En todo campo de investigación, la necesidad de clasificar y evaluar los objetos de estudio se impone. Desde los momentos iniciales en que el juego fue incorporado al quehacer investigativo de psicólogos, sociólogos, pedagogos y etnólogos, fueron apareciendo sistemas de clasificación y de evaluación de la actividad lúdica, principalmente basados en las concepciones teóricas de sus autores respecto al origen y alcance de dicha actividad. No me detendré a exponer los sistemas de clasificación más conocidos, como el método ESAR, de la psicopedagoga canadiense Denise Garon, o el ICCP, del psicólogo francés André Michelet. Mi propósito en este capítulo es someter a consideración mi aportación personal a ese empeño: una propuesta designada como Sistema Práctico Descriptivo (SPD), cuyo objetivo es “brindar una descripción concreta y abarcadora de la actividad lúdica, que sirva para definirla tanto a los fines de su clasificación como de su evaluación”, con procedimientos eminentemente prácticos, concebidos sobre todo para las ludotecas.
El SPD consta de un método clasificatorio y un método evaluativo. El clasificatorio establece una descripción concreta para cada tipo de manifestación lúdica a partir de sus características específicas, ordenándolas en 14 categorías generales. El evaluativo toma como base 4 cualidades intrínsecamente presentes en todos los juegos y juguetes, en mayor o menor medida, cuya proporción permite establecer un código numérico como criterio de calidad. Antes de exponerlos conviene hacer algunas precisiones…
Denominamos juego a la manifestación concreta de la actividad lúdica, y juguete al implemento que le sirve de base y condiciona su desarrollo. Generalmente se supone al juguete como recurso para la infancia, denominándose juego al medio puesto a disposición de los adultos. Pero las damas, el dominó, las cartas, el billar, por ejemplo, son tan juguetes como los empleados por los niños en sus juegos. Y así, debemos decir que “el juguete dominó es el soporte del juego de Dominó para adultos”. Cuando queremos referirnos a la acción humana empleamos el término juego, y el de juguete para indicar el recurso que hace posible dicha acción. Así, los términos juegos y juguetes aluden a dos elementos de la actividad lúdica: el primero, a la acción humana, y el segundo, a su soporte material.
La estructura general del método clasificatorio del SPD es la siguiente:
I. Por el contenido de la acción lúdica:
- Juegos (juguetes) con reglas variables
- Pre-deportivos
- Vivenciales
- De animación
- Figurativos
- Juegos (juguetes) con reglas invariables
- De estrategia
- De simulación
- De modelismo
- De habilidad
- De competición
II. Por las características del desarrollo de la actividad:
- De desarrollo aleatorio
- De desarrollo volitivo
- De desarrollo combinado
III. Por el grado de participación que promueven:
- De participación colectiva
- De participación individual
Los juegos (juguetes) con reglas variables son los adecuados para la etapa infantil. En ellos las reglas no están planteadas de antemano, por lo que generalmente se adoptan las variantes que el propio grupo decida con absoluta libertad. Los juegos (juguetes) con reglas invariables se rigen por normas ya establecidas. Son más adecuados para la acción lúdica entre adolescentes, jóvenes y adultos, entre quienes el acatamiento de las reglas tiene efecto socializador.
Los juegos (juguetes) pre-deportivos son destinados al desarrollo de la motricidad global, la autoestima y la voluntad mediante acciones físico-motrices, como correr, saltar, lanzar, agarrar, golpear, trepar, arrastrar, empujar, balancear, montar… Estos juegos constituyen las manifestaciones primarias de la actividad lúdica, como una prolongación del juego funcional que aparece en el período neonatal, y resultan la única forma de juego que puede compartirse con el retozo de los animales afectivos, por ejemplo: cuando se practica con un perro el atrape de una pelota. También se caracterizan porque pueden realizarse sin juguetes, con el propio cuerpo como único implemento, siendo muy adecuados para acciones ludoterapéuticas dirigidas al tratamiento de diversas patologías y trastornos.
Los juegos (juguetes) vivenciales son los destinados principalmente al desarrollo de la imaginación y la fantasía infantiles, así como de los aspectos cognoscitivos y afectivos de la personalidad, mediante la ejecución de roles de imitación a la vida, durante los cuales la diversidad de vivencias estructuradas por la práctica del “hacer como si…” va condicionando la identificación del niño y de la niña con la multiplicidad de aspectos de su realidad, como son los roles de género y de ocupaciones humanas, en primer término. Reciben esta denominación todos los juegos (juguetes) que simbolizan aspectos de la realidad, como las muñecas, ajuares del hogar, herramientas, vehículos de arrastre, disfraces, instrumentos (científicos, musicales…), equipamiento profesional (de médico, bombero, policía…), coleccionismo, etc. Exigen la presencia del juguete, pues es a través del simbolismo lúdico como se establece la identificación entre los jugadores y el contenido del juego. También pertenecen a este grupo los denominados “juegos de rol” para adolescentes, jóvenes y adultos, basados en una gran diversidad de temáticas, desde la fantasía heroica hasta la contemporaneidad. Adecuadamente aplicados son insustituibles en la formación en valores y hábitos de conducta para la posterior vida adulta de los seres humanos.
Los juegos (juguetes) de animación constituyen la base de la cultura lúdica de los pueblos, transmitida mediante juegos tradicionales propios de cada comunidad, por lo que resultan elementos esenciales para la conformación de la identidad nacional. Entre ellos figuran las tonadas y coreografías que conforman las rondas, los juegos orales (trabalenguas, adivinanzas…), las manifestaciones escénicas (interpretación musical, títeres, pantomimas, teatro infantil, danzas, narración, magia y malabares…), y demás técnicas participativas para la motivación lúdica del grupo, su identificación, cohesión y socialización. Generalmente no requieren de juguetes, pero sí de un guía que conduzca la actividad: el animador. Son formadores de sensibilidad artística y gusto estético entre niños y adolescentes.
Los juegos (juguetes) figurativos son destinados principalmente al desarrollo de la imaginación y la motricidad fina mediante acciones basadas en las artes plásticas -pintura, dibujo, tallado, modelado con barro, plastilina o arena, etc.-, así como en otras artes manuales. Generalmente se desarrollan en forma de taller, bajo la conducción de un instructor (tallerista). En acciones ludoterapéuticas favorecen la atención y concentración, así como la corrección de trastornos de conducta.
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Autor:Pedro Fulleda Bandera, nacido en Cuba y residente en Ecuador. Licenciado en Comunicación Social, con experiencia laboral como periodista especializado en temas históricos y culturales. Se desempeñó como docente de especialización en el Instituto Superior de Cultura Física. Presidió la sección “Juego y Sociedad” de la Asociación de Pedagogos de Cuba. Ha impartido cursos y conferencias sobre lúdica y desarrollo humano en diversos países iberoamericanos. Autor de artículos y libros sobre Ludología y temas de actualidad política y social. Enlaces de interés: pedrofulleda.blogspot.com / wattpad.com E-mail: [email protected] |
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