Según la ciencia y las investigaciones que se han hecho en torno a la música y las personas, aprender a tocar un instrumento es bueno para su cerebro, por lo que quizá no debería sorprender que los más inteligentes entre nosotros, al parecer, prefieran escuchar música instrumental.
Una reciente publicación de la Asociación Americana de Psicología en la revista Evolutionary Behavioral Sciences identificó una relación entre la inteligencia y la música sin letras.
«Encontramos que la inteligencia es un predictor significativo de la preferencia por la música instrumental, pero no de la preferencia por la música vocal-instrumental», señala el resumen de la investigación.
En tanto, investigadores de la Universidad de Oxford Brookes realizaron una encuesta a 467 estudiantes croatas de secundaria para evaluar su inteligencia, su tipo de música preferida y cómo usan la música en su día a día.
El resultado: los estudiantes que obtuvieron una calificación más alta en inteligencia se asociaron con un oído para géneros de música sin palabras como clásica o electrónica. Otro hallazgo fue que los estudiantes que escuchaban música para analizar o apreciar la composición o técnica, también preferían la música instrumental.
Si bien el trabajo encuentra una conexión entre la inteligencia y la preferencia por los instrumentos, los autores reconocen que la investigación tiene sus limitaciones pues cada persona tiene a tener características complicadas.
«La inteligencia es solo uno de los constructos relacionados con las preferencias musicales, hay muchos otros, como los rasgos de personalidad, el género, la edad, el grado de educación y los ingresos familiares», señaló la coautora del estudio Elena Racevska.
Entonces, si bien la investigación no dice que escuchar a Beethoven o Alan Walker, por decir dos artistas reconocidos, te hace más inteligente; pero sí sugiere que si eres una persona inteligente es probable que disfrutes una buen ritmo sin voces que hagan ruido.
De oro lado, en 2013, CNN México compartió en su sitio web los efectos en el cerebro los tipos de música más escuchados; es decir, la salsa, música clásica, rock y reggaetón. ¿Cuál fue el resultado?
Salsa:
Este tipo de música ayuda a liberar el estrés, al producir beneficios físicos, emocionales y mentales, además mejora la coordinación y el equilibrio. La salsa permite que el cerebro se relaje y active al mismo tiempo, debido a la dopamina y adrenalina.
Música clásica:
Escuchar música clásica al menos durante 30 minutos al día le permitirá desarrollar mejor sus ideas, mantenerse alerta y optimizar procesos de aprendizaje. Este género despierta en el cerebro humano un estado de alerta constante, propicio para el aprendizaje activo.
Rock:
Los ritmos densos y acelerados, propios del rock, tienen la capacidad de dotar de adrenalina al cerebro. Asimismo, refugiarse en este tipo de música en búsqueda de concentración no es una buena idea, aunque poner un poco de rock a la hora de hacer ejercicios podría incrementar su resistencia.
Reggaetón:
Al igual que el tecno y el rap, el reggaetón es bueno para ejercitarse. Las manifestaciones del Urban Style ayudan a mejorar la capacidad cardiovascular y obtener mayor resistencia al momento de practicar algún deporte.
Cómo potenciar la inteligencia de los niños con la música.
Este libro «Cómo potenciar la inteligencia de los niños con la música. Desarrolle sus habilidades motrices, lingüísticas, matemáticas y psicosociales» es un arma educativa de primer orden destinada a padres, profesores y escuelas de música que muestra cómo la música puede desarrollar las diferentes capacidades o inteligencias de los niños, presentando una serie de ideas y ejercicios muy prácticos para llevar a cabo en el aula o en casa. Cuando Howard Gardner esbozó su célebre Teoría de las Inteligencias múltiples incluyó a la inteligencia musical junto a la matemática, la lingüística o la emocional. La inteligencia musical podemos definirla como la habilidad para transformar, apreciar y expresar las formas musicales, así como una acusada sensibilidad por discriminar ritmo, tono y timbre. Cuando un bebé balbucea, está desarrollando patrones musicales, pero es a partir de los cinco años de edad que se abre un período crítico de sensibilidad al sonido y al tono. A esa edad, un rico entorno musical propiciado por padres y educadores puede favorecer la base de una habilidad musical ilimitada. La música puede ser una de las herramientas más importantes para desarrollar habilidades referidas a la percepción o composición musical pero también ofrece infinidad de recursos para mejorar el lenguaje, los conceptos matemáticos, la expresividad o las relaciones interpersonales.
- Diferentes maneras para trabajar las audiciones en el aula.
- Cómo explicar conceptos matemáticos a partir de la música. • Cómo trabajar el lenguaje con la música.
- El desarrollo de las capacidades motrices y corporales.
La música estimula las capacidades de ambos hemisferios en el cerebro, potenciando globalmente las habilidades de los niños a través del aprendizaje musical. Es, por tanto, una herramienta transversal para el aprendizaje de todo tipo de materias. Está demostrado que hay una relación directa entre una temprana educación musical y el crecimiento cognitivo de materias como las matemáticas, los idiomas o las ciencias naturales.
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