La cercanía o el simple anuncio de un futuro examen, sobre todo durante la vida escolar, estimula reacciones diversas, que llegan a provocar pesadillas o sueños recurrentes. En algunos se desencadena un estado de nerviosismo, estrés, y sentimientos de horror, con la sola idea de tener que presentarse a un examen para el que (creen) no se han preparado del todo bien. Pero felizmente o “por suerte, te despiertas, …”. Y a pesar de las inquietudes o alteraciones emocionales que causan los exámenes, Simon Goldhill [Director de Estudios Clásicos en King’s College de Londres], opina que las pruebas académicas «son una buena prueba de tu habilidad para procesar y empaquetar una gran cantidad de información de una manera eficiente e ingeniosa. […], sin embargo, «te dicen muy poco de tu capacidad como profesional.
Y todos sabemos que los mejores alumnos no necesariamente obtienen los mejores resultados en los exámenes«. Y quizá solo sirven “para prepararte para muchas cosas en la vida: si te va muy bien en los exámenes, te puede ir bien en otras cosas». Un corto, pero interesante recorrido histórico de los exámenes, de la académica Mary Beard, lo puede encontrar en este enlace: ¿A QUIÉN SE LE OCURRIÓ INVENTAR LOS EXÁMENES QUE NOS ATORMENTAN POR EL RESTO DE NUESTRAS VIDAS?
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Eva Ontiveros, redactora de BBC MUNDO, nos ofrece algunos consejos o sugerencias recopilados de destacados psicólogos, neurocientíficos, nutricionistas, profesores universitarios, maestros, estudiantes, y profesionales de la educación, con el fin de ayudarnos (y ayudar a nuestros estudiantes) a mantenernos en forma cognitivamente, mejorar el aprendizaje, y encontrar o recordar estrategias para optimar la memoria, los niveles de concentración e incluso tu estado de ánimo, en tiempos de exámenes.
Recordemos que la tarea de los educadores es «despertar el placer de la expresión creativa y el conocimiento» (Albert Einstein); no dar fórmulas o recetas que cierran las puertas del razonamiento crítico, del uso de la libertad y el asumir la corresponsabilidad de nuestra educación. Con esta premisa compartimos estos doce consejos o sugerencias:
1. DESAYUNO Y ALIMENTOS PARA EL CEREBRO
Nuestros cuerpos necesitan energía para funcionar correctamente, y la capacidad del cerebro para concentrarse proviene de un suministro adecuado y constante de energía en forma de glucosa. Las investigaciones muestran que los estudiantes que desayunan obtienen mejores resultados en los exámenes porque les resulta más fácil concentrarse y recordar información.
2. EMPIEZA ANTES
Comienza a estudiar mucho antes de la fecha del examen. Esto ayudará a que te sientas más tranquilo y es menos probable que termines abrumado. Además, intenta estudiar por la mañana, cuando tu cerebro está descansado y fresco. Evita dejar la mayor parte del repaso por la tarde, cuando existe la posibilidad de que estés más cansado. Establece una rutina.
3. ESTABLECE EN QUÉ NECESITAS ENFOCARTE
Diferentes tipos de exámenes requieren distintos enfoques, es conveniente saber el formato del examen y sabremos cuánto del programa de estudios necesitamos revisar. Debemos saber si nos conviene centrarnos en algún contenido y estudiarlo en mayor profundidad, o una comprensión más amplia si las preguntas serán de opción múltiple.
4. PLANIFICA
Nos ahorrará mucho tiemplo el planificar un horario, y mejor si confeccionamos un calendario lo más detallado posible, incluidos los documentos o notas relevantes que debemos revisar. Además, no olvidemos tener en cuenta el tiempo para socializar, hacer ejercicio y cualquier otro descanso. Y sobre todo tener la voluntad de cumplirlo.
