PARA LEER, ENTENDER Y ESCRIBIR CORRECTAMENTE EL IDIOMA ESPAÑOL: LAÍSMO, LEÍSMO Y LOÍSMO

Como profesores (y padres de familia) es una necesidad el tener una buena ortografía, porque influye de manera positiva en la imagen profesional. De nada sirve que sepamos expresarnos o comunicarnos de forma excelente si a la hora de escribir cometemos errores. La buena ortografía demuestra el nivel de nuestro orden mental y seguridad, ya que a través de la escritura se ve como estructuramos un texto, si tenemos ideas claras o si estamos divagando.

Estas características también se aplican y se asocian en los diferentes ámbitos de la vida y en todas las profesiones. Fernando Lázaro Carreter (1923 – 2004) filólogo y profesor español que desempeñó el cargo de Director de la Real Academia Española, nos dijo que “El lenguaje nos ayuda a capturar el mundo, y cuanto menos lenguaje tengamos, menos mundo capturamos. O más deficientemente. Una mayor capacidad expresiva supone una mayor capacidad de comprensión de las cosas” (2001).

Los pronombres le, la, lo y sus correspondientes plurales son motivo de dudas y no es raro que se usen impropiamente en lo que se conoce como leísmo, laísmo y loísmo, respectivamente.

“¿De dónde ha salido el leísmo? La pareja lo /la y el soltero de oro le (con sus respectivos plurales) son pronombres, y como tales sirven para sustituir a elementos que hemos dicho o vamos a decir en una frase.

Por ejemplo, si tenemos los enunciados:

A mi hermano lo veo y A mi hermano le escribo, los pronombres lo y le, ambos completamente correctos, están reemplazando a mi hermano. Pero ¿por qué en un caso mi hermano es lo y en otro le? Ello depende del papel sintáctico, o sea, de la función que “mi hermano” representa en la frase. En veo a mi hermano, es un complemento directo (en latín lo llamarían acusativo) y en escribo a mi hermano es indirecto (en latín, dativo). Estamos ante un mismo elemento que juega distintos papeles, como cuando un futbolista juega a veces de defensa y a veces de centrocampista”. ERES LEÍSTA… Y NO LO SABES.

QUÉ ES EL LEÍSMO, LOÍSMO Y LAÍSMO (5´ 27”)

USO DE LOS PRONOMBRES LO(S), LA(S), LE(S).

“Para usar adecuadamente los pronombres átonos de 3.ª persona lo(s), la(s), le(s) según la norma culta del español general, debe tenerse en cuenta, en primer lugar, la función sintáctica que desempeña el pronombre y, en segundo lugar, el género y el número gramatical de la palabra a la que se refiere. En el siguiente cuadro se muestra la distribución de formas y funciones de estos pronombres:

singularplural
3.ª pers.compl. directomasc.lo

(también le, cuando el referente es un hombre)1

los
fem.lalas
neutrolo
 compl. indirectole

(o se ante otro pron. átono)

les

(o se ante otro pron. átono)

  

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“En el Esbozo de una nueva gramática de la lengua española (RAE, 1973) se condena el leísmo referido a cosa, pero se permite el referido a persona masculina singular; el leísmo plural siempre ha sido censurado por la Academia, ya que su baja incidencia desde los textos castellanos más antiguos atestigua que tampoco lo ha sancionado nunca mayoritariamente el uso de los hablantes cultos.

A continuación, se expone de forma sucinta la norma que rige el empleo de estos pronombres:

  • Cuando el pronombre desempeña la función de complemento directo, deben usarse las formas lolospara el masculino (singular y plural, respectivamente) y lalas para el femenino (singular y plural, respectivamente):
  1. ¿Has visto a Juan? Sí, lo vi ayer.
  2. ¿Has visto a Juan y a los niños? Sí, los he visto en el parque.
  3. Compré la medicina y se la di sin que nadie me viera.  
  4. ¿Has recogido a las niñas? Sí, las recogí antes de ir al taller.

[Dada la gran extensión en el uso de los hablantes cultos de ciertas zonas de España de la forma le cuando el referente es un hombre, se admite, únicamente para el masculino singular, el uso de le en función de complemento directo de persona:

¿Has visto a Jorge? Sí, le vi ayer en el parque].

  • Cuando el pronombre desempeña la función de complemento indirecto, deben usarse las formas le,les (singular y plural, respectivamente), con independencia del género de la palabra a la que se refiera el pronombre:
  • Le pedí disculpas a mi madre.
  • Le dije a su hermana que viniera.
  • Les di un regalo a los niños.

