El profesor español Rafael Bisquerra Alzina, es doctor en Ciencias de la Educación, Licenciado en Pedagogía y en Psicología, catedrático de Orientación Psicopedagógica, catedrático de la Universidad de Barcelona (UB), director del Máster en Educación Emocional y director del Máster en Inteligencia Emocional en las Organizaciones y de Educación Emocional y Bienestar. Su línea de investigación es la educación emocional. Ha impartido docencia sobre métodos de investigación, estadística aplicada, orientación psicopedagógica y educación emocional. Ha escrito Psicopedagogía de las emociones (Síntesis, 2009); Educación emocional y bienestar (Wolters Kluwer, 2000); Educación para la ciudadanía y convivencia (Wolters Kluwer, 2008), y La educación emocional en la práctica (Horsori, 2010), entre otros artículos y entrevistas.
La web de la Universidad de Barcelona (España) publicó (18/07/2011) una entrevista realizada a Rafael Bisquerra que compartimos por motivos únicamente educativos y de formación permanente, y que, a pesar del tiempo transcurrido, consideramos podría ser de utilidad para apoyar nuestra tarea docente aobre temas como: el bienestar personal, educación emocional, coaching, el control de la ira y la violencia, la felicidad, climas emocionales, la gimnasia emocional, la autoexigencia, la felicidad y el optimismo, que con el video y los enlaces esperamos les interese.
¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN EMOCIONAL? (03´ 45”)
… no nos preocupábamos tanto del bienestar personal. ¿Por qué ahora está tan «cotizado» este aspecto?
RAFAEL BISQUERRA: “[…] En la Declaración de Independencia de los Estados Unidos se cita la felicidad como uno de los objetivos a alcanzar. Pero deberán pasar siglos para que esto cristalice en una práctica generalizada. Probablemente, ha sido en la segunda mitad del siglo xx, en la sociedad occidental avanzada, cuando se ha pasado de las preocupaciones propias del neorrealismo al interés por el bienestar. […] Actualmente, por suerte, se ha superado esa miseria y, una vez superadas las necesidades básicas para la supervivencia, nos interesamos por incrementar nuestro bienestar”.
El bienestar personal, la educación emocional y el coaching son conceptos cada vez más conocidos en nuestra sociedad, … ¿De qué manera nos pueden ayudar estas herramientas a ser más felices?
RAFAEL BISQUERRA: “El bienestar personal es, en buena parte, un estado emocional. Cuando experimentamos emociones como alegría, amor, humor o agradecimiento, estamos más cerca del bienestar emocional que cuando experimentamos ansiedad, estrés, tristeza, ira o rabia. Todo esto nos muestra la importancia de las emociones en nuestra vida. La educación emocional tiene como objetivo desarrollar competencias emocionales que deben entenderse como competencias básicas para la vida. Estas competencias son las que nos ayudan a ser conscientes de nuestras emociones y a regularlas de modo apropiado. Esta regulación emocional nos lleva, por una parte, a controlar nuestra ira como estrategia para prevenir la violencia y, por otra, nos ayuda a construir nuestro bienestar y a ser conscientes de ello, por poner sólo un par de ejemplos. El coaching tiene como objetivo «transportar» a una persona del lugar donde se encuentra ―a veces caracterizado por la ansiedad, el estrés o la rabia―, al lugar donde quisiera estar: el bienestar. En resumen, todas estas herramientas nos pueden ayudar al desarrollo personal, en un sentido amplio, y nos pueden aproximar a la construcción personal del propio bienestar”.
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El objetivo parece sencillo: ser más felices. Pero, ¿por qué necesitamos tantas herramientas para conseguirlo?
RAFAEL BISQUERRA: “Felicidad es una palabra grandilocuente que a veces asusta. Por ello, en la bibliografía especializada se habla de bienestar. Hay muchos tipos de bienestar, pero aquí nos referimos al bienestar emocional, que, en el fondo, es lo que realmente nos importa. ¿Por qué necesitamos herramientas? Muy sencillo: los organismos han sido diseñados para aumentar las probabilidades de supervivencia. La mayoría de los esfuerzos a lo largo de la filogénesis se han dirigido a este objetivo. La felicidad o el bienestar no entran en la programación, son un añadido posterior. Sólo en los últimos años se está investigando científicamente el bienestar emocional, con unos resultados muy interesantes, que la sociedad debería conocer, ya que esto nos puede ayudar a ser más felices. La evidencia demuestra que tenemos una gran capacidad para amargarnos la existencia y amargar a los demás. En cambio, no aprovechamos con eficiencia los recursos para construir el bienestar emocional”.
