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Al estresarse, la gente pierde su optimismo

Tali Sharot es profesora de neurociencia cognitiva en el departamento de psicología experimental del University College de Londres. Sharot comenzó a estudiar en la Universidad de Tel Aviv, recibiendo un B.A. en economía en 1999, y una maestría en psicología de la Universidad de Nueva York (2002). Es especialmente conocida por su descubrimiento de los fundamentos neuronales del optimismo humano, trabajo que ha sido publicado en numerosas revistas eminentes.  Ha escrito El sesgo del optimismo y La ciencia del optimismo. En 2017 se publicó su libro The Influential Mind: What the Brain Reveals About Our Power to Change Others, seleccionado como Mejor Libro de 2017 por Forbes, The Times UK, The Huffington Post, Bloomberg, Greater Good Magazine, Inc., Stanford Business School, entre otros. Tuvo una presentación en TED2012, con millones de visualizaciones. Ganó el premio Libro de la Sociedad Británica de Psicología en 2014 (por The Optimism Bias) y 2018 (por The Influential Mind). (cf Wikipedia).

La profesora Sharot “ha constatado que los humanos somos optimistas por naturaleza, al gozar de un cerebro positivo irracional. Creer en un futuro mejor nos predispone a estar más sanos, a esforzarnos más, a perseguir metas con mayor perseverancia, a poner más empeño en nuestros proyectos. Es una cuestión de supervivencia”. Y ha afirmado a XL SEMANAL que es optimista por naturaleza. “Pero diría que soy optimista cauta. Lo superaremos. Hay 200 vacunas probándose, una al menos va a funcionar [se ríe]. Con ese tipo de atención científica soy optimista. La ciencia dará sus frutos”. CUANDO SE LIDIA CON LA ENFERMEDAD, PENSAR EN LOS HIJOS FUNCIONA”.

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Este artículo lo hemos elaborado teniendo como fuente la publicación de la serie APRENDEMOS JUNTOS, de El País (España), BBVA y Editorial Santillana -cuyo enlace lo señalamos al final de este artículo-, considerando que podría ayudarnos en nuestra tarea educativa, por lo que les sugerimos leer la transcripción completa. Además, dejamos claro que la elección de los fragmentos, los resaltados y letras cursivas son nuestras. La visualización de los videos consideramos que sería un excelente recurso para el diálogo y el manejo acompañado en la construcción del pensamiento crítico, de los tres agentes del proceso educativo.

EL SESGO OPTIMISTA (MOMENTO DESTACADO 06´ 06”)

TALI SHAROT: “[…] El sesgo optimista es nuestra tendencia a ver el futuro como algo mejor que el pasado y el presente, y nuestra tendencia a subestimar la posibilidad de que nos pasen cosas negativas, como enfermedades, accidentes de coche, desempleo… Y sobrevalorar, normalmente, la posibilidad de que nos pasen cosas buenas, como conseguir éxito profesional, tener hijos con talento y matrimonios duraderos. Vemos un sesgo optimista en un ochenta por ciento de la población, tanto en Occidente como en Oriente, en mujeres y hombres de todas las edades. Es algo muy generalizado. Y creemos que es algo parcialmente genético. […] Puede sonar raro decir que un animal es optimista, pero existen tareas de comportamiento muy sofisticadas que se utilizan para medir esto, y se ha visto en todo tipo de animales.

[…] el sesgo optimista normalmente es adaptativo y tiene lados positivos y negativos. En el lado positivo, si tenemos expectativas positivas para nuestro futuro se reduce nuestro estrés y ansiedad, por lo que es muy bueno para nuestra salud mental y física. Y hemos comprobado que, en igualdad de condiciones, los optimistas tienden a vivir más tiempo y suelen curarse más rápido de sus enfermedades. […] el lado negativo es que, si subestimamos los riesgos, podríamos no tomar suficientes precauciones: podríamos, por ejemplo, no contratar un seguro cuando es necesario, no ponernos el casco al montar en bici o no estar preparados para una pandemia, porque subestimamos los riesgos.

