El inicio del año escolar puede ser un momento emocionante para los niños, pero también puede ser un desafío. Los niños se enfrentan a nuevos maestros, nuevos compañeros de clase y nuevos materiales de aprendizaje. Para tener éxito en la escuela, los niños necesitan desarrollar buenos hábitos.
El camino hacia un año escolar exitoso para nuestros niños comienza con un ingrediente clave: ¡los buenos hábitos! El desarrollo de hábitos saludables en los niños es esencial para su bienestar y su éxito académico.
En este artículo, exploraremos cómo tanto los docentes como los padres desempeñan un papel crucial en este proceso y cómo pueden trabajar juntos para asegurarse de que los niños adquieran los hábitos que necesitan para prosperar.
La importancia de la Familia y de la Escuela en la transmisión de hábitos y rutinas.
Durante los primeros años de vida, los padres juegan un papel fundamental en la transmisión a sus hijos de valores, normas, hábitos, rutinas y costumbres, que les acompañarán a lo largo de toda su vida y deben ser consolidados en el aula a través de acciones pedagógicas dirigidas por los equipos docentes. Los padres inculcarán a sus hijos estilos de vida saludables y elevados niveles de autonomía personal. Por ende, la relación familia- escuela será esencial para un desarrollo armónico del niño.
Los hijos son total responsabilidad de los padres y si deseamos que su integración social sea exitosa, debemos acompañarlos durante todas las fases del crecimiento con conductas ejemplares. Existe contrastada literatura científica que avala el que los malos hábitos durante la edad temprana afectan al adecuado crecimiento del niño y de la niña. Es obvio que los primeros educadores están en la familia. De forma complementaria, la escuela ofrece nuevas pautas y refuerza determinados aprendizajes que no se dan en un contexto familiar.
La etapa de Educación infantil, se considera la más importante para la adquisición, asimilación y aprendizaje de los hábitos, mediante rutinas, ya que los niños son verdaderos imitadores de los adultos que se encuentran a su alrededor y que están en continuo contacto con ellos. La inculcación de hábitos en la etapa de Educación Infantil ayuda al desarrollo moral, afectivo y social del niño, así como también les facilitará el aprendizaje de diversas acciones en la vida diaria, interiorizando dichos hábitos y finalmente adquiriendo una autonomía cada vez mayor en sus acciones.
En esta etapa el niño adquiere hábitos de salud, higiene, orden, nutrición, seguridad y prevención que contribuyen al cuidado del propio cuerpo y de los espacios en los que transcurre la vida cotidiana, a la progresiva autonomía, como también se dan avances significativos en el ámbito social.
Es importante que a esta edad pueda actuar con autonomía, confianza y seguridad en los ambientes sociales más próximos, que conozca y utilice las reglas que posibilitan una adecuada convivencia y que sepa valorar las ventajas que aporta la vida en grupo.
Los Hábitos
A través de los hábitos y rutinas introducimos al niño en el mundo de la seguridad, los límites y el conocimiento de su entorno. Es una manera de ofrecerles un ambiente de estabilidad tranquila en el que aprender y ser educado de forma constructiva, formando una personalidad segura y consciente.
Mª Antonia Fernández Gutiérrez, en el libro “Educación Infantil” define los hábitos como “costumbres, actitudes, formas de conducta y aprendizajes. El hábito bien adquirido y usado nos permite hacer frente a los acontecimientos cotidianos”.
Lograr buenos hábitos conlleva paciencia y constancia; si se crea el mal hábito supondrá erradicarlo y resultará fastidioso tanto para los padres, profesor o como para el propio niño.
El hábito es un mecanismo estable que crea destrezas y que además podemos usar para distintas situaciones (por ejemplo abrocharse).
A la hora de adquirir hábitos se tendrá en cuenta:
- Es un proceso continuo, gradual y dura toda la vida.
- Necesita un proceso satisfactorio y agradable para el sujeto.
- Debe producir éxito.
- Debe ser reforzado en el momento oportuno.
- La familia debe tener paciencia y ser precisa en las descripciones de las conductas.
- Los padres deben colaborar y marcar normas claras.
