¿Cómo retroalimentar con la escalera de Daniel Wilson?

En el mundo educativo, la retroalimentación se erige como un elemento esencial para el desarrollo y el crecimiento de los estudiantes. Es un proceso que va más allá de la mera corrección de errores y aciertos, transformándose en una herramienta poderosa para guiar a los alumnos hacia el logro de sus metas académicas y personales. En este contexto, la «Escalera de la Retroalimentación,» creada por el visionario educador Daniel Wilson, se presenta como un enfoque estratégico que permite a educadores y estudiantes navegar por el proceso de retroalimentación de manera más efectiva y productiva.

En esta escalera, se encuentran los peldaños clave que conforman un diálogo constructivo entre el docente y el estudiante, brindando claridad, valor, reflexión y sugerencias, con el objetivo de impulsar el aprendizaje y el crecimiento continuo. A lo largo de este artículo, exploraremos detenidamente cada uno de los escalones de esta escalera, desglosando su importancia y su contribución al proceso de enseñanza-aprendizaje. Descubriremos cómo esta herramienta no solo enriquece el aprendizaje de los estudiantes, sino que también fortalece la relación entre educadores y aprendices, creando un ambiente propicio para la mejora constante.

El acto de retroalimentación en el proceso de enseñanza aprendizaje se refiere a la valoración del logro alcanzado por el alumno para orientarlo hacia el logro de los aprendizajes esperados y pasa de ser una simple observación respecto a sus aciertos o errores a un proceso de reflexión entre el profesor y el alumno que le permita identificar la o las formas más adecuadas para alcanzar el objetivo deseado.

Enlace relacionado: 15 formas de retroalimentar o dar feedback a los estudiantes

Entonces, ¿Cuál es la mejor forma de  llevarla a cabo?

En el proceso educativo y ahora en  un proceso de educación, la retroalimentación adquiere una importancia relevante, Daniel Wilson, director del proyecto ZERO de la Universidad de Harvard, establece que “El profesor no solo debe buscar las oportunidades para que sus alumnos desarrollen el pensamiento, también debe crearlas y modelarlas”, considerando que la retroalimentación en los estudiantes es fundamental en el sentido que permite generar alternativas específicas para cada estudiante a partir de lo que denomina la escalera de la retroalimentación.

El proyecto Zero es un proyecto de investigación desarrollado en la Universidad de Harvard que se centra en el diseño de investigaciones sobre la naturaleza de la inteligencia, la comprensión, el pensamiento, la creatividad, la ética, y otros aspectos esenciales del aprendizaje humano.

La escalera de la retroalimentación de Daniel Wilson

Existen diferentes herramientas de retroalimentación que pueden utilizarse con los estudiantes.  Una herramienta muy sencilla y efectiva, que ha sido utilizada en el Proyecto Cero en su trabajo con maestros, es la Escalera de la Retroalimentación. Cuando los maestros, estudiantes, y personas en general están ofreciendo y recibiendo retroalimentación, se recomienda que la conversación tenga en cuenta los siguientes pasos: clarificar, valorar, expresar inquietudes y hacer sugerencias.

Clarificar: En este nivel el docente formula preguntas para aclarar ideas o algún aspecto que consideremos que el estudiante no comprendió en su totalidad o lo entendió de una forma distinta, aquí podemos iniciar con preguntas orientadoras cómo: ¿explícame cómo lo hiciste?, ¿Qué dificultades tuviste?, ¿Que aprendiste de este ejercicio?

Valorar: Una vez aclarado el resultado y el proceso para llegar a ese resultado se debe valorar de manera constructiva, apreciar lo que se realizó correctamente  y hacer énfasis en los puntos positivos creando primordialmente un clima de confianza y colaboración.

Expresar inquietudes: En este momento debemos permitir al estudiante que reflexione sobre su propio proceso y orientarlo sobre otras posibles formas de realizarlo, en este punto podemos realizar preguntas orientadoras ¿de qué otra forma crees que podríamos llegar a ese resultado? ¿Cómo podrías explicar o enseñar a alguien más cómo hacerlo? ¿Crees que exista más de una solución o más de un camino para llegar a este resultado?

Hacer sugerencias: En esta etapa podemos hacer recomendaciones al estudiante, procurando realizarlas de manera descriptiva , específica y concreta sobre cómo mejorar, brindando al estudiante consejos y  ejemplos para que los utilice,  sugiriendo por ejemplo agregar más ejemplos o más información, alentarlo para indagar más sobre el tema y buscar otras opiniones o plantear una nueva tarea específica desde otro punto de vista y de acuerdo con lo conversado.

