“Perú es como Brasil en el fútbol”, asegura satisfecho Jaime Ortega, presidente de la Federación Peruana de Ajedrez.
“El rival que se enfrenta a un peruano sabe que lo va a tener muy difícil”.
Un país obsesionado con el fútbol y en el que no clasificarse para el Mundial de Qatar se vivió casi como una tragedia nacional, consiguió en otro campeonato mundial un éxito que avala la afirmación de Ortega.
Fue el Mundial de ajedrez escolar celebrado en Panamá el pasado junio, donde Perú se impuso al resto de naciones participantes.
En un torneo con medio millar de participantes procedentes de 37 países del mundo, Perú lideró con siete medallas, tres de ellas de oro, en las once categorías en disputa.
El resultado confirma la tendencia de los últimos años, en los que ajedrecistas niños y adolescentes han confirmado a su país como potencia a batir en el ajedrez escolar.
Un éxito que contrasta con las carencias de la educación denunciadas durante años por expertos y familias en Perú, que en 2018 ocupó el puesto 64 de 77 países en la prueba PISA que realiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para evaluar las capacidades de los escolares.
¿A qué se debe entonces el éxito del ajedrez escolar peruano?
El gran maestro ruso-peruano
El ajedrez se usa con fines educativos en muchos de los países más avanzados del mundo porque fomenta la capacidad de concentración, analisis y cálculo, y la inteligencia de los estudiantes que lo practican.
En las últimas décadas, muchos colegios peruanos lo han venido convirtiendo en una materia escolar más.
Pero según Jaime Ortega, fue hacia comienzos del siglo XXI cuando la Federación decidió contratar al gran maestro ruso-peruano Georgui Castañeda como entrenador de ajedrecistas infantiles y juveniles. Pasado un tiempo, su labor comenzó a cristalizar en una brillante generación de campeones escolares en Perú.
“Él les enseño las técnicas y el conocimiento acumulado y sistematizado durante años por la escuela rusa y eso posibilitó que surgieran figuras como los hermanos Jorge y Deysi Cori”.
Los hermanos Cori, hoy grandes maestros, la mayor clasificación que concede la Federación Internacional de Ajedrez, fueron campeones mundiales escolares en Singapur en 2009. Otros nombres, como los de Fiorella Contreras o José Eduardo Martínez Alcántara, se sumaron más tarde.
Las estrellas de Panamá
El último Mundial en junio confirmó la hegemonía y satisfizo las expectativas de los responsables del ajedrez peruano. “Habíamos tenido ya campeones escolares, pero nunca antes tantas medallas como en Panamá”.
Una de las estrellas de la cita panameña fue la pequeña Adamaris Machaca, que con sus nueve años recién cumplidos se maneja como pez en el agua en los tableros y asegura disfrutar jugando “a la ofensiva y también en posicional”. Ya puede presumir de ser campeona del mundo.
Se impuso en la categoría sub-9 femenina a duras competidoras como Tselmuun Ider, de Mongolia, y subió a lo más alto del podio. “Fue muy emocionante”, le dijo a BBC Mundo.
Allí para felicitarla estaba Luz, su madre, profesora en un colegio público, que tuvo que pedir un préstamo para costear el viaje a Panamá a ver a su hija triunfar.
“Tuvimos que pedir el dinero y fue un momento bastante crítico para mi familia, pero el logro de Adamaris está ahí y es un orgullo gigante”, contó Luz.
Otra de las campeonas de Panamá fue Kate Azumi Bravo, que se llevó el oro en el sub-15 femenino. Según cuenta, lo suyo es puro gen competitivo. “Empecé a jugar en mi colegio anterior porque quería ganarle a una compañera para ser yo la que representara a mi salón en el torneo escolar”.
Después de eso, un profesor la animó a participar en torneos y así comenzó una carrera en la que el apoyo de su padre, taxista, y su madre, empleada en el kiosko de un colegio, ha sido un pilar imprescindible.
“Mi familia me apoya siempre, económicamente, y animándome a luchar hasta el final”, afirma.
Su próximo reto serán las Olimpiadas de Ajedrez en la ciudad india de Chennai, donde participará como integrante de la selección peruana en la máxima categoría, ya con los adultos. Tal es el ritmo de su talento y progresión.
En el mundo de los mayores extrañará algo. El coste del viaje impedirá que sus padres la acompañen en la cita de la India.
Los retos pendientes
Tanto los padres como los responsables de la Federación señalan que el éxito de los jóvenes hubiera sido imposible sin el apoyo de las familias.
Luz, la madre de Adamaris, lamenta: “Tenemos que cubrir todos los gastos, los viajes, los entrenadores… todo”. Y en lugares alejados de Lima, como el cerro de Cuzco en el que ellas viven, viajar resulta todavía más difícil.
“Para que la niña compita tenemos que hacer un gran esfuerzo económico”.
El otro motor que impulsa el éxito del ajedrez escolar peruano son los colegios que fomentan la práctica competitiva y formativa de este deporte.
Los más destacados son centros privados, el vivero del que han salido la mayoría de pequeños campeones de Perú. Los públicos no han tenido hasta ahora un protagonismo similar.
“Queremos llevar el ajedrez a todos los lugares del país y para eso estamos abiertos también a colaborar con el gobierno”, indica Rodri Cárdenas, portavoz de la Federación.
“Apenas hay apoyo al ajedrez a pesar de que es la disciplina que mas éxitos le ha dado a Perú”, añade.
El próximo Panamericano escolar, que se celebrará en Bolivia en octubre, será una nueva oportunidad para asistir al éxito del ajedrez escolar peruano.
Este contenido ha sido publicado originalmente por BBC News Mundo en la siguiente dirección: bbc.com