- Supone un ambiente relajado, tranquilo y adaptado.
- El niño debe querer colaborar y para ello hay que motivarle.
Los hábitos son los primeros asentamientos para una buena base en la adquisición de un determinado conocimiento. Se deben implantar mediante rutinas, tanto en el aula como en el entorno familiar.
Las Rutinas
Entendemos por rutinas, aquellas actividades que realizamos diariamente de forma regular, periódica y sistemática, con un carácter ineludible. Por ejemplo, la asamblea a primera hora de la mañana.
Para R. Driekurs (2003)” la rutina diaria es para los niños lo que las paredes son para una casa, les da fronteras y dimensión a la vida. La rutina establecida da una sensación de seguridad, da un sentido de orden del cual nace la libertad”.
En estas edades es básico respetar los principios del desarrollo cognitivo y socio-afectivo, manteniendo una organización del tiempo lo mas natural posible, sin forzar el ritmo de la actividad y manteniendo determinadas constantes temporales.
Ahora bien, como todo aprendizaje y más tratándose de niños de Educación Infantil, resulta necesario fijar pautas metodológicas que contribuyan a organizar y sistematizar estos aprendizajes adecuadamente, siguiendo siempre el mismo orden en las actividades y mencionando claramente y con cierta frecuencia por parte del profesor el nombre de la rutina a trabajar. De este modo los niños se sentirán seguros cuando realicen las rutinas y alcanzaran grandes cotas de autonomía y equilibrio personal.
A través de la metodología activa y participativa los protagonistas del proceso de enseñanza y aprendizaje serán los niños. Además podrán realizar las acciones planteadas sobre hábitos y rutinas básicas de higiene, alimentación y descanso de forma autónoma, siendo este un aprendizaje significativo, útil a lo largo de toda su vida. Sin olvidar que durante todo el proceso el profesor intentará que los niños estén motivados, manteniendo siempre el interés por lo que están haciendo.
Por ello, debemos considerar las rutinas como puros aprendizajes que contribuyen a una mejora de nuestra capacidad cognitiva, por lo que se trata de procesos que los alumnos deben aprender en el seno del aula y la familia deberá tenerlo en cuenta para establecer unas rutinas en el hogar que a buen seguro contribuirán al desarrollo psicológico de sus hijos.
La Importancia de los Buenos Hábitos
Los hábitos son comportamientos que hacemos de manera regular y casi automática. Pueden ser buenos o malos, y su influencia en nuestras vidas es profunda. Los buenos hábitos, como una alimentación saludable, una higiene adecuada, una cantidad adecuada de sueño y ejercicio regular, son fundamentales para el bienestar físico y mental de los niños. Además, los hábitos de estudio efectivos son esenciales para su éxito académico.
Los hábitos son comportamientos que hacemos de manera regular, casi sin pensar. Pueden ser buenos o malos, y tienen un impacto significativo en nuestras vidas. Tener buenos hábitos significa hacer cosas que nos ayuden a ser más eficientes, saludables y felices.
Imagina los hábitos de sus hijos o alumnos como pequeñas acciones que suman día a día. Si se suma buenos hábitos, se obtendrá grandes resultados en la vida escolar y en general. Aquí te presentamos algunos ejemplos de buenos hábitos que pueden marcar la diferencia:
1. Organización: Mantén tu mochila y escritorio ordenados. Usa una agenda o un calendario para anotar tus tareas y fechas importantes. Esto te ayudará a no olvidar tus deberes y a llegar a tiempo a la escuela.
2. Establece una rutina: Levántate y acuéstate a la misma hora todos los días. Una rutina constante te ayudará a descansar bien y a estar alerta en clase.
3. Tiempo para estudiar: Dedica tiempo todos los días para repasar lo que aprendiste en clase. No dejes todo para el último momento antes de un examen.
4. Come saludablemente: Una dieta equilibrada te dará la energía que necesitas para concentrarte y aprender. Come frutas, verduras y evita el exceso de dulces y comida chatarra.
