El Blog de Javier Touron, publicó este artículo en tres partes y que nosotros compartimos con fines únicamente educativos .
El artículo en el que se basa esta entrada se titula “25 Things Successful Educators Do Differently”, es decir, las 25 cosas que los profesores con éxito hacen de modo diferente. Lo dividiré en tres partes para no cansar y hacer más fácil su lectura. Fue publicada por Julie DeNeen y su original puede verse aquí. Los profesores son la clave del sistema educativo, como ya señalé en alguna ocasión, pero la clave olvidada, aunque ahora acaba de presentarse un libro blanco sobre la profesión docente que esperemos ayude a recordar y repensar la importancia del profesor en la educación. Ya recordáis aquella entrada en la que postulaba que se educa más por lo que se es que por lo que se dice, o aquella otra en la que preguntaba si eres un profesor mágico, o la que preguntaba, sencillamente,¿qué clase de profesor eres? Julie DeNe27 C
Echemos ahora un vistazo a algunas características de los profesores que suelen diferenciar a los que tienen éxito de los que no lo tienen. Como siempre lo de las listas es más un recurso de la blogosfera que otra cosa. Antaño habríamos titulado esto como: “algunas reflexiones sobre conductas de los profesores con éxito”. Hoy se tiende al lead atractivo y uno puede caer en la tentación de decir: “Las 25 claves imprescindibles…”. Sea como fuere, y títulos aparte, los 25 puntos que siguen pueden ser adaptados a la conveniencia de cada uno y ser más o menos en la lista, pero a todos nos pueden servir para reflexionar sobre nuestra conducta como profesores. Vamos a por ello.
Los profesores con éxito:
1. Tienen objetivos claros
¿Cómo saber si estás conduciendo por el camino correcto cuando viajas a un lugar nuevo? Utilizas las señales de tráfico y un mapa (aunque hoy en día podría ser SIRI o un GPS). En el mundo de la educación, los objetivos que propones para tus alumnos actúan como señales de tráfico hacia su destino. Tu plan es el mapa. Hacer una previsión no sugiere falta de creatividad en tu plan de estudios, sino más bien, da creatividad al marco en el que se va a desarrollar para tener los logros deseados.
2. Tienen un sentido de su propósito
No podemos tener días épicos y memorables constantemente en nuestro trabajo. A veces la vida es vulgar y tediosa. Los maestros que tienen un sentido claro de sus propósitos y que son capaces de ver el panorama en su conjunto, pueden pasar por encima de los días duros y aburridos porque sus ojos saben mirar a lo lejos.
3. Son capaces de vivir sin recibir un feedbackinmediato
No hay nada peor que sudar preparando una lección sólo para que tus estudiantes salgan de clase, sin ni siquiera una sonrisa o un “Gran trabajo profe!”. Es duro dar el 100% de uno mismo y no ver resultados inmediatos. Los profesores que esperan la gratificación instantánea acabarán quemados y desilusionados. El aprendizaje, las relaciones y la educación son un esfuerzo desordenado, al igual que el crecimiento de un jardín. Se necesita tiempo y un poco de ‘suciedad’ para que crezca.
4. Saben cuándo escuchar a los estudiantes y cuándo hacer caso omiso
Claramente relacionado con lo anterior está el concepto del discernimiento respecto al feedback a los estudiantes. Un profesor que nunca escucha a sus estudiantes acabará equivocándose. Un maestro que siempre los escucha se equivocará. No es tarea sencilla saber cuándo hay que escuchar y adaptarse, y cuando es el momento de decir: “No, vamos a hacerlo de esta manera porque yo soy el profesor y se lo que debemos hacer”.
5. Tienen una actitud positiva
La energía negativa perjudica la creatividad y es un buen caldo de cultivo para el miedo al fracaso. Los buenos maestros tienen un estado de ánimo optimista, una sensación de vitalidad y energía, y ven los reveses momentáneos como necesarios hacia la meta final. La positividad engendra creatividad.
6. Esperan el éxito de sus alumnos
Este concepto es similar para los padres también. Los estudiantes necesitan a alguien que crea en ellos. Necesitan personas más sabias y de más edad que valoren sus capacidades. Es importante poner el listón alto y luego crear un entorno en el que el fracaso sea parte del camino al éxito. Esto motivará a los estudiantes a seguir intentándolo hasta que lleguen a la expectativa que se ha establecido para ellos.
