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Hojas para control de lectura I – II

Para conseguir alcanzar una adecuada velocidad lectura hay que partir de unas premisas básicas. En primer lugar, lo más importante es leer y leer, cuanto más y más variado mejor; sólo de este modo, con la práctica, se obtiene un buen hábito que permita leer de forma rápida y eficaz. Asimismo, la lectura continuada permite ampliar de manera significativa el vocabulario, imprescindible para que la velocidad de lectura sea mayor. Por otra parte, la concentración juega un papel fundamental en el ritmo de lectura, por eso, hay que intentar leer siempre en un entorno sin distracciones en el que el lector pueda concentrarse fácilmente.

Aquí te presentamos cinco consejos para una lectura rápida sin sacrificar tu comprensión:

1. Relájate

Busca un lugar adecuado para tu lectura. Necesitas comodidad, aunque no demasiada, pues también es necesaria buena postura y buena iluminación. Sentarte frente a un escritorio es una excelente opción, siempre y cuando el escritorio esté limpio y ordenado. Con esto evitarás distracciones.

2. No leas en voz alta

Tampoco susurres. Es más, no muevas los labios. Muchas personas creen que leer en voz alta sirve para mejorar la concentración, pero esto depende mucho más de un buen entorno. Cuando lees en voz alta, en realidad lo que estás haciendo es repetir lo que ya has leído. Así que mejor aprende a escuchar a tu yo interior y deja la lectura en voz alta para cuando leas para alguien más.

3. Persigue las palabras

Puedes utilizar un lápiz o un palillo para guiar tu lectura. El objetivo es que tus ojos ‘alcancen’ las palabras que vas señalando. Este simple ejercicio aumentará considerablemente tu velocidad al leer. Practica mucho y lleva a tus ojos al límite. Intenta ir cada vez más rápido y descubre el punto máximo en el que no sacrificas la retención de las palabras. Seguro te sorprenderás.

4. Agrupa las palabras

Con esta técnica darás pequeños saltos de un grupo de palabras a otro. Comienza dividiendo oraciones en grupos de tres o cuatro palabras y, con algo de práctica, en poco tiempo podrías estar leyendo renglones completos con solo fijar la mirada brevemente. Para practicar, puedes utilizar un plumón para dividir las oraciones.

5. Nunca te regreses

¿Cuántas veces regresamos algunos renglones más arriba o incluso volvemos a la página anterior porque no comprendimos algo importante? Esto es, en realidad, un error de lectura. Aprende a confiar en tus ojos y en ti mismo y te sorprenderás de tu capacidad de comprender mucho más de lo que crees. Así que ya lo sabes: nunca, nunca, nunca regreses la vista. Con este simple ejercicio enseñarás a tu cerebro para que comprenda todo lo que vas leyendo.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Orientación Andújar en la siguiente dirección: orientacionandujar.es

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HOJAS PARA CONTROL DE LECTURA



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