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5. EL «ESPACIO» PUEDE SER TU MEJOR ALIADO
“Es mucho mejor tener sesiones de estudio de una hora durante 10 días, que estudiar un tema durante 10 horas en un día”. Esta estrategia fue calificada como «una de las más sólidas en toda la historia de la investigación experimental sobre aprendizaje y memoria», pero no olvidemos lo que funciona bien para un examen puede no ser el mejor método para otro.
Otras técnicas incluyen el uso de tarjetas de memoria, creación de mapas mentales, trabajo en grupo o incluso grabarse a sí mismo hablando y reproduciéndolo. Y dicen algunos expertos que los resaltadores no hacen mucho para aprender más y mejor.
6. AUTOEVALÚATE
Esta podría ser una de las formas más efectivas de mejorar nuestra capacidad para recordar información. Facilita no solo entender un concepto y memorizarlo, sino que también nos da una oportunidad de verificar cualquier falla en nuestro conocimiento, poniéndonos una prueba al final de una sesión de estudio.
7. CONVERTIRSE EN MAESTRO
Convertirse en maestro es una técnica que te permite decirte: ¡Ve y enseña el contenido a otra persona! Para enseñar a otra persona se requiere aprender y organizar los conocimientos de manera clara y estructurada. Y además estimula tu memoria.
8. SÉ INTELIGENTE Y GUARDA ESE TELÉFONO
Dicen los especialistas que los estudiantes que pasan más tiempo con sus teléfonos inteligentes, tienen más bajas calificaciones. Las redes sociales y las aplicaciones de chat distraen u obsesionan por «miedo a perderse algo». Es necesario dejar el “smartphone” fuera de nuestra vista, pues solo con ver el teléfono cerca, es suficiente para romper nuestra capacidad de concentración.
9. MENOS MÚSICA, MÁS SILENCIO
Busquemos estudiar en un ambiente tranquilo, pues según los especialistas ayuda a recordar mejor que aquellos que repasan mientras escuchan música. Y hay que tener en cuenta que los introvertidos, son más propensos a distraerse con la música de fondo que los extrovertidos.
10. PAUSAS REGULARES, AIRE FRESCO Y EJERCICIO
No se debe estudiar de corrido (como se dijo antes) es bueno tomar descansos entre las sesiones de estudio, porque le da al cerebro una mejor oportunidad de asimilar lo que acaba de trabajar en la memoria. La Naturaleza, el aire fresco y el ejercicio regular ayuda a reducir la ansiedad y promueve la autoestima.
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11. DUERME
No caigamos en la tentación de quedarnos toda la noche despiertos. Tengamos cuidado con el perfeccionismo, ya que podría interferir el necesario descanso. Algunas veces, estudiar por la noche es inevitable, pero tratemos de mantener estos casos al mínimo. Seamos constantes con las horas de ir a dormir y mantenernos alejados de las pantallas durante la noche.
12. TRANQUILO Y POSITIVO
Recordemos que estamos mejor equipados que cualquier generación anterior de estudiantes sobre cómo mejorar nuestra memoria, estado de ánimo y concentración. Mantengamos siempre la calma y seamos positivos durante todo el proceso de estudio, por más que hayamos tenido un mal día, no permitamos que esos momentos afecten la forma en que estudiamos.
La autora de nuestra fuente ha considerado la palabra «éxit»o, en su publicación; pero quisiéramos tener el atrevimiento de agregar que no hay “recetas para el éxito”. Esperamos que cada uno, según su conocimiento y valoración personal, tome, descarte o mejore estas sugerencias, puede ser que le sean útiles.
Comparta con otras personas esta información, que los puntos de vista nos hacen ver ángulos o perspectivas que ayudan mucho a la hora de tomar decisiones. Y, sobre todo, por favor, sírvase leer la información completa aquí: CÓMO PREPARAR UN EXAMEN: ESTOS SON LOS MEJORES CONSEJOS PARA TENER ÉXITO.
“Es posible recuperarse de una derrota, pero cuesta más perdonarse a uno mismo por no haberlo intentado” (George Edward Woodberry).