A pesar de la aparente simplicidad del sistema, existen casos excepcionales o aparentemente excepcionales dentro de la norma, así como una enorme variedad en cuanto a los usos efectivos en las distintas zonas hispanohablantes. Si se desea información pormenorizada, pueden consultarse los artículos leísmolaísmo y loísmo del Diccionario panhispánico de dudas, así como las entradas dedicadas a verbos que plantean problemas a los hablantes en cuanto a la selección de los pronombres átonos de tercera persona (avisarayudarcurardispararescribirllamarmolestarobedecerpegarsaludar, etc.)”.  USO DE LOS PRONOMBRES LO(S), LA(S), LE(S). LEÍSMO, LAÍSMO, LOÍSMO.

“En general, se usan los pronombres lo y la (y sus plurales) para el complemento directo, y el pronombre le (y les) para el indirecto.

Como resumen diríamos:

  1. La elección entre un pronombre u otro depende en esencia de que funcione como complemento directo (la/lo) o indirecto (le). No depende de que sea persona, animal o cosa.
  2. Lo se emplea como complemento directo, solo para el caso del masculino: «Lo alabaron mucho (a él)», «El códice lo robaron en enero».
  3. La también se emplea para el complemento directo, pero referido al femenino: «La alabaron mucho (a ella)», «La entrega de los premios la efectuó el presidente».
  4. Le se emplea como complemento indirecto, tanto para el masculino como para el femenino: «Le dijeron (a él o a ella) una mentira», «Le extirparon (a él o a ella) el bazo», «Le echó gasolina al automóvil».

Más allá de estas indicaciones básicas, hay que tener presentes las siguientes observaciones.

  1. No obstante, hay zonas en las que le se emplea también como complemento directo cuando se refiere a personas del sexo masculino y en singular. En este caso específico se admite el leísmo, aunque se recomienda el empleo de lo. De este modo, resultan admisibles «Le alabaron mucho (a él)» y «Le vi por la calle (a él)», pero se desaconsejan «Les alabaron mucho (a ellos)», pues no está en singular, y «Le consideraba una mujer decidida», pues se refiere a una mujer.
  2. El leísmo no se considera apropiado referido a animales y cosas, de modo que «Se le desbocó el caballo y no pudo dominarle» debería ser «Se le desbocó el caballo y no pudo dominarlo» y «Se le perdió el reloj y no le encontró» debería ser «Se le perdió el reloj y no lo encontró».
  3. Tampoco lo es referido a nombres femeninos, ya sean de personas, animales o cosas: «Comunicó a la diputada que no podía recibirle» debería ser «Comunicó a la diputada que no podía recibirla» y «Se le perdió la cartera y no le encontró» debería ser «Se le perdió la cartera y no la encontró».
  4. Los verbos usados con los significados que los diccionarios marcan como intransitivos no admiten complemento directo, por lo que en ellos no es posible usar lo/la y será siempre le.
  5. Como regla práctica, en verbos como ver, fotografiar, retratar, tocar, limpiar… se emplea lo o la si nos referimos a la persona, pero le si además aludimos a una parte de su cuerpo (o algo que posee) en función de complemento directo: «Lo vi por la calle» frente a «Le vi la mano», «La tocó en la mano» (en la mano es complemento de lugar) frente a «Le tocó la mano».

Por otra parte, la regla que se basa en preguntar «¿a quién?», que se ve en ocasiones en las gramáticas elementales, no sirve para determinar si un complemento es directo o indirecto, sino tan solo si es de persona. Por ello, no debería usarse, pues es fuente de leísmos, como tampoco «¿para quiénes?», que no siempre funciona”. LEÍSMO, LAÍSMO Y LOÍSMO, CLAVES.

“Aunque el leísmo se ha documentado como un fenómeno que se ha propagado en España, también se ha documentado y estudiado en Hispanomérica aparte de casos de contacto con otras lenguas.[¿dónde?] Un factor que influye en la inclusión del dativo o acusativo es el tipo de verbo. Con verbos de percepción como “oír” y “ver,” el dativo se usa como objeto directo en América Central, Perú, Chile y Argentina. ​ Otros verbos que tienen una alternancia entre el dativo y el acusativo son: aconsejar, avisar, enseñar, obedecer, picar, y temer. La alternancia con estos verbos ocurre especialmente en Perú, Chile, Argentina y Uruguay. El tipo y la frecuencia del verbo pueden influir en el tipo de pronombre que se usa. Aunque muchos estudios sobre el leísmo se centran en varias regiones de España, se ha identificado como un fenómeno en América con factores que influyen en su frecuencia y uso”. EL LEÍSMO EN AMÉRICA.

“La corrección automática de ortografía, como la mayoría sabe, algunas veces corrige nuestros errores sustituyendo la palabra que queríamos originalmente por otra de distinto significado. Si el texto no es revisado posteriormente, el error creado por la computadora pasará desapercibido” (Anne Trubek).

REEDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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