7. Tienen sentido del humor
El humor y el ingenio producen una impresión duradera. Reducen el estrés y la frustración, y dan a la gente la oportunidad de mirar a sus circunstancias desde otro punto de vista. Si nos entrevistáramos con 100 estudiantes y les preguntásemos acerca de su profesor favorito, apuesto a que el 95% de ellos tenían buen humor.
8. Utilizan los elogios de modo inteligente
Los estudiantes necesitan el estímulo, pero estímulo realista. No es bueno alabar su trabajo cuando se sabe que es sólo el 50% de lo que son capaces. No se trata de crear un ambiente donde no hay elogios o reconocimiento al trabajo; lo que se debe es crear un ambiente en el que los elogios son valiosos porque se utilizan de manera inteligente y oportuna.
9. Saben cómo asumir riesgos
“Aquellos que van un poquito más lejos son, precisamente, aquellos que saben lo lejos que se puede ir”. Asumir riesgos es parte de la fórmula del éxito. Tus alumnos necesitan ver que experimentas cosas nuevas en la clase, al tiempo que observan atentamente cómo manejas el error cuando las cosas no salen como preveías. Esto es tan importante como la enseñanza misma que haces.
10. Son consistentes
La consistencia no debe confundirse con la rigidez. La consistencia significa que haces lo que dices que vas a hacer y qué no cambias las reglas del juego dependiendo de tu estado de ánimo, y que tus estudiantes pueden confiar en ti cuando te necesitan. Los profesores que están anclados en sus viejos métodos pueden presumir de ser consistentes, cuando en realidad están enmascarando su testarudez.
11. Son reflexivos
Con objeto de evitar convertirse en un profesor rígido y testarudo, el profesor con éxito dedica tiempo a reflexionar sobre sus métodos, el desarrollo de su enseñanza y el modo en el que conecta con sus alumnos. La reflexión es necesaria para descubrir las debilidades que pueden superarse con un poco de resolución y comprensión de las mismas.
12. Buscan un mentor para sí mismos
Los profesores reflexivos pueden acabar descorazonados si no tienen a alguien un poco más experimentado y más sabio que ellos que pueda ofrecerles apoyo. Nunca debes considerarte demasiado viejo o sabio para tener un mentor. Un mentor es esa voz que te dice: “Sí, tu enfoque es correcto…” o “No, tus reflexiones no son correctas porque…”, y te ofrece una perspectiva diferente.
13. Se comunican con los padres
La colaboración entre padres y profesores es absolutamente esencial para el éxito de los estudiantes. Crea canales de comunicación fluidos para que los padres puedan acceder a tí con sus preocupaciones y que tú puedas hacer lo mismo con ellos. Cuando padres y profesores hacen un frente común hay menos oportunidades de que los alumnos se atasquen en su problemas.
14. Disfrutan con su trabajo
Es fácil descubrir a un profesor que disfruta con lo que hace. Parecen emanar una energía contagiosa. Incluso si explican Cálculo Avanzado, el tema se convierte en algo vivo y dinámico. Si no amas tu trabajo o la materia que explicas, se notará inevitablemente en tu docencia. Intenta descubrir las razones por las que estás desmotivado y con poca inspiración. Puede que no tenga nada que ver con la materia, sino con tus expectativas. Ajustalas un poco y quizá compruebes que tu interés por la enseñanza vuelve a crecer en tí.
15. Se adaptan a las necesidades de los estudiantes
Las clases son como un organismo vivo en constante evolución. Dependiendo del día, de la asistencia y de la fase de la luna, es posible que tengas que cambiar tus planes o tu programa para adaptarte a tus alumnos. A medida que crecen y cambian, tus métodos pueden hacerlo también. Si tu objetivo es promover un currículo o un método, puedes sentir como un insulto personal el tener que cambiarlo. Trata de conectar con tus alumnos y no tendrás problemas para ir cambiando a medida que pasa el tiempo.
16. Dan la bienvenida al cambio en sus clases
Esto se relaciona con lo anterior, pero de un modo ligeramente diferente. ¿Te ha pasado alguna vez que estabas tan aburrido con tu casa o tu dormitorio que decidiste reorganizarlo todo para sentirlo como nuevo? El cambio estimula el cerebro por la novedad y sensación de aventura. Cambia tu clase para que tus alumnos sientan la novedad. La simple reorganización de los pupitres y algunas rutinas pueden infundir nueva vida en medio de un largo año escolar.