5. Ejercicio: Haz ejercicio regularmente para mantenerte en forma y liberar estrés. ¡Un cuerpo sano es un cerebro sano!
6. Solicita ayuda cuando la necesites: Si tienes dudas en clase, no tengas miedo de preguntar a tu maestro o compañeros. Aprender a pedir ayuda es un hábito valioso.
7. Establece metas: Define metas para el año escolar. Esto te dará un propósito y te motivará a trabajar duro.
8. Administra el tiempo: Aprende a administrar tu tiempo de manera efectiva. Esto significa hacer una lista de tareas y priorizarlas. Así podrás hacer lo más importante primero.
9. Descanso adecuado: No descuides tu descanso. Asegúrate de dormir lo suficiente todas las noches para estar alerta y listo para aprender.
10. Mantén una actitud positiva: La actitud es todo. Mantén una mente abierta, sé positivo y no te desanimes ante los desafíos.
¿Como trabajar los hábitos y las rutinas en el aula de educación infantil?
Según María Montessori los niños tienen que tener una referencia de cómo desarrollar correctamente los hábitos y las rutinas que se les exigen, haciendo un uso adecuado de los materiales y, al mismo tiempo adquiriendo destrezas en sus movimientos, en su control y en su voluntad. Los responsables de mostrar e involucrar a los niños en hábitos sanos y en rutinas positivas son la familia, los padres o figuras de apego, y en el contexto educativo, sus profesores o figuras de referencia.
El desarrollo de la autonomía personal, a través de los hábitos y las rutinas, hace que se favorezca la autoestima de los niños ya que al ser capaces de hacer estas acciones de forma autónoma se sienten más motivados, dispuestos y valiosos. Ellos mismos pueden ver los progresos que van haciendo.
Pero la disposición de los niños y las niñas por hacer determinados hábitos y rutinas no es siempre positiva. Por ello para contribuir a la disposición adecuada pueden utilizarse diferentes herramientas, como tablas de los hábitos y rutinas con el objetivo de premiar aquellas rutinas que conducen a un hábito positivo. Estos “premios” no tienen por que ser materiales, simplemente podemos reforzar o premiar con tiempo de juego junto a los padres-amigos, por ejemplo.
Cuando los hábitos y las rutinas se están interiorizando podemos ayudar a los niños a recordar la temporalización de estas acciones mediante esta tabla. La tabla de los hábitos y rutinas es un apoyo visual, dibujos o imágenes realistas de la secuencia de tareas. Es un buen recurso porque puedes involucrar a los niños a crear esa tabla, evitas tener que decir lo que hay que hacer en cada momento y desarrolla capacidades como la memoria, la autonomía, la independencia, la motivación… No más de diez imágenes situadas en una zona transitoria de la clase o de la casa a la altura visual de los niños
Tampoco olvidar el mejor método para el recuerdo, la constancia diaria que permitirá a los niños a clarificar y ordenar de forma natural, el transcurso del día en su mente.
Para lograr el éxito en el desarrollo de hábitos y rutinas hay que tener en cuenta tres aspectos:
- Hay que intentar seguir siempre el mismo orden en las acciones de los hábitos Por ejemplo: primero vamos al baño a orinar y a lavarnos las manos, luego almorzamos y recogemos los restos del almuerzo, tirando los residuos a la basura y limpieza de la mesa.
- La constancia es difícil pero fundamental. A veces nuestro ritmo diario hace que nos saltemos algunos pasos y que seamos poco constantes en nuestras rutinas diarias, pero se debe procurar mantener el orden y cumplirlos aunque tengamos que agilizarlos.
- Podemos anticiparnos a lo que va a pasar antes de empezar con un hábito o rutina, conocer lo que va a durar, lo que vendrá después. De esta forma las transiciones costarán menos, pues los niños entenderán estos pasos y se sentirán seguros. También potenciarán su autonomía, ya que si los niños conocen lo que deben hacer a continuación, podrían hacerlo por su propia iniciativa.
Por el contrario, para evitar el fracaso en el desarrollo de hábitos y rutinas, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Hay que permitir que los niños y las niñas empleen el tiempo oportuno en su realización. Las prisas no son buenas
- Los castigos y amenazas pueden funcionar a corto plazo pero no benefician para el desarrollo de los niños. Además amenazar con castigos y luego no cumplir con la amenaza resta credibilidad y valor a las palabras.
