Una de las características más llamativas del niño o alumno hiperactivo es, precisamente, la excesiva actividad motora que sobrepasa los límites normales para su edad y su nivel madurativo. Este exceso de actividad motriz se manifiesta normalmente por una necesidad de moverse constantemente y por la falta de autocontrol corporal y emocional. A pesar de ser este el síntoma más llamativo de todo el trastorno y el que con mayor frecuencia hace que los profesores alerten a los padres.
En la mayoría de los casos la inquietud motora desaparece una vez entrada la adolescencia, mientras que los problemas de atención y la impulsividad persisten hasta la edad adulta.
A pesar de todo, cuando la conducta hiperactiva es muy exagerada puede resultar incompatible con el aprendizaje escolar, llegando a deteriorar las relaciones con el entorno (el profesor, los compañeros de clase, la familia y los amigos).
Artículo relacionado: Cómo actuar si un niño es desobediente y no escucha las clases
Las conductas hiperactivas más frecuentemente observadas son:
- Mueven en exceso manos y pies.
- Se implican en actividades peligrosas.
- Les cuesta quedarse sentados.
- Se retuercen en el asiento.
- Van de un lado a otro sin motivo aparente.
- Corren o trepan en situaciones inapropiadas.
- Les es difícil jugar de forma tranquila.
- Actúan como si tuvieran un motor en marcha.
- Hablan en exceso.
- Mordisquean o chupan objetos.
- Rompen los materiales.
La hiperactividad motriz, es decir, la actividad constante sin un fin claramente definido, es el síntoma más destacado en los niños de 3 a 10 años. Este intervalo de edad se caracteriza por una actividad motriz gruesa que implica mantenerse en situaciones en las que se espera que permanezcan sentados, moverse en el asiento, sentarse sobre un pie, balancearse en la silla, gritar, correr en lugares donde no es apropiado hacerlo, dar volteretas o trepar. Se puede decir que durante los primeros 3 años de escolaridad, los niños aprenden a «sujetarse» en sus asientos, descargándose a través de una infinidad de movimientos más finos como rascarse la cara, estirarse el labio, cambiar constantemente de mano para apoyar la cabeza, juguetear con la goma y el lápiz, estirarse la ropa, rascarse el ojo, sentarse sobre uno y otro pie, o hablar con el compañero de al lado. A partir de los diez años, esto se caracteriza por el predominio de una actividad motriz fina, que implica movimientos en las manos, hablar en exceso, risas, canturrear. En muchos casos, sobre todo en niños a partir de los 9 años, la hiperactividad motriz en el aula ya no se manifiesta con carreras, subirse a las mesas o levantarse constantemente del asiento, sino que es sustituida por excusas constantes para ponerse de pie, como mostrar una y otra vez la tarea inacabada al profesor, preguntarle algo a un compañero, ir a buscar algo a la mochila o sacar punta al lápiz.
En los niños con TDAH se dan dos tipos de movimientos, el movimiento de desplazamiento (levantarse de la silla, saltar, correr) y el movimiento en el asiento.
El movimiento es una dificultad que normalmente no perjudica a los niños con TDAH, ya que el movimiento favorece la activación cerebral y es algo que necesitan. Estas conductas se tratan de mejorar en todos los entornos, se les dice continuamente que se estén quietos, que paren, porque es una conducta molesta para los demás y, sobre todo, para los adultos, en este caso, para el profesorado. El movimiento en el asiento puede permitirse e incluso, en ocasiones, favorece la ejecución de una tarea, si este movimiento no interfiere en la realización de dicha tarea. Es conveniente dejarles que se muevan, que se levanten, que paseen, pero en lo que respecta al movimiento de desplazamiento, es necesario enseñarles a levantarse en momentos más adecuados, como «termina el ejercicio y luego levántate» o darle un propósito a su movimiento, como «en el aula, ¿puedes levantarte y borrar la pizarra?». Se trata de reconducir de una forma más ajustada y adaptativa la necesidad de moverse.
Pautas para el manejo de la inquietud motora:
- Dar un propósito a su necesidad de movimiento.
- Validar al alumno/a más allá de esta característica.
- Alternar el trabajo que debe realizar en el pupitre con otras actividades que le permitan levantarse y moverse un poco, como recoger el material, repartir los cuadernos, o llevar avisos fuera de clase, a las que denominaremos «desplazamientos funcionales».
