6 años,
    • el período sensible de la coordinación de movimientos (± desde los 18 meses hasta los 4 años),
    • el período sensible del orden (± desde el nacimiento hasta los 6 años),
    • el período sensible del aguzamiento de los sentidos (± desde los 18 meses hasta los 5 años),
    • el período sensible del comportamiento social (± desde los 2 años y medio hasta los 6 años),
    • el período sensible de los pequeños objetos (un período muy corto en el transcurso del segundo año).

La autonomía de los niños: un modo de motivar a los niños y despertar sus ganas de aprender se resume en la fórmula de Maria Montessori: «Ayúdame a hacerlo solo». El material se coloca a la altura del niño para que pueda tomarlo y guardarlo él solo. El adulto únicamente interviene cuando el niño le pide ayuda. De este modo, se favorece la autonomía desde los primeros años.

El ambiente preparado: se refiere a un ambiente que se ha organizado cuidadosamente para el niño, diseñado para fomentar un mejor aprendizaje y crecimiento. En él se desarrollan los aspectos sociales, emocionales e intelectuales y responden a la necesidades de orden y seguridad. El diseño de estos ambientes se basa en los principios de belleza y orden. Son espacios luminosos y cálidos, que incluyen lenguaje, plantas, arte, música y libros. El material didáctico específico de vida práctica, vida sensorial, lenguaje y matemáticas constituye un elemento esencial del ambiente preparado.

El papel del adulto: el papel del adulto en la Filosofía Montessori es guiar al niño, darle a conocer un ambiente bueno y cómodo. Ser un observador, estar en continuo aprendizaje y desarrollo personal. El verdadero educador está al servicio del niño educando y debe cultivar en él la humildad, la responsabilidad y el amor.

La autoeducación: se consigue creando un ambiente libre, unos materiales auto corregibles que los niños puedan identificar sus errores y aprender de ellos, teniendo en cuenta los sentidos, ya que estos atraviesan diferentes periodos sensitivos.

La ayuda de padres: Montessori promueve que cuando el niño tiene una duda consulte primero a sus padres, luego a un compañero de mayor edad, luego un libro y sino entonces acuda al adulto. De esta manera el niño gana independencia y muchas veces logra resolver su problema sin acudir al adulto, ganando así independencia.

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ENLACE DE LECTURA: 1. RECURSOS DE MARÍA MONTESSORI | 2. LA MENTE ABSORBENTE DEL NIÑO



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