- Principio de no contradicción: los adultos no pueden mostrar hábitos diferentes de los que se pretenden inculcar.
Los hábitos y rutinas que se realizan en el aula de educación infantil
Según la educadora y pedagoga, Maite Vallet, en el libro “Educar a niños de 0 a 6 años” podemos clasificar diferentes hábitos y rutinas:
EL ORDEN: La jornada escolar lleva consigo un orden de actividades; hacer fila en el patio del colegio para entrar en clase, colgar los abrigos en el perchero y ponerse la bata, hacer asamblea, trabajar en la ficha correspondiente, ir al baño y almorzar, jugar en el patio, volver al aula a trabajar, colgar la bata y ponerse el abrigo y hacer fila para irse a casa. En la asamblea se trabajan conductas cívicas que mejoran el orden y el correcto transcurso de la jornada escolar; saludar, respetar el turno de la palabra, escuchar cuando habla un compañero, no gritar, solicitar permiso. Asimismo se trabajan normas y pautas de convivencia y se recuerdan responsabilidades ( ponerse el primero en la fila, repartir pinturas…)
LA HIGIENE: La higiene es un aspecto fundamental de los hábitos saludables. Los niños de Educación Infantil deben ser capaces de controlar los esfínteres, pedir ir al baño y limpiarse de forma autónoma. También tirar de la cadena y lavarse las manos sin mojarse la ropa. Del mismo modo, tendrán autonomía para sonarse la nariz y limpiarse los mocos cuando lo necesiten. La familia contribuirá a la higiene personal de sus hijos lavando la bata cuando esté establecido hacerlo.
EL VESTIDO: El uso de la bata es obligatorio como vestimenta diaria al no llevar uniforme. Para facilitar el trabajo de los niños a la hora de vestirse de forma autónoma, después de ir al baño, la familia debe de facilitar el proceso poniéndoles a sus hijos ropa cómoda, evitar cinturones, tirantes, bodis, broches complicados de atar etc..
LA ALIMENTACIÓN: La alimentación influye en los estados de salud y en el bienestar, por esta razón es importante llevar una alimentación saludable, comer sano y de forma equilibrada. El procedimiento desarrollado para la gestión de los almuerzos conlleva una serie de normas: por orden la mesa de cada color irá al baño, el almuerzo se comerá sentado sin levantarse, viendo y escuchando los videos que el profesor pone en la pizarra digital, pudiendo hablar en voz baja sin gritar.
EL DESCANSO: Después de acabar una actividad, en el transito entre una y otra actividad, los niños necesitan unos segundos de distensión. Se hacen desplazamientos en el aula, se canta y se baila una canción. Pero principalmente, cuando los niños llegan al aula después del recreo hay que buscar un estado de comodidad para que puedan trabajar, hay que relajarlos porque normalmente llegan excitados.
LA CONVIVENCIA: Toda la jornada escolar conlleva a la acción de convivir: con los profesores, compañeros del aula y de la escuela, personal no docente… La convivencia entre iguales se manifiesta sobre todo a través del juego. Fuera del aula la convivencia puede llevarse a cabo por medio del juego. En este momento, se manifiestan hábitos y rutinas vinculadas a la autonomía personal y la conducta cívica de los niños, relación con los compañeros, no pegándose y promoviendo espacio de juego compartido y respeto por el mobiliario y juguetes. Se promueve el desarrollo de actitudes negociadoras mediante el uso de la palabra y el dialogo para alcanzar acuerdos y no expresiones violentas para conseguir finalidades propuestas como “si te pegan, pega tu”. Dentro del aula, la convivencia puede llevarse a cabo por medio de los rincones.
Para Tavernier, “es el lugar, permanente o no, en el que se desarrollan actividades muy determinadas, libres o dirigidas, individuales, en grupos pequeños o colectivos: cocina, tienda, biblioteca, muñecas, garaje, grafismo etc.….También inducen a reflexionar sobre lo que están haciendo: se juega, se explora, se investiga. Todo esto potencia y desarrolla la autonomía personal y las capacidades de creatividad, manipulación, experimentación y atención.