- Se trata de darle actividades que supongan para el alumno con TDAH un «respeto motor» en el momento adecuado, como ir a dar un recado o repartir material.
- Permitir pequeñas actividades en clase, como jugar con el lápiz o la goma mientras escuchan, tomar notas o subrayar cuando leen, etc.
- Fomentar la actividad controlada, presentándole la tarea conforme vaya finalizando la anterior, dándole un tiempo para su realización y corrigiéndola inmediatamente.
- Controlar los estímulos, es decir, darle menos cantidad de ejercicios para que se enfoque más en la calidad que en la cantidad.
- Utilizar la extinción de la conducta inadecuada, es decir, ignorar movimientos incontrolados y acordar con el alumno una señal que le ayude a la reconducción sin necesidad de llamarle la atención.
- Evitar que los compañeros imiten o animen al alumno a realizar movimientos inadecuados.
- Permitir cierto grado de movimiento y murmullo.
- Ayudarles a destacar en aquello que saben hacer bien.
- Transmitir calma: hablar despacio, suave, contacto físico, etc.
- Proporcionarles modelos adecuados de conducta tranquila y reposada.
- Ayudarles a tomar conciencia de sus dificultades para estar sentados.
- Ayudarles a evitar las situaciones que les causan descontrol, como las esperas, mientras no puedan controlarlas.
- Exigirles autocontrol en la medida de sus posibilidades reales.
- Entrenarles en autocontrol utilizando auto-registros que les permitan valorar sus progresos.
- Planificar actividades que involucren el cuerpo en movimiento. Las actividades de enseñanza que fomentan respuestas activas, como la expresión oral, dramatizaciones, la creación, organización de murales o el trabajo en la pizarra, son útiles para ayudar a los alumnos con TDAH.
- Permitir pequeños intervalos para la actividad física, ya sea dentro de la tarea programada o de forma espontánea sin que interrumpa la actividad principal.
- No privarlos del recreo o la actividad física.
- Si corren por los pasillos o escaleras, la estrategia a seguir sería encargarles el cierre y apertura de la clase.
- Enseñarles a respetar los turnos de participación en tareas grupales.
- Permitir que realicen explicaciones a otros estudiantes.
Adaptaciones en el aula para el TDAH
Los estudiantes con TDAH tienen dificultad con la atención y el autocontrol. En la escuela puede parecer como falta de atención, distracción, hiperactividad, impulsividad y desorganización. Todo esto puede obstaculizar el aprendizaje. ¿Qué adaptaciones en el salón de clases pueden ayudar a los estudiantes con TDAH? Estas son algunas estrategias que los maestros pueden usar.
Arreglar el aula
-
- Utilizar asientos flexibles, como sillas que se mueven, escritorios para trabajar de pie, reposapiés, cojines para asientos o ligas de resistencia para las patas de las sillas.
- Aumentar el espacio entre los escritorios y las mesas de trabajo.
- Asignar un lugar tranquilo en el salón para trabajar.
- Establecer asientos preferenciales cercanos al maestro y/o alejados de áreas ruidosas.
- Colocar en un lugar visible un horario escrito de las rutinas diarias y las reglas. Cuando sea posible, avise los cambios con antelación.
Desarrollar hábitos de organización
-
- Utilizar un cuaderno para las tareas o un calendario electrónico.
- Entregar un grupo de libros de textos adicional para guardarlos en la casa.
- Proporcionar carpetas y canastas de materiales para mantener organizado el escritorio.
- Codificar por color los materiales de cada asignatura.
- Facilitar notas escritas o un resumen de la lección para facilitar la toma de apuntes.
- Enseñar estrategias para tomar apuntes, como el uso de organizadores visuales y software de mapas mentales.
- Asignar a un compañero que tome apuntes para el estudiante.
Dar instrucciones
-
- Dar instrucciones por escrito y en voz alta, y hacer que el estudiante las repita.
- Entregar un resumen de la lección que detalle las instrucciones y las actividades.
- Mantener las instrucciones sencillas, claras y concretas.
- Usar imágenes y gráficas para crear un interés visual.
- Entregar indicaciones que describan los elementos de una tarea que ha sido hecha correctamente.
- Ayudar al estudiante a dividir las tareas largas en partes más manejables.
Completar tareas y proyectos
-
- Permitir que el estudiante demuestre lo que sabe de diferentes maneras, como reportes orales, pósters y presentaciones en video.
- Proporcionar alternativas para responder las preguntas de los exámenes, como responder oralmente o encerrar las respuestas en un círculo.
