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Enseñar a pensar: 9 principios básicos

Esta publicación de INED 21, Portal Web altamente especializado en Educación,  nos dice que este artículo ha sido hecho con la cooperación de José Blas, (autor de las infografía), y ha sido traducido y adaptado del original escrito por Robert Swartz y David Perkins.
Compartimos partes de la publicación del portal INED21, que recomendamos leer completa en el enlace que indicamos al final. Nos hemos permitido extraer algunas partes, intercalar artículos relacionados, poner frases y palabras en negritas, con fines únicamente educativos; seguros que estos conocimientos serán de muy importante apoyo para profundizar los conocimientos previos y mejorar nuestra tarea docente.
Enseñar a pensar: 9 principios básicos

“Como muchos de ustedes sabrán, la figura de Robert Swartz es una de las más relevantes, en la actualidad, en el mundo de la investigación y del desarrollo profesional de la enseñanza-aprendizaje. […] su método persigue «enseñar a pensar»” y cuyas  investigaciones se han formalizado en un método propio, el Thinking Based Learning o TBL.

(Infografía de José Blas)

Por qué, cómo y dónde mejorar el pensamiento 1

“Pensar es una función natural de los seres humanos. No requiere más esfuerzo que el que reclama enseñar a caminar. Sin embargo, a lo largo de la historia, diversas figuras se han dedicado a cultivar el pensamiento, como Sócrates, Aristóteles, Francis Bacon y otros. Entre ellos John Dewey, notable filósofo americano centrado en el campo de la educación, destacó la importancia del aprendizaje razonado”. [… el cómo] mejorar la eficacia de nuestro pensamiento. […] D. Perkins,  considera “que todos los estudiantes pueden aprender a pensar mejor de lo que ya lo hacen, incluso los niños de alta capacidad y aquellos con problemas de aprendizaje, o que muestran un ritmo más lento”.

El profesor José Carlos Ruíz nos habla sobre el desarrollo del pensamiento critico y la ayuda de los “superhéroes”:

José Carlos Ruiz: Yo apuesto por el pensamiento crítico como una inversión de futuro

Principio básico 1
Por qué mejorar el pensamiento: Algunos patrones desafortunados

“Si todo el mundo piensa ¿por qué debemos enseñar a pensar? Como ya hemos indicado, debemos enseñar a pensar porque no todos pensamos tan bien como deberíamos. […] Muchos maestros y profesores notan que sus alumnos no razonan de forma cuidadosa sobre lo que escuchan en las aulas o leen en los libros de texto. En sus trabajos orales o escritos rara vez muestran un pensamiento crítico o creativo sobre los temas que están manejando. Las evaluaciones, como la realizada por la «Evaluación Nacional del Progreso Educativo» (NAEP) y otros programas, respaldan estas impresiones de los profesores.[…] la prueba de un pensamiento poco efectivo suele ser más visible en los demás que en nosotros mismos”,  como se muestra en la infografía2, “que resume los vicios habituales del pensamiento humano en cuatro valores básicos. Se trata de vicios de pensamiento en los que caemos de forma automática a menos que hagamos un esfuerzo consciente por actuar de forma distinta”.

“Apresurado

Llegamos a conclusiones y reaccionamos sin prestar la suficiente reflexión o atención a los estándares de un buen juicio.

Estrecho de miras

Nuestro pensamiento está lleno de prejuicios. A menudo, no consideramos otros puntos de vista, evidencias en contra, escenarios alternativos de referencia y puntos de vista, opciones más imaginativas, etc.

Vago

Nuestras ideas no son claras, diferenciadas o agudas. Todo es bastante confuso.

Enmarañado

Nuestro pensamiento es desorganizado, disperso. No se concreta.

Veamos algunos factores:

Alta recompensa que recibe el pensamiento reflejo y automático frente a un pensamiento más profundo.

Para la mayor parte de actividades de nuestro día a día, las respuestas reflejo son válidas. Hacen el trabajo rápido y nos ahorran tiempo y esfuerzo. […] una respuesta reflejo es apresurada y también tiende a ser de miras estrechas, basada en la convención y la experiencia pasada, en lugar de en la exploración imaginativa e imparcial.

El sensible ego humano.

A menudo, nos encontramos revestidos de un determinado punto de vista o identidad de grupo. […].

La verdadera complejidad del mundo.

Muchas distinciones son sutiles […]  Muchas prioridades son dudosas […]  Otras situaciones son laberínticas […] el pensamiento tiende a volverse vago y enmarañado.

Todo lo anterior supone, por un lado, una buena noticia y , por otro, una mala.

La mala noticia […] se inclina hacia un tipo de pensamiento por debajo del ideal. En muchas ocasiones tiende a generar un pensamiento apresurado, estrecho de miras, vago y enmarañado.

La buena noticia […] trabajar para desarrollar un mejor pensamiento en algo totalmente adecuado y necesario.

Así, en un primer paso, podemos asegurar que mejorar el pensamiento no es algo técnico o académico, [que] consiste en mejorar nuestros procesos diarios de pensamiento.

Conclusión
¿Por qué mejorar nuestro pensamiento?

Porque, por defecto, el pensamiento humano tiende a ser apresurado, estrecho de miras, vago y enmarañado y porque es posible mejorarlo sin necesidad de recursos técnicos  de ningún tipo.

AUTORES: Robert Swartz y David Perkins

Publicación recomendada:

Robert Swartz: Hay que enseñar a pensar más que a memorizar

Notas del editor

  • Traducción y adaptación para INED21: Paulina Bánfalvi Kam @aacclarebelion3 y José Blas García Pérez @jblasgarcia
    1 Este artículo es una adaptación de otro inicialmente publicado en Si la mente importa. Un preámbulo del futuro, Volumen 2, editado por Artur L.Costa, James Bellanca, Robin Fogarty bajo el título The Nine Basics of Teaching Thinking  y firmado por los autores David Perkins y Robert Swartz.
    2 Nota del editor.
  • Citas Bibliográficas
  • ii Perkins, D. N., & Salomon, G. (1988). Teaching for transfer. Educational Leadership, 46 (1), 22-32.
    iii Swartz, R., & Parks, S. (1992). Infusing critical and creative thinking into elementary instruction: A lesson design handbook.
Enseñar a pensar: 9 principios básicos – II
Los organizadores del pensamiento (según D. Perkins y Robert Swartz)

La idea de los 4 vicios de nuestro pensamiento, que vimos en el artículo anterior, apoya el reto que nos hemos propuesto: enseñar a pensar. Para ayudar a los alumnos a contrarrestar estas tendencias es preciso ayudarles a que dediquen más tiempo a pensar, a ampliar sus razonamientos, a clarificarlos con mayor precisión y a organizar de forma sistemática todo el proceso.

¿Cómo?

El impulso natural parece sencillo: proveer a los estudiantes de experiencias que impliquen mejores patrones de pensamiento que los que desarrollan habitualmente. […] proponemos actividades de debate y escritura, […] generar actividades que permitan expandirlas, […] Estas experiencias deben ser aplaudidas, pues es obvio que benefician a los estudiantes. Pero no son suficientes.

Cómo mejorar nuestro pensamiento
Los organizadores del pensamiento

Uno de los  descubrimientos más reveladores en las investigaciones recientes para enseñar a pensar nos dice que la mera experiencia no es suficiente. […] incluso ejercitar de forma repetida un determinado tipo de pensamiento, tampoco es suficiente para ayudar a los estudiantes a mejorar algún tipo particular de pensamiento. [… o su] capacidad para debatir o razonar.

[…] Experimentar mejores prácticas de pensamiento en el entorno del aula no asegura que estos estudiantes transfieran este tipo de pensamiento en otros entornos. […].

¿Qué es lo que falla?

El problema es que […] olvidan un detalle relevante: dar importancia a revisar estas prácticas. [… porque] la experiencia “de pensar” se convierte en “algo que hacemos los viernes en clase de lengua”, pero que nunca sale de ahí. […]  la respuesta a este dilema es el uso de organizadores de pensamiento– también llamados “marcos” del pensamiento.

Los organizadores del pensamiento

Son símbolos verbales o gráficos que nos recuerdan cómo reorganizar nuestro pensamiento, guían el proceso mientras lo realizamos y lo alejan de sus vicios habituales.  […] son bastante comunes, sólo que a menudo no los reconocemos como tales.

Podemos advertir que esta simple estrategia nos ayuda a trabajar en contra de los 4 vicios habituales de nuestro pensamiento.

Primero

Porque el sólo hecho de dibujar y completar una lista de pros y contras garantiza que te estás dando tiempo para pensar.

Segundo

Porque esta lista constituye en sí misma una llamada a un pensamiento más abierto, que tiene en cuenta las dos posiciones de una misma situación. Pone en una columna los pros y en otra los contras.

