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La jerarquía de la competencia: el camino hacia la Maestría

Cuando aprendemos algo nuevo, pasamos por distintas fases hasta alcanzar la maestría. A veces, ni siquiera somos conscientes de lo que desconocemos, mientras que otras veces nos damos cuenta de nuestras limitaciones y trabajamos para superarlas.

Este proceso de aprendizaje se conoce como la Jerarquía de la Competencia, un modelo que describe las cuatro etapas que experimentamos al desarrollar una nueva habilidad.

¿De dónde viene esta teoría?

El concepto fue descrito por primera vez en 1969 por Martin M. Broadwell y más adelante desarrollado por Noel Burch en la organización Gordon Training International. A menudo, se ha atribuido erróneamente a Abraham Maslow, pero este modelo no aparece en sus escritos.

Ahora, exploremos cada una de las cuatro etapas de la competencia y cómo influyen en nuestro proceso de aprendizaje.

Incompetencia inconsciente: no sabemos que no sabemos

En esta primera fase, somos completamente ignorantes de nuestra falta de habilidad. No solo no sabemos cómo hacer algo, sino que ni siquiera somos conscientes de que existe un conocimiento que nos falta.

Ejemplo: Un niño que nunca ha visto una bicicleta no tiene idea de que puede aprender a andar en una.

Consejo: Para salir de esta etapa, es clave exponerse a nuevas experiencias y recibir retroalimentación de otras personas. La curiosidad y la apertura al aprendizaje nos ayudarán a identificar lo que desconocemos.

Incompetencia consciente: sabemos que no sabemos

Aquí es cuando reconocemos nuestra falta de habilidad. Nos damos cuenta de lo difícil que es una tarea y de todo lo que necesitamos aprender para dominarla. Esta etapa puede resultar frustrante, ya que somos conscientes de nuestras limitaciones.

Ejemplo: Un niño intenta andar en bicicleta por primera vez y se da cuenta de que no es tan fácil como pensaba. Se cae varias veces y comprende que necesita mejorar su equilibrio.

Consejo: La clave en esta fase es la paciencia y la práctica constante. Equivocarse es parte del proceso y, en lugar de desanimarnos, debemos verlo como una oportunidad de mejora.

Competencia consciente: sabemos, pero nos cuesta hacerlo

En este punto, ya hemos adquirido la habilidad, pero todavía necesitamos concentrarnos mucho para ejecutarla bien. Aquí es donde la repetición y la práctica juegan un papel fundamental.

Ejemplo: Ahora el niño ya puede montar en bicicleta sin caerse, pero todavía necesita enfocarse mucho para no perder el equilibrio. Cada movimiento requiere esfuerzo y atención.

Consejo: Para avanzar en esta etapa, es útil buscar un mentor o practicar con alguien que ya domine la habilidad. También ayuda dividir el proceso en pequeñas tareas y repetirlas hasta que se vuelvan más naturales.

Competencia inconsciente: hacemos la tarea en automático

Finalmente, llegamos a la maestría. La habilidad se ha vuelto tan natural para nosotros que la realizamos sin pensar demasiado. En esta fase, incluso podemos enseñar a otros cómo hacerlo.

Ejemplo: El niño ahora monta en bicicleta con facilidad, sin pensar en cada movimiento. Puede hacerlo mientras conversa con un amigo o disfruta del paisaje.

Consejo: Aunque hayamos alcanzado esta etapa, nunca debemos dejar de aprender. Siempre hay margen para mejorar, innovar o incluso explorar nuevas habilidades.

Reflexiones:

El aprendizaje es un proceso en constante evolución. No todas las habilidades llegan a la última etapa, pero lo importante es seguir avanzando y no estancarnos en la incompetencia consciente. Ser pacientes y persistentes nos permitirá alcanzar la excelencia.

No te preocupes si al principio algo parece difícil. La clave está en reconocer nuestra falta de habilidad, practicar con dedicación y disfrutar el proceso de aprendizaje.

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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