“Muchas corrientes pedagógicas defienden que la relación familia-escuela favorece el rendimiento del alumno, su autoestima, la relación padres-hijos y una mejor percepción mutua del colegio y la familia”. […] Sin embargo, las entidades de padres se quejan de que en los últimos años «más bien se nos intenta echar de la escuela» con diferentes cambios normativos” y por otro lado los profesores sufren un cuestionamiento continuo y, a su vez, critican la sobreprotección de los hijos, que en más de una ocasión rompe el saludable y necesario equilibrio de relación escuela – familia, declara Marta Ricart, en su artículo “Padres-escuela: una relación con malas notas” (La Opinión, Coruña, España).
El especialista educativo José Luís Pazos opina que «antes, la escuela era el único agente educador y socializador fuera de la familia y, en muchos casos, el profesorado tenía un nivel cultural superior al de la familia, lo que reforzaba su autoridad. Hoy, muchos padres tienen igual o mayor nivel académico que los profesores de sus hijos y hay muchas fuentes de información, así que es imposible que no haya disparidad de criterios«. Los padres de familia deben de tener una “participación real, que es mucho más que asistir a reuniones en los que otros nos cuentan lo que están haciendo o, mejor dicho, lo que consideran que deben contar de lo que están haciendo”. El doctor en Ciencias Francisco López Rupérez, sostiene que el grado de participación de los padres en la formación académica de sus hijos está intrínsecamente unido a los resultados académicos de estos. «Es una especie de círculo vicioso, donde el sentimiento de pertenencia estimula la participación y a su vez la participación genera sentimiento de pertenencia» (ABC).
La plataforma digital de EDUCAWEB (España), publica las respuestas de la Licenciada Eva Marina López Licenciada en Ciencias de la Información y directora de la Fundación Educativa Universidad de Padres (una iniciativa pedagógica ideada por José Antonio Marina y co-autora del libro El aprendizaje de la creatividad.
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De las diez preguntas sobre la necesaria y fundamental colaboración entre padres y profesores, por motivos únicamente educativos – pastorales hemos tomado cuatro de ellas, considerando la importancia que debe darse a la relación y comunicación entre los profesores y padres de familia. Si bien, López plantea soluciones para realidades educativas propias (a lo mejor diferentes a las de cada uno de nosotros), opinamos que es interesante conocer la problemática y las alternativas de solución a un hecho común: la tarea docente de trabajar juntos, padres de familia y profesores, por el bien de la educación de los niños.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA COMUNICACIÓN ENTRE LA ESCUELA Y LA FAMILIA?
EVA MARINA LÓPEZ: Los investigadores que han tratado el tema consideran que uno de los factores esenciales para lo que se llama éxito educativo es que padres y escuela trabajen conjuntamente. No sólo mejora la instrucción de los niños, sino también la formación del carácter, si la escuela, en todos los niveles educativos, y los padres, que son los que están siempre con los niños, tienen una misma visión, unos mismos objetivos y una misma idea de cómo van a ser estos futuros ciudadanos.
El sistema educativo, aquí y en todas partes, está cambiando a una velocidad de vértigo porque, ante todos los desafíos a los que nos están llevando la globalización y la aceleración tecnológica, están cambiando nuestros espacios de acción, de conducta, y por lo tanto tenemos que empezar, desde el sistema educativo, a enseñar otro tipo de competencias que van más allá de la mera instrucción de las matemáticas o el inglés. Me refiero a la educación de las destrezas del siglo XXI, que necesitan de la colaboración entre padres y profesores. Porque estamos hablando de competencias que se tienen que ir adquiriendo de una manera coherente en los distintos espacios de aprendizaje. Estoy hablando, por ejemplo, de la creatividad, la creación de valores universales, éticos, de competencias de liderazgo, trabajo en equipo, idiomas, etc. Que no [se] consiguen en un año, sino a lo largo de toda la vida y en el que intervienen muchos agentes educadores.
Y, por otro lado, sabemos que tenemos que reformar el sistema educativo para que todos nosotros, no solamente los niños, empecemos a tener las competencias necesarias para ingresar en aquello que se llama la sociedad del aprendizaje. Una sociedad en la va a ser necesario que todos tengamos una capacidad muy alta de aprender. Un ejemplo: ahora mismo no sabemos en 20 años cuáles van a ser los puestos de trabajo en un 60%. La aceleración tecnológica está cambiando los perfiles profesionales y la globalización está cambiando mucho la forma de relacionarnos con el otro, entre sociedades y culturas distintas. Y los educadores andamos un poco a ciegas. La realidad es que para que podamos enseñar estas competencias a los niños y niñas, las familias y los centros educativos deben colaborar de manera eficaz para ayudar a nuestros hijos a desenvolverse en ese mundo que es muy incierto, muy ambiguo, muy complejo.
