La Escalera de la Etapa Presilábica es un concepto utilizado en la educación y la psicología del desarrollo para describir las etapas que los niños atraviesan en su adquisición temprana del lenguaje escrito, específicamente en relación con la escritura y lectura de letras y palabras. Estas etapas están diseñadas para entender el proceso que sigue un niño antes de llegar a una lectura y escritura más convencional y fonológicamente precisa.
La adquisición de la lectura y escritura es un hito crucial en el desarrollo de los niños, y el proceso de aprender a leer y escribir es gradual y complejo. Antes de ingresar a la escuela, los niños ya comienzan a explorar el mundo de la escritura, y entender su progreso en este viaje es fundamental para los educadores y padres. Emilia Ferreiro, una renombrada psicopedagoga argentina, propuso un modelo llamado la “Escalera de la etapa presilábica”, que desglosa el desarrollo de la lectoescritura en seis etapas distintas.
Las etapas en la Escalera de la Etapa Presilábica son las siguientes:
Las etapas de la Escalera de la etapa presilábica
1. Presimbólico
En esta etapa inicial, los niños aún no comprenden el carácter simbólico de la escritura. Pueden realizar garabatos y dibujos, pero no atribuyen significado a sus creaciones. La escritura es, para ellos, un conjunto de trazos sin sentido.
2. Sin control de calidad
En la siguiente etapa, los niños comienzan a asignar significado a las letras, pero su escritura carece de control. Pueden escribir letras o combinaciones de letras al azar, sin tener en cuenta los sonidos de las palabras. Aunque reconocen algunas letras, su escritura es incoherente.
3. Fija
En esta etapa, los niños empiezan a establecer relaciones fijas entre las letras y los sonidos. Por ejemplo, pueden utilizar siempre la letra “m” para representar el sonido “ma”. Aunque están empezando a comprender la conexión entre las letras y los sonidos, su escritura sigue siendo limitada.
4. Repertorio reducido – cantidad variable
En esta fase, los niños utilizan un conjunto más amplio de letras, pero la cantidad de letras que utilizan en cada palabra sigue siendo variable. Por ejemplo, pueden escribir “mi” para representar la palabra “mamá”. Aunque están expandiendo su repertorio, todavía enfrentan inconsistencias en su escritura.
5. Cantidad y repertorio variable
Los niños en esta etapa utilizan un repertorio más amplio de letras y tienden a escribir la misma cantidad de letras en cada palabra. Por ejemplo, pueden escribir “mami” para representar la palabra “mamá”. Aunque su escritura es más coherente, aún pueden cometer errores ortográficos.
6. Presencia de valor sonoro inicial
En la última etapa, los niños comienzan a comprender que el valor sonoro de las palabras está determinado por la letra inicial. Por ejemplo, pueden escribir “m” para representar “mamá”, “p” para representar “perro” y “c” para representar “casa”. Comienzan a consolidar una comprensión más precisa del sistema de escritura.
¿Cómo puede usar el docente la Escalera de la etapa presilábica?
La Escalera de la etapa presilábica es una herramienta valiosa para los docentes y padres, ya que permite evaluar el nivel de desarrollo de un niño en el proceso de lectoescritura y adaptar la enseñanza de manera individualizada. A continuación, se presentan estrategias que los docentes pueden emplear:
1. Exponer al niño a un ambiente alfabetizado
Los niños deben estar rodeados de materiales escritos desde una edad temprana. La lectura de cuentos, la escritura en el aula y la exposición a materiales impresos en su entorno cotidiano son esenciales para que los niños se familiaricen con el lenguaje escrito.
2. Fomentar la exploración del lenguaje escrito
Los niños deben tener la oportunidad de explorar el lenguaje escrito de manera autónoma. Esto incluye actividades como garabatear, dibujar y jugar con letras y palabras, lo que les permite experimentar con la escritura de una manera creativa y sin presiones.
3. Ofrecer oportunidades de interacción con el lenguaje escrito
La interacción con el lenguaje escrito debe ser significativa. Los docentes pueden fomentar conversaciones sobre textos, leer y escribir juntos, y participar en juegos de lenguaje para que los niños comprendan el propósito de la escritura y la lectura.
4. Ofrecer feedback positivo
Los docentes deben proporcionar retroalimentación positiva a los niños sobre sus intentos de escritura. Esto les ayuda a mantener la motivación y la confianza en sí mismos mientras avanzan en su desarrollo.
¿Es la Escalera de la etapa presilábica un modelo universal?
La Escalera de la etapa presilábica es una herramienta que se ha aplicado en diferentes contextos culturales y lingüísticos. Sin embargo, es importante recordar que el desarrollo de la lectoescritura puede variar significativamente entre niños, incluso en un mismo entorno. Por lo tanto, los docentes y padres deben adaptar su apoyo según las necesidades individuales de cada niño para garantizar un desarrollo óptimo en el proceso de lectoescritura.
La Escalera de la etapa presilábica es una guía valiosa que ayuda a los docentes a entender y apoyar el desarrollo de la lectoescritura en los niños de manera personalizada, permitiendo que cada uno avance a su propio ritmo en este emocionante viaje hacia la alfabetización.
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF
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