[…] Por un lado, pensamos que probablemente, en general, las ventajas compensan los inconvenientes, y por eso los humanos han evolucionado teniendo este sesgo optimista. Sin embargo, lo interesante es que este sesgo optimista se adapta al entorno. Lo que hemos visto es que, si pones a alguien en un entorno muy peligroso y amenazador, el sesgo optimista desaparece temporalmente. […] Parece que es un mecanismo bastante adaptativo, cambia, va y viene, dependiendo del entorno en que estés. […] Lo que vemos es que la gente es optimista sobre su propio futuro, quizás de su familia e hijos, pero no suelen ser muy optimistas sobre el mundo en general. De hecho, tienden más bien al pesimismo al pensar hacia dónde se dirige su país, al pensar en sus líderes y todo este tipo de asuntos globales. A esto lo llamamos “optimismo privado y desesperanza pública”.

[…] Algunos estudios muestran que se pueden cambiar los niveles de optimismo. Por ejemplo, los estudios de Martin Seligman, que ya tienen un tiempo, en los que intentó aumentar el optimismo de personas generalmente pesimistas. Y lo hizo enseñando a la gente a reinterpretar eventos de manera optimista. […] Lo que hemos visto es que, si una persona cree que la otra persona tiene una ideología similar a la suya, o son similares de alguna manera, tenderá a escucharla más y a tener en cuenta lo que diga. […] A los científicos nos gusta mostrar datos y números, pero no son muy efectivos a la hora de hacer que alguien cambie de opinión. Los datos son importantes, hay que tenerlos y enseñarlos, pero las experiencias personales son las que hacen que alguien cambie de opinión, junto a las anécdotas. […] La conformidad social puede cambiar opiniones, pero tiene que ser gente a la que tiendes a escuchar más, y no gente a la que sientas demasiado distinta a ti y no quieras escuchar.

[…] Lo que vemos es que los niños y adolescentes suelen empezar siendo bastante felices, y esta felicidad desciende más, y más, y más, y tocamos fondo al llegar a la mediana edad, sobre los cuarenta o cincuenta años, y luego la felicidad empieza a subir, y subir, y sigue subiendo hasta los últimos años de nuestra vida. Es decir, la gente es especialmente feliz en los extremos, digamos, los niños y la gente de setenta u ochenta años. […]

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[…] Tanto nuestra felicidad como nuestro optimismo y sesgo optimista son consecuencias tanto de la naturaleza, es decir nuestra genética, como de nuestra crianza, nuestro entorno. Además, nuestra biología como humanos es muy importante. Las diferentes cosas que ocurren en nuestra mente, la neuroquímica y todo eso, también cambia. Cambia con la edad, con el entorno y con la genética.

[…] al estresarse, la gente pierde su optimismo, ¿verdad? Hasta cierto punto, sobre todo bajo mucho estrés. Y durante la mediana edad es cuando más estresados estamos. […] Otra posibilidad relacionada con esto son los cambios que ocurren en nuestro cuerpo y en nuestra mente con la edad. Cambian muchas cosas: los niveles de dopamina, algunos receptores neuronales mueren, etcétera. […]

¿QUÉ DICE LA NEUROCIENCIA SOBRE EL OPTIMISMO?  (VIDEO COMPLETO 17´ 45”)

[…] estoy intentando averiguar cómo la gente decide qué información quiere conocer. […] creemos que hay factores específicos que te empujan a buscar un conocimiento en concreto, y son factores distintos para cada persona. Podemos categorizar a la gente en lo que llamamos “tipos de búsqueda de información” basándonos en el motivo principal por el que buscan esa información.

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[La gente no piensa en el motivo que le lleva a buscar un tipo de información y no otro]. Esto es lo que queremos averiguar. […] hemos visto que es algo importante, porque tiende a estar relacionado con cosas como la salud mental. [alguna persona decide que no quiere saber si tiene riesgo de padecer cáncer, y] no entra en determinados lugares. Hay gente que sí, y envía su material genético a webs, por ejemplo, para que lo analicen y así conseguir información sobre su linaje, pero otros no. Queremos poder categorizar a las personas para saber por qué”.

Los videos y la transcripción completa de esta reflexión los pueden Ustedes leer aquí: EL SESGO OPTIMISTA

Esta publicación corresponde a la SERIE DE VIDEOS: APRENDAMOS JUNTOS, PARA SUMAR POR LA EDUCACIÓN

“Yo creo que la gente joven hoy es menos optimista, no cree que pueda provocar esos grandes impactos. Y creo que ver que tus dirigentes no son buenos líderes, que no se comportan apropiadamente, hace que decaiga el optimismo sobre el futuro. No los inspiran”. (XLSEMANAL)

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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