El domingo 11 de abril participamos en las Elecciones Generales 2021, en las cuales debíamos elegir a la fórmula presidencial (Presidente de la República y dos Vicepresidentes), a los 130 miembros del Congreso de la República y a los 5 representantes ante el Parlamento Andino, para el periodo 2021-2026.
En las elecciones del 2001 en la primera vuelta el ausentismo fue de 17,7% y en la segunda vuelta fue 18,6%, el 2006 en la primera vuelta fue de 11,29% y en la segunda vuelta fue de 12,29%, el 2011 el ausentismo en la primera vuelta fue de 16,29% y en la segunda vuelta fue de 17,46% y el 2016 en la primera vuelta el ausentismo fue de 18,20% y en la segunda vuelta 19,91%, pero este año llegó prácticamente al 30%, claro que las actuales circunstancias son muy diferentes, tales como enfermos y recientes fallecidos por la COVID-19 o personas que estuvieron enfermos de COVID y que tienen la dispensa correspondiente, pero a pesar de que en la semana anterior a las elecciones hubo la mayor cantidad de muertes e infectados en lo que va de la pandemia (234 personas murieron el domingo 11 de abril, día de las elecciones), el 70% de los electores hábiles fueron a sufragar.
Como vemos ninguno de los dos candidatos que pasó a la segunda vuelta superó el 19%, ni siquiera la suma de sus votos llegaron al 33% de los votos válidos.
Por otro lado el artículo 184 de la Constitución Política del Perú dispone que el Jurado Nacional de Elecciones declara la nulidad de un proceso electoral, de referéndum o de otro tipo de consulta popular, cuando los votos nulos o en blanco, sumados o separadamente, superen los dos tercios (2/3) del número de votos emitidos. Esto representa un 66.667% del total de votos emitidos, situación muy difícil de llegar para lograr la nulidad de las elecciones, solo de la segunda vuelta; y si en un hipotético caso se diera esta poco probable situación se tendría que convocar a una segunda vuelta nuevamente con los mismos dos participantes.
Si 1 248 224 electores (12,81%) de los que NO votaron por los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta hubieran votado en blanco o nulo, se llegaría a un 66,667% de votos no válidos y se hubiera anulado esta primera vuelta electoral, situación muy poco probable de ocurrir, por no decir imposible. Veamos lo ocurrido años anteriores: el 2001 los votos nulos y blancos alcanzaron solo al 13,6% y en la segunda vuelta el 13,8%, el 2006 16.1% y en la segunda vuelta 9,52%, el 2011 12.28% y en la segunda vuelta 6,3%, el 2016 18,12% y en la segunda vuelta el 6,49%.
Los votos NO válidos suelen disminuir en la segunda vuelta, porque los votos blancos se reducen notablemente en la segunda vuelta a pesar que los votos nulos se incrementan muy poco. El ausentismo en la segunda vuelta suele aumentar un poco. En las actuales circunstancias de pandemia que estamos viviendo, ¿se repetirá lo mismo que las elecciones anteriores o el ausentismo disminuirá?
La cantidad de votos NO válidos (nulos y blancos) fueron un poco más de tres millones (3 296 273) y ninguno de los dos candidatos llegó a los tres millones de votos, en otras palabras el voto NO válido es el que ha ganado en esta primera vuelta.
Si bien es cierto que el voto nulo o blanco es una propuesta válida, pero, es casi imposible llegar a los 2/3 (66,667%) de votos nulos y blancos de los emitidos, nunca se ha dado este caso en la historia de la democracia peruana. Lo único que hace es disminuir los votos válidos y en consecuencia harán que proporcionalmente se eleve el porcentaje de cada candidato entre los votos válidamente emitidos.
Está visto que en la segunda vuelta cualquiera de los dos candidatos puede ganar, no está dicha la última palabra; los que votaron por cada uno de los dos primeros candidatos en la primera vuelta, seguirán votando por los mismos en esta segunda vuelta, pero el triunfo de cualquiera de ellos dependerá de los aciertos y errores de los mismos durante su campaña. Ambos candidatos deberán convencer a ese 67,667% del electorado que no votó por ninguno de ellos en la primera vuelta e intentar reducir ese 18,64% de votos nulos y blancos, así como lograr que ese 29,95% de ausentismo disminuya.
Ahora es momento para tomar con mayor sensatez el informarnos y analizar cada una de las propuestas de los planes de gobierno de cada candidato con la seriedad y responsabilidad que el país merece. Las propuestas de los planes de gobiernos de cada candidato en la campaña para la segunda vuelta electoral ya no deben ser muy generales como en la primera vuelta cuando había 18 candidatos, sino todo lo contrario se debe especificar y explicar en detalle cada propuesta para que el electorado evalúe la viabilidad de las mismas y vea si son o no demagógicas, muy al margen de apasionamientos que pudieran nublar nuestra razón.
Una de las propuestas de mayor urgencia es dar a conocer, dentro de su plan de gobierno, el detalle de qué forma o qué acciones específicas realizarán para llevar a cabo el plan de inmunización de la población para afrontar la pandemia que actualmente nos aqueja. Recordemos que en el próximo gobierno esa será su primera y principal labor.
Sabemos que en esta segunda vuelta es clave el voto de los indecisos y de los que no votaron por ninguno de los dos candidatos, de modo que cualquiera de ellos puede remontar si hace una buena campaña con propuestas detalladas y justificadas; decisivo será el voto, o anti voto, de los sectores que no son de izquierda radical ni de derecha extrema, pero que cualquiera de estos sectores, por “dignidad”, no votaría por un candidato o candidata, pero que en realidad no simpatizan con ninguno.
Es bastante posible que más adelante seamos testigos de la segunda vuelta electoral más polarizada que el Perú haya vivido desde el retorno a la democracia en el 2001. La población ya no quiere escuchar ataques de un candidato o candidata a otra u otro, no ganará el o la que insulta más, sino el o la que proponga más y con una buena explicación fundamentada y viable de sus propuestas.
Esperemos que este artículo no genere o incremente la rivalidad y violencia entre los peruanos, ya que actualmente nos encontramos en un país polarizado, supuestamente tolerante, pero en donde tu opinión se somete o desaparece y esperemos que después de las elecciones, gane quien gane, no siga ocurriendo lo mismo porque ocasionaría peores circunstancias y ojalá no haya ningún tipo de persecución en contra de quienes piensen diferente, el Perú no merece vivir esa situación en el Bicentenario de la Independencia y en plena democracia.
Este es un análisis y/o comentario, salvo mejor opinión y/o aporte.
NOTA DE REDACCIÓN: La Web del Maestro CMF publica los textos originales de su autor, no necesariamente coincide con lo expuesto en el tema, y no se hace responsable de las opiniones expresadas.
Autor: Fernando Gamarra Morales Tacna, Perú. Ex Secretario General del SUTEP Tacna. Profesor de Matemática y Física de la I.E. Guillermo Auza Arce. Emial: [email protected] Celular: 51952290888
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