Qué conductas y qué hábitos recordarán (casi) siempre los niños de sus padres

Tanto las experiencias buenas como malas hacen que las personas desarrollemos el control sobre nuestras emociones, y pese a que los niños olvidan muchísimas de las experiencias que viven en sus primeros años, hay algunos hechos que los marcan para siempre.  El escritor francés Roger Martin du Gard, nos recuerda que “la vida sería imposible si todo se recordase, el secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse”.
En la memoria quedan los recuerdos, es decir, allí se almacena lo que se ha percibido, vivido o sentido, pero todas las experiencias que se viven no tienen el mismo efecto en la memoria según sean positivas o negativas.

Las emociones dan preferencia a unos recuerdos, filtrando la memoria, explica la profesora Natalia López Moratalla, de manera que cuanto más sensible se es a una experiencia, más se aumenta la cantidad de detalles que una persona memoriza, al igual que también crece la sensación de realidad. Una palabra, una muestra, un gesto de aliento o de desaliento afecta una valiosa vida y dejan su marca indeleble.

“Las cosas que más fácilmente olvidamos son las que no nos impresionan bastante, por carecer de interés o importancia en el momento en que ocurren. Nuestra atención se aparta de ellas con prontitud, y por eso no se graban en nuestra memoria. Por otra parte, las cosas que para nosotros constituyen los acontecimientos más trascendentales de nuestra vida, aunque para los demás carezcan de toda importancia, se imprimen en nuestra memoria firmemente y siempre las recordamos; y ésta es precisamente la causa de que jamás olvidemos ciertas cosas que en el fondo son verdaderas insignificancias” (ESCOLAR.COM).

Como educadores (padres de familia y/o educadores) nos es muy importante conocer, para reflexionar y dialogar, la opinión de las psicólogas Gloria Isaza y Claudia Gutiérrez, publicadas en la Revista Semana (Colombia), sobre las conductas que (casi siempre) se recordarán y los hábitos que (casi siempre) no se olvidarán. Pero hay que tener en cuenta que “por lo general, los niños mantienen consigo las cosas que les resultaron impactantes, aunque este tipo de cosas pueden variar debido a su personalidad, sí existen ciertos elementos que pueden marcar lo que viene para ellos más adelante” (SEMANA.COM).

¿QUÉ CONDUCTAS (CASI SIEMPRE) RECORDARÁN LOS NIÑOS?
1. Los momentos que usted no les puso atención

Que usted no atienda a sus hijos por estar ocupado en el celular, la TV o que prefiera hacer las tareas traídas del trabajo, en los momentos importantes de sus vidas o que se olvide las cosas que les son importantes, serán recuerdos imborrables para los niños.

2. Las veces en que usted usó un modo exagerado para corregir

No faltan las rabietas o pataletas, sin embargo, las correcciones deben ser mediante modales controlados, un diálogo respetuoso y con un lenguaje que no hiera o lastime al niño. Es necesario pensar, antes de hablar bajo presión. Ellos comprenden que hicieron mal, pero el “modo” es el que no comprenderán. Los niños recordarán el miedo o terror de gritos o gestos desafiantes.

3. Las oportunidades en que los hizo sentirse seguros

La presencia, la cercanía y la escucha de los padres genera una seguridad muy importante. Hacerles entender que no están solos en el peligro los fortalecerá, les hará sentir más tranquilos. La proximidad y el encontrar a sus padres, en los momentos de crisis o dificultad, repercutirá en su vida futura.

4. Las veces que usted trató muy bien (o muy mal) a su pareja

El respeto a la familia se aprende del ejemplo de los padres, quienes deben demostrar buenas maneras en el trato y los valores que hay en una relación entre personas que se aman. Este recuerdo se verá reflejado en su vida afectiva, y en la franqueza y naturalidad para tratar con las personas.

5. Las oportunidades en que usted puso la familia por encima de todo

Manifestar la prioridad de estar con ellos, aun teniendo otros compromisos u ocupaciones, les hará entender que ellos son importantes. Los padres que manifiestan su disponibilidad relajada y natural para permanecer vecinos, es un recuerdo que consolida la madurez afectiva de libertad e independencia.

¿QUÉ HÁBITOS (CASI SIEMPRE) NO OLVIDARÁN LOS NIÑOS?
1. La ausencia

En los momentos importantes para la familia, las fechas especiales, ocasiones de grandes logros o en circunstancias difíciles, los niños que no sientan la proximidad, la compañía o la voz de sus padres, pueden ser guardados como recuerdos negativos. El comprender los sentimientos y emociones de los demás se aprende desde niños.

2. El Maltrato

La agresión física o psicológica a los niños, de forma frecuente u ordinaria, puede desarrollar traumas que los aquejen durante toda su vida. Es importante recordar que se demuestra mayor autoridad cuando se reprende con argumentos y no se utiliza la fuerza. La exposición frecuente a la violencia o la agresión, influyen en la vida de las personas al llegar a la edad adulta.

3. Desvalorizarlos

El no apreciar lo que los hijos hacen, el no valorar sus logros, genera que el niño sienta que entonces ninguna otra persona lo va a hacer, creando desconfianza en sí mismos. Es importante estimar y reconocer el trabajo de los hijos, ya que este apoyo les dará confianza en sí mismos.

4. Rituales familiares

Los momentos del paseo familiar, el ir a las asambleas religiosas, dar una vuelta regularmente por un lugar de distracción o juegos, las comidas en fechas especiales, visitar a familiares ancianos o enfermos, … suelen perdurar en los recuerdos de un niño, y darle herramientas para manejar la vida por muchos años. Todas las familias tienen rituales: ningún niño olvida esto.

5. Las cosas que rompen la rutina

Romper la rutina invitando a un evento cultural, contar chistes familiares o hacerles sentir una experiencia nueva, son incentivos que no se olvidan. Recordar anécdotas, momentos graciosos y cosas inesperadas son evocaciones que permanecen en la memoria de los niños.

6. Apoyo en la dificultad

Cuando se superan las dificultades con el apoyo de los seres más cercanos, se logra hacerles sentir seguridad y tener confianza. Los niños se sentirán motivados a superar las dificultades e inspirados a creer en ellos, y eso se llama hoy resiliencia.

El escritor colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura, nos dijo que: «recordar es fácil para quien tiene memoria, olvidar es difícil para quien tiene corazón» y sabemos que “a veces no conocemos el verdadero valor de un momento hasta que se convierte en memoria” (Dr. Seuss).

¿Dialogamos este enfoque sobre los hábitos y las conductas en casa, con nuestros padres de familia?

REDACCIÓN DE WEB DEL MAESTRO CMF
Fuente: La Revista Semana de Colombia | Escolar.com, Lecturas



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