Maestros al servicio de la educación

¿Cómo son los estudiantes que ayudan en la tarea docente?

La participación activa de los estudiantes en clase es recomendable y tiene múltiples beneficios. La razón y fundamento de una sesión de aprendizaje, es lograr que, con los nuevos conocimientos, nuestros alumnos(as), lleguen a ser capaces de aprender a aprender, porque “… enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción” (Paulo Freire).
Un estudiante motivado aporta a la dinámica de clase y contribuye al proceso de aprendizaje, al tiempo que trabaja en el desarrollo de su persona, ayudando a superar la timidez con los compañeros, por ejemplo (cf Universia.net); estos alumnos, cuando comienzan algo que les entusiasma, desean alcanzar la meta de concluirlo no por una recompensa, sino por la satisfacción el haberlo hecho.

Sabemos que los profesores “son quienes toman todas las decisiones sobre el aprendizaje de los estudiantes. Ellos deciden los contenidos, la manera de aprender, el ritmo y las condiciones en que aprenderán” (Idem), sin embargo, en no pocas oportunidades, no parece importante que el profesor sepa intuir y descubrir los estudiantes que cooperan para conseguir los objetivos de las clases.

«Lo que sucede es que el foco está puesto en el maestro y no en el alumno, que es el que verdaderamente importa», afirma Tracy Tokuhama Espinosa, profesora de Educación y Neuropsicología, y nos recuerda que «los profesores que uno nunca olvida son aquellos que alguna vez nos hicieron sentir que teníamos un gran potencial», dos expertas razones para reconocer que es importante la preparación de profesores para saber descubrir, gestionar (y no manipular), la importante asistencia de aquellos estudiantes, que facilitan las sesiones de aprendizaje y puedan apoyar nuestra labor en el aula, en un recurso que algunos llaman “aprendizaje colaborativo” (que es más que un trabajo en equipo).

Aquí enumeramos algunas características, que nos permitirán observar, descubrir, reconocer y aprovechar, a los estudiantes que facilitan nuestra tarea docente:

1. SON EMPÁTICOS:

Son capaces de ponerse en la piel de otros y sentir sus emociones, quieren que otras personas se sientan bien pues es lo que han aprendido que hacen los seres humanos.

2. NO TOLERAN EL ABUSO:

Reconocen los comportamientos abusivos y agresivos de otras personas, no aceptarán amenazas y saben responder a un adulto impertinente o grosero con seguridad y sin faltar al respeto.

3. SE MUESTRAN COMO SON REALMENTE:

No temen mostrase con sinceridad y saben acoger las diferencias de los demás con respeto. Se fijan en sus habilidades, logros y capacidades y fomentan esas cualidades positivas.

4. DISFRUTAN EL INSTANTE:

Tratan de tener un buen equilibrio interior (según su edad), son capaces de disfrutar de momentos de todo tipo, sin dejarse vencer por las dificultades, enseñan que saben ser felices. Apoyan a sus compañeros en los momentos difíciles.

5. SE SIENTEN VALIOSOS POR SER QUIENES SON:

Están preparados para mantener sus opiniones sin sentirse intimidados por alguien, no son agresivos para defender su postura u opinión.

6. SABEN ACEPTAR SUS LÍMITES:

saben que el equivocarse, fallar o cometer un error no es para culparse, ni avergonzarse, y menos ocultarse por no ser perfectos en todo; sino que analizan sus límites e intentan superar ese momento, si está dentro de sus posibilidades o piden ayuda.

Estas, entre otras cualidades, nos pueden indicar los estudiantes que facilitan las sesiones de aprendizaje; sin embargo, el abanico de cualidades de estos estudiantes y las posibilidades de descubrirlos, puede más ser grande. De entre ellos siempre será bueno elegir y contar con algunos de ellos, como aliados y singulares colaboradores, que sólo necesitan ser tocados con la palabra de motivación, que despierte su deseo de colaborar, para conseguir los objetivos de nuestro proceso de enseñanza – aprendizaje. Y serán felices de sentirse tenidos en cuenta.

Ojalá no nos quedemos (preocupados sólo) en cómo solucionar los problemas de los estudiantes “difíciles”, y favorezcamos el desarrollo de las cualidades y habilidades de los estudiantes que facilitan nuestras sesiones de aprendizaje, porque los maestros, (tomando una frase de Rabindranath Tagore) “cruzamos el infinito a cada paso; nos encontramos con la eternidad en cada segundo”, y recordemos siempre que: «el que se atreve a enseñar siempre debe estar abierto a aprender».

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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