El sacerdote, periodista y escritor español José Luis Martín Descalzo (1930 – 1991), escribió sobre su experiencia en 1962 en el pleno del Concilio Vaticano II, acerca de “la extraña, casi milagrosa, serenidad que mantenía ante los problemas y ante las tormentas de su vida”, el Papa Juan XXIII. Y fue en el libro Diario del alma, cuando entendió “muchas de las claves de su vida”, que podemos conocer ingresando al enlace que compartimos al final y nos llevará a la publicación original.
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Como un recurso para los educadores, en este tiempo de pandemia, en que no pocos estamos pasando por momentos que nos enfrentamos a un continuo trajín, en un vaivén entre una inesperada educación a distancia o híbrida, las tareas de preparar clases, realizar y corregir tareas, agregadas a las obligaciones del hogar (que se han trastocado) nos obligan a movernos sin la necesaria tranquilidad, sin pausas y sin descanso; aun sabiendo que cualquier estado de tranquilidad y serenidad no comporta ni supone vivir alejado de los problemas.
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“Ni la vida ni el trabajo son una balsa de aceite ni un mar en calma”. Tenemos que buscar tomar -en momentos como los de esta pandemia- el control mediante la adquisición de las habilidades necesarias para saber enfrentar a cada contrariedad que se presente de un modo que nos permita salir de ellas con la menor cantidad de heridas posible. De forma tranquila y pacífica. cf LA TRANQUILIDAD Y LA SERENIDAD, DOS ASPECTOS IMPORTANTES EN EL TRABAJO
Si es el caso que alguno de nosotros u otros de sienten que están en medio de una tormenta, túnel oscuro, permanente inseguridad, incertidumbre … o no se ve una salida, quizá esta publicación le pueda ser útil. Por eso nos permitimos compartir diez propósitos de Angelo Giuseppe Roncalli (1881 – 1963), también llamado el “Papa Bueno”, y que podrían ayudarnos a quitar (o aligerar) el peso de “la idea de tener que hacer «siempre» una cosa”, y que puede descorazonarnos o ahondar el estrés, proponiéndonos hacer lo más difícil sólo por doce horas, pero repitiendo cada día ese propósito. Pues, según Descalzo, “si solo por hoy soy capaz de cumplir tres o cuatro de estos mandamientos, y si mañana repito alguno de estos y cumplo alguno más, y pasado mañana hago míos otros dos o tres, terminaré teniendo no la serenidad de Juan XXIII (porque esa es una quiniela gorda que sólo toca dos o tres veces por siglo), pero sí la suficiente serenidad para ir cumpliendo mi oficio y ser feliz”.
- “Solo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver los problemas de mi vida todos de una vez”.
- “Solo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé criticar o disciplinar a nadie, sino a mí mismo”.
- “Solo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no solo en el otro mundo, sino en éste también”.
- “Solo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos”.
SOLO POR HOY… (02´ 42”)
- “Solo por hoy dedicaré diez minutos a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma”.
- “Solo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie”.
- “Solo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere”.
- “Solo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión”.
- “Solo por hoy creeré firmemente -aunque las circunstancias demuestren lo contrario, que la buena Providencia de Dios se ocupa de mí, como si nadie más existiera en el mundo”.
- “Solo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad”.
Esta publicación, que compartimos con fines únicamente educativos y pastorales, la hemos tomado del artículo publicado por Catholic Net, en este enlace: DECÁLOGO DE LA SERENIDAD
«No consulte a su temor, sino a sus esperanzas y sueños. No piense acerca de sus frustraciones, sino sobre su potencial».
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF