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Begoña Ibarrola: Aplicar la inteligencia emocional previene el ‘bullying’ y el consumo de drogas

Begoña Ibarrola (Bilbao, 1954) siempre ha estado cuidando de los más pequeños. Primero como terapeuta infantil durante quince años, tras su licenciatura en psicología (UCM,1977), más tarde escribiendo para ellos un extenso catálogo de cuentos en los que les muestra el camino de las emociones como recurso para la vida.
Además de sus cualidades como escritora, Begoña es una consagrada divulgadora y docente en temas como la educación emocional, la neuroeducación, las inteligencias múltiples o la musicoterapia, profesión esta última en la que fue pionera en España.

Ibarrola sostiene que en centros donde se aplica la «Inteligencia Emocional» no hay problemas de conducta y mejoran las notas. Previene el bullying, la depresión y mejora los valores en alumnos. También hay efectos como la disminución del consumo drogas o tendencias suicidas.

Compartimos con fines educativos la entrevista de Begoña Ibarrola realizada por Saioa Echeazarra para El CORREO de Bilbao (España).

Una clase aburrida es lo que más obstaculiza al alumno

Psicóloga de referencia en el ámbito educativo, Begoña Ibarrola (Bilbao, 1954) es musicoterapeuta, experta en inteligencia emocional y formadora de docentes así como autora de ‘Cuentos para educar a niños felices’, entre otras publicaciones. Hoy diserta en Vitoria sobre el ‘Aprendizaje emocionante: ayuda a tus hijos a aprender mejor’, una charla de la Fundación Nuevas Claves-NClic programada en Villa Suso a las 18.00 horas y con entrada gratuita (hay que inscribirse en www.nclic.com).

¿Qué es la educación emocional?

Es utilizar emociones en favor del aprendizaje. Trata de ofrecer al alumnado herramientas de gestión emocional, que le ayuden a conocer su mundo emocional o a comprender las emociones de los demás. La empatía, la capacidad de escucha o el trabajo en equipo les ayuda a convivir de manera más sana.

¿Qué emociones mejoran el aprendizaje en clase?

Los estados emocionales más favorables empiezan con la curiosidad, con una motivación. Es muy importante que las emociones estén relacionadas con la satisfacción y la confianza en uno mismo, que el alumno se dé cuenta de que es capaz. También funciona llamar la atención, sorprender. Todo lo que nos sorprende capta nuestra atención.

Por contra, ¿qué estados de ánimo perjudican más?

El aburrimiento en las aulas, una clase aburrida, es el estado que menos favorece el aprendizaje de un alumno o lo que más lo obstaculiza. En cambio, cuando hay asombro, interés o sorpresa, las emociones positivas se ponen a favor. Las emociones negativas influyen de forma negativa al aprender: también el miedo, recurso que se ha utilizado en la enseñanza. La neurociencia demuestra que un estado de ansiedad excesivamente alto puede bloquear al alumno. Sabe que lo sabe, pero no puede acceder a su memoria porque se bloquea. Y la envidia es perjudicial, estar pendiente de que voy a dar rendimientos inferiores, en continua alerta, eso potencia que fijes la atención en otra persona. El enfado y la ira descontrolada también obstaculizan. Hace que una persona entre en un bucle de pensamientos de indignación que le impiden aprender. Cuando estamos enfadados, no pensamos bien.

¿Con qué ejercicios se puede motivar a los niños?

Con el método socrático, formulando preguntas que sean como anzuelos, que les hagan buscar información. ‘¿Quién es capaz de describir tal cosa?’ ‘¿A quién se le ocurre cómo podemos arreglar este problema?’ Hay que incitar a explorar. En la búsqueda de esa respuesta, el aprendiz puede aprender cosas que van más allá de la propia respuesta. Esa es la clave del aprendizaje. Una vez que la llama está prendida, ya no se apaga nunca. Es importante que el profesorado domine estos conocimientos.

Mejores notas
¿En qué medida se aplica la educación emocional en la enseñanza vasca?

En España en general, excepto en algunas comunidades, sólo se aplica en determinados centros. Castilla-La Mancha es la única que evalúa la competencia emocional. Pero esto debería ser abordado de forma transversal en todas las asignaturas.

¿Mejora las notas?

Tras la aplicación de programas de inteligencia emocional mejoran los rendimientos académicos en un 40%. Mejorando las estrategias emocionales la mente se puede concentrar y no hay elementos que distraigan al alumno. Pero cuando hay un problema emocional no se centra las notas bajan muchísimo.

¿Hay investigaciones que constatan sus beneficios?

Sí, las de Goleman o la Universidad de Málaga. En centros donde se aplica no hay problemas de conducta y mejoran las notas. Previene el bullying, la depresión y mejora los valores en alumnos. También hay efectos como la disminución del consumo drogas o tendencias suicidas. La pena es que esa investigación no se ha concretado en medidas.

Este contenido ha sido publicado originalmente por El Correo en la siguiente dirección: elcorreo.com



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