¿Qué debemos considerar en esta retroalimentación?

Una vez consideradas las etapas del proceso de retroalimentación debemos establecer lo que estamos ofreciendo al estudiante, para ello Rebeca Anijovich nos describe la retroalimentación como un proceso formativo y dialógico en el cual la intención es ayudar a que el estudiante desarrolle la capacidad de aprender a aprender y sugiere 5 modos de retroalimentar:

Modos de retroalimentar de Rebeca Anijovich

1. Ofrecer preguntas:  para desarrollar habilidades metacognitivas y despertar la conciencia del estudiante sobre cómo aprende.

2. Detallar el trabajo del estudiante: Adoptar una forma descriptiva y devolver al estudiante en “espejo” lo que realizó

3. Vincularse con el estudiante: Impactar de manera positiva en las emociones del estudiante a través de una buena comunicación.

4. Ofrecer sugerencias: Buscando reducir la brecha entre el estado inicial y los objetivos del aprendizaje.

5. Ofrecer andamiaje: Se refiere a la ayuda y acompañamiento que se le ofrece al estudiante para transitar hacia el logro de los aprendizajes esperados.

El docentes, ¿Cómo debe retroalimentar con la escalera de Daniel Wilson?

La retroalimentación es una parte esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje, y la «Escalera de la Retroalimentación» de Daniel Wilson ofrece un enfoque efectivo para que los docentes brinden retroalimentación de manera constructiva. A continuación, se detalla cómo los docentes pueden aplicar la escalera de Daniel Wilson en su retroalimentación:

Paso 1: Clarificar En esta etapa, los docentes deben hacer preguntas para aclarar las ideas y asegurarse de que el estudiante comprenda completamente el contenido o la tarea. Algunas preguntas orientadoras pueden incluir:

    • «¿Puedes explicarme cómo llegaste a esa respuesta?»
    • «¿Hubo alguna parte que encontraste especialmente desafiante?»
    • «¿Qué has aprendido de este ejercicio?»

El objetivo es identificar cualquier confusión o malentendido que el estudiante pueda tener y abordarlo de manera constructiva.

Paso 2: Valorar Después de aclarar el trabajo del estudiante, es importante valorar lo que se hizo correctamente. Los docentes deben resaltar los aspectos positivos y enfocarse en el refuerzo positivo. Esto crea un ambiente de confianza y colaboración. Algunas formas de valorar podrían ser:

    • «Me impresiona cómo abordaste este problema. Excelente trabajo en la resolución.»
    • «Has demostrado un buen entendimiento de este concepto en particular.»
    • «Tus esfuerzos en este proyecto son notables.»

Paso 3: Expresar Inquietudes En esta fase, los docentes deben permitir que el estudiante reflexione sobre su propio proceso y considerar otras formas de abordar la tarea. Pueden hacer preguntas como:

    • «¿De qué otra manera crees que podríamos llegar a este resultado?»
    • «¿Cómo podrías explicar esto a alguien más?»
    • «¿Crees que existen múltiples soluciones o enfoques para resolver este problema?»

Esta etapa fomenta la reflexión y la apertura a diferentes enfoques y estrategias.

Paso 4: Hacer Sugerencias Finalmente, los docentes pueden ofrecer sugerencias específicas y concretas para mejorar el trabajo del estudiante. Deben ser descriptivos en sus recomendaciones, proporcionando consejos prácticos y ejemplos. Algunas sugerencias podrían incluir:

    • «Podrías agregar más ejemplos para respaldar tu argumento.»
    • «Considera investigar más sobre este tema para obtener una comprensión más profunda.»
    • «¿Has pensado en abordar esta tarea desde otra perspectiva?»

Estas sugerencias están diseñadas para cerrar la brecha entre el desempeño actual del estudiante y los objetivos de aprendizaje deseados.

Conclusión

Todos, como profesores, buscamos un objetivo en común, lograr el aprendizaje de nuestros alumnos  y que dicho aprendizaje se manifieste a través de la modificación de la forma de pensar y en consecuencia de la forma de actuar.

Para lograrlo implementamos diferentes técnicas y estrategias que permitan al alumno transitar de un estado inicial al estado final deseado (aprender) estableciendo en este proceso las etapas en las que habremos de verificar el avance logrado (evaluar).

Y llegado este punto, se requiere valorar lo alcanzado para replantear y ,de ser necesario, reajustar la estrategia, establecida de esta forma, la retroalimentación a los alumnos es de mucha ayuda y genera beneficio no solo al estudiante si no a nosotros mismos y al proceso enseñanza aprendizaje en general.

Fuente

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