La verdadera educación, es la que combina las materias con las habilidades

Eva Millet Malagarriga (Barcelona, España,1968) es periodista, licenciada en Ciencias de la Información por la Universitat Autònoma de Barcelona. Ha trabajado en The Guardian y la BBC. Es colaboradora habitual del Magazine de La Vanguardia y de otros suplementos. Como una anécdota personal desde el 2002 (al nacer su primer hijo), empezó a publicar sobre temas de educación y parenting (es el proceso de promover y apoyar el desarrollo físico, emocional, social e intelectual de un niño desde la infancia hasta la edad adulta. Entre sus publicaciones están “Hiperpaternidad”, “Hiperniños” e “Hiperniños ¿hijos perfectos o hipohijos?” (Cf Wikipedia).

Para Eva “la educación de los hijos no es sólo academia pura y dura, ni consiste en trufarles [engañarles] la existencia de experiencias “mágicas” y de mil actividades extraescolares. No, es algo más amplio —y para algunos, quizás menos ambicioso—: es enseñarles a ir por la vida como personas decentes y autónomas, conscientes de que en el mundo no estamos solos y que es más importante saber decir gracias que saber hablar chino.

… educar a los hijos es un trabajazo, quizás el más importante de nuestra vida —nos lo han dicho y repetido hasta la saciedad lo que, en ocasiones, puede causarnos una cierta presión—. Es también un proceso a largo plazo, que tanto puede ser muy gratificante y maravilloso en ciertas ocasiones como agotador, aburrido y terriblemente frustrante, en otras. Educar no es fácil, en especial, en un momento en el que existe tantísima información”. DE QUÉ VA ESTE BLOG.

Siguiendo las publicaciones del proyecto educativo del BBVA y El País (España), hoy compartimos por razones únicamente educativas – pastorales, partes sintetizadas del diálogo de Eva Millet con una madre de familia y un profesor; que pretende ser una invitación a visualizar y leer la transcripción completa en el enlace final.

… ¿qué hay de malo en que les ayudemos [a nuestros hijos]?

“… se ha confundido esa protección natural que implica el ejercicio de la paternidad, el sentido inclusivo del término, con una hiperprotección. […] Yo creo que educar es dejar ir, es darle herramientas a tus hijos para que ellos vayan espabilando, vayan creciendo y vayan adquiriendo autonomía. Si tú estás todo el día detrás del niño protegiéndolo de todo lo que le puede pasar no solo le creas una ansiedad, le empiezas a poner un germen de ansiedad, sino que también le estás incapacitando. […] Eso sí, siempre hemos de estar pendientes de los hijos, pero no intervenir a la primera de cambio. […] nuestra tarea es observar, estar pendientes, pero ver también cómo ellos se desenvuelven en la vida”.

¿Estamos criando niños caprichosos que quizá el día de mañana no sean capaces de afrontar la frustración?

La baja tolerancia a la frustración es una de las características de los hiperniños. Los hiperniños son el producto de esta hiperpaternidad, […] y que implica una hiperatención, una hiperprotección y una sobrepreocupación por el hijo. Es una crianza casi se podría decir, monstruosamente intensiva, ¿no? Entonces, el fruto de esta hiperpaternidad es el hiperniño y una de sus características es la baja tolerancia a la frustración. […] se ve casi como una enfermedad crónica, incurable, contra la que no se puede hacer nada, ¿no? Porque claro, en el fondo es mucho más fácil si el niño se frustra con el puzle pues decirle: “Oye, déjalo estar” o “Ya te lo acabo yo”, a corto plazo, porque a largo plazo, si tú no educas en el error, prueba-error, prueba-error, prueba-error, al final el niño se derrumba ante cualquier cosa”.

… ¿qué podemos hacer los padres?

“…ejercitar una habilidad fundamental en la vida, que yo cada vez que me hago más mayor pienso que cada vez es más importante, que es la paciencia. […] Pero es verdad que saber esperar, la contención, el autocontrol, eso es importantísimo. […] Los niños tienen que entender que en las emociones no todo es el mundo de happy flowers, que no todo son emociones buenas, sino que hay emociones malas como la rabia, la tristeza, la impotencia, el no saber muy bien qué te pasa, ¿no? Y esto se tiene que enseñar a gestionar. […] una buena gestión de emociones quiere decir conocer tú tus emociones, positivas y negativas, pero también las de los otros. Ir con la empatía, […] Enseñar, también, que se puede perder. Que puedes fallar, te puedes equivocar y no pasa nada. […] Los niños tienen que jugar … […] ese juego libre, sin estructurar, solo o acompañado no solo aprendemos a trabajar en equipo, a ser creativos, la resiliencia… sino también aprendemos a tolerar la frustración. […]

… ¿cómo podemos saber si somos hiperpadres?

“… hay cinco que son las que puntúan más alto que son estas: la primera, si tenía ya un plan trazado para las vidas de sus hijos antes de que nacieran, […] La segunda, si les ayuda con los deberes o se los hace por sistema. La tercera, es si ha excusado alguna vez a su hijo con la famosa frase: “No, mira, es que tiene una baja tolerancia a la frustración”. La cuarta, sería si habla en plural, hoy en día se ha normalizado el hablar en plural de los hijos. Hoy en día, “hemos ganado”, “hemos perdido”, “hemos aprobado”, “hemos suspendido”, “nos hemos enamorado” … O sea, la unión con el hijo es tal que ya somos una misma persona. Y la última es si discrepa a menudo con los maestros o entrenadores de sus hijos. Estas cinco preguntas son clave, …”.