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¿PUEDE EXPLICAR CÓMO ES ENTONCES LA COMUNICACIÓN ENTRE EL CENTRO EDUCATIVO Y LOS PADRES Y MADRES?
EVA MARINA LÓPEZ: Ahora mismo, los padres tienen tres herramientas para mantener una relación con los colegios: las tutorías, las posibilidades que tienen las AMPA [asociaciones o juntas de padres de familia] y el espacio que queda entre lo que los niños aprenden en clase y lo que aprenden en casa, que es todo lo que tiene que ver con los deberes. En ninguna de ellas la comunicación está siendo buena. En muchas ocasiones las familias y los docentes van por caminos muy distintos desde un punto de vista educativo.
ENTONCES, ¿CÓMO DEBERÍA SER ESA COMUNICACIÓN IDEAL?
EVA MARINA LÓPEZ: Esta comunicación ideal pasa por la formación y el conocimiento tanto de las familias como de las escuelas. Un conocimiento que sea común, que todo el mundo entienda a qué nos estamos refiriendo. Por ejemplo, pensemos en la motivación. Los padres entran mucho en conflicto por los profesores, porque unos hablan de motivación, de ganas, y otros de disciplina, de deber. Tiene que haber acuerdos entre profesores y los padres, no se trata de que uno proponga y el otro se limite a aceptar. Y, para ello, tiene que haber una base psicológica y pedagógica común.
[…] también animando a que participen cada vez más en el Proyecto Educativo de Centro (PEC). Creo que el PEC tendría que ser un proyecto educativo en el que todo el mundo tuviera su participación y su toma de decisiones, es decir, no sólo los directivos sino los padres y los alumnos, que son los protagonistas de todo esto. Es decir, más formación para ambos y generar vínculos de decisiones compartidas que tienen que ver con el PEC serían las dos fases en las que habría que trabajar.
¿QUÉ ACCIONES, RECURSOS, HERRAMIENTAS O APLICACIONES RECOMIENDA UTILIZAR PARA MEJORAR LA COMUNICACIÓN ENTRE EL CENTRO EDUCATIVO Y LOS PADRES?
EVA MARINA LÓPEZ: Creo si se manejaran mejor los espacios digitales donde todo el mundo puede participar sin un horario determinado, y se diera también cabida a los padres… Y no estoy hablando de grupos de Whatsapp de padres, sino de espacios compartidos entre el centro y los padres, como una intranet, un blog, un espacio de participación y aprendizaje digital… Ahí hay unas grandísimas posibilidades de que realmente ayuden a que la comunicación y la participación se lleven a cabo sin que tanto profesores como padres no se tengan que volver locos para poder quedar. Porque, claro, estamos en la sociedad en la que estamos: todos tenemos mucho trabajo, hemos pasado por una crisis y que la conciliación laboral y familiar no es una cosa que hayamos hecho muy bien… Todo esto es un contexto que no está facilitando la colaboración, comunicación y participación.
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Finaliza la Licenciada Eva Marina López afirmando que “Tanto la comunicación como la posibilidad de cambiar los modelos de relación suelen ser muy difíciles de gestionar adecuadamente y vamos a encontrar inercias por parte de todos los agentes educadores. Negar que los sistemas educativos están cambiando es un error y eso implica también transformar los roles tradicionales educativos de los docentes y los padres. Nuestros hijos van a vivir en un mundo muy distinto al actual y como país no nos podemos quedar atrás, por ello es necesario una movilización general de la sociedad para impulsar la transformación del sistema educativo. Necesitamos preparar a la sociedad para que sea capaz de aprender, y de aprender mucho, porque solamente así crearemos riqueza, bienestar y ampliación de la dignidad y los derechos humanos. Si no lo hacemos, crearemos cada vez más desigualdades entre zonas del mundo y también dentro de los Estados”.
“LA EDUCACIÓN DE LAS DESTREZAS DEL SIGLO XXI NECESITA DE LA COLABORACIÓN ENTRE PADRES Y PROFESORES”
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF