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La tarea docente es proclive a sufrir trastornos de ansiedad

Dicen los expertos que, en más de una ocasión y a muchas personas, el hablar en público, el tener próximamente una evaluación o examen, encontrarse frente a inesperadas situaciones sociales, o enfrentarse a un contexto que les resulta amenazante, enciende ordinariamente una reacción de alerta que activan sus capacidades cognitivas, fisiológicas y conductuales. Las reacciones suelen englobar distintas respuestas emocionales, por lo cual “es fundamental una preparación para actuar de acuerdo con la valoración que hacemos del estímulo que la produce.
Son reacciones automáticas, inconscientes e involuntarias y, en consecuencia, intentar controlar su aparición es una tarea inútil. Por eso el Dr. José Antonio García Higuera nos recomienda: “no se trata de controlar las emociones, sino que ellas no te controlen a ti”. Por ejemplo, si colgando un cuadro nos machacamos un dedo con el martillo, el enfado está asegurado y, muy probablemente lanzaremos algunas palabras en tono alto. Si nos dejamos llevar por el enfado podemos liarnos a martillazos con el cuadro y con la pared. Sin embargo, lo que más nos interesa hacer es, sintiendo el enfado, correr a curar el dedo. Es un ejemplo de que no se trata de evitar el enfado, sino de no dejarnos llevar por él. Con otras emociones como la ansiedad, la tristeza, la alegría, etc. ocurre lo mismo”.

Todos los seres humanos estamos expuestos a sentirnos ansiosos, unos más que otros. La ansiedad forma parte de la vida, y es un estado que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad. Suele terminar poco tiempo después de que se salga de la situación que la provocó. Este tipo de ansiedad es útil y puede permitirnos estar más alerta o ser más cuidadosos. “La respuesta que genera la ansiedad en una persona son: huir o luchar”. “Según estudios realizados por psiquiatras, cierto grado de ansiedad es bueno, colabora positivamente en la formación del carácter, permite ampliar los conocimientos y reforzar la creatividad, ya que las experiencias que nos hayan marcado nos permiten tener una noción de aquello de lo que debemos protegernos y discernir qué cosas no pueden dañarnos”. DEFINICIÓN DE ANSIEDAD.

Según el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA), hoy el ejercer la tarea docente está calificada como una de las profesiones en la que, quienes la ejercen, están proclives a sufrir algún trastorno de ansiedad. “Esto se debe en parte, a que la tarea docente implica muchas veces estar en contacto con niños o adolescentes en los cuales la falta de límites está al orden del día. A esto se suma la alta responsabilidad con la que carga la persona, que tiene a su cargo el cuidado y la educación de menores, la alta carga horaria y los bajos salarios”, sostiene la Licenciada Gabriela Martínez Castro.

Aparte de las circunstancias o entornos difíciles, puede también existir que el docente tenga una predisposición genética a sufrir algún tipo de trastorno de ansiedad, que en determinada situación o hecho puntual se desencadena la ansiedad como trastorno. Y que precisará una ayuda profesional a tiempo. En ambos casos, dicen los expertos, que podría dejar consecuencias desde el punto de vista psicológico y/o biológico, “ya que por lo general quien lo sufre teme volver a padecerlo”. Les recomendamos la lectura de este artículo: LOS DOCENTES TIENEN UNA ALTA PROPENSIÓN A SUFRIR TRASTORNOS DE ANSIEDAD.

Sabiendo que la labor docente es una actividad de alto compromiso humano y social, en cuyas manos está la formación de los recursos humanos, germen del futuro de cualquier sociedad. Que su labor va más allá de la transmisión de los conocimientos científicos, culturales, políticos, éticos-morales, económicos, religiosos y sociales; y que la razón última de su quehacer es lograr que los estudiantes aprendan a aprender desde una posición crítica en la búsqueda de mayores conocimientos hasta llegar a la verdad. Consideramos que es necesario tener profesores emocionalmente maduros, capaces de desarrollar una educación que enseñe a sobrevolar sobre los desafíos educativos, y active la inteligencia de los estudiantes.

El Portal África Urbano, publica un artículo en el cual se afirma que existen estudios que revelan que el mundo de la docencia existen niveles de estrés y angustia elevados que pueden degenerar en cuadros de ansiedad: trastorno de ansiedad generalizada, crisis de angustia, trastornos obsesivos, o. síndrome de burn-out”; causado fundamentalmente por los constantes cambios en las leyes educativas, por las interferencias en su labor docente, incertidumbre en sus funciones, el tener que multiplicarse dentro del aula, excesivas cargas administrativas, … que los lleva a sentirse expuestos a las críticas de padres de familia, estudiantes, u otros compañeros, generando “un estado de alerta sostenida que les lleva a momentos de angustia y ansiedad. Se sienten en el punto de mira, juzgados, analizados”. ¿Le es familiar este contexto laboral en alguna institución educativa? ¿Conoce a algún(a) profesor(a) que le ha contado cualquiera de estas condiciones de su entorno laboral? ANSIEDAD ENTRE LOS DOCENTES.

Entonces, ¿Cómo no dar importancia a ese saber manejar convenientemente la ansiedad docente? El filósofo griego Platón ya nos adelantó que “todo aprendizaje tiene una base emocional”; y el motor de la vocación docente es una formación permanente con una revisión y reflexión emocional madura, que no está libre de frustraciones, miedos y fracasos.

El profesor necesita ser un experto en manejar correcta y efectivamente sus emociones, como el de la ansiedad; preparado no sólo en lo cognitivo, sino con un alto desarrollo emocional y social. La tarea docente obliga –parangonando a Ralph W. Emerson- estar conquistando todos los días algún miedo.