- Minimizar el número de preguntas y problemas en cada hoja de trabajo.
- Hacer cuestionarios cortos a menudo, en lugar de un examen largo al final de cada unidad.
- Reconocer el trabajo terminado en lugar de eliminar puntos por haberlo entregado tarde o incompleto (tener un plan para terminarlo).
- Calificar el contenido y no la pulcritud.
- Otorgar más tiempo y un lugar tranquilo para trabajar y hacer los exámenes.
Controlar el comportamiento
-
- Utilizar un plan de comportamiento con un sistema de recompensas.
- Establecer una señal no verbal (como una nota adhesiva en el escritorio, la mano o el hombro) para captar la atención del estudiante e indicar la necesidad de cosas como un descanso.
- Hablar de los problemas de conducta individualmente con el estudiante.
- Revisar a menudo la “temperatura emocional” o el nivel de frustración del estudiante.
¿Qué puedo hacer para que mi alumno con TDAH deje de gritar en el salón de clases?
El gritar es un comportamiento común en los niños con TDAH. Puede deberse a una variedad de factores, como la falta de atención, la impulsividad o la hiperactividad.
Aquí hay algunas cosas que puede hacer para ayudar a su alumno a dejar de gritar en el salón de clases:
- Hable con el alumno sobre su comportamiento. Explíquele que gritar no es apropiado en el salón de clases y que puede interrumpir a los demás.
- Establezca reglas claras y concisas sobre el comportamiento apropiado. Asegúrese de que el alumno comprenda las reglas y las consecuencias de romperlas.
- Proporcione al alumno oportunidades para moverse y liberar energía. Esto puede ayudar a reducir la necesidad de gritar.
- Ofrezca al alumno apoyo y aliento. Ayúdele a desarrollar estrategias para controlar su comportamiento.
Aquí hay algunos consejos específicos que puede seguir:
- Acérquese al alumno en privado y hable con él en un tono calmado. Evite gritarle o regañarle, ya que esto solo empeorará el comportamiento.
- Explique al alumno que su comportamiento está interrumpiendo a los demás y que es necesario que lo cambie.
- Ayude al alumno a identificar las señales que indican que está a punto de gritar. Una vez que el alumno pueda reconocer estas señales, puede comenzar a desarrollar estrategias para controlarlas.
- Ofrezca al alumno oportunidades para calmarse antes de que comience a gritar. Por ejemplo, puede permitirle que salga de la clase por unos minutos o que haga algunos ejercicios de relajación.
- Recompense al alumno cuando se comporte de manera adecuada. Esto lo ayudará a aprender que el comportamiento apropiado es recompensado.
Si el comportamiento del alumno es grave o si no responde a sus intervenciones, es importante que hable con el padre o tutor del alumno. También puede consultar con un profesional de la salud mental que pueda brindarle más apoyo y orientación.
Aquí hay algunos recursos adicionales que pueden ser útiles:
- La Asociación Americana de TDAH (CHADD) ofrece una variedad de recursos para padres, educadores y profesionales de la salud mental.
- El Centro Nacional de Información sobre TDAH (NICHD) también tiene una serie de recursos disponibles en línea.
- La Red Internacional de TDAH (INADD) es una organización sin fines de lucro que ofrece apoyo y recursos a personas con TDAH y sus familias.
Bibiografía:
- «Entender y atender al alumnado con déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en las aulas.»
- Departamento de Educación del Gobierno de Navarra (Servicio de Igualdad de Oportunidades, Participación educativa y Atención al Profesorado. CREENA)
- Seminario Regional de Orientadores de Centros de Secundaria de la región de Murcia. «Estrategias para el profesorado con alumnado con trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH)».
Este contenido ha sido publicado originalmente por fundacioncadah.org y understood.org
Recomendamos a la Comunidad Educativa Digital tener en cuenta que, el enlace y/o la carpeta en donde están alojados los libros, recursos y/o materiales, no es administrado por la Web del Maestro CMF, pueda ser que en cuestión de días (o según el tiempo transcurrido desde su publicación), los enlaces no funcionen y el material ya no se encuentre disponible. Gracias por su comprensión.
ENLACE DE LECTURA: GUÍA PARA DOCENTES TDAH EN EL AULA
Si te sirvió el material, apóyanos con un clic. Nos ayudará a mantener el servicio. ¡Comparte y así más docentes utilizarán estos recursos gratis! Muchas gracias.