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Meditación en clases para mejorar el rendimiento y comportamiento escolar

Este interesante artículo que compartimos con fines educativos – pastorales, ha sido publicado en EL MUNDO y su autora es Nora Kurtin (Fundadora de Sapos y Princesas); quien intenta ayudarnos a encontrar una respuesta a la pregunta (que quizá no pocas veces nos hemos hecho como profesores) ¿qué más podemos hacer frente a la indocilidad, a la distracción, a la apatía, …? ¿Cómo buscar el equilibrio? ¿Cómo ayudarles a mis estudiantes a tener paz interna? ¿Cómo hacen los que también tienen a 30 niñas(os) con personalidades y necesidades diferentes?

Kurtin hace primero un análisis de la realidad española y luego nos dice que hay un modelo que funciona, y es de la escuela de Baltimore, en Maryland (USA), a través de la meditación que “construye la confianza al aumentar la autoestima, fomenta la creatividad y favorece el buen descanso y la conexión con nuestro ser interior” (Deepak Chopra). Les recomendamos conocer algo de este método y luego buscar mayor información, si le es necesario.

¿Qué me aporta conocer esta experiencia de Baltimore? ¿Tenemos o existe en nuestro centro educativo necesidad (en los estudiantes) de conocer recursos para recuperar la calma y paz interior? ¿Conocemos alguna exoeriencia semejante en nuestro medio?

Meditación en clases para mejorar el rendimiento y comportamiento escolar

Vivimos en una sociedad gobernada por la prisa y el estrés.

Constantemente conectados, nos encontramos bombardeados con información que, en lugar de darnos tranquilidad de estar al día, nos provocan desazón y sensación de que no llegamos a todo.

Este ritmo vertiginoso, no sólo nos afecta a los adultos, también arrastra a nuestros hijos que se ven forzados a una vorágine de obligaciones en el colegio, actividades extraescolares y ‘exposiciones sociales’ (a través de sus redes sociales) en las que lo importante es el resultado que obtienen más que lo bien que se encuentran. Respecto a la educación, el sistema no ayuda.

El foco está en los resultados académicos que son medidos al milímetro.Exámenes, deberes, notas, actividades extraescolares con los que pretendemos ayudar a formar mejor a nuestros hijos. Pero parece que no funciona.

España, líder en fracaso escolar

Según Eurostat, España es líder de la Unión Europea en fracaso escolar, donde el 20% de los jóvenes entre 18 y 24 años abandona sin haber terminado sus estudios de secundaria. Y donde el comportamiento con respecto a sus compañeros de clase también deja mucho que desear. Desde las peleas de grupos de niños de ‘las Bullas de Lugo’ donde no sólo practican la violencia los que se pelean sino también los que las aplauden, hasta las aulas donde el acoso escolar es cada día más frecuente. Así, en 2016, casi uno de cada 10 niños denunciaron haber sido víctimas de bullying en España según un estudio de Save the Children.

La forma más habitual de mantener la disciplina ha sido el castigo, separándolos del grupo, dándoles más tareas, quitándoles el recreo. Diversos estudios demuestran que el castigo, no solo genera resentimiento del alumno hacia el profesor, sino que tampoco logra cambiar el comportamiento.

Entonces es cuando nos preguntamos, qué más podemos hacer. Tal vez sea cuestión de buscar el equilibrio. Compensar el ritmo externo con la paz interna. Así suena muy filosófico y poco práctico si piensas que en una clase un profesor tiene que liderar a 30 niños con personalidades y necesidades diferentes.

¿Qué se hace en otros sitios? ¿Hay modelos que funcionan?

Bueno, en una escuela de Baltimore, en Maryland (Estados Unidos) han cambiado el enfoque. Se han acabado los castigos. En lugar de enviarles al despacho del director, quedarse sin recreo o mirando a la pared, los alumnos con mal comportamiento son invitados a meditar en el Mindful Moment Room. En esta habitación, que invita a relajarse con luces tenues y cojines, los niños practican la respiración profunda. En estas sesiones, realizan ejercicios de respiración consciente y, a su vez, los profesores fomentan que hablen sobre su comportamiento y les enseñan a resolver conflictos pacíficamente.

A partir de la preparación de los profesores y la implementación de la meditación como asignatura transversal en la escuela, los resultados han sido impresionantes. Los castigos han desaparecido y no ha habido más suspensos. Los alumnos han aprendido a mejorar su capacidad de concentración, reducir el estrés y manejar sus sentimientos y las frustraciones.

Pero este no es un hecho aislado, existen organizaciones que transforman colegios en todo el mundo a través de técnicas de ‘Mindfulness’ con un alcance de más de 750.000 alumnos. Como resultado, niños más centrados, más empáticos y mejores personas.

Ya lo dicen grandes maestros como Deepak Chopra, «la meditación construye la confianza al aumentar la autoestima, fomenta la creatividad y favorece el buen descanso y la conexión con nuestro ser interior».

No parece difícil implementarlo. Y probarlo no tiene consecuencias negativas. Si queremos niños fuertes, sanos y mejores con el mundo exterior, tenemos que ayudarles primero a estar tranquilos consigo mismos.

Además, a nosotros tampoco nos vendría mal acompañarlos en este descubrimiento.

Este contenido ha sido publicado originalmente por El Mundo Es (Sapos y Princesas)  en la siguiente dirección: elmundo.es



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