En tercer lugar

Una lista de pros y contras te fuerza a categorizar conceptos para determinar si juegan a favor o en contra de la decisión. De hecho, a menudo surgen factores que pueden ser tanto una ventaja como una desventaja y necesitas anotarlas a ambos lados de la lista. Todo esto trabaja en contra de un pensamiento vago y aporta claridad sobre cómo hay muchos factores que pueden determinar una toma de decisiones.

Por último

Un listado de pros y contras combate también el pensamiento desorganizado ofreciéndote una visión clara de todos los elementos considerados.

Generalizando, un organizador del pensamiento es una estructura concreta verbal y/o gráfica que guía el pensamiento.

Veamos una pequeña lista de organizadores del pensamiento que son comunes en nuestro día a día:

Los proverbios

Son como un repositorio popular de los organizadores del pensamiento. Por ejemplo, algunos dichos como “mira antes de saltar” o “una puntada a tiempo, ahorra ciento”, trabajan en contra del defecto de pensar de forma apresurada. Frases como “usa tu imaginación”, “examinémoslo de nuevo” o “ponte en los zapatos del otro”, trabajan en contra del vicio de un pensamiento estrecho de miras.

Términos analíticos

Muchas expresiones en diferentes lenguas ayudan a organizar nuestro pensamiento. Por ejemplo, si tú manejas con soltura el “lenguaje de los argumentos” puedes preguntarte a tí mismo… o a otros:

  • ¿Qué es lo que aquí se afirma?
  • ¿Cuáles son las pruebas en las que te basas para hacer esta generalización?
  • ¿Cómo tu primer argumento apoya tu conclusión?
Términos dispositivos

Poco a poco vamos apreciando que un buen pensamiento es algo más que una técnica. Es una cuestión de espíritu, o lo que podemos llamar más técnicamente de “disposición hacia”. Muchos  términos en inglés, y otras lenguas, expresan un compromiso hacia determinados tipos de pensamiento. Alentamos a las personas a ser justos, imparciales, de mente abierta e imaginativos. Estos términos no tienen un contenido analítico, pero están cargados de significado. Por ejemplo, todos los términos mencionados antes abogan en un sentido u otro por un pensamiento amplio de miras frente a uno de mente estrecha.

Estrategias comunes

Algunas estrategias del pensamiento son tan familiares que forman parte ya de nuestra cultura. La “lluvia de ideas” (brainstorming) es un ejemplo claro con su simple regla de “acepta y construye sobre las ideas de otros”. Otra es la lista de pros y contras, que ya hemos mencionado. Y otra, por ejemplo, es el buscar qué razones pueden apoyar una idea, que nos pueda resultar extraña, antes de rechazarla definitivamente.

Organizadores gráficos comunes

Igual que una lista de pros y contras es en sí misma un organizador gráfico común, existen otros más. Veamos dos ejemplos:

Hacer listas: Las personas con frecuencia hacen una lista de pasos o tareas para realizar un plan. La lista te permite volver atrás, y revisar tu plan, ayudándote a evitar un pensamiento vago y desorganizado.

Usar tablas: Es frecuente el uso de tablas con dos o más columnas –por ejemplo para realizar presupuestos o aprovisionamientos– organizados por categorías o tareas y las personas a quien se asigna cada una de ellas. Estas tablas ayudan a clarificar el pensamiento que podría ser inicialmente vago y te ayuda a mantener una organización sistemática, en lugar de perderte en los muchos equilibrios y aspectos a considerar para tomar decisiones sobre algún producto o precio.

[…] enseñar a pensar no implica enseñar absolutamente todos los organizadores del pensamiento, Implica recordar a la gente lo que ya saben, haciéndolo más explícito y rotundo, explorando y enfatizando su importancia.

En resumen
Principio nº 2

Mejorar nuestro pensamiento depende de una mejor organización. Para desarrollarlo necesitamos cultivar de forma explícita el uso de organizadores verbales y gráficos que los estudiantes ya conocen y enseñarles algunos que aún no conozcan.

Notas del editor

Traducción y adaptación para INED21: Paulina Bánfalvi Kam @Yoclin36 y José Blas García Pérez @jblasgarcia.

i Este artículo es una adaptación de otro, inicialmente publicado en Si la mente importa Un preámbulo del futuro, Volumen 2. Editado por Artur L.Costa, James Bellanca, Robin Fogarty bajo el título The Nine Basics of Teaching Thinking  y firmado por  David Perkins y Robert Swartz.

Citas Bibliográficas

ii  Perkins, D. N. (1986). Thinking frames. Educational Leadership, 43(8), 4-10.

Este contenido, que ha sido extraído de la publicación  INED21, la puede usted leer completa en la siguiente dirección: ined21.com



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