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¿Saber gestionar las emociones individualmente puede repercutir en una sociedad mejor?
RAFAEL BISQUERRA: “Evidentemente. Todos conocemos a gente con la que, después de estar un rato, nos sentimos como si se nos acabaran las pilas. También conocemos a otras personas con quienes nos apetece estar porque es como si nos llenaran de energía positiva. Hay personas que tienen la capacidad de crear climas emocionalmente positivos y otros que consiguen todo lo contrario. Pero lo importante es que todo esto se aprende. […] Las repercusiones sociales de la gestión emocional son evidentes”.
… nos podemos entrenar para ser más optimistas?
RAFAEL BISQUERRA: “La respuesta es afirmativa. Una de nuestras propuestas es la creación de gimnasios emocionales en los que se realicen entrenamientos, de forma similar a como se hace en un entrenamiento físico. La gimnasia emocional debería ser una práctica tan habitual como lo es actualmente el jogging, que hace cien años no lo era”.
… si convertimos el bienestar personal en un reto, ¿no nos estamos autoexigiendo aún más cosas de las que el día a día ya nos impone?
RAFAEL BISQUERRA: “La autoexigencia es un factor de crecimiento personal y, por tanto, vale la pena fomentarla de modo equilibrado. […] Tal vez debamos preguntarnos qué nos interesa más: ¿ganar en desarrollo material o en bienestar emocional? ¿Ganar mucho dinero o ser felices? Aunque, en principio, no sean cosas incompatibles, a veces pueden llegar a serlo. ¿Hacia dónde quiero orientar mi autoexigencia? Cada uno tiene la libertad de tomar las decisiones que crea oportunas. Desgraciadamente, no siempre se toman las decisiones más idóneas para construir el bienestar”.
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No hay duda de que cada vez más se es más consciente de la necesidad de una buena educación emocional. Ahora bien, ¿esto se trabaja desde la educación infantil? Y si no es así, ¿por qué no?
RAFAEL BISQUERRA: “Nuestra propuesta es que la educación emocional tenga un enfoque del ciclo vital. Por lo tanto, que esté presente desde el nacimiento, durante la educación infantil, primaria y secundaria, y a lo largo de toda la vida. Esto es un desiderátum en estos momentos. Para llegar a esta meta, es necesaria una sensibilización social y de los profesionales de la educación en particular. También es necesaria una formación, tanto inicial como continua, del profesorado para poder poner en práctica la educación emocional de manera apropiada. Si no se trabaja actualmente debe de ser por falta de conciencia de la importancia que tiene y por falta de formación”.
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En cualquier caso, ¿qué diría a aquellas personas que opinan que la felicidad no se puede trabajar, sino que se es feliz o no se es?
RAFAEL BISQUERRA: […] Les diríamos que se informen, que hay múltiples investigaciones científicas que han aportado un mejor conocimiento de estos fenómenos y que permiten fundamentar estrategias de intervención efectivas. Lo mismo podríamos responder”.
Por último, usted es feliz. Se le nota. ¿Ha tenido que trabajar mucho para conseguirlo?
RAFAEL BISQUERRA: “La felicidad no es un punto de llegada, sino un camino que se está haciendo. No es algo que se tiene o que no se tiene, sino algo que se trabaja: un proceso de construcción personal. En este sentido, diría que procuro caminar en esta dirección. No es nada fácil. Siempre nos sobran motivos para estar de mal humor. Se debe trabajar mucho para gestionar las emociones apropiadamente. Desde hace años, procuro construir unos buenos cimientos para hacerlo posible”.
La entrevista completa, que recomendamos leer, la encuentra en este enlace: RAFAEL BISQUERRA: «LA FELICIDAD ES UN PROCESO DE CONSTRUCCIÓN PERSONAL»
“Hay que insistir en que la educación debe atender al desarrollo integral de la personalidad del alumnado, y esto incluye necesariamente al desarrollo de las competencias emocionales”. (Cuaderno Emociona).
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