El día de homenaje a la madre, a su maternidad física y espiritual, a su singular tarea y su presencia en la vida de todos los seres humanos, lo celebraban los griegos en honor “a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. Posteriormente los romanos llamaron a esta celebración Hilaria el 15 de marzo en el templo de Cibeles y durante tres días se realizaban ofrendas”. Hoy en fechas elegidas son diversas, pero siguen reconociendo el don de la maternidad de la mujer. Las celebraciones en el mundo, entre otras fechas son: el segundo domingo de febrero, cuarto domingo de cuaresma, el Día Internacional de la Mujer (08/03), el Día de la primavera (21/03), 15 de agosto, 08 de diciembre, primer domingo de mayo, 10, 14, 15, 26, de mayo, 27, 30, segundo y último domingo de mayo, entre otras. (cf Wikipedia)
Una bonita anécdota de la maestra del pueblo, en la serie de La Familia Ingalls o La casa de la pradera:
MAMÁ, LA MAESTRA DE ESCUELA (08´33”)
Desde la comunidad educativa digital de la Web del Maestro CMF, queremos agradecer, en este tiempo tan único, inesperado, agitado y desafiante que estamos viviendo, con la esperanza que pronto se logre controlar el contagio y se descubra la curación contra el Covid 19, con unos sencillos versos inspirados en el corazón, el alma y la pluma de poetas y escritores, que comprenderán y nos perdonarán el habernos tomado la libertad de elegir algunas “partes” de su inspiración y haberlas colocado el trascurrir de nuestra existencia.
Artículo relacionado: GRACIAS A NUESTRAS MADRES Y MAESTRAS
No queremos olvidar el camino de regreso (como diría Joan Manuel Serrat), de agradecer a nuestras madres, a las madres que nos animaron y apoyaron cuando le dijimos que nos gustaría ser profesores, a las madres de nuestros amigos que siempre tuvieron algún detalle, a las madres que nos enseñaron (y se acercaron) en el aula, en la escuela, en el institutito, en la universidad, como si fueran nuestras madres. Y a todas aquellas que sin haber engendrado físicamente, sienten y se emocionan con sus estudiantes al verlos crecer, alegrase de sus logros, afligirse y estar cercanas en sus desilusiones y sentir siempre: “gracias maestra”, porque como todas las mujeres, “se orientan mejor con menos luces». (cf Gabriel García Márquez). Y -como dice Fernando Savater, “el agradecimiento es una virtud que puede crecer en el encierro«.
Gracias a las madres y profesoras que hoy, haciendo sacrificios (que pocos ven), atienden a su familia y a sus estudiantes a tiempo completo y sin horarios, exigidas por la experiencia de la Educación a Distancia. Valoramos y apreciamos su generosidad, desinterés, nobleza, amor…, que, como madres, saben que el sacrificio no tiene límites, y que sus estudiantes saben que siempre estarán allí cuando la llamen.
Compartimos con Ustedes nuestro deseo de agradecer a las mujeres que optaron por la dignidad de ser madres, sabiendo que “sólo pierde la vida su sentido cuando el amor se olvida” (Miguel de Unamuno).
Pensando en cómo agradecer, y decirles cuánto las amamos a las madres y maestras, hemos escogido algunos fragmentos poéticos, por medio de los cuales queremos destacar nuestra gratitud a las mujeres que aparte de cumplir sus tareas en el hogar con sus hijos, se sienten vocacionalmente llamadas a educar a los hijos de sus vecinos, de su pueblo, de su patria, … de los demás, en un aula.
Me preguntaba qué es la madre.
… unta el perfume de todas las flores;
y el arrullo de todas las olas;
la firmeza de todas las montañas;
y la inquietud de todos los ríos;
la frescura de todos los valles;
y la mirada de todas las estrellas;
la caricia de todas las brisas;
y el beso de todos los labios.
Todo guardado por Dios en un corazón de mujer. (Julia Romero Losada)
¿De dónde he venido?
¿De dónde me tomaste?”
