Hanan al Hroub, maestra de niños refugiados, ganó el premio Profesor Global por valor de un millón de dólares gracias a su método de enseñanza contrario a la violencia a través del juego.
La maestra palestina Hanan al Hroub recibió el Global Teacher Prize (premio Profesor Global) de la fundación Varkey, uno de los galardones más reconocidos dentro del mundo del profesorado, gracias a su método de enseñanza contrario a la violencia a través del juego.
El Premio Mundial a la Docencia es otorgado anualmente a un maestro excepcional que ha hecho una contribución sobresaliente a su profesión. Global Prize Teacher, creado por la Fundación Varkey, tiene la intención de mejorar la situación de la profesión docente.
La Señora Hanan Al Hroub, quien creció en un campo de refugiados palestinos, fue la ganadora este año 2016. Ella entró en la enseñanza primaria después de que sus hijos quedaron profundamente traumatizados por un tiroteo del que fueron testigos en camino a casa desde la escuela.
Las experiencias en reuniones y consultas para analizar el comportamiento de sus hijos, el desarrollo y el rendimiento académico con los profesores y padres de familia, en los años que siguieron; llevaron Hanan a tratar de ayudar a otros que, habiendo crecido en circunstancias similares, requieren un manejo especial en la escuela.
La maestra utiliza un enfoque que desarrolló ella misma, detallada en su libro: “Jugamos y aprendemos”.
Su visión educativa ha conducido a la disminución de los comportamientos violentos en las escuelas, donde esto suele ser un fenómeno frecuente y ha inspirado a sus colegas a revisar la forma en que enseñan, así como sus estrategias de manejo de la clase y los castigos que usan.
ASÍ PIENSA HANAN AL-HROUB
1. Debemos alejar a los niños de la violencia.
Tuve una infancia muy dura y no quiero que mis alumnos pasen por lo mismo. Una vez que se inicia un ciclo de violencia es muy difícil pararlo.
2. A los niños les afecta mucho el ambiente. Las muestras de violencia de muchos niños palestinos no son más que una reacción a la violencia que les rodea.
Quiero proporcionarles un entorno educativo seguro. No puedo cambiar la situación, pero sí puedo ser una buena influencia para ellos.
3. Un niño tiene derecho a jugar y parte de la educación es enseñar a jugar a los chicos.
Porque uno aprende a ser social en el juego, uno aprende la alegría de la vida.
3. Yo trabajo en una escuela pública, es una buena escuela pero no tenemos muchos recursos.
Cuando necesito algo, yo misma lo busco. No tenemos un presupuesto para material. Pero la sala de clases es mi segundo hogar y los niños son parte de mi familia.
4. Los profesores trabajamos duro para liberar las mentes de nuestros niños de la violencia y transformarla en diálogo.
Solo queremos que nuestros niños disfruten su niñez en paz, nuestra única arma es el conocimiento y la educación.
6. Como profesores, podemos construir los valores y la moral de los jóvenes para asegurarnos un mundo justo, más bello y más libre.
Cada día que pasa, la labor de los docentes adquiere una mayor importancia en un mundo que se pregunta qué futuro quiere para sus niños.
7. Mis estudiantes son mi fuente de inspiración.
Por qué nosotros los maestros podemos cambiar el mundo.
FUENTES: BBC MUNDO, EL CONFIDENCIAL, EL DIARIO (ESPAÑA), REVISTA DINERS, AGENCIA EFE (España), EL DIARIO, ABC SOCIEDAD, TRONYA (COLOMBIA).
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF
¿Y el número 5?