Estos hábitos y rutinas no deben llevarse a cabo únicamente en el aula, sino que también deben realizarse en el contexto familiar bajo la supervisión de los padres, siendo las pautas muy similares o iguales.
El Rol de los Padres
Los padres son los primeros y más influyentes modelos a seguir de los niños. Aquí hay algunas maneras en que los padres pueden ayudar a fomentar buenos hábitos:
- Modelo a seguir: Los niños aprenden observando a sus padres. Si los padres practican buenos hábitos, como mantener una alimentación saludable, hacer ejercicio y tener un horario regular, los niños serán más propensos a seguir estos comportamientos.
- Crear un ambiente propicio: Los padres pueden establecer un ambiente en casa que fomente los buenos hábitos. Esto puede incluir tener alimentos nutritivos disponibles, establecer horarios regulares de sueño y proporcionar un lugar tranquilo para estudiar.
- Fomentar la responsabilidad: Los padres deben enseñar a sus hijos la importancia de asumir la responsabilidad de sus acciones y hábitos. Esto incluye responsabilidades como cuidar de su higiene personal y realizar tareas en casa.
- Comunicación abierta: Los padres deben mantener una comunicación abierta con sus hijos. Preguntarles sobre su día, sus inquietudes y sus éxitos puede ayudar a identificar áreas donde se pueden mejorar los hábitos.
- Ofrecer apoyo emocional: Brindar apoyo emocional es esencial. Los niños necesitan sentirse respaldados y seguros al intentar desarrollar nuevos hábitos. Los padres pueden ofrecer aliento y comprensión durante este proceso.
El Rol de los Docentes
Los docentes también juegan un papel crucial en el desarrollo de buenos hábitos en los niños:
- Modelo de conducta en el aula: Los docentes actúan como modelos a seguir en el entorno escolar. Deben demostrar buenos hábitos de estudio, organización y respeto en el aula.
- Enseñar habilidades para la vida: Los docentes pueden enseñar habilidades para la vida, como la gestión del tiempo y la toma de apuntes. Estas habilidades son fundamentales para el éxito académico y personal.
- Proporcionar orientación: Los docentes pueden ofrecer orientación a los estudiantes sobre cómo desarrollar buenos hábitos de estudio y cómo abordar los desafíos académicos. Esto puede incluir sugerencias sobre cómo organizar el trabajo y cómo estudiar de manera efectiva.
- Comunicación con los padres: Los docentes pueden mantener una comunicación abierta con los padres para informarles sobre el progreso y el comportamiento de los estudiantes en la escuela. Esto puede ayudar a los padres a reforzar los hábitos en casa.
- Apoyo individualizado: Reconocer que cada estudiante es único y puede necesitar diferentes niveles de apoyo es esencial. Los docentes pueden ofrecer apoyo individualizado a los estudiantes que luchan con la adquisición de buenos hábitos.
La Colaboración entre Padres y Docentes
La educación en buenos hábitos es un esfuerzo colaborativo. Cuando padres y docentes trabajan juntos, los niños tienen un apoyo más sólido en su camino hacia la adquisición de buenos hábitos. La comunicación abierta y el respeto mutuo son clave en esta colaboración.
Al establecer un modelo positivo, fomentar la responsabilidad y ofrecer orientación, tanto los padres como los docentes pueden asegurarse de que los niños estén preparados para tener un año escolar exitoso y una vida llena de hábitos saludables.
Recursos para trabajar las rutinas diarias de los alumnos en educación infantil
- Nene León: Propone un conjunto de videos gratuitos dirigidos a niños de corta edad. Con canal propio en Youtube, la estructura de cada uno de ellos es la narración musical de la mano de cuatro divertidos personajes. Entre muchos videos que propone, los hay dedicados a las rutinas propias del día a día: Despertar para ir al colegio, canciones para dormir, para la hora de la comida, la hora del baño.
- Mi librito para colorear rutinas: Disponible en la página web de Orientación Andújar. Este recurso está formado por varias fichas que unidas forman un pequeño libro de rutinas que los alumnos tienen que colorear. Cada una de sus paginas se centra en un aspecto en particular: irse a la cama temprano, disfrutar de un buen desayuno, asearse, preparar la mochila etc…Finalmente se apuntan cuatro beneficios relacionados con los hábitos y las rutinas en los niños.
- Rutinas: Recursos para Educación Infantil: La educadora infantil Sonia García es la autora de esta propuesta en la que sugiere algunas canciones que servirán para que los alumnos adquieran determinadas rutinas y hábitos en la escuela. Son canciones cortitas pero muy pegadizas: para hacer la fila, estar en silencio, guardar los juguetes y materiales que se han utilizado. También tiene canción para dar los buenos días y otra para pasar lista.
- Calendario de rutinas: Para ayudar a estructurar los hábitos del día a día, una opción son los calendarios de rutinas. Se recomienda que el niño colabore en su confección en compañía del padre o de la madre y además, se indican los materiales que se necesitan. Se sugieren unas fichas bastante comunes pero se pueden personalizar.
- Tablas de registro: Mediante unas tablas de registro los niños supervisados por el profesor o los padres, anotarán los resultados mediante pegatinas de colores en dichas tablas que servirán para ver la evolución final de los niños.
- Cuentos que trabajan los hábitos y rutinas: Hay muchos cuentos en las librerías pero como referencia: “El país de gracias o por favor”, “Aprendiendo a ser superhéroes”, “Yo me lavo”, “El orinal de Lulú”,” “¡Ya os vestimos solos!”, “¿No duermes osito?”,”Cuentos para aprender a convivir”, etc.…
Cómo desarrollar hábitos en los estudiantes
Desarrollar hábitos de estudio positivos es esencial para el éxito académico de los estudiantes de primaria y secundaria. Aquí te proporciono consejos específicos para ayudar a los estudiantes a cultivar estos hábitos:
Para Estudiantes de Primaria:
- Establece un Espacio de Estudio Apropiado: Crea un lugar tranquilo y libre de distracciones donde tu hijo pueda concentrarse en sus tareas escolares. Asegúrate de que haya suficiente luz y espacio para trabajar.
- Establece una Rutina de Estudio: Programa tiempos específicos cada día para el estudio. La consistencia ayuda a establecer el hábito. Por ejemplo, después de la merienda o antes de las actividades recreativas.
- Fomenta la Autonomía: Anima a tu hijo a ser independiente en su proceso de aprendizaje. A medida que crece, dale más responsabilidad para que pueda asumir el control de su propio aprendizaje.
- Divide el Tiempo de Estudio: Evita sesiones de estudio demasiado largas. Divide el tiempo en intervalos de estudio más cortos con pequeños descansos entre ellos. Esto mejora la concentración y retención.
- Apoya la Organización: Enséñale a tu hijo a utilizar una agenda o calendario para anotar sus tareas y fechas de exámenes. Ayúdale a establecer prioridades y a planificar con anticipación.
- Promueve la Lectura: Fomenta la lectura regular como un hábito. Proporciona una variedad de libros adecuados para su edad y permite que elija temas que le interesen.
- Ofrece elogios y Refuerzo Positivo: Celebra los logros académicos, por pequeños que sean. Elogia su esfuerzo y dedicación para construir una actitud positiva hacia el aprendizaje.
Para Estudiantes de Secundaria:
- Desarrolla Habilidades de Toma de Apuntes: Enséñale a tu hijo cómo tomar apuntes efectivos durante las clases. Resumir la información clave ayuda a retenerla mejor.
- Fomenta el Pensamiento Crítico: Anima a tu hijo a cuestionar y analizar la información. Promueve la discusión en casa sobre temas de actualidad o lo que están aprendiendo en la escuela.
- Fomenta la Autoevaluación: Ayuda a tu hijo a revisar y evaluar su propio trabajo. Esto les permite identificar áreas de mejora y aprender de sus errores.
- Promueve la Responsabilidad: Anima a tu hijo a asumir la responsabilidad de su aprendizaje. Esto incluye gestionar su tiempo, completar tareas a tiempo y pedir ayuda cuando sea necesario.
- Establece Objetivos Claros: Ayuda a tu hijo a definir metas académicas alcanzables. Estos objetivos proporcionan una dirección clara y una motivación para trabajar duro.
- Fomenta la Investigación Independiente: Anima a tu hijo a explorar temas de su interés más allá del plan de estudios. Esto fomenta la curiosidad y el amor por el aprendizaje.
- Promueve la Autonomía en la Planificación: A medida que crece, dale más libertad para planificar su tiempo de estudio y gestionar sus responsabilidades académicas.
Qué otros hábitos se pueden ir desarrollando
Un estudiante puede alcanzar un buen año académico al desarrollar una serie de hábitos clave que fomenten el aprendizaje, la organización y la eficacia en sus estudios. Aquí tienes algunos hábitos esenciales que pueden contribuir al éxito académico:
- Organización: Mantén tu mochila, escritorio y materiales escolares ordenados. Utiliza carpetas, carpetas de anillas o carpetas electrónicas para organizar tus apuntes y tareas.
- Planificación: Utiliza una agenda o un calendario para anotar tus tareas, proyectos y fechas importantes de exámenes. Planifica con anticipación y asigna tiempo para cada tarea.
- Establecer metas: Define metas académicas claras para el año escolar. Establecer objetivos te dará un propósito y te motivará a esforzarte.
- Gestión del tiempo: Aprende a administrar tu tiempo de manera eficaz. Haz una lista de tareas y prioriza las más importantes. Evita la procrastinación y comienza con las tareas difíciles primero.
- Toma de apuntes: Desarrolla habilidades de toma de apuntes efectivos durante las clases. Escuchar activamente y resumir la información te ayudará a comprender y retener mejor los conceptos.
- Estudio regular: Estudia de manera constante y no dejes todo para el último momento. Realiza sesiones de estudio regulares y repasa el material aprendido de forma periódica.
- Participación en clase: Activa tu participación en las clases. Haz preguntas, comparte tus ideas y participa en discusiones. Esto te ayudará a comprender mejor el material y a ganarte el respeto de tus maestros.
- Buscar ayuda cuando sea necesario: No tengas miedo de pedir ayuda si tienes dudas. Tanto tus maestros como tus compañeros están ahí para apoyarte.
- Alimentación saludable: Mantén una dieta equilibrada. Comer alimentos nutritivos te proporciona la energía que necesitas para concentrarte y aprender.
- Ejercicio y descanso: Haz ejercicio regularmente para mantenerte saludable y liberar estrés. Asegúrate de dormir lo suficiente todas las noches para estar alerta y preparado para aprender.
- Gestión del estrés: Aprende técnicas para manejar el estrés, como la respiración profunda o la meditación. El estrés puede afectar negativamente el rendimiento académico, por lo que es importante controlarlo.
- Motivación y actitud positiva: Mantén una actitud positiva hacia el aprendizaje y sé motivado. Cree en tu capacidad para superar los desafíos y alcanzar tus metas.
- Revisión y autoevaluación: Revise tus tareas y exámenes después de completarlos. Identifica áreas en las que puedas mejorar y busca oportunidades para aprender de tus errores.
¡Aquí está a un año escolar lleno de hábitos saludables y éxito para nuestros estudiantes!
Conclusión
La afirmación de que la mejor forma de que los niños tengan un buen año escolar es con buenos hábitos desde el principio es absolutamente cierta. Estos hábitos no solo mejoran tu salud y bienestar, sino que también te ayudan a ser un estudiante más eficiente y concentrado.
Tanto los padres como los maestros pueden desempeñar un papel clave en el desarrollo de estos hábitos. Así que, estudiantes, ¡pongan en práctica estos buenos hábitos y prepárense para tener un año escolar exitoso y lleno de aprendizaje! ¡Tienen todo el potencial para lograrlo!
Este contenido ha sido publicado originalmente por Orientación Rioja Baja en la siguiente dirección: orientacionriojabaja.info
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