Muchos consideramos o hemos considerado que las emociones tales como, ansiedad, miedo, arrebato, tristeza…etc. son malas, pero ¿es realmente cierto?, ¿son malas las emociones negativas? La respuesta es no. Las emociones, tanto negativas como positivas, son adaptativas ya que nos ayudan a responder de la manera más adecuada ante las situaciones que se nos plantean en la vida. […] Sin embargo, puede tener lugar un desajuste en cuanto a la frecuencia, la duración o la intensidad de las mismas. En ese caso estaríamos hablando de emociones perjudiciales. ¿Podemos los docentes controlar nuestras emociones negativas?”. La psicóloga Beatriz Márquez, experta en intervención en ansiedad y estrés nos ofrece algunos consejos:

  1. Es importante que identifiquemos le emoción que estamos sintiendo, el significado de la misma y su función, tanto en nosotros como en los demás.
  2. Para regular nuestras emociones es importante que nos centremos en cuidar aspectos relacionados con la alimentación, el sueño, el ejercicio físico, las amistades y el apoyo social.
  3. Es importante que aceptemos las emociones, y nos demos cuenta de que nosotros no somos la emoción que sentimos, por tanto, no tenemos por qué actuar según dicha emoción. Aceptar la emoción implica que disminuya el miedo a experimentar emociones dolorosas.
  4. Manejar emociones negativas, actuando de manera opuesta a la emoción que estamos sintiendo. Así, por ejemplo, ante la vergüenza, la ansiedad o el miedo actuaríamos con acercamiento, ante la tristeza con la activación, y ante la ira con la evitación.
  5. Es importante que construyamos una lista de objetivos vitales y de los pasos a seguir para conseguir dichos objetivos y que las emociones negativas experimentadas no sean un impedimento para llevar a cabo las acciones que nos acercan a nuestras metas”. ¿QUÉ SON LAS EMOCIONES?, ¿ES MALO SENTIR ANSIEDAD, MIEDO, IRA…?, ¿PODEMOS CONTROLARLAS?

Algunos especialistas especializados en el manejo de la ansiedad de los docentes, nos dicen que la educación socioemocional, que debe darse desde la formación inicial docente, debe incluir la práctica del Mindfullnes o Atención Plena. Ésta “ayuda a los profesores a reducir su estrés, les proporciona estrategias para manejar el aula, mejora su autoestima, ayuda a tener una visión holística del currículo y de los conceptos claves que tienen que enseñar a los niños y disminuye la sensación de agobio por los contenidos a enseñar” (Albrecht, Albrecht y Cohen, 2012).

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En el especializado portal de Mindful Science, se nos dice que todos podemos recuperar el equilibrio y vivir de forma más cordial, humana, afectuosa, … (incluidos los profesores) ante las situaciones de ansiedad. Por estas razones compartimos, por motivos únicamente educativos – pastorales, este video, en que su director Jorge Benito, autor del libro Educar para Sanar, nos ofrece algunas orientaciones, esperando tengamos el tiempo de visualizarlo, y quizá socializarlo, para optimizar nuestra madurez emocional y nuestra tarea docente.

4 SENCILLOS CONSEJOS PARA REDUCIR TU ANSIEDAD

Sobre este tema, el Instituto de Bienestar y Desarrollo Personal (IBYDAL), nos dice que la práctica regular de Mindfulness “proporciona a los docentes estrategias para gestionar situaciones problemáticas y tiene efectos positivos sobre su salud mental, su calidad de vida y su bienestar. Repercutiendo todo ello en su labor docente y en la mejora de las relaciones con sus estudiantes y compañeros, lo que abona un entorno educativo óptimo para el aprendizaje”. MINDFULNESS PARA DOCENTES.

Después de estas consideraciones sobre cómo gestionar la ansiedad en los docentes, creemos que todos estamos llamados a conocer, estudiar, reflexionar y prevenir la aparición y consecuencias de esta emoción. Debemos ser conscientes que si bien algunos(as) tienen una enorme capacidad para adaptarse positivamente a situaciones adversas, para lo cual no todos hemos recibido la misma formación inicial docente y ni tenemos las habilidades para recuperarnos frente a la adversidad; se hace necesario y saludable el lograr corregir deficiencias de la formación inicial, mejorar la formación permanente, consolidar una sólida autoestima, desarrollar un espíritu creativo y crítico, revalorizar la tarea docente y disponer profesores emocionalmente expertos y competentes.

“La tarea docente requiere de gran dedicación y esfuerzo por parte de quien la ejerce”, por lo cual sus actitudes sus emociones, perspectivas, y expectativas “se integran al proceso de enseñanza brindando un carácter particular a la experiencia áulica, donde el estudiante no recibirá tan sólo los contenidos, ya que el proceso comunicacional integra factores que van más allá del desarrollo de los saberes y se comprende la presencia de valores y actitudes que acompañan a los mismos”. Consideramos que es muy importante que todos los profesores estemos prevenidos acerca de la ansiedad que, como emoción, podría sobrevenir frente a la gran responsabilidad, dedicación y esfuerzo que nos exige esta labor que solo es posible realizarla con auténtica vocación.

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“Dominar el mundo emocional es especialmente difícil porque estas habilidades deben ejercitarse en aquellos momentos en que las personas se encuentran en peores condiciones para asimilar información y aprender hábitos de respuesta nuevos, es decir, cuando tienen problemas” (Daniel Goleman).

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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