17. Emplean tiempo explorando nuevas herramientas
Con el avance de la tecnología, hay nuevos recursos y herramientas que se pueden agregar una gran funcionalidad a las clases y el desarrollo del currículo. No hay duda de que los estudiantes a los que estás enseñando (mucho más jóvenes que tú) con seguridad ya tienen tomado el pulso al uso de la tecnología, pero quizá no un uso educativo. No tengas miedo de empezar a utilizar la tecnología en el aula. A menudo es un área con financiación insuficiente, pero en este mundo y el clima actual, tus estudiantes crecen en un mundo donde la tecnología está en todas partes. Dales una ventaja inicial y utiliza la tecnología en el aula, con un propósito transformador del aprendizaje claro.
18. Ofrecen a sus estudiantes apoyo emocional
Hay momentos en los que los estudiantes necesitan más el apoyo emocional que una lección por informativa que sea. Los profesores que conectan emocionalmente con sus alumnos tienen más probabilidad de que éstos les escuchen y tomen en serio tus consejos. Los estudiantes necesitan mentores tanto como profesores.
19. Se sienten a gusto con lo desconocido
Es difícil enseñar en un entorno en el que no sabes cual será el presupuesto para tu clase, la implicación de los padres de tus alumnos o los resultados del enorme esfuerzo que pones en tu trabajo. Particularmente los profesores que enseñan en los grados superiores se enfrentan con materias que tienen mucho de abstracto y desconocido (p.e. la Física). ¿Cómo te sientes cuando no tienes todas las respuestas? Los buenos profesores son capaces de trabajar confortablemente aunque no tengan todo bien atado.
20. No se sienten amenazados por el apoyo de los padres
Desgraciadamente padres y profesores se sienten amenazados entre sí. Un profesor que es inseguro verá el apoyo de los padres como una amenaza. Si bien es cierto que hay padres que son ‘demasiado’ implicados destacando en todo momento los posibles errores de los profesores, la mayoría de los padres buscan lo mejor para sus hijos. Los profesores con éxito confían en sus habilidades y no se sienten amenazados cuando los padres tratan de exponer sus opiniones sobre las clases. Los buenos profesores saben también que no tienen necesariamente que seguir las recomendaciones de los padres.
21. Hacen las clases divertidas
No seas demasiado serio. Algunos días, ser divertido debería ser el objetivo. Cuando lo estudiantes ven que ‘eres humano’, crecerán en confianza y respeto hacia tí. La diversión y el aprendizaje no son mutuamente exclusivos. El buen humor puede convertir en interesante hasta el más vulgar de los contenidos.
22. Enseñan holísticamente
El aprendizaje no ocurre en el vacío. La depresión, ansiedad o estrés tienen un impacto severo en el proceso educativo. Es crucial que los educadores (y el modelo educativo mismo) tenga en cuanta a la persona de manera global. Ya puedes explicar la lección de Álgebra más divertida e innovadora que si alguno de tus alumnos tiene un problema familiar serio, no le llegará en absoluto.
23. Nunca dejan de aprender
Los buenos profesores encuentran tiempo en su horario para aprender. Esto no sólo les ayuda a reforzar sus conocimientos en una determinada materia, sino que también le pone en la situación de sus estudiantes. Esto le da una perspectiva sobre el proceso de aprendizaje que se puede olvidar fácilmente cuando estás siempre en el modo de enseñanza.
24. Se salen de su zona de confort
Puede ser incluso una zona construida por uno mismo. “Nunca podría hacer eso”. Quizá eres un profesor que se ha dicho a sí mismo, por ejemplo, que nunca se convertiría en un profesor que permitiese a los alumnos que se evaluarán entre sí (quizá hayas tenido una mala experiencia de niño). En muchas ocasiones, el principal obstáculo para nuestro crecimiento personal somo nosotros mismos. ¿Has construido una pequeña muralla alrededor de tus procedimientos de enseñanza? Los buenos profesores saben cuando es el momento de derribarla.
25. Son maestros en su materia
Los buenos maestros tienen que saber su oficio. Además de la metodología de la “enseñanza”, necesitan dominar su área temática. Aprender, aprender, y nunca dejar de aprender. Los educadores con éxito siempre son curiosos. Pues aquí queda este material interesante adaptado de la fuente original que se cita más abajo.
Mucho se podría decir de cada una de estas características que he adaptado de la fuente original, pero quizá sea mejor que cada uno las piense por sí mismo, o las discuta con sus colegas de claustro. ¿No tenéis la sensación que en las sesiones de profesores se habla mucho de los alumnos y poco de profesores? Bueno es una idea.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Javier Tourón en la siguiente dirección: javiertouron.es | Autor: Javier Tourón