Esto preguntó el niño a la madre.
Ella respondió, un poco llorando, un poco riendo,
y apretando a su hijo contra el pecho: […]
“Tu ternura floreció en mi juvenil esencia,
como un resplandor en el cielo, como un amanecer. […]
Has flotado por la corriente de la vida del mundo
y finalmente te quedaste en mi corazón.
Contemplo tu rostro y el misterio me invade;
tú que a todos perteneces ahora eres mío.
Y por miedo a perderte te abrazo contra mi pecho.
¿Qué magia ha atrapado el tesoro del mundo en estas manos mías? (Rabindranath Tagore)
No las grandes verdades yo te pregunto,
que no las contestarías;
solamente investigo
sí, cuando me gestaste, fue la luna testigo,
por los oscuros patios en flor, paseándose.
Y sí, cuando en tu seno de fervores latinos,
yo escuchando dormía, un ronco mar sonoro
te adormeció las noches,
y miraste en el oro del crepúsculo, hundirse los pájaros marinos.
Porque mi alma es toda fantástica, viajera
y la envuelve una nube de locura ligera … (Alfonsina Storni)
Las manos de mi madre
me representan un cielo abierto …
lo cotidiano se vuelve mágico …
me representan un cielo abierto…
Ellas se brindan cálidas
nobles, sinceras, limpias de todo. (Mercedes Sosa)
Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y que lindo niño veo
a tus ojos asomar… (Gabriel Mistral).
Madre para golpes, torceduras y raspones
mi mejor taller de reparaciones
y hoy hojeando el libro de mi vida
encuentro en cada renglón, letra de mi madre
escribiendo mi futuro entre enmiendas y tachones
pero con fe y buenas intenciones
Gracias Mamá…
por dejarme ser
fruto de tu árbol de amor. (Kerwin Méndez)
Yo lo sé, yo lo sé, porque mis ojos,
no han conocido estrellas más suntuosas,
ni mañanas más claras,
ni flores más augustas, …
como las que aprendí desde tu cuerpo a mirar a través de tu mirada. (Aquiles Nazoa)
Y hoy que, siguiendo mi escarpada vía,
espesas sombras hallo por doquiera,
la luz de tu mirada placentera
ilumina mi senda todavía. (Rafael Escobar Roa)
Un beso de luna, me espera en los valles,
mi rancho, mi madre, todo mi sentir. (Jorge Cafrune)
¿Para qué sirvieron las lágrimas santas
de las madres buenas?
Que la madre es lo único cierto
que en la vida podemos gozar. (Federico García Lorca)
¡Las madres, nunca mueren! …
¡La madre, es inmortal! (Vicente Riva Palacio)
Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra como un débil cristal …
Pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor. (Gustavo Adolfo Bécquer)
¿Estás aquí, madre mía? porque no te logro ver …
Estoy aquí, con tu sueño;
duerme, hijo mío, con fe. (Miguel de Unamuno).
Duerma en ti la carne mía,
mi zozobra, mi temblor.
En ti ciérrense mis ojos:
¡duerma en ti mi corazón! (Gabriela Mistral)
Cada madre, a quien le enviamos nuestra gratitud, sabe perfectamente (y lo entiende mejor que nadie) que:
Enseñarás a volar…pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar…pero no soñarán tus sueños.
Enseñarás a vivir…pero no vivirán tu vida.
Enseñarás a cantar…pero no cantarán tu canción.
Enseñarás a pensar…pero no pensarán como tú.
Pero sabrás que cada vez que ellos vuelen, sueñen, vivan, canten y piensen…
¡Estará en ellos la semilla del camino enseñado y aprendido! (Madre Teresa de Calcuta)
Gracias a todas las madres que son las primeras maestras, y más maestras que las maestras de sus hijos, porque siempre completarán y perfeccionarán lo que falta en la escuela, y agradecen lo que la escuela consolida en la formación de sus hijos.
¡GRATITUD Y DESEO DE ETERNA FELICIDAD, MADRE Y MAESTRA!
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF