La primera piedra de este edificio pasa por nosotros los adultos , ya sea en el aula ó en casa, la manera cómo hablamos a nuestros niños marca su percepción de sí mismos. Hay algunas expresiones que nacen de la frustración, sin embargo, el profesor que creó esta lista sugiere enfrentar esta frustración para evitar decir cosas que puedan herir a los estudiantes. Además, ofrece buenas alternativas a estas frases.
“Cuando era un nuevo profesor en la escuela primaria hace muchos siglos”, comenta el profesor Richard Curwin, “ocasionalmente le dije cosas a mis estudiantes de las cuales me arrepentí más adelante”. En los último años, con muchas más experiencia que antes, este docente estadounidense explica en Edutopia que, ha sido testigo de frases o comentarios hechos por profesores que al igual que él, se han arrepentido después.
Recientemente, Curwin le preguntó a sus estudiantes (profesores en práctica), si ellos habían hecho lo mismo. Después de varias respuestas, muchas asociadas a algún tipo de arrepentimiento y luego de algunas conversaciones con niños, quienes le dijeron esas frases de profesores que los aburren, el docente recopiló una lista de frases que nunca deberían decirse en una sala de clases. Algunas están asociadas a la motivación y el control, y todas, absolutamente todas, reflejan frustración o incluso rabia. ¿Cuáles son éstas y cómo deberías reformularlas?
1. “Tienes el potencial, pero no lo utilizas”: Los estudiantes se sienten insultados cuando escuchan esto, explica el profesor. Algunos lo aceptan como un desafío para mejorar, pero al mismo tiempo, pierden su motivación. En reemplazo de este comentario, él sugiere decir esto de otra forma: «¿cómo puedo ayudarte a alcanzar tu máximo potencial?»
2. “Estoy decepcionada/o de ti”: Es normal sentir esto de vez en cuando, sin embargo, el resultado de expresar esto va a depender mucho de la forma como se haga. Los estudiantes con los que ha hablado el docente, le han comentado lo mucho que odian cuando un profesor les dice esto. ¿Por qué? El problema de esta expresión es que está centrada en el pasado. Por esta razón, se le puede dar un enfoque que esté más pensando en el futuro: «¿qué crees que puedes hacer para tomar una decisión más útil la próxima vez que te encuentres en una situación similar?»
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3. “¿Por qué dices eso?”: En una conversación privada, muchas veces el estudiante susurra algo. Entonces, el profesores, en un tono algo desafiante, dice: “¡¿qué dijiste?!”. ¿Realmente quieres saber lo que susurró? Según Curwin, esto sólo despierta más molestias y es mejorar ignorar el susurro y seguir adelante.
4. “Si hago esto por ti, lo tengo que hacer por todos”: “Puedes enseñarle a todos lo mismo y ser justo”, dice Curwin. Cada estudiante necesita ayuda y cada uno es diferente y quiere sentirse diferente. Pensando en esto, es mejor decir: «no estoy seguro de poder ayudarte, pero haré todo lo posible para satisfacer tus necesidades de una forma u otra».
5. “Es contra las reglas”: Las reglas se asocian al comportamiento y muy a menudo, las personas tienen determinado comportamiento para intentar resolver problemas. Algunos de estos, pueden estar contra las reglas, entonces lo que propone este profesor es que, en lugar de decir “es en contra de las reglas”, digas: “déjame ver si hay una manera de satisfacer tu necesidad dentro de las normas”.
6. “Tu hermano/a era mejor que tú”: Nunca compares de manera positiva o negativa sobre nada. Las comparaciones sólo pueden llevar a problemas, independientemente del lado de la moneda en que se encuentre el estudiante.
7. “Me gusta como Juan se sienta”: Curwin dice que mencionar algo así para que todos los demás se sienten es una forma de manipular la situación. Por lo tanto, decirlo, es enseñarle a ellos que este tipo de manipulación, tiene un efecto. Además, cualquier estudiante que nunca se haya destacado públicamente por algo positivo, no se sentirá muy bien. Es mejor ser directo y decir la verdad diciendo: «clase, siéntense».
8. “Nunca conseguirás nada”: Obviamente, dice el profesor, una frase como esta podría considerarse un insulto. Pero además de esto es incorrecta. “Cuando era niño”, dice él “mucha gente decía que yo no sería profesor”. Entonces se pregunta, ¿cuántas personas han recibido este comentario?
9. «¿Quién crees que eres?”: Una expresión muy común frente al enojo. Pero además de esto, pregunta el profesor, ¿en realidad quieres saber quién es ese estudiante? Decir algo así es una manera de decir: “tu no eres tan importante como yo”. En otras palabras, es una forma de comunicación un poco arrogante que no lleva a nada.
10. “¿No vas a parar de hablar?”: El tono de esta expresión suena algo sarcástico. Este profesor sugiere no empezar las frases con un “nunca” o un “no”. Lo mejor, tal como lo menciona en varios de los puntos, es ser lo más directo posible.
11. “Ahora estoy ocupado/a”: Si un estudiante te necesita, intenta no evitarlo. Si efectivamente no puedes hablar con ellos en un momento determinado, demuéstrales que igual te interesa. Puedes decir algo como esto: «estoy muy ocupado ahora, pero tú eres muy importante para mí. A menos que esto sea una emergencia, encontremos un mejor momento para hablar. Realmente quiero escuchar lo que piensas».
12. “Toda la clase perderá… a menos de que alguien admita… ”: Un castigo colectivo nunca es una buena solución. Una de las razones principales, según el profesor, es que los estudiantes deben aprender a responsabilizarse de su comportamiento; necesitan resultados predecibles para sus elecciones. Cuando son castigados por algo que no hicieron, ven el mundo como un lugar impredecible donde las consecuencias no tienen nada que ver con las elecciones.
13. “¿Qué pasa contigo?”: Una pregunta como esta da a entender que el estudiante es imperfecto. Además, es una pregunta que en realidad no va a tener una respuesta, pero sí puede generar conflictos en la cabeza de un estudiante. Un enfoque mejor, sugiere el profesor, es decir algo como: «veo que tienes un problema. Trabajemos juntos para encontrar una solución».
Es normal sentirse frustrado, es humano enojarse de vez en cuando, especialmente en un contexto donde se enfrentan tantos desafíos. Lo importante, es aprender a encontrar un equilibrio, sobre todo en las palabras, para que aquellas que se elijan, no causen ningún daño en quien las recibe.
3 frases que pueden desmotivar a tus estudiantes en las clases de matemática
El lenguaje verbal, puede marcar una importante diferencia al enfrentarse a los números. Así lo explica la profesora Rachel Fuhrman con estas recomendaciones.
Rachel Fuhrman es una profesora estadounidense de matemática, con un master en Ciencias de la Educación. Su foco está en la educación especial, por eso le apasiona buscar distintas estrategias para ser inclusiva en todos los aspectos del aprendizaje. Sobre esas experiencias ha escrito en varias oportunidades en Edutopia.
Como profesora de matemática, no solo se enfoca en la mejor forma de enseñar los contenidos de su materia, sino en la importancia que tienen las palabras al momento de comunicarse, especialmente con una materia que puede ser odiada por muchos.
Según su experiencia, estas son tres frases que jamás se le debería decir a un estudiante en las clases de matemática:
1. «¡Es muy fácil!»
Muchos estudiantes pierden la motivación con las clases de matemática a muy temprana edad, porque desde muy pequeños/as les están diciendo que es muy fácil, pero a ellos les cuesta. Desde entonces, deciden ponerse la etiqueta de: «No ser una persona de números».
«Imagínense ser uno de estos estudiantes, sentado en una clase en la que nunca se ha sentido seguro y que su profesor le diga lo fácil que es el problema o tema de ese día. Cuando nosotros como docentes decimos esto, estamos forzando a los estudiantes que luchan con estos temas, a internalizar estas visiones negativas de sí mismos y sus habilidades. Al llamar a algo fácil, devaluamos la experiencia de aquellos estudiantes que lo encuentran difícil y creamos un espacio que no toma en cuenta sus dudas», asegura Rachel.
La profesora también considera que cuando un docente señala que algo es muy fácil, puede generar temor por parte del estudiante al momento de pedir ayuda. «Se puede sentir incómodo o muy tonto al decir que no comprende algo que es muy fácil», explica.
2. «Eres tan inteligente»
Aunque el elogio positivo es importante en los procesos de enseñanza, deberían ser por comportamientos específicos y replicables, no por inteligencia.
«Por ejemplo, cuando un estudiante que siente que no es una persona de números escucha que otro estudiante es elogiado por ser «tan inteligente», solo refuerza la actitud negativa que tienen hacia la clase de matemática y hacia ellos mismos», escribe Rachel.
La frase también refuerza la creencia de que existen estudiantes más inteligentes que otros, cuando se trata de matemática. Y en lo que debería enfocarse todo docente de esta materia, es demostrar que la matemática está en todo y es para todos.
3. «Ya deberías saber esto»
«La matemática se basa en gran medida en la extensión de las habilidades básicas a temas cada vez más avanzados, que puede resultar un desafío para los estudiantes mejorar si han tenido dificultades en el pasado. Por eso, decir algo como: ‘Ya deberían saber esto’, a un grupo de estudiantes, no solo reafirma potencialmente el pensamiento de un estudiante de que nunca será bueno en matemática, sino que también culpa a los estudiantes por algo que puede no ser su culpa», considera la profesora. Esta es una frase que puede afectar la confianza en sus conocimientos y en sus docentes. Si los estudiantes no cuentan con la confianza para mencionar que no entendieron un contenido en el pasado, con otro profesor o en otra clase, el efecto podría ser muy negativo en sus procesos de aprendizaje.
Por eso, es tan importante tener en cuenta la forma en cómo le hablamos a los estudiantes, en todos los aspectos. El lenguaje verbal, puede marcar un diferencia.
Frases negativas que promueven malas actitudes en los niños
Cuando se dicen estas frases delante de otras personas a los hijos, se produce humillación,y la actitud negativa queda más reforzada. Así que, debemos tener mucho cuidado con lo que decimos a los niños.
- ¡Eres un desordenado! (promueve aún más el desorden en nuestros hijos)
- ¡Siempre estás deseando fastidiar! ( les promueve fastidiar aún más)
- ¡Debes aprender de tu hermano! (le generará celos para con su hermano)
- ¡Así no llegarás a ningún sitio! (le generarás temor)
- ¡Estoy harto de ti! (creerá que no sientes amor por él)
- ¡Eres un llorón! ( le afectará su autoestima)
- ¡Eres un mentiroso! (creerá que es verdad)
- ¡No sé cuando aprenderás! (le causará tristeza y creerá que no puede hacerlo)
- ¡Así no tendrás amigos! (sentirá que no encajará jamás con nadie)
- ¡Apártate de mi vista… No quiero verte! (sentirá desamor de tu parte)
Este contenido ha sido publicado originalmente por Elige Educar en la siguiente dirección: eligeeducar.cl