En el ángelus del domingo, el Papa Francisco explicó que amar a los enemigos no es una opción, sino una orden de Jesús. Incluso dio claves para lidiar con las personas que cotillean.
“Recordad las cosas buenas de la gente, y cuando uno venga con un chisme, y hable mal de otro, decid: “Sí, puede ser… pero tiene esto de bueno…”. Girad el discurso. Esta es la revolución de la misericordia”.
Tras el ángelus, el Papa reflexionó sobre la cumbre que tuvo lugar en el Vaticano contra los abusos y que finalizó el mismo domingo. Explicó que la Iglesia necesita afrontar los casos de abusos para recuperar credibilidad y confianza.
FRANCISCO
“Que se tomen todas las medidas posibles para que estos crímenes no se repitan; que la Iglesia vuelva a ser absolutamente creíble y de confianza en su misión de servicio y de formación a los pequeños según lo que enseña Jesús”.
El Papa Francisco también mencionó la necesidad de trabajar unidos para hacer frente a esta lacra.
FRANCISCO
“Junto a todas las personas de buena voluntad y todos los componentes y fuerzas positivas de la sociedad, en todos los países a nivel internacional, para que se combata hasta el final, en cada una de sus formas, la grave llaga de la violencia respecto millones de menores, niños y niñas, chicos y chicas, en todo el mundo”.
Durante la cumbre, el Papa y todos los presidentes de las conferencias episcopales escucharon los testimonios de supervivientes de abusos. Abordaron estos graves crímenes desde tres puntos de vista: responsabilidad, dar cuentas y transparencia.
El Vaticano está ahora trabajando para dar con otras medidas concretas que pongan fin de una vez por todas a los abusos sexuales en la Iglesia y en la sociedad.
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