 LA SOBREPROTECCIÓN CREA NIÑOS CON BAJA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN (MOMENTO DESTACADO 5`24”)

… muchas veces nos dicen a los profesores que nos dedicamos demasiado a enseñar las asignaturas … […] pero poco hacemos hincapié en lo que serían las habilidades y competencias que ahora mismo están demandando las empresas, ¿qué opinión tienes al respecto?

“…se está olvidando una parte clave de la educación, […] el carácter, las herramientas para implementar esos conocimientos. […] La verdadera educación, [es] la que combina las materias con las habilidades para implementar esas materias. Es verdad que las escuelas han de educar en el carácter, pero yo creo que los mejores posicionados para esa educación son los padres”.

… Y son muchas veces los padres los que nos ponen impedimentos a los profesores, …

“… El profesor hoy está totalmente… no quiero usar la palabra desacreditado porque no es verdad. […] No, está muy cuestionado, más cuestionado que nunca porque este modelo hiper en el que el niño es como un ser perfecto al que nadie puede contradecir… pues claro, si un profesor hace alguna observación del hijo que no es la adecuada pues no se le… no se le acepta, … […]”.

… al final nosotros como profesores, como maestros, como docentes, somos los que mejor conocemos a los alumnos. Cuando un alumno habitualmente lleva un ritmo de trabajo y de repente pasa por encima o pasa por abajo, ¿no? Al final detectas que ese trabajo, esos deberes no los ha hecho él. (…).

“…a mí me hace reflexionar esta obsesión de que todo salga perfecto, de hacerle los deberes al niño, sobre todo. No solo sube artificialmente las notas, sino que también engañas al sistema. […] … yo creo que este movimiento de “deberes no” tiene mucho que ver con estos niños con agendas hiperocupadas, agendas de ministro que llamo yo, que llegan a casa a las ocho de la noche. Entonces, claro, ponte a hacer los deberes a las ocho de la noche. Te ayudan”.

SOBREPROTEGER A LOS NIÑOS ES DESPROTEGERLOS  (VIDEO COMPLETO 40´53”)
… El hipertutor es esa figura que tiene que hacer de todo, ¿no? ¿Qué nos puedes decir al respecto?

“… es una nueva figura. […] Ese maestro sobreprotector que trabaja desde el “pobrecito, pobrecito” y no desde el punto de vista de la resiliencia, de la tolerancia a la frustración y que tiene una comunicación con la familia hiper. […] Me refiero a que está clarísimo que familia y escuela han de ir juntos en este siglo, … […] Familias y escuelas hemos de trabajar juntos y las escuelas tienen que comunicar bien con las familias. […] Esas líneas de colaboración entre familia y escuela que todos estamos de acuerdo, se convierten en líneas rojas, … […] Sufrís los maestros, sufren los padres, pero yo creo que sobre todo sufren los hijos … […] que si este profesor no va bien, que si no pongan el marcador en clase de Educación Física porque se frustra porque pierde… Para el niño eso es insoportable, tener todo el día a esos padres helicóptero revoloteando sobre sus vidas. […]”.

Los profesores, en el colegio pasamos muchas horas con los alumnos y muchas veces se equivocan, … al final tenemos que corregirles y poner límites, cuando esos límites en casa no están claros, nosotros como profesores muchas veces somos los primeros que les decimos no a los alumnos, (…) ¿qué podemos hacer ahí?

“Bueno, seguir poniendo límites. […] Estamos en un momento social que se confunde autoridad con autoritarismo y tenemos esta idea de que la familia debe ser una democracia y que todo se hace por asamblea y que todo se vota democráticamente, … […] aunque la familia no tiene que ser una dictadura no es una democracia, hay una jerarquía. Y en la parte de arriba estamos los padres porque somos los adultos responsables que hemos decidido traer a esos niños al mundo para educarlos con unas normas. Y las normas son los límites. […] … son una buenísima herramienta para educar la tolerancia a la frustración. […]”.

… en esa educación emocional el colegio ¿qué tiene que hacer?

“…en las escuelas o es la primera vez que se les educa a ello o cuando oyen la palabra “no” o suspenden se derrumban, los pobres, … […] el colegio es muy importante, pero si esto no viene acompañado de una gestión de las emociones y de enseñar a tolerar la frustración en la familia no sirve para nada. Escuela y familia han de ir juntas, pero repito, el trabajo de educar a nuestros hijos es de los padres no podemos delegar en las escuelas todo. […]”.

Como profesor lo que percibo habitualmente en el aula son niños, por llamarlo así, ansiosos. (…) pero ansiedad ante los exámenes, ansiedad ante cualquier tipo de problema o no problema, incluso cosas positivas les provocan ansiedad.

“La ansiedad es una de las características de los hiperniños y, sobre todo, entre los adolescentes. […] Es una de las consecuencias de esta crianza sobreprotectora. […] Ahora es el niño mimado de toda la vida, pero con dos factores extra: uno es la ansiedad de los padres. O sea, los padres están muy ansiosos para que este niño triunfe y llegue a tener un trabajo, pueda salir adelante por la vida y esta ansiedad se le transmite al hijo debidamente y el hijo siente mucha presión, que no puede superar porque tiene esa ansiedad,… “.

La transcripción completa de este diálogo lo puede Usted leer aquí: “SOBREPROTEGER A LOS NIÑOS ES DESPROTEGERLOS”

Esta publicación corresponde a SERIE DE VIDEOS: APRENDAMOS JUNTOS, PARA SUMAR POR LA EDUCACIÓN

“Los niños necesitan reconocimiento, afecto, amor, respeto… Y también límites. Quizás antes había demasiados y en algunas familias no podían mover ni un dedo, pero ahora hay casos en los que se hace lo que ellos quieren”.

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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